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[DM10/20] [Bruja del mar] Episodio I: Una historia de amor

Escena 2: El rescate

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09/10/2020, 01:23
Narradora

Al día siguiente, poco antes del mediodía, nuestros protagonistas se encontraron con Claudie de Trounoir cerca de la entrada de Goldenwasser, la casa de baños donde la joven montaignesa pretendía rescatar a su amada. 

La chica llevaba el pelo recogido en un peinado trenzado que parecía bastante cómodo y vestía una casaca azul oscuro y larga que llegaba hasta la mitad de sus muslos, cubiertos por unos pantalones pardos. De su cintura colgaba un florete con filigranas en la guarda y llevaba un fardo de tela bajo el brazo. Tenía una sonrisa inquieta en los labios, pero sus ojos brillaban con ilusión y determinación ante lo que tenían por delante. 

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09/10/2020, 02:07
Claudie de Trounoir

Al verlos, apenas los saludó y ya estaba dando órdenes, con el tono de quien está acostumbrada a mandar y ser obedecida. Claro, que, al fin y al cabo, para eso les había contratado.

Entraréis conmigo, yo pagaré las entradas de todos y no os pondrán ningún problema. En el interior no está permitido llevar ropa, tan solo una toalla pequeña por cabeza, para secar el sudor, así que tendremos que dejar todas nuestras cosas en las consignas. —No parecía que aquello le preocupase lo más mínimo—. Sólo necesitamos colar una cuerda no muy larga y una mordaza —dijo, mostrando una tira de tela y un rollo pequeño de cuerda fina, ambos cabían en una mano—. Tomasso ha reservado una estancia privada para él y Elisabetta, así que solo tenemos que entrar, reducirlo y marcharnos con ella. —Los miró a todos y alzó las cejas, ansiosa por ponerse en marcha—. ¿Entendido? Pues vamos allá.

No esperó respuesta alguna, sino que se encaminó con decisión hacia la puerta.

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09/10/2020, 03:20
Aleska Laska

Al reunirse con la patrona y escuchar sus órdenes, Aleska se la quedó mirando un momento. Asintió a la pregunta de si habían entendido el plan, pues era muy sencillo, pero no separó la mirada de la mujer.

Por un momento, a Aleska le pareció admirable. La mujer estaba arriesgando mucho por su amor y estaba dispuesta a huir por permanecer juntas. En ese instante, Aleska deseó tener a alguien así. Fue sólo un momento, porque no tardó en darse cuenta de que ya lo tenía. Estaba segura de que Sia sería capaz de cualquier cosa por ella, y aquello era recíproco. Cualquier atisbo de envidia hacia Francesca y su amante desapareció al darse cuenta de que ella misma era afortunada, pues había tenido quien se preocupase por ella toda la vida, y no sólo desde que coincidieran en una estúpida fiesta extranjera.

Aleska miró entonces a Tom y a Shawn, convencida de que ellos tenían lo mismo... Y sintió algo de lástima por Evadne. Sólo un poco. Al fin y al cabo, ella tenía su orgullo, y también era capaz de cualquier cosa por mantenerlo. Lo cual hacía más divertidas las chanzas, claro.

—Entendido —dijo con seguridad.

La perspectiva de pasearse desnuda no le gustaba mucho. No le gustaba nada. No por timidez, o vergüenza. No le gustaba porque no estaba acostumbrada a que la gente viera hasta dónde se extendía su marca. Si de por sí su cicatriz dorada llamaba la atención, desnuda sería mucho peor. Pero hacía años que había decidido no permitir que aquella marca le impidiese hacer nada. De modo que caminó también hacia la puerta. De camino susurró unas palabras a sus compañeros.

—Las nobles de Vodacce —dijo—, ¿llevan velo también cuando se desnudan para ir a los baños? Porque sería fácil reconocer así a Francesca.

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09/10/2020, 03:49
Shawn Wedgewood

La emoción embriagaba a Shawn mientras iban de camino al encuentro con la muchacha. Siempre sucedía igual. Abrió y cerró la mano unas cuantas veces, en un gesto familiar que solía anticipar la ejecución de su violín... o la empuñadura de su espada. Aquella mañana el bardo se había decidido por un sencillo jubón de lino rojo, aunque no esperaba que el detalle fuera útil para disimular rastros de sangre. De hecho, si todo salía bien, no habría derramamiento de sangre alguno. Si las cosas se torcían, tal vez las manchas acabarían sobre su cuerpo desnudo y no sobre sus gastada vestimenta, que incluía un pantalón negro algo raído pero aún respetable. Miró a sus compañeros con premura.

