Partida Rol por web

- ¡Ve dentro, joder! - Exclamó el otro agente.- ¡Va, yo me encargo! 

El agente Erflog se contuvo unos momentos. Miró a los agentes de la OFI y finalmente se dio media vuelta desapareciendo en el interior de una de las oficinas. 

- Bueno... - Dijo McDenis tratando de calmarse. - Reconocerán que los suyos tampoco han sido los mejores modos. - Comentó. - El respeto debe ser mutuo. - Trató de hacerles ver que la reacción de Jones quizás había sido desmesurada. - Aunque no se qué ha desencadenado todo esto. - Tomó aire. - ¿Vamos a calmarnos, verdad? 

- ¡Quiero sus números Othar! - La voz de Daniel salió del interior de la oficina. - ¡Sobre todo el de ella!

- ¡Calla joder! - Le lanzó un grito a su compañero. - La jefa no está disposición ahora. No está de servicio y salvo una buena razón que no pueda esperar a mañana, no la voy a molestar. - Sacó toda la artillería. - Tendrán que rellenar un formulario con sus números de agente solicitando la información que piden. Es el protocolo. - Sacó un formulario de debajo de la barra. - Si están tras una investigación tendrán que añadir la solicitud al informe judicial como ya sabrán. De lo contrario no les puedo dar los datos. - Si podía hacerlo, pero de manera extraoficial. Realmente no mentía en aquello. Si finalmente el tal Peter Val-Unduil tenía algo que ver, iban a necesitar aquella petición para aclarar al juez como lo habían localizado. Burocracia. - Más tratándose de menores de edad. ¿Que edad tiene el fugado?

Podía notar como mi mano volvía a temblar. Sin duda alguna, aquel arranque de mal genio había venido dado por varias cosas, pero principalmente, por las intensas emociones con las cuales había debido lidiar durante aquel día, de dos familias que se estaban enfrentando a los problemas en situaciones muy diferentes, pero igualmente importantes, porque la muerte de Marie había sido tan devastadora como podía serlo para la señora Maslowe el descubrir que su hijo era un asesino.

Pero la palabra clave era "devastada", que era como yo me sentía en realidad y al enfrentarme a aquellas madres y aquel padre tan profundamente destruido en su interior, y ahora al sufrimiento de una pobre mujer que parecía ignorar lo que podía encontrarse dentro de poco, toda mi rabia y mi desesperación habían encontrado una manera de escapar.

Aquel joven policía era un imbécil, de eso no tenía ninguna duda, y no se daba cuenta de los sufrimientos que rodeaban aquel caso, ni evidentemente, el mío, y merecía no aquella respuesta sino otra mucho más intensa. Merecía tener que hablar con aquellas madres y sentir su dolor como si fuese a él a quien le hubiese sucedido algo similar.

Sobre todo, lo sentí por Kharis, que saltó para defenderme, lo sabía, y estaba pagando por mi falta de autocontrol.

Apreté el puño, sabiendo que era el momento de dar un paso al frente, esta vez no para pelearme con nadie, sino para dar la cara por lo ocurrido, y eso fue lo que hice.

-Discúlpeme, oficial. He sido yo quien ha saltado contra su compañero, entre otras cosas porque su actitud distaba mucho de ser cooperativa y empática con todo lo que está sucediendo. No digo que no sienta lástima por las familias que están afectadas por la tragedia es ver a un ser querido asesinado, pero creo que hay que hacer algo más que soltar un "¿qué ha sucedido esta vez?" como si nosotros hubiésemos venido por gusto, solo para fastidiarles. Estamos aquí para encontrar a un asesino y conseguir que estas familias encuentren algo de paz. Ese tal Peter es el nombre que nos ha dado la madre de Jonathan Maslowe, que se ha fugado. Se trata de un amigo del joven Maslowe y podría ser el asesino que buscamos. Hay que encontrarlo. Seguro que en esta ciudad hay alguien que sabe quién es y dónde vive y puede venir con nosotros si quiere, pero debemos encontrarlo deprisa, o tanto él como Jonathan podrían estar en peligro, si sospechan el uno del otro. 

