Partida Rol por web

Al ver como la puerta del ascensor se abría dando paso al arquitecto y al Jefe de bomberos, mi rostro se ensombrece. Le dedico una mirada mi yerno como diciéndole. "Es tu culpa", para luego dirigirme hacia donde estaban. -Caballeros... ¿A qué le debo el honor de su visita? -  los saludo amablemente y detengo la mirada en Doug. - ¿Sucede algo? Ni siquiera te has cambiado para celebrar la inauguración. - me sorprendía de sobremanera tener a ellos dos presentes en la fiesta con esa cara de preocupación.

Llevándolos a un costado mientras el camarero les sirve unas copa de Champagne escucho lo que quieren decirme, si el edificio estaba en problemas, sin dudas, debía ser el primero en saberlo.

Al jefe le sorprendió como casi nadie reparaba en ellos, y los que lo hacían ni siquiera parecían preocupados. Eso es que no sabían nada. Luego se les acercó el tal Duncan. No se había presentado, pero Doug le había contado suficiente como para imaginar que se trataba de él. Solo esperaba que la mitad de las cosas que decía sobre él no fueran ciertas, o tendría que actuar de forma ruda. Y no quería hacerlo con tanta gente.

-Se ha declarado un incendio en este edificio. Hay al menos tres plantas afectadas. Debemos evacuar el edificio de forma tranquila aunque rauda. Es cuestión de tiempo- si no lograban extinguirlo- que el fuego llegue a este piso. Y que destruya todo a su paso. No tiene sentido seguir aquí.

Había oído del carácter altivo de Duncan, pero quizá atendiera a razones si se le hacía ver que igualmente la fiesta corría peligro tanto si la cancelaban por las buenas como si no. Aunque si se hacía de la segunda, moriría más gente. Y los periódicos harían eco de ello. Esperaba que eso al menos moviera al propietario del edificio.

Günther escucha con evidente fastidio las palabras de Harlee, atendiendo igualmente a la intervención de Mr. Duncan para el discurso inaugural y a su copa de algún probablemente carísimo champagne francés a la que da cortos pero constantes sorbos. Justo cuando estaba a punto de finalizar la composición mental de una aguda, hiriente y cortante respuesta, hacen su entrada triunfal los aguerridos miembros del cuerpo municipal de bomberos.

- No me lo puedo creer ¿Un incendio en la inauguración?
Debe de tratarse de alguna maniobra publicitaria, estos condenados americanos viven por y para el circo...

- Discúlpeme, pero tengo asuntos mas importantes que atender.

Dicho lo cual se dirige hasta el ventanal más próximo y echa un vistazo hacia abajo, esperando no ver ni humo, ni camiones de bomberos, ni nada que pudiera ser igualmente alarmante, repitiendo la operación en alguna otra ventana de la fachada opuesta.
 

Günther escuchó contrariado lo que decía el jefe de bomberos y se dirigió a uno de los enormes ventanales del Salón Promenade que mostraba una impresionante vista de la ciudad de San Francisco. Pero debido a que las ventanas no se podían abrir apenas se podía ver unos pocos pisos más abajo y mucho menos el suelo.

Duncan nos lleva disimuladamente a un costado para hablar en privado y un camarero nos ofrece champagne. ¿Acaso también nos sentaremos a ver el show musical y esperar el postre? Nada de eso, nada de eso. Había hablado con Duncan sobre el tema del cableado y este hizo caso omiso sobre el tema. Al parecer los políticos y los multimillonarios extranjeros eran más importantes para el que los tres pisos bajo fuego.

Sin pensarlo demasiado dejo la copa de champagne sobre la mesa y busco otra cosa. Luego de buscar visualmente un poco encuentro lo que necesitaba. Una copa alta y una cuchara. – Atención señoras y señores. Necesitamos su atención un momento por favor. El jefe de bomberos O´Hallorhan tiene un comunicado importante sobre vuestra seguridad. Por favor escuchen atentamente. – me dirijo a los invitados golpeando repetidamente la copa con la cuchara con la finalidad de producir un sonido que llame la atención. Luego aguardo por las palabras del jefe mientras tanto busco a Susan.

La gente que estaba bailando se para al escuchar a Roberts. La banda deja de tocar y ahora sí, todos se fijan en el jefe O'Hallorhan y los tres bomberos que permanecen cerca del ascensor tratando de pasar desapercibidos. Algunas mujeres incluso emiten débiles gritos de susto.

Él no conocía a Duncan, solo tenía en su contra lo que le había contado el arquitecto. Había pensado en hablar con el propietario para que fuera éste, la persona en la que supuso todos confiarían, quien ayudara a que la evacuación se llevara de la forma más tranquila y sin incidentes. Si el empresario cedería o no, sabiendo que su edificio y la gente en él corría peligro, es algo que ya no sabrían. Pues Doug había llamado la atención de todos.

