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Dragon Age: Las Cenizas de la Ruina

8. La Angustia

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18/12/2011, 18:29
Gabrielle

¡Como acabas de hacer tú! —le recriminó Gabby—. No eres Wynne, ella no es así. No es sólo que ella deje que me enfrente a mis propios problemas...

Dijo, señalando los puntitos de luz de Astucia.

Es que... es que... te falta su calidez, su compasión. Ella me quiere, y el amor no es algo que tú puedas sentir —Gabby alzó la barbilla—. Y te compadezco por ello, demonio. Pero no obtendrás nada de mi. Serás vencido.

Le había resultado extrañamente raro encararse a Wyne de aquella manera. No... ¡a un demonio disfrazado de Wynne! ¿Pero cómo podía derrotarlo? Volvió a echar un vistazo furtivo a los puntitos de luz. ¿Podría... curar a un espíritu?

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18/12/2011, 18:43
Wynne

¡Pero si él iba a... !—comenzó a decir Wynne. Entonces puso los ojos en blanco y suspiró—. Oh, al infierno... odio las discusiones, son un coñazo.

Luego te miró con el ceño fruncido.

Y tú deberías ser más respetuosa con tus mayores.

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18/12/2011, 18:45
Demonio del Velo

La última frase tuvo un efecto espeluznante: la voz de Wynne se fue diluyendo, mutando en algo grave hasta que se convirtió en una voz oscura y profunda que parecía provenir del fondo de una cueva. Su aspecto también cambió pues la anciana comenzó a desprender zarcillos de humo negro, como cuando algo se quema.

Las volutas envolvieron la figura de Wynne y estallaron en una explosión sorda que dejó a la vista una figura negra como la noche, envuelta en una capa que parecía más una silueta recortada contra el fondo que hubiese dejado el hueco vacío que un objeto sólido. La parte inferior de la capa desprendía aquél suave humo negro que flotaba en jirones perezosos en torno a los pies de su dueño y de las sombras de la capucha sólo se veía un brillante ojo blanco... pero como si el otro estuviera cerrado, no como si sólo tuviese uno. El rostro se adivinaba anguloso y cincelado pero era imposible discernirlo.

No te pongas tan a la defensiva, ni que fuera a atacarte—protestó el demonio con tono ofendido, su voz era profunda pero a la vez con cierto matiz suave en lugar de estridente o desagradable—. Todos los mortales hacéis lo mismo, enseguida os ponéis a gritar "¡Demonio, demonio!" y ni si quiera dejáis hablar. Tiene su gracia que parezca que supiérais lo que es bueno y lo que es malo cuando son los términos más relativos que existen. De verdad, qué pocas ganas entran de intentar conversar con vosotros...

La última frase concluyó en un hondo suspiro. De hecho hasta miró hacia arriba con resignación.

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18/12/2011, 19:17
Gabrielle

Gabby retrocedió cuando presenció la pavorosa aparición. Sintió como si una garra helada le apretara el corazón, que se había puesto a palpitar desaforadamente. Por suerte o por desgracia, no era la primera vez que Gabby veía horrores del velo. Ya los había presenciado en los funestos acontecimientos del Círculo. En aquel momento sólo había podido llorar y temblar de miedo. Esta vez al menos pudo reunir el valor necesario para pensar y reaccionar.

¡Ahora que lo pensaba, el aspecto de aquel demonio cuadraba perfectamente con la descripción que le había dado Wynne del demonio de la pereza del Círculo! Se suponía que debía vencerlo, ¿pero cómo? Sabía que los Demonios de la Pereza se alimentaban de la duda y de la apatía, así que debía enfrentarse a él enérgicamente. 

Por otro lado, le habían dicho que si existían dos criaturas, una de ellas sería un espíritu. Así qué también debía averiguar quería Astucia de ella. Recordó la grandilocuencia con la que se había presentado. ¡Si sólo pudiera tener su ayuda para enfrentarse a Pereza!

Ayudar a los demás es bueno —contestó Gabby—, la compasión es buena, la fe es buena. Alimentarse de las debilidades de la gente no lo es. Permíteme demostrarte el poder de la curación.

Gabby hizo acopio de su voluntad y canalizó su magia curativa... hacia los puntitos de luz en los que se había convertido Astucia.

