Partida Rol por web

Al ver que no hay nadie John piensa que hay que colocar las cosas a su favor, las luces son un algo que juega en contra de la obtenebración por lo que estará pendiente de ver cajas de fusibles donde pueda desconectar la luz, al ver que no hay nada de provecho en el salón y que todo esta silencioso, decide salir con el mismo cuidado con el que entró.

Debía acabar con la competencia y eso era definitivo y sería mejor de a uno por uno pues existía la posibilidad de que entre 2 se aliarán y decidieran acabar con él para luego matarse entre sí.

Con sumo cuidado sube las escaleras.

Di un paso atrás al abrir aquella puerta, sorprendido por la forma del ave que parecía a punto de abalanzarse sobre mí y por la figura que siguió impasible pese a mi intromisión. Aquel no había de moverse más, pronto lo comprendí.

Admiré los ojos del buho, y toqué sus plumas sedosas y fuertes. Con las alas extendidas era un animal hermoso. Las garras habrían atrapado cantidad de bichos una noche tras otra. Pero ahora solo era un pajarraco que los críos maltrataban. Como aquel estúpido que se había quedado en los huesos. Pensé en algún capullo bienintencionado, donando su cuerpo a la ciencia, creyendo que unos investigadores salvarían vidas gracias a sus despojos. Y allí estaba, aguantando las patadas de críos enrabietados. Y pese a todo, se reía. Y eso no me gustó.                                                         

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- Ríete ahora, hijo de puta - como si fuera un pequeño balón, sostuve la calavera en la mano y cruzando la sala, me situé frente a la colección de frascos y material que no había conseguido identificar. Apunté y lancé la cabeza de aquel desgraciado contra los botes. - Y el triple de Archi empata el partido - reí, aunque aquello había sido más bien una bola rápida, y eso me hizo volver a reír. Jeje.

Apagué las luces y salí de allí, dejando la puerta abierta. Busqué uno de los escalpelos y jugueteando con él en la mano, avancé, de nuevo en las sombras.

Atraviesas la plaza central por el medio agachado y sin dejar de observar el edificio que queda frente al polideportivo. 

De repente oyes otro golpe más flojo que el primero y una serie de objetos precipitarse contra el suelo, te parece oír una voz pero eso último no está tan claro. Viene del interior del lugar al que te diriges.

Y ahora la luz se apaga confirmándote que hay alguien dentro del edificio.

Estas solo a unos 5 metros de la puerta de entrada. 

Los botes se caen en cadena con el tiro de calavera y salen rodando por el suelo hasta tus pies.

La muerte no te ha quitado las facultades de deportista.

Con los bisturís y las tijeras, sales del laboratorio, cerrando las luces y fundiéndote con la oscuridad que te rodea.

De repente escuchas ruidos de pasos fuera.

Agudizas tus sentidos para tratar de detectar ruidos o algun indicio cercano de tus competidores.

Nada. Silencio absoluto.

Sales con cuidado y subes las escaleras sin hacer ruido.

Otro pasillo se abre ante ti

"Aula de música" "Informàtica" "3-C" "3-B" "3-A"

se lee en los carteles frente las puertas.

Del mismo modo que él se acercaba a la luz, la voz y el movimiento, estarían haciendo los demás. Y era posible que quien fuera que anduviera en el interior del edificio se dispusiera, por esa misma lógica, a salir de él. Por tanto buscó algún lugar donde esconderse y mantenerse hierático, al menos hasta que sus sentidos apreciaran con mayor exactitud la situación actual. Debía transformarse en un depredador, silencioso y astuto; y era esta última propiedad la que pensaba explotar antes que ninguna otra

Ruidos. Pasos que se acercaban. Me pegué a la pared que recibía menos luz. Me fundí con ella. Me agaché y esperé, intentando determinar de dónde provenía aquel sonido. Sonreí y mi boca debía ser un espanto con aquel gesto. Pero sonreí de todos modos, pues el enemigo era descuidado, anunciaba su llegada, quería morir.

Ya estaba en el piso de arriba, nada aún de los enemigos, quizás estaban eliminandose entre si en este momento. El silencio era rey, sin señal alguna de peligro, donde podían estar?, pensó, en las canchas de deportes como primera opción, el comedor sería otro lugar a donde ir, lo más probable es que estas aulas obviamente estuviesen todas solas a menos que sus contrincantes fueran mejor que él en el arte del silencio y estuvieran pillandolo para salirle por la espalda.