Mike no creía en los juegos, y el mal, si es que podía llamarse así, ya estaba hecho. No era ocasión de perder el tiempo ni de comprobar si realmente Duncan era como le habían dicho.

-Este edificio es presa de un incendio- enseñó su placa, pues le había dado la impresión de que algunos presentes se creían que era una broma o algo así. Estaba siendo tosco y directo, pero no había tiempo para andarse con formalidades- los pisos del 81 al 85 pueden ceder en cualquier momento, y el fuego extenderse hasta pisos más altos. Por favor, procedan con calma a ser evacuados. Mis hombres ayudarán a aquellos que se encuentren peor- aunque ni el fuego ni el humo habían llegado allí- Estamos haciendo lo posible para extinguir el fuego, pero la fiesta ha terminado.

Miró al tal Duncan, esperando su colaboración y que les dijera que iba en serio. Obstruir al cuerpo de bomberos o mentir para salvar intereses propios constituía un grave delito cuando la vida de personas estaban en juego.

Las palabras del Jefe de bomberos me parecieron bastante exageradas, era evidente que teníamos un pequeño inconveniente en uno de los pisos pero creer que mi preciado edificio estaba consumiéndose en llamas. -¿En serio? - pienso con cierta ironía. -Por favor, no entremos en la locura. Ud es un profesional y estoy seguro que podrá con ello, no debemos asustar a todos los invitados. Son 137 pisos.- argumento de forma despreocupada hasta que mi atención se ve interrumpida por Doug. -Maldita sea, entrometido. - bufo en pleno silencio sin cambiar la expresión de mi rostro. 

Dejando al jefe de bomberos hablando solo me acerco al arquitecto, abrazándolo por detrás y manteniendo una sonrisa muy loable me dirijo a mis invitados. - Como verán hemos tenido un inconveniente edilicio, dudo que pase a mayores ya que contamos con profesionales que están tratando el tema. ¡A disfrutar de la fiesta! - tras decir aquello minimizando las palabras del Jefe de bomberos que asustaría a todos, pronuncio una mentira grande como el edificio que he creado y doy un golpe con mis palmas para que la banda siga animando la fiesta.

Simmons escuchaba las indicaciones del jefe de bomberos....

¿Un incendio? Joder Duncan, cuando la quieres liar parda bien que la lías... y el día de la inauguración.... hoy te coronas figura... Pensaba al tiempo que levantaba mi copa y decía bien alto... Un brindis por los mejores bomberos del mundo que nos van a rescatar de esta peliaguda situación, el cuerpo de bomberos de San Francisco!!!

A una indicación de Duncan, la música volvió a reanudarse y la gente volvió a sus conversaciones. Un incendio cincuenta pisos más abajo era ridículo que llegara hasta allí. Los bomberos siempre eran unos alarmistas. Aún así, una cincuentena de personas se dirigió hacia los ascensores armando alboroto y empujándose unos a otros.

-Cariño ¿no crees que deberíamos irnos? -preguntó Patty mirando hacia los ascensores.

Harlee vio como su presa huyó rápidamente de él. Ya le pillaría más tarde. Había problemas más graves que resolver. Se acercó rápidamente al jefe de bomberos mientras se sujetaba el pecho.

Caballero, me encuentro extremadamente mareado y eso puede ser un aviso de un ataque al corazón. He olvidado mis pastillas en casa y tengo miedo de que esta situación me ponga en un problema aun más grande. Dijo que evacuaría en primer lugar a aquellos con problemas de salud. Tiene ante usted a un caso grave. Por favor, ayúdeme a seguir viviendo.

Cariño ¿no crees que deberíamos irnos? -preguntó Patty mirando hacia los ascensores.

 ¿No has oido a tu padre...? Contestó.... No hay peligro ninguno, y además están aquí los bomberos.... por Dios Patty, te ahogas en un vaso de agua, cariño... y cámbiame por favor esa cara de agonías... hija, estas en una fiesta y más bien parece que te han metido el palo de una escoba por el culo...

...¿Además no sabes que en caso de incendio nunca se deben usar los ascensores?... Dijo haciendo gala de sus grandes conocimientos en seguridad....Mira, si te procupa tenemos justo encima el Helipuerto, si la cosa se pone complicada siempre nos pueden evacuar en Helicoptero... si aquí en américa tenemos unos pilotos cojonudos...

Carlos!! Por favor otro Gin Tonic para la señora, y me lo apunta a la cuenta de su padre... Este Duncan es tan "agarráo" que es capaz de pasarnos luego la nota de los cubatas... 

Günther, quién no las tiene todas consigo, se resiste a dar credibilidad a la noticia, y desde luego no piensa salir huyendo del lugar cual si fuera una cobarde sabandija.

- Seguro que ahora nos harán una demostración del magnífico sistema contraincendios...

