Partida Rol por web

- ¡Dispara señor Wrigth, dispare! - Le imploró Knox.

Ante el grito de Knox ya habiendo apuntado hacia la criatura dispare  como mejor pude, quizás no era mi mejor tiro, hacía años que había renunciado a disparar un arma para llevar a cabo mi trabajo, no lo necesitaba me  había echo una promesa de no derramar más sangre y que mi  mente seria mi nueva arma, pero a veces cuando el mundo cambia de golpe a tu alrededor  y las cosas que solo pasan en las pesadillas se vuelve realidad tienes que renunciar a tus principios para seguir adelante, para sobrevivir, aquel solo sería el primer momento de muchos en los que iba a tener que renunciar a viejas promesas.
Todos esos pensamientos pasaban por mi cabeza mientras apretaba el gatillo y se oía resonar un tiro en aquello cueva.

Norman reaccionó con rapidez, apretando el gatillo justo delante de aquella criatura, y seguramente, consiguiendo impactar más de una vez en ella, pero no pareció conseguir nada con ello.

La serpiente se removió en el mismo sitio y a continuación se curvó para volver a desaparecer por otra de las rocas, dejando todo el lugar, de nuevo, en el silencio más absoluto e inquietante. 

La grieta ahora estaba vacía.

Vi huir aquel ser pero por lo que parecia mis disparos no habian sido fatales, pero lo suficiente para que se retirara dejando nuestro camino vacio.
¿Se encuentran todos bien?, ha huido estamos a salvo-digo viendo que alguno se encontraba visiblemente aterrado por la situación, lo cual era normal  despues de todo lo que estaba pasando y en lo que queria no pensar por miedo a caer yo mismo en la desesperación.

- ¡Sí gracias a usted! - Exclamó Knox. - ¡Santo cielo! ¿Pero qué era eso? - Lanzó la pregunta al aire sin esperar respuesta alguna. - Hemos estado cerca... - Suspiró aliviado.

Knox necesitaba un cigarrillo. Ante situaciones de estrés cómo aquella siempre necesitaba uno. Por suerte no eran muy habituales en su vida diaria escenas cómo aquella, de hecho su vida solía ser aburrida y monótona y era así cómo a él le gustaba vivir. No debería haber ido en busca de Thomas, eso lo tenía claro.

- ¿Volvemos? - Preguntó el profesor . - Tenemos que cenar y descansar. Alguien debería montar guardia, digo yo...

Quizás fuera todo lo encontrado en la casa de su padre, o quizás fuera el extraño viaje en el que se habían sumido por aquellas montañas, pero lo cierto es que la aparición de aquella criatura no le sorprendió en absoluto a Roger. Parecía que estaba preparado para cualquier infierno. Sin embargo vio a su hermano temblar de nuevo como un flan. Viendo que Wright estaba predispuesto a terminar con aquella impía criatura, Roger decidió ponerse cubrir a su hermano Kenneth por si la criatura buscaba atacarla. 

Con la criatura huida y viendo los nervios de Cleveland y su hermano, Roger propuso hacer turnos entre los más estables del grupo.

-Propongo que nos turnemos entre Knox, Wright y yo mismo. Así Cleveland y Kenneth podrán descansar y quizás calmar los ánimos. 

- Me parece una buena idea... - Dijo Knox. - Yo haré la primera guardia si no les importa. De ser posible me gustaría dormir del tirón. - Se tocó la espalda en un claro gesto de dolor. - Soy viejo ya para estos asuntos, señores... - Era evidente que el dolor de espalda que le había sobrevenido tenía más apariencia de fingido que de real, pero lo que nadie podía objetar era que Konx Makepeace era el más viejo de los allí presentes.

-Entonces yo haré la segunda guardia Knox. 

A pesar de aquellas palabras, Roger no se sentía cansado, es más sentía la urgente necesidad de escribir todo lo que les había pasado en su libreta por si acaso algo les sucediera tener un manuscrito sobre los horrores que habían contemplado. Así si alguien les encontrara en un fatal estado, al menos tendrían más información de la que ellos disponían en esos momentos. Se tumbó junto a su hermano y empezó a escribir en su libreta. Prefería no dormir, por si Knox necesitaba ayuda en aquella horrible noche. Ya tomaría un sueño en la tercera guardia. En caso de que hubiera. 

si ha estado cerca no debemos descuidarnos, me encargare de la tercera guardia, espero que ese animal no vuelva- digo  mientras denoto el cansancio en cuerpo y mente, aquel dia habia sido agotador necesitaba descansar y desconectar de aquella situación con miras a enfretar la buesquedad del bueno de Thomas al dia siguiente - de todos modos cualquier cosa avisenme

La noche transcurrió sin sobresaltos. Como aún estaban cerca de la entrada, el viento aulló con fuerza hasta que el Sol apareció por el horizonte y el frío atenazó vuestros músculos. Sin duda, las temperaturas habían bajado considerablemente. 

A pesar de todo, de disponeros a una vigilancia rotatoria y prepararos para cualquier peligro, el último de los turnos resultó ser particularmente duro, dado que hacía demasiado frío. Cuando Norman dio un sobresalto al darse cuenta de que se había quedado dormido, vio una sombra que se alejaba de la grieta, corriendo, hacia fuera.

Alguien había entrado y salido de allí sin que se diesen cuenta.