- Tiradas (1)
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18/12/2011, 19:57
Pereza

Sí, sí... ya lo he oído muchas veces—suspiró el demonio haciendo un gesto con una manga oscura hacia un lado como quien aparta un mosquito—. ¿Y sabes qué es lo más irónico de todo? ¡Que la cólera, el orgullo, la pereza y el deseo también forman parte del ser humano! ¿No te parece un poco hipócrita que sólo queráis vanagloriaros de vuestras virtudes y condenar vuestros defectos? Nosotros no tenemos la culpa de que los tengáis, vosotros nos creáis.

Sentías algo extraño al tratar de canalizar la energía curativa hacia las luces brillantes. Era como si estuvieses tratando de "curar magia con magia" o de "iluminar la luz", de sobreponer una energía a otra energía. Las esferas sin embargo se arremolinaban cada vez más prietas y estaban comenzando a formar un cúmulo considerable.

No está muerto si es lo que te preguntas—añadió el demonio con el fastidio de alguien que reconoce una pifia—. Eso lo ha hecho él, no yo.

Se cruzó de brazos (o eso creiste intuir puesto que las mangas se juntaron en el centro de su figura que era tan negra que no se veía nada) y se apoyó perezosamente contra el tronco del árbol del columpio.

Supongo que te habrán dicho que quiero sorberte los sesos y poseer tu cuerpo o alguna de esas cosas tan malas y horrorosas que tanto les encanta decir. No me extraña que les funcione tan bien ese truco con las pintas que tenemos—resopló—. Bien, pues no voy a hacer nada de eso. No tienes idea el follón que es tomarse tal trabajo, ¿para qué? ¿Para que luego los templarios te rebanen el cuello? No, gracias.

Se miró una mano con gesto ocioso, podías ver la silueta brumosa de oscuridad que recordaba vagamente a un puño medio cerrado.

Pero lo de que tienes un tiempo límite y si se te acaba estás perdida era verdad, ¿eh?—recordó—. Casualmente hay un modo muy fácil de saltarse todo eso. Y sin abominaciones ni cosas de esas de por medio, yo que tú me lo pensaba. Estás demasiado verde como para terminar esto a tiempo.

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18/12/2011, 20:01
Gabrielle

Gabby miró con intensidad los puntitos de luz, como si a fuerza de mirarlos pudiera lograr que se unieran con más rapidez. 

Pero no lo hacían. Gabrielle lanzó un suspiro de pura exasperación. Sin Astucia no iba a lograrlo. No podía vencer sola a uno de los demonios más poderosos del Velo. Pereza tenía razón. Estaba demasiado verde. La habían enviado prematuramente. Se habían equivocado, habían esperado mucho de ella. Ahora iba a decepcionarlos y a morir a manos de...

¡Aaaah! —lanzó un grito, cerró los ojos y zangoloteó la cabeza, haciendo bailar sus rizos.

No. Eso era precisamente lo que hacían los demonios de la Pereza. Tenía que luchar contra esa línea de pensamiento.

¡No, no estoy verde! —dijo, irguiéndose—. ¡Estoy suficientemente preparada para enfrentarme a ti! Admitir los defectos no es malo, sino sucumbir a ellos. Y yo no sucumbiré a ti, Pereza. Tus ardides no funcionan conmigo y no aceptaré nada que me ofrezcas.

Miró a los puntitos de luz. Le parecieron hermosos. Al intentar curarlo, había sentido que el espíritu era de la misma cosa que su hechizo. Era una sensación bonita, y recordarla le hizo sonreír.

Y ni siquiera me hace falta su ayuda para derrotarte —dijo, aunque era curioso, porque su presentación jactanciosa le había ayudado a encontrar el valor para enfrentarse al demonio por si misma.

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18/12/2011, 20:16
Pereza

Pereza se echó a reír como si le hubiesen contado un chiste muy bueno.

¡No me extraña que Orgullo sea tan poderoso!—dijo—. ¡Sois una auténtica mina!

Entonces hizo una imitación de tu tono que con su voz profunda sonó de lo más turbador.