Sin más continuó caminando, con toda la precaución y silencio posible, revisaría las aulas igual que en el piso de abajo, algo debía poder encontrar.

Rápidamente buscas un escondite cerca de la puerta de entrada al edificio bajo lateral donde quedarte quieto e immóvil a la espera que apareciera tu oponente.

Acabas de cerrar la puerta del laboratorio y dar unos pasos a través del pasillo, cuando alertado te pegas a la pared rápidamente. Hay aulas a ambos lados del pasadizo y algunos tablones con notas y hojas de horarios colgadas con chinchetas.

Frente a ti el pasillo hace un recodo por el que ves entrar la luz del recibidor.

Te encuentras a unos 20 metros de la puerta de entrada principal del edificio.

Vas revisando las aulas una a una procurando no hacer ruido. Al principio deslizándote al interior de las clases e inspeccionando con minuciosidad, y a medida que vas viendo que la mayoría de ellas son iguales o muy similares empiezas a abrir lentamente las puertas y simplemente te asomas para ver que su interior resta vacío.

Comienzas a pensar que aquello es una broma de mal gusto y que no hay rival alguno al que cazar. Pero al mismo tiempo, una tensión en la espalda te dice que debes seguir alerta y atento.

- Vaya Vaya... parece que las fichas se van acercando, quizás tendremos un bonito encuentro de ex-alumnos más pronto de lo que pensaba.

- Por otro lado, Johnathan se está acercando peligrosamente a una de las aulas con sorpresa! jajajajaja venga, venga... no te dejes ni una clase sin revisar!!! jajajajaja

La casilla que marca a Johnathan sigue moviéndose, mientras que las otras dos se han quedado prácticamente paralizadas.

Tu rival se esconde como la mierda. Oyes perfectamente los pasos de su carrera y como sus pies se quedan quietos al lado de la puerta de entrada. No sabes si está a la izquierda o la derecha de la puerta, pero lo has oído con claradidad pararse ahí.

Cuando ves la luz cerrarse, haces un pequeño esprint hasta pegarte a la pared que queda a la derecha de la puerta de entrada del edificio. Te quedas inmóvil con la espalda contra la fachada y escuchas como una puerta se cierra al fondo y como los pasos a mitad del pasillo se detienen en seco ¿Te habrán oído? por el sonido de sus pisadas dirías que tu enemigo no se encuentra a más de 20 metros de tu posición.

Pero ves algo más. Es un reflejo fugaz en una de las ventanas del piso superior del otro edificio que ahora te queda en frente, el más grande de todos de apariencia noble y señorial ¿Se ha movido algo, o ha sido tu imaginación?

Mientras registras una de las clases por encima te parece ver algo por la ventana, cuando te acercas ves a un tipo rubio de unos 30-40 años y tatuajes en los brazos corriendo hacia el edificio adyacente al que te encuentras. 

El chico da unas zancadas hasta la fachada del edificio contiguo y se pega de espaldas contra la pared, al lado de la puerta del mismo. Te hace pensar que ha visto algo o a alguien dentro, pues se está escondiendo.

El chico mira hacia arriba y al acto te apartas de la ventana.

¿Te habrá visto?

Al mismo tiempo escuchas unos ruidos por el pasillo, seguramente provenientes de alguna de las aulas de esa misma planta en la que te encuentras.

Mientras registraba una de las aulas veo a un hombre dirigirse hacia el edificio del frente a través de la ventana, este de espaldas a la puerta eleva su mirada e instantáneamente me oculto No puede haberme visto, esta oscuro acá arriba, ya veo que no estoy solo, pienso; en ese mismo momento empiezo a escuchar unos pasos en el mismo piso, en el que me encuentro y al parecer tengo más compañía de la que creía, quizás seamos 4 y no 3 como dijeron en el altavoz.

Al momento preparó mi estaca en mi mano a modo de cuchillo y lentamente me agacho para quedar lo más oculto posible, de allí intento percibir mejor la ubicación de mi enemigo para saber por donde llegarle.

Había logrado ubicar a aquel idiota, y aunque no podía verle, sabía que había correteando como una gallina hasta las cercanías de la puerta principal.

Me arrastré pegado a la pared que me protegía y avanzando hasta la última esquina que nos separaba, me agaché y desde allí intenté mirar hacia la entrada, y ver al fin a mi primer enemigo.