—Sé que Claudie nos ha dicho que no habrán guardias custodiando a la pareja en los baños. Pero las personas hacen tonterías por amor. Especialmente los nobles. Especialmente una de Montaigne con mucho tiempo libre entre manos —afirmó poniendo los ojos en blanco— Es posible que sólo haya dicho eso para convencernos. En todo caso, me parece prudente que uno de nosotros siempre tenga un ojo puesto en ella. Y tú, Aleska, no bajes la guardia en ningún momento —añadió mirando a la espadachina, aunque el consejo, en su caso, fuera completamente innecesario.

——————

Una vez en compañía de la de Trounoir, el bardo sonrió complacido al comprobar que ésta tenía un plan.

—Entrar, atar, zarpar —resumió el juglar, ennumerando los pasos con los dedos de su diestra. Antes de poder abrir la boca para manifestar lo que advertía como un agujero en el plan, Aleska daba su aprobación, y la joven noble se encaminaba decidida rumbo a la puerta del recinto.

—Mierda —murmuró por lo bajo.

Temeridad y un falso sentido de seguridad. A veces era mejor lidiar con un cliente traicionero que con uno ingenuo o demasiado entusiasta. No le había convencido la parte de atar a un tipo como Tomasso, ganándose su enemistad, ni tampoco le quedaba claro cómo iban a sacar a Elisabetta de los baños sin despertar sospechas. Sin embargo todo lo que alcanzó a hacer fue extender su mano hacia Tom y sujetarle del brazo con cierta brusquedad.

—Nada de robos, hermano —le previno con los ojos entornados— Ya nos recompensarán con creces cuando las pajaritas se reúnan en el nido.

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09/10/2020, 07:34
Tom Wedgewood

Tom escuchó con extrema atención cada una de las palabras de su actual patrona. Claudie estaba decidida, y parecía completamente convencida de que aquella era la mejor opción.

La mirada del muchacho pasó a su hermano y a sus amigas.

Aleska mostraba la seguridad y el aplomo de siempre. - No creo... - Dijo respondiendo también en voz baja al comentario de Aleska. - ¿Qué sentido tiene meterse en un baño si te dejas ropa puesta? - Al muchacho le parecía muy lógico, pero claro, los nobles eran gente muy rara y en ocasiones hacían cosas fuera del sentido común.

Shawn parecía divertido y dicharachero, y tanto él como Aleska parecían haber entendido el plan. Hasta que Shawn frenó momentáneamente a Tom para indicarle lo de los robos.

El muchacho sonrió con picardía pero asintió.

- Tranquilo, no robaré nada salvo que sea necesario para el plan o para escapar de ahí. - Prometió poniendo un rostro solemne.

Luego miró de nuevo alrededor. - ¿A nadie más le parece que a este plan le fallan muchas cosas? Tengo la sensación de que estamos partiendo en un barco que tiene la quilla llena de agujeros... -

Tom no parecía incómodo por desnudarse y colarse sin absolutamente nada más que una toalla en aquellos baños. Tampoco le molestaba tener que reducir a Tommaso en su estancia privada... Pero entrar y salir tal y como lo planteaba Claudie... lo pintaba sencillo.

Pero... eso no era así nunca. 

No hay nada sencillo. Tom volvió a elevar la mirada para ver qué opinaban Kasia y Evadne. Quizá alguna pensaría como él... que ese plan era absurdo, y precipitado.

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09/10/2020, 17:33
Katarzyna Laska

Aquella mañana Katarzyna vestía de la misma forma que lo había hecho ayer; portaba el mismo vestido negro, su oscuro velo que la acompañaba a todas partes y también recogía su pelo de la misma forma, con un elegante moño bajo. Era cierto que se había puesto unas cintas de terciopelo negro alrededor de su cuello las cuales terminaban sujetando un pequeño medallón de plata grabado con el escudo familiar de los Laska, también se había puesto algo de carmín y sombra de ojos. Sí, había algunas diferencias, pero en esencia vestía igual que ayer.

Una vez se hubieron reunido, escuchó a su nueva patrona, pues cada detalle era fundamental para el éxito de la misión. Por supuesto ya habían supuesto muchas de sus instrucciones, pero siempre estaba mejor aclarar las cosas. La hechicera alzó ligeramente la ceja al escuchar ese “solo” proveniente de la noble. Si tenía una estancia privada, el propio establecimiento se aseguraría de que así fuera y eso podía llegar a ser un pequeño problema; solo cabía esperar que fuera ínfimo.