"Sucumbir a los defectos es malo"—dijo abriendo ambas palmas los dos lados de la cara como quien se sorprende de algo (ahora distinguiste sinuosos zarcillos de sombra que debían ser los dedos) entonces adquirió de nuevo su voz normal—. ¿Y a las virtudes no lo es? ¡Ja!

Dejó caer los brazos y soltó un resoplido como si se hubiese cansado de aquello, de hecho parecía que aquél demonio hacía justo honor a su nombre pues se cansaba pronto de las cosas.

¿Qué tiene de malo desear algo? ¿Qué tiene de malo descargar tu ira contra aquellos que han hecho algo que no te gusta? ¿Qué tiene de malo sentirte orgulloso de un logro? ¿Y el tomarse un descanso de vez en cuando hace daño a alguien? ¿Tiene algo de malo?—dijo—. La fe ciega, la justicia ciega, el ser tan bueno que pecas de idiota y el no darle su merecido a aquellos que lo están pidiendo a gritos... oh, eso seguro que me dirás que te parece bueno. Qué fácil condenar aquello que interesa cuando el bien y el mal son tan relativos.

Volvió a cruzar los brazos dejando un rastro de volutas de humo negro en el proceso y su brillante ojo se entornó.

Yo lo único que quiero es poder ver el mundo exterior. Para eso no me hace falta poseer a nadie y convertirme en una abominación que se ve a diez kilómetros, sólo que ese alguien me deje mirar—añadió—. ¿Tan horrible es eso?

Lo que había ahora junto a ti era una esfera difusa de luz, como si montones de luciérnagas se hubiesen posado sobre algo. No se distinguían volutas sueltas pero no tenías ni idea de si aquello se iba quedar así o no.

No puedes derrotarme, niña, eres débil. Mírate, ¡estás temblando con sólo verme! Y ni si quiera tienes un arma, no sé si te has dado cuenta. Yo puedo freírte con un gesto, ya me dirás por qué piensas que puedes "derrotarme"—sentenció Pereza—. ¿No te parece más fácil ahorrarnos a ambos algo tan desagradable y simplemente concederme ese pequeño favor? Tú terminarás tu Angustia satisfactoriamente rápido y yo no estaré tan aburrido aquí limitándome a contemplar los lúcilos.

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18/12/2011, 21:36
Gabrielle

Gabrielle meditó sobre las palabras de Pereza. 

Probablemente tenía razón. Había visto como casi había volatilizado a Astucia y probablemente habría hecho lo mismo con ella de no ser porque esperaba poder ver el mundo por sus ojos. No se lo permitiría.

 —No pienso permitir que vayas por ahí haciendo daño a la gente —replicó Gabby, siendo vagamente consciente de que anteponía la seguridad de los demás a la propia, que estaba ahora mismo en juego.

Pero, ¿cómo podía hacer frente a Pereza? Irving le había recordado el consejo que le había dado Wynne en su día. En el Velo, lo único real era su propia voluntad. Pero ¿cómo utilizarla? Gabby no era una guerrera, no le gustaba hacer daño a la gente. Pero necesitaba defenderse de alguna manera de Pereza, hacerle saber que no podía hacerla daño.

Cerró los ojos y concentró toda su voluntad en desear el escudo más grande que pudiera imaginar.

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18/12/2011, 23:32
Narrador

Nunca habías sentido aquello antes, normalmente la magia "venía de dentro" y fluía hacia afuera cuando conjurabas un hechizo. En aquella ocasión fue al revés, fue como si el ambiente estuviese cargado de energía y fluyese hacia tu interior, llenándote con un vigor inmenso.

A tu alrededor el aire fluctuó y se tornó irisado, como si estuvieses mirando a través de una película de jabón... pero el caso era que se trataba de "jabón sólido" porque cuando te quisiste dar cuenta se había materializado en torno a ti un escudo tres veces más alto que tu persona. Pereza no debía esperarse aquello puesto que su único ojo se volvió tan grande que parecía una luna llena en miniatura.

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18/12/2011, 23:36
Pereza

¡Argh, maldita mocosa!—gruñó exasperado—. Está bien, si quieres que sea por las malas, será por las malas.

Las dos manos del demonio se recubrieron de chispazos oscuros, como si fueran rayos negros.