Miré a Kharis con gesto de tristeza y agotamiento.

-Agente.... Daeric, creo que le esperaré... en el coche -le dije, dándome la vuelta para dirigirme a él. Necesitaba recuperar el control de mi mano y de todo mi cuerpo y sabía cómo conseguirlo. 

- Si su compañero supiese comportase, no hubiera pasado nada. - Le dije con voz calmada a quien parecía estar poniendo paz. - Pero si nada más entrar provoca, es lo que pasa y ha tenido suerte de que haya sido ella quien haya reaccionado primero. De haber sido yo, puede que ahora no pudiese ni hablar... claro que estoy a tiempo. - Dije con una sonrisa dedicada al capullo que seguía montándola. Mi mano sostuvo la mano temblorosa de Jones y la retuve a mi lado. No era el momento de que se quedase a solas.

- Usted no tiene que disculparse agente Jones. Nosotros solo hemos venido a trabajar. - Hablé a mi compañera con un tono protector, buscando calmarla a ella y su temblor de mano, dejándolo oculto bajo la mía. -  Quien nos ha tratado mal y con recochineo ha sido el agente que nos ha atendido sin pensar en la tensión que podemos traer de la calle. Y es que, efectivamente, se trabaja muy bien detrás de un mostrador sin saber lo que es investigar nada. - Le tiré al hombre a mala leche para luego responder al otro, pero sin perder el temple y la compostura.

- Así que ahora nos sale con la burocracia... Nosotros estamos aquí porque ustedes nos llamaron y nos pidieron ayuda con el caso. Si nos van a poner trabas para trabajar, creo que lo mejor que podemos hacer es hacer nuestro informe, diciendo en la OFI que tras la petición de ayuda e insistencia de la policía de Sarns y sobre todo de las múltiples peticiones de su superiora, al no recibir colaboración por parte de la oficina ni de sus empleados, no podemos avanzar más en la investigación y daremos el caso por cerrado. - Suspiré.

- Creo que por lo que hablamos con su jefa esta mañana y sabiendo la cantidad de veces que ha pedido ayuda a la OFI para otros casos en los que, amparados por el caso de Marie, íbamos a investigar debido a que no podemos descartar nada, le hará poca gracia que cerremos el caso de la joven porque alguno no sabe controlarse y busca las cosquillas a quien no debe y otro decide entrar al trapo y molestar más. - Miré la hora en mi reloj.

- Creo que deberíamos llamar a la señora Malowe y que solicite ella la orden. Es su hijo y si damos el caso por cerrado ya, podrá cenar con su cita, agente Jones. Yo daré una vuelta por ahí, cenaré algo y cancelaré la estancia en el motel. Esta noche dormiremos en nuestras casas y mañana nos darán un nuevo caso, quedando Sarns enterrado en el olvido. - Dije mirando a mi compañera.

- Porque eso es lo que quiere, ¿verdad? La pena será no poder ver la cara de su jefa cuando se entere de todo esto por su pique con la OFI. Le recuerdo que si estamos aquí ha sido por la insistencia de su superior, no porque vengamos a quitarles nada. - Me volví hacia Jones. - Llame a la madre de Jonathan y dígale que no podemos hacer más, que debe poner la denuncia ella de la fuga de su hijo. Otra que se alegrará de la eficacia del cuerpo de policía de Sarns. Vi una cafetería al otro lado de la calle, podemos hacer tiempo allí antes de irnos y cumplimentar el informe mientras. Así dejaremos la copia del mismo cuando nos terminemos el café, aclarando porque cerramos el caso. ¿Le parece bien agente Jones? De paso llamaré a nuestra superiora, que no tendrá reparos en llamar a su jefa y que le explique lo que ha pasado. - Dije mirando al supuesto pacificador.