Para cuando sus ojos se abrieron completamente, la figura había salido ya de la cueva.

La noche era fría, la guardia se hizo especialmente dura y por un momento sin quererlo llegue a cerrar mis ojos,  cuando los volví abrir tras no mucho tiempo o eso esperaba pude ver alejarse una sombra corriendo de la grieta, lo cual me alarmo.

Señores, despierten- dije a viva voz a mis compañeros mientras me levantaba a echar un ojo.

-Lo siento mucho pero el cansancio ha podido conmigo y por unos momentos he cabeceado, alguien o algo ha aprovechado la situación  para colarse en la grieta, he podido ver como salía corriendo pero demasiado tarde  para poder pararlo- digo bastante compungido ante aquella metedura de pata no propia de un hombre como el, quizás el cansancio mental h hecho mella en mí.

Después empecé a buscar cualquiera pista o detalle que nuestro visitante pudiera dejar atrás.

- ¿Quién en su sano juicio entraría ahí? - Preguntó Konx y entonces se puso en pie y salió de la cueva tratando de ver si lograba ver aunque fuera de espaldas a la persona que había irrumpido en la cueva.

¿Y si era Thomas? Tenía al menos que tratar de descartarlo. Posiblemente ya no viera nada, pero tenía que intentarlo. 

- ¡Thomas! - Gritó al acercase a la entrada de la gruta.

Thomas regresó al interior de la cueva. No había sido capaz de localizar a nadie. Sin duda, fuera quien fuera era rápido como una gacela y sigiloso como un felino. 

- Es un lástima que se haya quedado dormido señor Wrigth, pero le entiendo. El cansancio tanto físico como mental de ayer es suficiente excusa y por suerte... - Dijo nada más regresar mientras encogía los hombros. - ... de momento al menos estamos bien. - Dijo con una sonrisa. - Sea como sea... - Se quedó pensando por unos momentos. - ¿Vamos a dejar la gruta sin investigarla? Podríamos buscar unas ramas gruesas y afilarlas como estacas. - Dijo fantaseando en su cabeza. - De esa forma igual podríamos entrar allí a investigar manteniendo alejada a esa cosa... - El profesor barajaba esa opción en voz alta, aunque en su cabeza todavía no tenía muy claro si era o no buena idea. - Si alguien ha entrado allí igual hay algo que nos desvele más acerca de éste misterio.

gracias por comprenderlo señor Knox- le dije ante sus amables palabras mientras me agachaba en el suelo observando un rastro de huellas- por lo que se ve la persona que ha entrado, ha dejado unas huellas al salir de la cueva entre los huesos quizas podamos ir detras de el  si ha dejado algún rastro fresco mas adelante, por otra parte ...- dubidativo miro hacia la grieta- podiamós adentrarnos en la guarida a ver que encontramos dentro y si nos aporta información, pero puede ser un tanto peligroso
 

Después de el encuentro con el monstruo tuvo clarísimo que, si hubiera sido por él, habría muerto (O quizá algo peor) en ese momento. Temblaba de pies a cabeza, y aunque por algún milagro el cuchillo no se le había escapado de las manos, la única persona a la que podría haber hecho daño con él era a si mismo. El retumbar de los disparos en la cueva desde luego no mejoró su animo, y aunque había visto a la criatura desaparecer, la paranoia todavía lo tenía consumido.

Cuando llegó el momento del descanso, a Kenneth se le notaba intranquilo y se despertó varias veces durante la noche, aunque siempre tardaba poco en volver a ser consumido por un sueño intranquilo. Las noticias de alguien perdiéndose por la grieta, desde luego, no ayudaron a que se sintiera mejor.

- Debo recordar - Musitó - Que la criatura recibió varios disparos del revólver de Norman, y no pareció que le importara demasiado. Dudo mucho que unas estacas vayan a mantenerla a ralla, si decide que de verdad quiere cazarnos - Se fijó precisamente en Norman - ¿Le quedan balas todavía?

Dormir al menos unas horas le sentó bien a Roger, aun así saber qué una criatura o persona les había acechado en su reposo no le tranquilizaba en absoluto. Aquella grieta parecía conducirles a su destino, ya sea de descubrimiento o de fatalidad. ¿Habría pasado su padre por aquella grieta también? 

-Caballeros tenemos dos opciones. O volvemos sobre nuestros pasos y retomamos el otro rumbo de sangre. O aceptamos esta grieta como único destino. Propongo hacer frente a la persona o criatura que nos acecha de una vez por todas. Si es la criatura de antes recordemos que debe estar herida, por lo tanto es vulnerable. Lamentablemente usted señor Norman es el que posee la arma más letal. No es por cobardía, pero sugiero que encabece la marcha por la grieta. Con gusto cubriré sus espaldas con el cuchillo de cocina que llevo como única arma.   

A pesar de haber dormido toda la noche, no había podido alejar de mí el recuerdo de esa criatura saliendo de la grieta.  Oí a mis compañeros comentar que alguien había entrado a la cueva mientras dormíamos. Y para colmo, querían adentrarse en la grieta de donde había salido…eso.

- Señores, si el extraño que ha entrado aquí esta noche ha salido para fuera de la cueva, quizá deberíamos intentar encontrarlo. Algo querrá…o algo se habrá llevado. ¿Han comprobado sus pertenencias?