Partida Rol por web

Don

Bertiña, no te quedes sola.

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28/04/2015, 01:20
Director

Dolía, dolía mucho... pero... ya estabas a salvo.

Bertiña cayó sobre la polvorienta moqueta. Y cerró por un instante los ojos... 

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No sabías cuánto tiempo había pasado, pero el ruido del monitor cardíaco te despertó. Todo parecía estar extrañamente en calma. Abriste los ojos y sentiste como si se fuera toda tu energía en aquel titánico gesto. Pudiste vislumbrar una habitación blanca, pero no aguantaste el peso de la realidad y volviste a caer en la oscuridad.

Una vez más, como si se un parpadeo se tratase, volviste a abrir los ojos. Dios, cómo costaba mantenerlos abiertos. Miraste alrededor, parecías estar en una habitación de hospital, notabas el peso y la rudeza de las sábanas que te constreñían el cuerpo, y el ruido del maldito monitor te taladraba la cabeza.

Abriste la boca. Parecía que te hubieran pegado los labios, tu lengua no corría mejor suerte, seca y pastosa se te pegaba en el paladar y no podías hacer uso de tus cuerdas vocales. Por ahora, ¿Cuánto tiempo había pasado? Entonces viste un botón rojo, a tu izquierda.

Con un esfuerzo inhumano levantaste el brazo, para apartar la sábana y tratar de tocar el timbre. Moviste los dedos para agarrar el filo de el estropajo que alguien llamaría sábana pero no conseguiste coger nada. Y ahí estaba, bueno... más bien no estaba... habías escuchado sobre la gente que había sufrido amputaciones luego sentían lo que se llamaba el miembro fantasma, el cerebro no quería asumir que había perdido una extremidad y aún la sentías contigo, pero ahí estaba tu muñón, impecablemente cubierto por vendas, gasas y esparadrapo.

Recordaste entonces todo lo que había sucedido hacía ¿Unas horas? ¿Días? ¿Meses? Jack Daniels, tu guardaespaldas cobarde, el hombre calvo, tus pulmones abrasados por el humo de las calderas, la piscina, Malta, el miedo, el dolor... tu cabeza la sentías latir, parecía que en cualquier momento fuera a explotar... 

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29/04/2015, 22:19
Bertiña Araujo

La sensación de miedo desapareció al verse en lo que parecía un hospital. No sabía cómo lo hacía pero conseguía escapar de lo que parecía una muerte segura con más facilidad de la que se esperaría de alguien poco atlético y pocas luces como ella.

Perder la mano no era nada comparado con perder la vida, pero para una persona que usa las manos para trabajar, era un golpe extra que asumir. Ya no podría hacer sus videoreportajes con la misma precisión ni calidad. Si no fuera porque apenas podía mantener los ojos abiertos, las lágrimas que hacía años que no derramaba se estarían vertiendo sin parar recorriendo su rostro mejillas hacia abajo.

Al despertar rememoró lo vivido en el hotel. Tenía grandes lagunas mentales que esperaba poder recordar viendo su trabajo grabado. ¿Los demás habían sobrevivido? No lo recordaba del todo pero esperaba que, si seguía con vida, el pequeño cleptómano hubiera actuado en consecuencia al mote que ella le había dado y hubiera recogido la grabadora o mantenido a salvo la GoPro. Ese material valdría mucha pasta y era la prueba de los crímenes cometidos en aquel hotelucho de carretera.

Volvió a hacer un doloroso intento de estirar el brazo para tocar el botón pero no le llegaba la mano. Ah no, espera, que ya no tenía. Así que intentó emitir costosamente algún sonido para que supieran, quienes fuera que la habían rescatado del hotel o los médicos o enfermeros que la estaban atendiendo, que había despertado.

Aaayuda - pretendió decir gritando.

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02/05/2015, 23:16
Director

El dolor de cabeza iba cada vez a más, parecía un concierto de de bongos en pleno carnaval brasileño. Tus cuerdas vocales al intentar ser usadas de nuevo desde lo que te parecía una vida, dolían como sihubieran estado juntado con ella con un rallador. El silencio seguía siendo el rey de la habitación, parecía que nadie había escuchado a la pobre y débil Bertiña.