¡Eres patética! ¡No vas a ganar a nadie si lo único que haces es defenderte!—te apuntó con un dedo y aquella energía ominosa pareció concentrarse en él—. Supongo que siempre puedo destruir tu mente y ocupar tu cáscara vacía. Es preferible hacerme pasar por una niñita estúpida que mantenerte viva y poseer tu cuerpo. Las abominaciones no duran mucho.

El cúmulo de negrura se volvió tan grande como una sandía y un rayo oscuro como la noche salió disparado hacia ti.

«No eres patética» resonó entonces una voz sin cuerpo en tu cabeza «¡Eres más astuta que él!»

Antes de que pudieses identificar el timbre familiar, el significado de aquello se hizo patente: Si hubieses elegido un bastón, un arma ofensiva, ¿cómo habrías detenido semejante descarga? Pero no había sido así, habías elegido un escudo, y el terrorífico ataque no se limitó a ser detenido  por él...

¡Rebotó!

Rebotó derecho de vuelta por donde había venido y aquello pilló completamente desprevenido a Pereza que trastabilló hacia atrás sin tiempo para esquivar su propia ansia destructiva. El resultado fue un alarido que retumbó en el aire como una cortina al ser rasgada brutalmente y una explosión de humo negro que se expandió en todas direcciones como si alguien hubiese hecho estallar una montaña de carbón.

Cuando se deshizo la humareda, no quedaba nada.

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18/12/2011, 23:52
Gabrielle

Gabrielle lanzó un penetrante sonido, a medio camino entre el chillido de emoción y la risa histérica. Extendió los brazos y empezó a dar saltos de alegría en el sitio.

¡Hemos ganado, Astucia, hemos ganado! —le dijo a los puntitos de luz cuando fue capaz de controlarse. 

No tenía ni la más remota idea de cómo había logrado conjurar aquel escudo, pero había sido... alucinante. Nunca antes se había sentido tan llena de júbilo.

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19/12/2011, 00:00
Astucia

Te respondió el eco de tu propia voz, o al menos en un principio. Las luces se habían apretujado tanto que ahora estaban comenzando a flamear, y así fue durante casi medio minuto hasta que al final explotaron de nuevo en una nube de llamas luminosas.

¡Mi pelo!—gritó Astucia con los ojos como platos, estirando los brazos y las piernas al mismo tiempo en el aire antes de caerse sentado en el suelo—. ¿Se me ha apagado el pelo? ¡Dime que no se me ha apagado el pelo!

El espíritu se palmeó al cabeza mirando de reojo hacia arriba.

¡Oh!, cómo odio verme obligado a hacer esto, aún no le he pillado el truco. Maldito bastardo... —masculló cruzando las piernas a lo fakir. Luego se percató de tu euforia y se te quedó mirando unos instantes de desconcierto tras lo cual sonrió.

Has ganado—corrigió—. E incluso has encontrado las dos preguntas a las dos respuestas de la Angustia... aunque eso ya lo sabes, supongo.

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19/12/2011, 00:13
Gabrielle

Gabby lanzó una risita ante la aparición teatral de Astucia. Le caía bien aquel pilluelo. Pero cuando le hizo la pregunta, torció el gesto como si no estuviera muy segura. La joven parecía haber gastado todas sus reservas de seguridad en si misma luchando contra el demonio.

Querías que utilizara la astucia para vencer a Pereza en vez de usar la fuerza bruta, ¿no? —preguntó, como una niña que espera un caramelo si acierta la adivinanza. 

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19/12/2011, 00:20
Astucia

Tras comprobar que su pelo estaba a la perfección, Astucia se puso en pie dando una palmada.

¡Exacto!—dijo de nuevo con la sonrisa pícara que tan característica se estaba volviendo en él—. La astucia es el método de vencer algo que te supera. No todo es fuerza bruta.

Se rascó una mejilla como si estuviera pensando qué hacer ahora.

Los demonios de la Pereza son los terceros en la jerarquía, menudo demonio más molesto te estaba rondando—meditó—. Aunque bueno, tendría su gracia que ahora resultase que yo también fuera uno.

Adelantándose a tu desencajamiento de rostro, manoteó el aire como quien niega algo a toda velocidad.

