Partida Rol por web

Has cabalgado hacia la ciudad, hacia la salvacion de tus compañeros, del bastion cuando os atacaron. Eres el unico que ha sobrevivido a esta combate. Notas que tus fuerzas te flaquean y que vas a caer del caballo, ves a lo lejos algo, no sabes que es, solo una figura y de repente caes al suelo semiconsciente. Lo ultimo que ves es a un tigre blanco que se acerca para olisquearte

Haciendo acopio de toda mi fortaleza restante cabalgo al límite de mis fuerzas, luchando por mantenerme erguido en una postura acorde con la situación.

El tiempo discurría con lentitud y, finalmente, agotado y sin provisiones, siento el flaqueo de mis piernas y como una ligera niebla iba haciendo presa en mi, velándome al vista.

En la lejanía una figura imprecisa se acerca cautelosamente hasta mi posición, pero antes de reconocerla caigo sobre la hierba húmeda. Mis últimas sensaciones son sentir algo áspero sobre la barba que aun no he podido afeitar.

Notas como te levantan del suelo sin mucho esfuerzo, que te llevan a otro lado, no notas el peso de tu armadura, tienes el cuerpo totalmente entumecido. Luego calor y algo calido que cae por tu garganta. Cuando abres los ojos, no sabes cuanto ha pasado, estas en una tienda de blancas paredes, en una cama cubierto por pieles tambien blancas. Estas desnudo y has restallado tus heridas, buscas tus ropas, lo unico que encuentras es una tunica sobre una butaca y en el exterior ruido, rugidos de grandes felinos.

Haciendo acopio de todas mis fuerzas me yergo sobre la cama y me dirijo hacia el lugar donde reposa la tunica. Mientras me acerco a tomarla aun los rugidos responsables de que me despertase resuenan en el exterior.

Esos rugidos parecen provenir de alguna clase de grandes felinos, ¿Qué harán en el exterior?

Busco con la mirada alguna de mis armas, y al no encontrar ninguna me arropo con la armadura de mi fe y el filo de mi convicción y salgo fuera de la tienda.

Bajo la tunica hay una espada en un cinturon tal vez para que no te sientas desprotegido. Cuando sales al exterior ves que hay un grupo de tiendas todas blancas en un circulo, un grupo de guerreros con armaduras blancas estan junto a sus monturas, son tigres, blancos como la nieve.

Acercándome más aliviado que asustado por la apariencia benigna de mis benefactores camino con pasos decididos hacia el centro del circulo, donde se encuentran reunidos los caballeros.

-Bien hallados caballeros, mi nombre es Ishamael, y creo que debo agradecerles el que siga respirando bajo la gracia de Adar.

Con estas palabras dejo claro mi situación discípulo de un dios benigno, así como mi buena disposición hacia ellos.

-¿Podría conocer sus nombres?

Bien hallado replico girandome y mirandote haciendo una reverencia leve con la inclinacion de cabeza. No esperabamos encontrar a nadie por estos caminos en nuestra vigilia por encontrar a alguien en esta nuestra mision para con nuestra diosa.

Miro al resto y hago un gesto para alejarnos tras acariciar la cabeza de uno de los tigres. Mi nombre es Armus y soy miembro de los Caballeros Niveos de nuestra señora Elhona

-De nuevo reitero mi agradecimiento por salvar mi vida Sir Armus, tanto a usted como a sus compañeros. Yo también tengo una misión sagrada, busco ayuda para los últimos restos de mi orden, asediados por fuerzas malignas en el Bastión del espino. Supongo que no sabréis de nadie que pueda ayudarme, o al menos en que dirección queda Limoria, que era el lugar a donde me dirigía para encontrar ayuda.

De Limoria en unos dias se reuniran con nosotros miembros de los vigilantes y de los Caballeros de plata. Si lo deseais quedaros y currar esas heridas, seguro que os podran ayudar.

Gustosamente yo mismo ire a ayudaros si es necesario

-Me siento muy honrado por su ayuda sir Armus, y estaria gustoso de esperar a que sus compañeros se renunieran con nostros, pues el Batión no podra ser liberado por dos meros hombres, por muy poderosos que sean. Y bien es cierto que es este estado no poddré hacer nada por ayudar a mis hermanos. Cambiando de tema sir Armus, supongo que vos habreis puesto a buen recaudo mis armas y armadura, son reliquias de mi orden y no me gustaria perderlas.

A buen recaudo estan no os preocupeis, estan reparando algunos arañazon que tenian. digo mirandote y comienzo a caminar hacia el centro del campamento.

Puedo conseguir los suficientes hombres como os haga falta. Solo tened paciencia, no tardaran mucho en llegar os lo prometo

¿Por que querrá ayudarme este caballero? Parece alguien en quien se puede confiar, pero la maldad se oculta bajo muchos y diferentes semblantes. Aunque es cierto que debo descansar al menos un día, y tal vez en ese tiempo informarme algo mas sobre este hombre y sus compañeros.

-¿Y cómo podéis lograr el apoyo de tantos hombres, sir? ¿Sois algún alto cargo de una orden de caballería? Tal vez debería haber oído hablar de vos.
 

Los caballeros niveos no solemos darnos a conocer mucho, saben donde estamos y eso es bastante. replico mientras hago un leve gesto y miro al cielo Pero tengo familia, una hermana un año mayor que yo, es paladin de la dama en Limoria, es uno de sus altos cargos. Lady Atriel Darkblade, tanto mi hermano gemelo Arathon como yo estamos muy orgullosos de ella.

Muy bien Sir Armus, agradezco pues de nuevo su oferta de ayuda, no le comprometería tan alegremente en una situación de menor envergadura, pero el peligro que corren mis hermanos es muy elevado.

Así pues, mientras descansamos estoy a su entera disposición, si necesita algo no tiene mas que pedírmelo.
 

Descansas y durante tres dias no pasa nada, al tercero ves la caravana que se acerca a lo lejos. A su frente se mueve una mujer de ropas negras y un hombre de armadura brillante.

Comienzas a sentirte mal, algo no va bien y al final tu propia garganta no te deja ni tragar, vas a ahogarte sin aire. Tu cuerpo se pone rigido y lo ultimo que ves es la imagen de un angel o eso crees que se acerca hacia ti, despues oscuridad y muerte.