Partida Rol por web

Ya que hasta hace escasos momentos estaba liderando el camino de vuelta pude ver como desde un principio nuestra querida "amiga" dejaba la farsa a un lado para hablar con Morrig. Encima problemas familiares, perfecto lo que nos faltaba. Que no era otro que su propio hermano. Mire a la mujer cuando me hablo y me encogí de hombros mientras respondía:

- No pero me desahogado bastante y has estado calladita mientras nos íbamos de tu campamento eso es una victoria para mi -el encuentro familiar era claramente en el lugar equivocado y Khya estaba empezando a alterarse con todo esto- Morrig, solo queremos información sobre Wineda puedo acabar con ella aquí mismo pero queremos esa información para tratar de plantarles cara una vez llegué al continente.

Solté un sonoro bufido mientras de nuevo, intentaba sujetar correctamente a la mujer que llevaba a cuestas. Ciertamente no debía parecer muy serio mantener la conversación mientras la seguia cargando, pero para intentar evitar cualquier intento de fuga, estaba dispuesto a llevarla hasta la base de los bandidos.

- ¿Podéis decidiros de una vez? - aunque sorprendido con la intervención de la chica y más aún sobre su relación con Morrig, seguía pensando que este no era el lugar para todo aquello.

-¡Ella no es mi hermana!

-No decías lo mismo en el orfanato...

Finalmente, tras tanta discusión, le pusisteis la venda en la boca para que se callara la mujer y, a pesar de que Morrig no quería, acabó cediendo para volverlos a llevar a la guarida de su banda. El camino fue un poco largo, con la chica moviéndose y quejándose, por no porque la llevara Ed, sino porque no podía hablar. Pero finalmente llegaron a la guarida. Morrig inmediatamente os llevó a la habitación de Furr, el cual, al veros llegar desde la barra del bar, dio un suspiro y os siguió.

Una vez alejados de todo el ruido que había, Ed soltó en el suelo a la chica y Furr se sentó en la misma silla donde hizo el trato con Jacklin. Se encontraba bastante serio y ni siquiera le dirigió una mirada a la mujer del suelo.

-¿Y bien? ¿Por qué habéis vuelto? ¿No teníamos un trato?

- Eso mismo pensábamos nosotros – refunfuñé con los brazos cruzados mientras clavaba la mirada al jefe bandido. – pero no nos gusta que nos utilicen y mucho menos con mentiras y medias verdades – le espeté más molesto de lo habitual. Al darme cuenta de mi subida de tono, acabé negando con la cabeza y dando un par de pasos hacia atrás para perder protagonismo.

Si bien aún había muchas preguntas sin resolver, estaba claro que ellos nos ocultaban demasiadas cosas y nosotros nos estábamos metiendo de lleno en algo mucho más grande de lo que imaginábamos en un primer momento.

De momento decido mantenerme al margen, porque sino sé que voy a empezar a hablar y me voy a enfadar, esperaré a ver si se puede solucionar por la vía fácil y no tengo que intervenir, porque sino tendrán que oírme y sé que Jacklin se va a enfadar conmigo, y no quiero. Estúpidos bandidos con sus líos familiares...

A diferencia de mis compañeros aproveche el viaje de vuelta para calmarme y pensar bien las cosas por lo que para cuando estuve de vuelta en el despacho de Furr ya no mostraba ni un ápice de molestia. El primero en hablar fue Ed, el cual mostró su claro enfado. Puse mi mano sobre el hombro del cazador mientras retrocedía.

- Tranquilo Ed, Furr no nos ha mentido aunque si que hasta cierto punto es cierto que no nos dio toda la información -entonces mire al hombre con el que había hecho un trato- No hemos incumplido nuestro trato, tenemos a su jefa la cual dentro de poco estará muerta y... hubo un incendio en su base. Pero el porque estamos aquí es algo muy diferente. Wineda, queremos saber todo lo posible, sabemos que estos bandidos solo eran parte de algo mayor algo que involucra esclavas y como te dije la última vez soy un aspirante a caballero y quiero ayudar a la gente por lo que no puedo hacer oídos sordos ante esto. Quiero ayudar pero necesito información... si nos la das desapareceremos de inmediato.

Cuando Furr empezó a preguntar no pude evitar quedarme atrás, a decir verdad fuera cual fuera el “trato” lo había pactado con Jacklin así que lo más correcto era que el hablase de todas formas aquel grupo seguía sin darme buena espina por muy “bandidos buenos” que se autoproclamaran.

Mi mirada se dirigió a la joven amordazada en el suelo preguntándome que historia habría detrás de todo aquello. Habían mencionado algo de un orfanato y sobre considerarse hermanos así que podía ir atando cabos, la pregunta era porque nos habían involucrado a nosotros si el problema era tan personal.

Furr suspiró de nuevo. Entonces hizo un gesto a Morrig para que se llevara a la chica, el cual lo hizo a regañadientes. Y una vez solo con los cuatro, se levantó de la silla y fue a una estantería donde sacó un libro. Volvió a sentarse y lo abrió, dejándolo sobre la mesa para que pudieran verlo. En él parecía haber varios escudos, y pudisteis reconocer uno de ellos, pues era el que portaban ellos.