Se dedica a demostrar su flema prusiana, pero es evidente que muchos de los presentes solo tratan de guardar la compostura, porque el nerviosismo general se pone de manifiesto en pequeños detalles fácilmente perceptibles para cualquiera.

No puede evitar preguntarse si el bombero será un bombero de verdad o un actor disfrazado.

Sonrío ante la forma exagerada de preocuparse ciertos invitados. Incluso es gracioso como se encuentran una enfermedad para liberarse del incendio. -Inútiles, bien que les gusta disfrutar de mi comida y de todo lo que pueda darles de forma gratuita. Ahora que el edificio está con problemas se escapan como ratas, pero a mi no. No me lo hacen. - converso mentalmente hasta acercarme a Harlee y abrazarlo por la espalda reflejando una sonrisa bastante cínica con tintes de amabilidad.

- Pero mira quien está aquí. Harlee, amigo. No temas, contamos con un sistema de seguridad perfecto. Los bomberos hacen su trabajo, nada que alarmarse. - le voy diciendo mientras lo aleja del Jefe de Bomberos hasta llevarlo a la barra.- Un trago para mi amigo, la especialidad de la casa. -  pido al mozo algo para beber y durante la espera contemplo el lugar reflejando confianza y autosuficiencia. - Nada de que preocuparse, es momento de disfrutar y tu yerno... - señalo a Roger. - Sé mas caballero y págale un trago a tu esposa. - Eres un imbécil, por tu culpa tenemos problemas. -desde ya que en mis silencios queda lo que sigue de la frase.

Ahora que el jefe O´Hallorhan comenzó la evacuación pronto no será necesario continuar en el salón de fiestas. Entiendo que Duncan y su yerno opondrán un poco de resistencia pero al final acabarán cediendo.  Por lo tanto dedico mi tiempo en buscar a Susan para que me acompañe. Su seguridad lo es todo para mí ahora que existe un ápice de organización ante semejante catástrofe. Tan solo espero que no se extienda demasiado el incendio. 

La situación más que alarmante era ridícula. El propietario seguía con la fiesta y algunos presentes le seguían el juego. Mike no dudaba que la fiesta les había salido cara, en algún sitio debían gastarse lo que ahorraron en materiales, pero eso no excusaba poner vidas en peligro. para colmo, Duncan intentó llevarse a alguien enfermo a tomar una copa.

-Aléjese de él- dijo, sin ocultar cierta hostilidad- si está enfermo necesita salir de aquí cuanto antes.

Se acercó al hombre que había pedido su ayuda.

-Mis hombres le escoltarán a la salida, si coopera no tendrá de qué preocuparse- hizo una señal a los bomberos que se había llevado con él para que atendieran a Harlee si era necesario.- Podríamos llevarlo a su casa para que tome sus pastillas.

De nuevo, miró a Duncan.

-Esto no es una broma y obstruir al cuerpo de bomberos tiene consecuencias. En esta planta hay demasiada gente y lo mejor será evacuarlos  de forma civilizada sin colapsar las salidas- esperaba tener tiempo para evacuarlos a todos, a fin de cuentas, si no surgía otro cortocircuito en una planta más alta, el incendio aún quedaba lejos- así que puede ser usted el último en ser evacuado  si le apetece. Pero esta fiesta terminará, ya podrán reanudarla si la situación se estabiliza- y si declaraban que no había más peligro- Me da igual lo terco que se ponga.

Daba la impresión de ser el típico empresario megalómano y que se encargaría de hacerle la vida imposible aún después de hacer todo lo posible por salvar su edificio. Pero el Jefe no le tenía miedo, la evacuación de los civiles era su prioridad como oficial de bomberos, además era él quien tenía jurisdicción en estos casos sobre otros organismos de seguridad.

-Calma- dijo, esta vez centrándose en los invitados que comenzaban a colapsar los ascensores- No empujen. Si siguen las instrucciones del cuerpo de bomberos estarán a salvo. Saldrán de aquí, pero háganlo de forma civilizada. Piensen que la cosa será más grave si se dejan llevar por el pánico.

La gente más cercana a Mike escuchó lo que le decía a Duncan y se empezaron a poner nerviosos. Pronto empezó a correr la voz y los invitados se dirigieron al unísono hacia los ascensores. La masa de personas rodeó a Doug que se vio empujado en todas direcciones. En un rincón, lejos del caos, divisó a su mujer, acompañada de Roger Simmons y Patty que seguían sentados tranquilamente. Corrió hacia allí.

Mientras, los ascensores empezaron a bajar a la gente que se empujaba y gritaba. Cabían unas doce personas en cada uno de los dos elevadores express.

-¡Doug, estás aquí! -exclamó abrazándole- ¿Que está pasando? ¿Tan grave es?

El teléfono cerca del bar comenzó a sonar y Carlos lo cogió.

-Es para usted, capitán -dice tendiéndole el auricular a O'Hallorhan.