Sonrió ante la seguridad que mostraba su hermana tras conocer las instrucciones para luego simplemente asentir. De momento, ese era el plan.

Una vez de camino, escuchó con atención la pregunta de su hermana y se quedó pensando. Existía la posibilidad que ni Claudie hubiera visto a Elisabetta, y eso le causaba cierta inquietud y a su vez, un creciente interés por saber más sobre ellas.

Lo desconozco, Ale ―susurró en respuesta a su pregunta―. Es una pregunta que no tardará en ser respondida.

Luego miró hacia Tom y asintió. Ella pensaba de la misma forma, pero había estado pensando parte de la noche en soluciones para cada uno de los problemas que alcanzaba a imaginar y esperaba tener una preparada para cuando llegara el momento de la verdad.

Sí, Tom ―murmuró, desviando los ojos hacia la noble de Montaigne―, y por eso nos ha contratado. Para solucionar los imprevistos que puedan surgir.

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09/10/2020, 22:06
Evadne Themistera

Lo de la cuerda escondida tenía sentido para Evadne pero lo de la mordaza no demasiado, a no ser que fuera para Tomasso. Evadne asintió aunque no le parecía que el plan estuviera demasiado elaborado, tendrían que improvisar, y eso se les daba bien, muy bien. Por suerte ella siempre llevaba cuerda encima, aunque no una mordaza pero estaba segura de que Claudie la llevaría.

Sintió una punzada de dolor al darse cuenta de que seguramente por ella no haría nadie una estupidez semejante.. tal vez Shawn o Tom, tal vez. En cualquier caso asoció la punzada de dolor no a sus sentimientos sino a que su pie todavía arrastraba algún problema del día anterior.

Instintivamente apretó en sus manos su catalejo, no quería desprenderse de él bajo ningún concepto pero entendió que pronunciar aquellas palabras en voz alta la dejarían en evidencia delante de sus compañeros como alguien débil y apegado así que con mucho pesar se preparó mentalmente para separarse de su más preciada posesión.

La parte de desnudarse no incomodaba demasiado a Evadne, los cuerpos eran eso, cuerpos, pero si parecía que había algo en aquel ritual que parecía incomodarla aunque no dijo nada. 

- Te seguimos - le dijo a Claudie haciendo un gesto con su  mano para que se pusieran en marcha. 

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10/10/2020, 00:11
Aleska Laska

Aleska frunció levemente el ceño al oír a Tom. Dada la simplicidad con que su hermano había presentado el plan, ella se había reafirmado en lo sencillo que era. Los planes sencillos eran, sin duda, los mejores. Aunque al oír que su hermana estaba de acuerdo con el muchacho, dudó un instante.

—Yo no veo ningún fallo —comentó después—. Como mucho, cuando todo haya pasado y Tomato busque a los culpables. —Hizo una breve pausa mientras sentía la malicia crecer dentro de ella—. O, bueno, cuando Evadne decida marcharse hasta casa desnuda después. Tiene esa manía cuando va a baños públicos.

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10/10/2020, 00:59
Narradora

La joven de Trounoir guió al grupo hacia el interior y se detuvo en el mostrador para pagar la entrada de todos, una buena cantidad de gremiales que la rubia soltó con total tranquilidad.

Entonces uno de los trabajadores del local los guió hacia el vestuario donde estaban las consignas. Allí podrían guardar su ropa y objetos personales hasta que salieran de la casa de baños. También les hicieron entrega de una toalla de mano para cada uno, de tamaño suficiente para secar el sudor, pero no para ser atada a la cintura. 

Una mujer les informó de que con la entrada podían tomar cualquier consumición que deseasen en el interior, tan solo tendrían que pedírsela a cualquiera de los trabajadores de Goldenwasser. 

Claudie se desnudó sin pudor, parecía acostumbrada a visitar esa clase de establecimientos. Sostenía la toalla en la mano, cubriendo la mordaza que ellos sabían que tenía intención de colar dentro. El rollo de cuerda se lo había entregado a Evadne antes de llegar allí, así que sería la exploradora la encargada de llevarlo con ella. La joven se movía con cierta impaciencia mientras esperaba junto a la puerta a que todos estuvieran listos para entrar, pero el brillo de su mirada no se atenuaba y de tanto en cuando se acentuaba una sonrisa en sus labios. 