¡Es broma, es broma! ¡No lo soy! ¡Soy un espíritu!—dijo aguantándose la risa cómicamente—. Aunque si te digo la verdad, no sé a qué jerarquía pertenezco... muchos de nosotros quizá somos raros de ver o quizá nacimos de las emociones a las que los humanos os aferrasteis durante la última Ruina. Yo aún estoy un poco perd...

Cortó la frase a la mitad y enarcó mucho las cejas en gesto de sorpresa, mirando algo detrás de ti.

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19/12/2011, 09:02
Gabrielle

Me alegra que vinieras cuando lo hiciste —dijo con sinceridad Gabby. El hecho de que un espíritu se interesara en ella era reconfortante—. Entonces... supongo que mi Angustia ha terminado. ¿Te volveré a ver?

Aunque consciente de que podía ser uno de los trucos de Astucia, Gabby giró la cabeza para echar un vistazo a donde el espíritu estaba mirando.

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19/12/2011, 12:12
Espíritu del Velo

Esta vez resultó no ser ninguna de las bromas de Astucia. Atinaste a ver desaparecer por la esquina de tu casa el repulgo de una túnica blanca de aspecto etéreo, de hecho dejó tras de sí un suave humillo blanco.

Tras varios segundos de incertidumbre, unos dedos finos, esbeltos e inequívocamente femeninos se asomaron agarrando la esquina seguidos de la mitad del rostro de su dueña. Un tímido ojo de increíble color plateado os observó a ambos con cautela.

Cuando finalmente se atrevió a asomar un poco más la cara (lo suficiente como para que se viese el segundo ojo) distinguiste un suave y bello rostro ovalado, enmarcado por una melena que parecía brillar con luz propia, blanca y reluciente como el platino. De hecho toda la mujer en sí parecía emitir aquella suave luz blanquecina al igual que Astucia lo hacía con su gama de tonos dorados.

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19/12/2011, 12:19
Astucia

Es... ¡Es un Espíritu de la Fe!—exclamó Astucia con una sonrisa entre sorprendida y alegre—. Si ha estado mirándote todo el rato tienes más suerte de la que creía. Hagas lo que hagas, no la asustes, ¡resulta tan difícil que se dejen ver como que los de la Justicia cuenten un chiste!

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19/12/2011, 12:53
Espíritu de la Fe

El Espíritu de la Fe miró a Astucia y formó unos adorables pucheros, luego se llevó un dedo a los labios señalando "silencio" como si oírlo decir aquello en sí le diera vergüenza (cosa que provocó que él se riera entre dientes) Después te miró a ti y esbozó una sonrisita tímida. Era la sonrisa más tenue pero más bonita que habías visto nunca.

De hecho la expresión de aquellos hermosos ojos plateados era cálida y reconfortante, te hacía sentir bien y segura, como cuando estabas con tu maestra.

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19/12/2011, 13:25
Gabrielle

Gabrielle se quedó atontada contemplando al Espíritu de Fe. Las palabras de Astucia llegaban desde lejos, atenuadas. Era hermosa, y a su lado ella se sentía fea, sucia y llena de defectos. Aún se preguntara cómo un espíritu podría estar interesado en ella. ¿Pero DOS? No le cabía duda de que era sumamente extraordinario, que estaba presenciando algo que no se veía todos los días. Se sintió sobrepasada, y los ojos se le arrasaron de lágrimas de alegría y la tensión contenidas.

Gracias por venir —fue todo lo que alcanzó a decir Gabby con la voz estrangulada de la emoción, mientras se enjugaba las lágrimas con la manga de la túnica.

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19/12/2011, 13:38
Espíritu de la Fe

El Espíritu de la Fe ensanchó un poco la sonrisa en un gesto dulce, como si se fuese a reír. Un gesto que llenaba el corazón de paz con solo verlo.

Sentiste un cosquilleo en tu cabeza, como quien escucha el tintineo de una campanilla de cristal, clara y suave. Algo te llevó a pensar que debía ser cosa del espíritu que, o era tan tímido que no se atrevía a hablar, o tenía una forma muy peculiar de comunicarse, no estabas segura. El caso era que aquél "sonido mudo" evocó de un modo inexplicable la misma sensación en ti que si te hubiesen respondido un tierno «de nada».