- La OFI no da segundas oportunidades. Así que... buena suerte con el caso de Marie y los que tengan sin resolver. Vámonos Jones. Ya llegará la queja hacia el agente 30015 desde la OFI. Solamente lo lamento por la familia de esa joven quien, gracias a quienes han jurado cuidar y proteger a los habitantes de este pueblo, se quedará sin respuestas de lo ocurrido con su pequeña... Y si resulta que tienen un asesino en serie, será complicado que la OFI acceda a trabajar con quienes no quieren colaborar tras solicitar ayuda. No lo olviden para otra vez, si es que hay otra vez. Adios agentes. - Y con eso les di la espalda dispuesto a irme.

Era todo un maldito farol, pero no iba a estar esperando ni aguantando estupideces de aquellos hombres. Que se diesen cuenta a quienes iban a joder solo por jodernos a nosotros. Al menos teníamos más sitios por donde tirar y la dirección de Peter la podría sacar desde la OFI, gracias a mi informático favorito. - Pobre señora Malowe... cuando le digamos que tiene que poner la denuncia ella y esperar entre 24-48 horas para que sea efectiva, creo que su visión sobre la policía local cambiará por completo... como los padres de Marie. Deberíamos ir a despedirnos de ellos antes de marcharnos y que sepan que por nuestra parte el caso está cerrado y que sepan los motivos, ¿no cree agente Jones? - Ahora que estaba de espaladas a los agentes, guiñé un ojo cómplice a mi compañera, hablando lo suficientemente alto para que me escuchase el agente presente.

Querían mierda. Pues eso les iba a caer. A toneladas.

- ¡Será capullo el tío! - Se escuchó de nuevo la voz del agente que les había atendido en primer lugar. - ¿Cómo se atreve a decir tal sarta de tonterías? - Sacó la cabeza por el marco de la puerta. Su rostro estaba enrojecido por la rabia. - ¡Por mi como si se meten su investigación por el cu...!

- ¡Calla joder! - El otro agente se puso serio. - ¡Estoy al mando ahora! ¡Soy el más veterano! - Le recordó. - ¡Métete allí dentro y cállate, joder! - Le ordenó. - ¡No me pongas más difícil la situación! ¿Entendido? 

El agente McDenis parecía querer mediar. Era bastante más comprensivo que el otro agente, el cual parecía también algo más novato y bastante más impulsivo, toda un bomba de relojería en la calle. 

Danil se le quedó mirando unos instantes.  ¿Le estaba desafiando? Sin duda estaba enfadado y aunque pudiera tener algo de razón, sus malos modos se la estaban quitando y cuanto más hablaba más se calentaba y más tonterías decía. Fuera como fuera, Danil finalmente pareció calmarse, bajó la mirada y se retiró al interior de la oficina.

- Haz lo que quieras Othar... - Le dijo decepcionado. - Total, voy a cobrar lo mismo a fin de mes...

- Bueno, disculpen a mi compañero... - Les dijo. - Tiene la mecha corta. - Se encogió de hombros. - Verán, hemos empezado con mal pie, por lo que sea. Están ustedes bajo mucha presión y nosotros, bueno, tenemos más trabajo del que podemos abarcar, pero al fin y al cabo, estamos del mismo bando, ¿no? - Miró a los agentes de la OFI. Su discurso no parecía estar convenciendo a nadie. Resopló. - Bueno, verán... les diré lo que haremos. - Carraspeó. - Voy a darles la información que me piden. No me cuesta nada sinceramente. - Empezó a teclear en el ordenador. - Sepan que me estoy saltando una orden de servicio. La jefa quiere que se identifique a todos los agentes que piden información de nuestra base de datos. Si quieren les puedo enseñar la orden. - Alzó la mirada del ordenador. - Y lo que les he dicho antes, de la petición formal, es sencillo. Si quieren puedo yo mismo rellenarla y luego poner sus números. Me hacen un favor con mi jefa y si el juez solicitara dicha papelucho,  pues estaría hecho. - Sonrió. - ¿Les parece?  Creo que es la mejor solución para todos.

Acto seguido les facilitó un papel directamente impreso del padrón de habitantes con los datos del tal Peter.

Nombre: Peter Val-Unduil. Número de identificación: 6913673VV.  Fecha de nacimiento: 03 Kairuan 228

Nombre de los padres: Valdris y Samntha.  Lugar de nacimiento: Sarnis. Domicilio: C/ Brook 128 6o P03 D

Localidad: Sarns.