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10/10/2020, 10:49
Tom Wedgewood

Era la primera vez en su vida que Tom estaba en un lugar así. Sus ojos observaban todo con curiosidad, y cuando el trabajador les llevó hasta las consignas tardó en percatarse de que allí la gente guardaba sus pertenencias de valor. Al menos las que llevaban consigo al llegar a los baños. ¿Estaban locos? Era un lugar perfecto para ser robado... Todo pedía a gritos que viniese otro día y se agenciara unas cuantas de dichas pertenencias.

Observó la minúscula toalla que le habían dado y luego miró interrogativamente a su hermano primero, y al resto de chicas después. - ¿Esto para qué es? - No valía para tapar nada... ¿Para qué la usaban entonces? Ni siquiera valdría para secarse después del baño, porque quedaría empapada enseguida.

Entonces su patrona, Claudie, se desnudó delante de todos ellos como si fuera algo que hiciera a diario, y Tom no pudo evitar quedarse unos segundos con la boca abierta y los ojos abiertos como platos. Tardó de más en reaccionar y apartar la mirada... Agachó un poco la cabeza mientras se rascaba la coronilla y se acercó a una de las consignas para empezar a quitarse su ropa también. 

La misión era la misión, al fin y al cabo. No tardó mucho pues apenas llevaba unos pantalones raídos, camisa y chaleco viejos, los calzones y unas sandalias. Hizo un gurruño con todo ello y lo metió en su consigna para cerrar después y darse la vuelta dispuesto a entrar.

Desvió su mirada hacia la puerta que iban a atravesar, y un poco hacia el techo. Notaba cierto calor comenzando a subirle desde los pies hasta la cabeza, y no tenía muy claro dónde se estaba metiendo... De hecho, sentía cómo sus mejillas empezaban a coger algo de color. Pero no iba a dejar colgados a sus amigos.

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10/10/2020, 13:01
Shawn Wedgewood

El momento de la verdad, pensó Shawn mientras comenzaba a desatarse los pantalones, aunque no habría podido afirmar si lo decía por el desnudo colectivo de sus compañeros o por el inicio de la fase más delicada de la misión. Mientras admiraba el cuerpo esbelto de Claudie, reflexionó que no le gustaba tanto la premura con la que la chica se conducía. La ansiedad era mala compañera para toda clase de negocios.

Había notado por el rabillo del ojo como su hermanito lanzaba miradas codiciosas a los objetos de las consignas. Cuando éste expresó su estupor ante las dimensiones de la toalla, el juglar soltó una sonora carcajada.

—Esto es —le mostró su toalla al chico— para darte en el culo como estires la mano para agenciarte algo que no te pertenezca —concluyó procurando darle una rápida nalgada con el nudo improvisado de la toalla. Con un poco de suerte le quedaría tan colorada como el resto de su cuerpo, que poco a poco se ponía a tono con su cabello.

Shawn no tenía demasiado pudor, pero en esos momentos era consciente como en pocas oportunidades de como su miembro y sus dos lustrosas perlas colgaban en un leve e inevitable balanceo al caminar. Intentó no mirar a las chicas, pero de soslayó no pudo frentar una inspección breve al cuerpo de Evadne. En especial se cuidó de mirar a la bruja, lo cual también dejaba de lado a su hermana, siempre alerta. Tragó saliva mientras comenzaba a hacerse una moña con los cabellos, dejándo por fuera el mechón blanco, que quedó colgando solitario sobre un costado de su rostro. Esperaba que nadie notara el mechón blanco que, con perfecta simetría central, decoraba su vello inferior.

—Las damas primero —indicó estirando un brazo en dirección a Claudie.

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10/10/2020, 18:48
Katarzyna Laska

Katarzyna no había estado nunca en un lugar como aquellos baños, cuando vivía en Szablewo era demasiado joven para entrar, y aquí, en la ciudad de Dunkoff-Vivary nunca tuvo el suficiente dinero para indagar en estos lugares. Su curiosidad por conocer más había convertido esta misión en una oportunidad, pero nada de eso quitaba la sensación que ahora imperaba en ella. A pesar de haberse mentalizado, no estaba acostumbrada a este tipo de situaciones. Sabía que no era lo mismo desnudar un cuerpo que desnudar el alma, precisamente ahí era donde se veía realmente como era una persona, pero ni toda la teoría que pudiera interiorizar hubiera conseguido que se desprendiera de la vergüenza de ese instante.