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05/05/2015, 17:11
Bertiña Araujo

Nada. No escuchaba nada a su alrededor, ni tampoco la oían a ella. ¿Habrá alguien por aquí? En un hospital seguro que tenía que haber alguna enfermera de turno de ¿noche? ¿o quizás era de día? Las dudas y la soledad atormentaban los pensamientos de Bertiña incluso hasta el punto de plantearse de si realmente había pronunciado las palabras y por eso no la habían oído. O más bien que no escuchaba a nadie a su alrededor porque se había quedado sorda.

Intentó incorporase de la cama y ardió de dolor. Parecía algo que no podría hacer de golpe, necesitaría tiempo, mucho tiempo. Miró a su alrededor, pero no vio más que lo que tendría una típica habitación de hospital.

Quería salir de allí, saber qué había pasado con el gordo del hacha y todo lo demás del hotel. Estiró el brazo de nuevo, esta vez con el "bueno", había decidido llamarlo así, y tocó el timbre para que viniera alguien. La luz de llamada se intuía encendida a su espalda, ahora solo tendría que esperar a que llegaran.

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08/05/2015, 01:04
Director

Cuando el interruptor se encendió, unos pasos comenzaron a escucharse al otro lado de la puerta cerrada de la habitación de Bertiña. Una enfermera, algo madura y de rostro duro, entró y miró dentro de la habitación hasta encontrarse con tus ojos. Levantó sorprendida las cejas y se acercó a ti cerrando las puertas detrás de ella.

-¡Por fin despiertas, mi niña! ¡Veniste echa un Cristo!.- dijo comenzando a inspeccionarte. - ¿Te acuerdas de algo?

- Tu mano no la hemos podido salvar, de hecho no sé cómo no moriste desangrada, ¡Qué desastre!.-

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08/05/2015, 21:00
Bertiña Araujo

¿Aquello eran pasos? Se alegró de que hubiera alguien cerca, de saber que no estaba sola ni sorda. Se giró hacia la puerta y se quedó observando sin acabar de ver quien tenía delante. Cuando la puerta se cerró su visión ya no era tan borrosa y la vio, a aquella enfermera con cara de malas pulgas que parecía sacada de una peli de los 70. 

Parecía amable y la toqueteó por todas partes para examinar su estado. Hablaba mucho como para que pudiera responder a todo, aun no coordinaba del todo bien. Recordaba algunas cosas pero no sabía bien bien qué había pasado ni cómo había llegado hasta allí, así que negó con la cabeza y le respondió - Recuerdo el hotel y el hombre del hacha...el padre y el niño...mi mano... Berlusconi - Mientras miraba el vacío de su mano preguntó - ¿Qué pasó exactamente? ¿Quién me trajo aquí? ¿Dónde estoy? Coff coff - tosió e interrumpió sus preguntas por el dolor al hablar. Se quedó mirando a la enfermera esperando saber de lo sucedido.

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13/05/2015, 21:17
Director

-Vamos niña, no hables tanto...- le riñó con voz maternal.- Veniste aquí en una ambulancia, no se más detalles, mañana seguramente esté aquí la polícia para preguntarte sobre lo ocurrido. ¿Cómo te encuentras?- le preguntó con amabilidad.

La enfermera se giró y sacó una aguja que la introdujo dentro de un botecito de cristal. Extrajo la sustancia y miró a Bertiña con una sonrisa enigmática.

- Te voy a poner un calmante. ¿Necesitas algo más?.- preguntó. 

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15/05/2015, 14:23
Bertiña Araujo

La autoridad que imponía la enfermera con su tranquilo pero firme tono de voz la hizo callar al instante. Pensó que tenía razón, que no debía hacer esfuerzos en esos momentos.

¿Un calmante? Pues eso le vendría de perlas. Se quedó mirando como metía la aguja en el botecito y hacia subir el líquido lentamente ayudándole del émbolo. No le hacían mucha gracia las agujas y mucho menos la cara de los enfermeros que las ponían. Siempre parecían disfrutar del dolor o miedo de los demás, y aquella mujer parecía ser de esas, asomando su media sonrisa por la boca.

Antes de sentir el pinchazo añadió - Sí, por favor - Bertiña necesitaba algo para calmar la sed - Quie..quiero gazpacho.

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07/06/2015, 21:10
Director

Pongo éste post aquí, ya lo actualizaré luego.