Me detuve a mitad de camino, todavía con mi mano temblorosa agarrada con fuerza por la otra. No era culpa de aquel policía idiota. No era culpa de nadie... salvo del malnacido que se había llevado a mi hijo. Ese era quien había hecho de mí una sombra de lo que en realidad era.

Al oír al agente McDenis, me volví hacia él. Al menos sabía lo que de verdad merecía la pena. Miré a Kharis y asentí con la cabeza.

-Lo único qué queremos es atrapar al hijo de puta que está cometiendo los asesinatos en su comunidad y creemos que podemos haberlo encontrado. Cuanto antes tengamos ese nombre, antes podremos acabar con todo -dije con sequedad, mientras me acercaba a mirar el nombre que estaba sacando.

Con él en la mano, volví a mirar a Kharis.

-Debemos darnos prisa. Sin duda, Jonathan le habrá avisado -le dije, para acto seguido, volverme hacia el agente -. Deberían prepararse para poner otra orden de captura contra este chico. Dudo que tengamos tanta suerte como para que esté esperándonos si sabe que vamos en su busca.

Ya teníamos una dirección. Ahora necesitábamos de algo de velocidad y un poco de suerte.

Ya eran las 19:15 horas cuando lograron sacarle el nombre y el domicilio de Peter Val-Unduil a la policía de Sarns. Si Daeric quería ir a la OFI y estar a las 19:30 horas, ya llegaba tarde. Tendría que correr para aún así llegar tarde. En cambio, para Jones era pronto todavía para ir a casa de los Marvin, aunque tarde para hacer otro tipo de visitas  o averiguaciones. 

Miré la hora y luego a Jones. Se me había pasado el tiempo volado y más aún con los capullos de los agentes de Sarns. Mañana hablaría con su jefa y le dejaría las cosas claras. Al menos nos llevamos la dirección del tal Peter y se quedaron sin nuestros números de identificación. - Que se jodan.

Si su jefa pretendía que pasásemos por todo el papeleo, investigando el caso de las prostitutas y dejando rastro de nuestra investigación en su oficina, para mí había acabado ese caso ya. Me centraría en el de Marie y cumpliría las normas. A ella le iba a tocar elegir que quería sacrificar y encubrir, porque yo no iba a poner en riesgo la carrera de Jones ni la mía por sus propias normas. Que toda la documentación que solicitásemos en ese momento se rellenase a su nombre si quería ayuda extra o a la mierda todo.

- Tengo que irme a la OFI. - Le dije a Chandrelle secamente. - Ya voy tarde y necesitamos la información que me pueda dar mi informático favorito.* Y como no es la primera vez que me apartan de un caso y sigo investigando por mi cuenta, pues es fácil que asuntos internos ande pendiente de mis llamadas y correos durante unos días...  y siendo usted mi compañera, se lo puede aplicar.

» Aún están los comercios abiertos. Ya que no va a ir a casa a por nada, cosa que yo si haré, puede aprovechar para comprarse lo que necesite y de paso una botella de vino para la cena o un postre. - Dije con amabiliad recordando aquellos tiempos en los cuales me invitaban a comer en casa ajena y siempre lo pasaba mal para decidirme en que llevar. Hacía años que no tenía que pasar por ese trauma, algo que sinceramente, me alegraba.

- Si quiere que le acerque a algún lado... - Dije dándome cuenta de que aún sostenía su mano,- sólo tiene que pedírmelo.

Entendía la actitud de Kharis. Tenía que regresar a la oficina en busca de información sobre el portátil y eso era algo que no podía esperar.

-Claro. Debe regresar y obtener toda la información que pueda -le dije, todavía intentando minimizar la situación inestable que yo misma había creado. Poco a poco mis temblores iban desapareciendo y notaba como me tranquilizaba. Pero sabía que necesitaría más tiempo antes de conseguirlo completamente -. No se preocupe por mí. Cuando venga, reanudaremos las investigaciones.

Pero no deseaba rendirme tan pronto, así que cuando me preguntó, endurecí la mandíbula.