La hechicera empezó a desvestirse, y lo hizo con suma lentitud. En primer lugar se quitó su velo y lo plegó con cuidado de que no se produjeran arrugas, luego fue haciendo lo mismo con toda su ropa y ordenándola en la consigna, por último se deshizo del collar que sostenía el medallón de su familia colocándolo de forma que este coronara su ropa.

La piel de la rzeczpospolita era pálida y parecía haber rehuido la luz solar durante años. Sus brazos y piernas eran delgados, e incluso se podrían tildar de endebles, pero eso no hacía menos hermosa su figura que ahora mostraba las curvas que siempre disimulaban sus ropas y, normalmente, solo se atisbaban a intuir.

Estaba lista, y tampoco quería retrasarlo más, ya que de reojo pudo ver a Claudie esperando junto a la puerta. Suspiró al escuchar y ver como llamaban la atención los hermanos en un momento en que la discreción era necesaria. Solo pudo desear que cuando traspasaran el umbral se estuvieran tranquilos hasta que necesitaran dichas habilidades. Su vista se fijó en Shawn, por mera curiosidad científica, y alzó ligeramente las cejas al darse cuenta de las similitudes en las distribución de sus canas en varias partes de su cuerpo. Se figuraba que una anomalía así sería de lo más inusual. Luego se recordó a si misma que no era la única que tenía ojos y se obligó a apartarlos al mismo tiempo que sus mejillas se teñían de rubor.

Kasia esperó a que su hermana terminara, por si necesitaba ayuda, y también para no adelantarse sin ella. Una vez estuvieran listas, irían tras Claudie en la busca de su amada, Elisabetta. 

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10/10/2020, 19:33
Claudie de Trounoir

Claudie, que no parecía afectada en absoluto por su desnudez o la de sus acompañantes, lucía una piel cremosa y de aspecto suave. Las formas de su cuerpo joven eran discretas, atractivas, pero no exuberantes. Cuando todos se hubieron desnudado y guardado su ropa y objetos en las consignas, se acercó un empleado del establecimiento, tan desnudo como nuestros protagonistas y bastante bien dotado para quien desviase la mirada, con intención de guiarlos al interior. Al seguirlo se encontraron por fin en una estancia enorme, con techos altos y vapor de agua en el aire. 

En el centro de la sala había una piscina grande en la que cabían tranquilamente treinta personas, alrededor de ella, cinco piscinas más pequeñas, dos de agua más fría y tres de más caliente. Señalizadas en eiseno y théano antiguo había varias puertas, tres de ellas con un letrero que decía «Sala de masajes», una más indicada como «Sauna» y varias en las que sólo había un número y que Claudie les informó que se trataba de las salas que se podían reservar para uso privado. 

Todo el mundo allí dentro iba desnudo, clientes y empleados por igual, y muchas de las personas que pululaban por allí tenían jarras de cerveza fresca en las manos, la bebida más típica en Eisen, y otras bebidas. 

—Nuestros objetivos han alquilado una sala privada, pero no deberían llegar hasta dentro de media hora —murmuró Claudie por lo bajo—. Podéis disfrutar de las instalaciones y mezclaros con la gente para pasar desapercibidos. Yo os haré una señal cuando entren.

Les hizo un gesto de ánimo con la cabeza y se separó de ellos para dirigirse a una de las piscinas calientes, desde la que tendría buena visión de la entrada. Los dejaba así libres para bañarse, recibir un masaje o pasar un rato en la sauna. Y en ese momento una camarera sonriente de pechos bamboleantes y grandes como jarrones les ofrecía una bandeja llena de jarras de cerveza fría. 

Notas de juego

Las que faltáis podéis narrar el striptease sin problema en vuestro siguiente post, sólo avanzo para que tengáis más material. 

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10/10/2020, 21:58
Evadne Themistera

Evadne no había estado en esos baños. Pero sí había estado en baños como esos anteriormente. No pudo evitar bufar a medida que entraban y los recuerdos se arremolinaban en su cabeza. 

Se percató de que Tom estaba sintiéndose incómodo y trató de hacerlo más ameno, que el muchacho se lo tomara como algo natural, nada de lo que avergonzarse o si quiera temer. Se desnudó con elegancia, incluso despacio en algunos momentos. Había alguna que otra cicatriz en su cuerpo desnudo, alguna que otra aventura pasada le había dejado huella. Si tuvo impulsos de girarse para mirar a Aleska no lo pareció pues no le dedicó ni una sola mirada.

Cuando sintió los ojos de Shawn no pudo evitar devolverle la mirada, Evadne sonrió y se acercó a Tom. Le dio una palmada en la espalda.

- Tranquilo. Te vas a hartar de ver cuerpos desnudos ahí dentro - le advirtió. 

Y su advertencia resultó verdad pues allí todos iban desnudos. Asintió a las palabras de Claudie y su mirada fue hacia la camarera que llevaba las cervezas, se acercó a ella y cogió dos jarras, de una bebió y la otra la ofreció al grupo. 

- Habrá que integrarnos para pasar desapercibidos. - dijo. 

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11/10/2020, 00:06
Aleska Laska

Desde que había conocido de qué se trataba la misión, Aleska había dado por hecho la posibilidad del desnudo. Ella no sentía pudor por su piel, o por sus formas. Sin embargo, no se sentía igual al respecto de su marca.

Como una idiota, la chica se desnudó con calma, intentando aplazar lo máximo posible el momento de exponerse. Se quitó la armadura pieza por pieza y se aseguró de que su espada quedaba a buen recaudo. Incluso habló con un empleado para cerciorarse de que nadie podría hacerse con ella. En ese momento se había quitado ya las grebas, el peto y todo lo demás, y vestía sólo con una camisa fina y unos pantalones ligeros. A través de la ropa era fácil notar sus músculos, bien definidos y voluminosos.

Había estado en baños públicos antes, desde luego, y también compartido momentos de desnudez con compañeros de entrenamiento con más camaradería que atracción. Pero al final, la reacción al mostrar su espalda siempre era la misma. Sus ojos, sin querer, buscaron a su hermana en el momento de quitarse la camisa, mostrando un torso con el pecho vendado. Y cuando se dio la vuelta, todos pudieron observarla.

La marca dorada que recorría la cara de Aleska continuaba por su cuello, perdiéndose normalmente entre su ropa. Lo que la mayoría de sus compañeros no sabían era que el otro extremo seguía también por su cuero cabelludo, naciendo en su nuca de nuevo. Ambos surcos descendían por su espalda, y cuando la guerrera se quitó las vendas mostró cómo se cruzaban más abajo. Antes de llegar a su cadera, además empezaban a mostrar unas ramificaciones que morían un poco más tarde.

Durante su niñez y adolescencia, mientras su cuerpo crecía, Aleska había llegado a obsesionarse con aquellas marcas, vigilándolas en el espejo cada día. Estaba convencida de que crecían cada noche. Sólo la idea de su hermana de marcarlas con un poco de tinta le quitó aquello de la cabeza al ver que no era sino su imaginación.

Si había una cosa sobre la que había aprendido a fingir Aleska a lo largo de los años, era sobre su cicatriz. Sabía que el color del oro formaba parte de ella, pero estaba cansada de que para algunos en momentos como aquel fuese más representativo que sus ojos, o que todo lo que ella era. O, en la intimidad, que llamase más la atención que todo lo que creía tener que ofrecer.

De modo que tras terminar de desnudarse miró alrededor, actuando con toda la naturalidad que era capaz de mostrar. Observó la reacción del pequeño Tom y de su hermano, y decidió declinar el supuesto honor que Shawn le ofrecía de pasar primero. Una cosa era actuar como si aquella cicatriz fuera normal, otra mostrársela sólo porque lo pidiera disimulando de aquella manera. Aleska incluso habría preferido que fuese para mirarle el trasero.

Y hablando de traseros... Sí, la camaradería estaba bien. Y el compañerismo. Pero echar un vistazo al cuerpo de los demás le resultó inevitable. Al de todos en general, para disimular, y al de Evadne en particular. ¿La había visto desnuda antes? Sí. ¿La volvería a ver, de tener oportunidad? Desde luego, no iba a mover un dedo por ello. No caería otra vez en esa treta. Pero si se le presentaba una ocasión como aquella... No lo hacía a propósito, claro. Y desde luego, la piel de la chica no era la única que le resultaba de cierto interés. El culo de Shawn, por ejemplo, tampoco estaba nada mal. Pero no podía negar que Evadne tenía... Algo. Era una pena que fuese tan... Ella.

Al escuchar las instrucciones de su patrona, Aleska asintió. Y cuando se le ocurrió lo que quería preguntar la noble ya se había marchado. Aleska evitó tomar la jarra que Evadne ofrecía al grupo para no mirarla directamente. Y también coger cualquier otra, por si eso acababa el algún tipo de brindis.

—Deberíamos buscar alguna sala privada que esté siendo usada, para comprobar si las cierran por dentro —sugirió—. Y si lo hacen, intentar esperar alguno en la que tengan reservada.