-Pues... podría dejarme en  la calle Brook 128. Creo que antes de prepararme para ir a la cena, debería hacerle una visita a Peter, aunque fuese solo para meterle miedo.

Y sabía lo que podía decirme. Qué no debía ir sola porque si se trataba de un asesino, mi vida corría peligro. Pero en verdad no deseaba dejar escapar aquella oportunidad. No nos habíamos peleado en la comisaría para ahora dejar la visita para el día siguiente.

-Tendré cuidado, agente Daeric, no se preocupe. Y en cuanto deje mi tarjeta de visita, iré a esa cena.

- No. De ninguna manera dejaré que vaya sola a ver a un sospechoso. Los datos de la granja pueden esperar. - Pues eso era lo que estaba buscando el informático. Dudaba que las pruebas enviadas esta tarde hubiesen sido si quiera sacadas de sus bolsas y comprobadas. - Si quiere ver a Peter lo hará conmigo a su lado. - Le dije con determinación, soltando su mano de una vez al sentir que se calmaba.

- Quizás no sepa nada y abra él y de un solo empujón... no, no me gustaría tener que ir a visitarla al hospital por dejarla sola ante un sospechoso. Además no sabemos ni de que es. Lo mismo solo son drogas... son adolescentes y estúpidos. Uno tiene la pasta y el otro los contactos... Para llegar hasta aquí, los idiotas de la comisaría de Sarns no nos hubiesen necesitado, Jones.

Abrí el coche. - Suba. Nos vamos a ver a Peter. Luego me iré a casa a por mis cosas y volveré. - Para ir mañana de nuevo a la OFI a ver que hay... y hacer dos viajes para nada.

 Finalmente condujeron hasta la calle Brook número 128, llegando hacia las 19:25 horas. Consultado el gps del teléfono móvil, había unos quince minutos hasta la calle Norte número 134, donde vivían los Marvin. Lo cierto era que se les empezaban a acumular las pistas que investigar y el tiempo se les hacía escaso. Fuera como fuera, estaban allí para un primera entrevista con el sospechoso y para descartar a  Peter como sospechoso o bien... reforzar su creencia en que podía estar involucrado. 

El domicilio de Peter y su familia era, como la  mayor parte de edificios de la zona, una planta baja. Se trataba de un edificio muy bien conservado, de fachada de piedra y con un tejado de tejas azules. Una vivienda para otra familia acomodada de Sarns. La típica familia perfecta, con un padre perfecto con un buen trabajo, una madre perfecta ama de casa y uno o varios niños estudiosos. El típico esteriotipo, aunque todo podía ser muy diferente.

Se acercaron a la puerta principal. Caminaron a través de un camino de losas de piedra flanqueado por una zona de césped. Junto a la entrada, había la caseta de un perro y de allí surgió, atado a una cadena, un rottweiler que les miró con insistencia, aunque no ladró ni presentaba una actitud hostil hacia ellos, simplemente vigilante. Al subir varios escalones hasta el porche delantero se situaron frente a la puerta y sobre una alfombra sobre la cual estaba escrita la palabra "quilenstïi", que en el idioma de los elfos  se trataba de un saludo muy formal.

Jones miró a Daeric y asintió. Éste tocó al timbre y momentos después escucharon a alguien acercarse a la puerte.

Una chica joven de cabellos rubio y orejas puntiagudas abrió la puerta para recibirles.  En ese momento, al encontrar a los agentes al otro lado, frunció el ceño e inclinó el cuerpo un poco hacia atrás. Sin duda estaba sorprendida ante lo que descubrió del otro lado de la puerta.

- Buenas tardes. - Dijo la joven. - ¿Qué... qué desean? - Preguntó, pero no esperó a la respuesta. - ¡Padre! - Alzó la voz.

Un hombre de raza elfa y con la cabeza rapada se acercó hasta la puerta y cuando vio a los investigadores, también aparentó cierta sorpresa.  

- Yo me encargo, Erika... - Le dijo a la chica joven.  - Valad Val-Unduil.  ¿En qué puedo ayudarles?  - Les preguntó.