Aleska se centraba en el plan, en la mejor manera de hacer lo que habían ido a hacer. Y desde luego, no habían ido para divertirse, recibir masajes, o mirarse unos a otros desnudos. Eso desde luego.

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11/10/2020, 11:33
Tom Wedgewood

Tom no tenía problemas para escabullirse en cualquier lugar, o escapar casi de cualquier sitio o situación. Nunca había tenido problemas para ello. Pero una vez entraron dentro de los baños un mundo nuevo apareció ante sus ojos.

El muchacho no podía evitar que la mirada se le fuera de unas mujeres a otras... formas redondeadas, curvas, volumen. En algún casi, casi se descoyuntó el cuello de tanto girarlo. Pero lo peor fue cuando apareció aquella camarera. Esos dos balones que se mecían justo detrás de las jarras de cerveza lograron que la mandíbula de Tom se desencajara. No pudo evitarlo, los ojos muy muy abiertos y fijos, la boca abierta... Ni siquiera atinó a alzar la mano para agarrar una de las jarras... Se quedó congelado, mirando.

Y sin darse cuenta de la profusa erección que estaba teniendo. No había podido pronunciar ni un saludo.

Jamás se había visto en una situación así. Y si lo que querían era no llamar la atención... Bueno, quizá en ese instante Tom no era el más indicado para ello.

En cuanto se dio cuenta de lo que ocurría, agachó la mirada para asegurarse de que no estaba en su imaginación, y en cuanto vio que aquello se había empinado como nunca, la cara de Tom se puso roja roja roja como un tomate, y buscó con rapidez la piscina más cercana para introducirse en el agua y que al menos no se le viera tanto.

Necesitaba calmarse y tenía el corazón acelerado, pero no solo eso... Una vez dentro de la piscina, tomó aire y sumergió su cabeza también bajo el agua, a ver si se le aclaraba el cerebro.

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11/10/2020, 13:33
Katarzyna Laska

Katarzyna siguió a su patrona al interior, y aunque procuraba estar atenta a lo que realmente importaba para la misión, era inevitable que de vez en cuando se le fuera la vista hacia otros puntos que también tenían un creciente interés. A veces solo era un vistazo rápido, otras no tanto. Solo fue cuando Claudie explicó donde se encontraría su objetivo, que de nuevo se concentró en él.

Al igual que su hermana, Kasia rechazó con un educado gesto cualquier tipo de bebida alcohólica. Para seguidamente mirar hacia ella cuando esta hizo su sugerencia, realizando un pequeño asentimiento de aprobación.

En eso pensaba, Ale ―murmuró, acercándose a ella―. Una vez sepamos la sala que van a escoger, podría esperar ahí si nadie quiere hacerlo, o no puede ―miró un instante a Tom―, y no solo tenerlos vigilados, sino que conocer la posible conversación que tenga lugar ahí dentro me parece sumamente interesante.

Se detuvo a mirar de nuevo las salas privadas identificadas por un número, era importante averiguar cuales estaban libres.

Quizá debiéramos intentar alquilar una, así podríamos averiguar cuales están disponibles, y reducir el número de salas a vigilar ―comentó con un delgado hilo de voz―, y si se puede conocer cuál es la sala de la pareja mejor, aunque asumo que la privacidad es importante si tomas una sala así y ni siquiera nos lo querrán decir… en primera instancia. 

Después de las sensaciones que habían despertado en ella el ver todos esos cuerpos desnudos, y unidos a la forma en que las mujeres de Vodacce ocultaban su rostro, quizás ni siquiera pudieran verla entrar. Era una posibilidad más, una que no podían descartar.

Podemos preguntar al amable hombre que nos ha indicado antes el camino ―sugirió, mordiéndose ligeramente el labio―. Debe estar al tanto.

En ese momento la mente de la hechicera pensó más intensamente en su dievas, pues aunque era difícil no pensar en él, pronto lo necesitaría. De hecho, empezaba a sentir que debería tomarse unos minutos para hablar sobre todo esto y saber mucho más sobre lo concerniente al amor y, por supuesto, al deseo.

¿Me acompañas, Ale? ―preguntó, mientras sus ojos escrutaban los baños en busca del empleado que los había guiado.

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11/10/2020, 14:05
Shawn Wedgewood

Tras devolverle una sonrisa algo turbada a Evadne, Shawn sintió como el frío le invadía las extremidades.

La bruja me está mirando. Las bruja me está mirando la entrepierna. Podía sentír físicamente como se le contraían las pelotas. Y es que el bardo intuía lo que harían las brujas con los testículos de un hombre. Tal vez por ello no pudo evitar lanzar una mirada de soslayo en la dirección de las hermanas. La palidez de la piel y las curvas de la hechicera robaron su atención, sinuosidades que poca justicia recibían de la túnicas en las que la sármata solía envolverse. Sin embargo, fue su hermana quien acabó por capturar su mirada.

Fue tan sólo un breve instante. La marca, tan familiar para el juglar, se embarcaba en recorridos hasta entonces insospechados, encontrándose nuevamente cerca de la espalda baja de la chica. Los músculos marcados de Aleska tan sólo conseguían acentuar aquel trayecto ominoso, entre valles y montañas de indómita fortaleza física, fuerza que el espadachín en él admiraba. Joder. ¿Se trataba de una marca de nacimiento, una herida mal curada, las secuelas de alguna enfermedad misteriosa? Imposible decirlo con certeza.

Desvió la mirada de inmediato. Sentía un impulso muy fuerte de pasar el brazo por encima de los hombros de la espadachina. Tal vez, si no estuvieran desnudos. Tal vez, si la bruja no estuviera tan cerca. En todo caso, debía concentrarse, o la misión correría peligro. Como no podía continuar mirando a Evadne, ni tampoco a la bruja, ni mucho menos a Aleska, se concentró casi sin culpabilidad alguna en el cuerpo de la joven noble, hasta que por fin arribaron a lo que parecía ser el recinto principal.

Dejó escapar por lo bajo un silbido apreciativo. Los nobles no lo pasban mal, ni siquiera en un lugar tan lúgubre como Esien.

—Es una buena idea —convino, asintiendo ante las palabras de Aleska y Katarzyna— Aunque Claudie no nos ha dicho cuál sala han reservado. Es posible que no lo sepa  —agregó encogiéndose de hombros, mientras su hermano apuraba un chapuzón, aparentemente acalorado en extremo.

Tomó una jarra de cerveza y añadió con una sonrisa.

Yo me meteré con Tom en la piscina —propuso, mirando inquisitivamente a Evadne— No tardéis —añadió a las hermanas. Una vez dentro, con el agua cubriendo sus cuerpos, podrían volver a ser los amigos de siempre, y, aún más importante, podrían concentrarse en la empresa que les afectaba.

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11/10/2020, 21:49
Evadne Themistera

Ya que nadie cogió la jarra de cerveza que ofrecía Evadne... se bebió las dos. Al ver que Shawn y Tom se tiraban a la piscina sin dejar margen para decir nada y que Katarzyna tenía claro que iría con Aleska a reservar una sala se dio cuenta de que la habían vuelto a excluir de los planes y agarró otra jarra de cerveza, se la bebió de un trago. Miró a la camarera y luego miró a Aleska durante un par de segundos para pasar su mirada a Kata y luego a Aleska otra vez. 

- Yo me voy a que me den un buen masaje - dijo haciendo hincapié en cada una de aquellas palabras. Se dio la vuelta con cierto aire dramático y se fue de ahí hacia la zona de los masajes.

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11/10/2020, 22:39
Masajista

Después de dar cuenta de tres de aquellas jarras de cerveza como si de agua se tratase Evadne se ganó un elogio de la camarera por su buen saque. La exploradora se dirigió con decisión hacia una de las puertas que señalaban una sala de masajes y tuvo suerte, pues no había ningún cliente en la camilla. 

Es posible que la joven esperase que la atendiese alguno de esos donceles de manos delicadas que había visto repartiendo refrigerios en la otra sala, pero, ¡ah, amigos! Nuestra protagonista estaba en Eisen y allí los masajes no eran relajantes, sino más bien del tipo «estimulante», por decirlo de algún modo.

El masajista resultó ser un hombre alto y corpulento, con manos grandes y fuertes y brazos tan anchos como el mástil mayor de una goleta. Iba tan desnudo como todo el mundo en aquel lugar y en cuanto Evadne se instaló en la camilla, se acercó a ella para verter un aceite aromático en su espalda. 

—Señora —saludó con parquedad, tal vez como aviso antes de poner sus manos en ella. 

En cuanto comenzó a amasar sus músculos, la exploradora pudo darse cuenta de que no iba a recibir caricias precisamente, sino más bien uno de esos masajes que colocaban todo en su lugar dejándola a una como después de haber recibido una paliza.