-Estos son todos los gremios de bandidos que existen en el continente. Yo, como sabréis, soy el líder de este, mientras que Wineda, es la líder de este.- Furr apuntó a uno en el que se podía ver lo que parecía un cocodrilo.- Los gremios tenemos un pacto por el cual, varios líderes, acaban organizando todos y cada uno de los gremios. Por democracia, decidimos quien es digno o indigno de permanecer en la alianza. Pero Wineda siempre ha sido avariciosa. Quiere dejarme fuera para poderse quedar con el control. Ya controla a la mayoría de líderes y, su último objetivo, soy yo y mi gremio. Soy el que más tiempo lleva aquí y sabe como funcionan las cosas, y por ello cree que soy peligroso.- Entonces Furr cruzó las manos, de forma algo melancólica.- Pero ahora ha utilizado a esa chica, la que crié como si fuera una hija. Para dar mala reputación a mi gremio. Sabe que, si ella falla, se achacará a una batalla interna de mi gremio. Y si nosotros la atacamos directamente, no solo nuestra reputación acabaría destrozada, sino que además, el alcalde se pondría en nuestra contra. La única solución era que alguien externo acabara con ella, por mucho que me doliera. Pero ahora ya es imposible.- Furr entonces suspiró y se apoyó en el respaldo de la silla, agotado.- Dudo que hayáis acabado con todos, así que ya se habrán dado cuenta de que ha desaparecido. Posiblemente se lo hayan comunicado ya al alcalde y ahora decidan darnos caza las autoridades... Wineda ha ganado. Se hará con el control de todos los gremios de bandidos...

Seguí con la mirada a Morrig mientras este iba a por la chica y le agarre del brazo justo antes de que lo hiciera.

- Espera fuera, no creo que tardemos mucho y prometí ocuparme yo de ella. Y así se hará.

Escuche con atención lo que contaba Furr mostré interés por ver si lo que contaba me aclaraba mas las cosas pero fue muy poca la información útil que nos pudo aportar y lo peor fue la última parte levante una ceja al principio, luego baje la cabeza me puse una mano en la cara y me reí.

- ¿En serio? ¿Crees que ya ha acabado? ¿Crees que esto es un victoria para Wineda? Furr que equivocado estás... Aún queda el plato principal del espectáculo. Me llevo a la chica... sin protestas, a no ser que de verdad quieras que todo ocurra como has descrito.

Hasta ahora delante del hombre había parecido un chico joven con aspiraciones, iluso sobre el mundo, valiente y con un ideal de justicia demasiado irreal pero ahora tras volver a levantar la cabeza ponerme serio y recobrar la postura con la mano sobre el pomo de la espada parecía mas adulto, mas seguro de que las cosas eran y serían como yo me esperaba. Entonces ladeé la cabeza un poco hacía mis compañeros.

- Nos tendremos que separar por un momento no quiero involucraros en lo que va a ocurrir ahora.

Y de inmediato sin esperar ninguna respuesta por parte de Furr me dirigí a la puerta

No podía dar crédito a lo que oía, en fin, eran bandidos al fin y al cabo, buenos o malos, bandidos. Resople, sin embargo al oír lo que dijo Jacklin me sentí bastante orgullosa de él, ahora si que parecía un líder y un simple niño con afan de protagonismo. 

-Estoy de acuerdo con él, aún podemos ayudaros así no sucederá lo que que habéis dicho.

Esperaba que fuesen racionales y nos hiciesen caso, aunque con esos tipos nunca se sabía. Y más ahora después de saber que eran líos de familia...

Escuché a Furr prácticamente des de un rincón, manteniéndome como un espectador mientras me iba formando mi propia idea... y tal y como esperábamos, todo formaba parte de algo más grande que involucraba un complot dentro de los gremios de bandidos.

Por un momento me planteé hasta que punto quería seguir con todo aquello. Quizás sería mejor dejarlo todo y coger el primer barco hasta el continente, unirme a un gremio de cazadores y buscar las aventuras que siempre había soñado… pero algo me decía que ya era demasiado tarde para ello, ya había visto demasiado como para dejarlo pasar sin más. Esclavitud, muerte, mentiras y mucha sangre fría… ¿Estaba preparado para todo aquello? Pero no estaba dispuesto a apartar la mirada.

En parte estaba de acuerdo con Jacklin pero no pude evitar desviar la mirada y soltar un ligero chasquido con la lengua cuando aclaró lo que iba ha hacer… intentando cargar con todo él solo cuando todos ya nos habíamos manchado las manos pero, aunque quería intervenir y parar todo aquello, buscar una solución para no seguir matando a nadie más, no pude hacerlo… simplemente me quedé allí parado y cerrando el puño con rabia y frustración.

No habría la boca durante la discusión, todo aquello resultaba demasiado raro. Bandidos, normas y organización eran palabras que usualmente no solían juntarse en la misma conversación.

Cuando Jacklin habló no pude más que mirar cómo se levantaba. Tenía una ligera idea de lo que podría estar pensando en hacer, pero aquello lo dejaría como principal objetivo de muchas cosas. ¿Realmente quería hacer aquello?

Antes de que Jacklin saliera por la puerta Furr le gritó algo alterado.

-¡¿Es que no has escuchado lo que acabo de decir?! ¡Si la matas ahora sabrán que hemos sido nosotros!

Pero fue en vano, ya que Jacklin no se inmutó y salió de la habitación. Furr entonces cayó derrotado en la silla, suspirando de nuevo. A diferencia del anterior día, hoy parecía un viejo agotado a quien los años parecían pasarle factura. Entonces miró al resto en silencio, como buscando una solución. Como pidiendo que le impidieran a Jacklin hacer locuras. Y volvió a juntar sus manos, pensando de nuevo.

-¿Otra solución? No se si la habrá... Como el alcalde no confesará por su propia cuenta y la palabra de ella lo único que haría es perjudicarnos... No veo ninguna solución más.

Antes de salir de la habitación escuchaste un grito de Furr.

-¡¿Es que no has escuchado lo que acabo de decir?! ¡Si la matas ahora sabrán que hemos sido nosotros!

Pero ignorando aquellas palabras, Jacklin salió de la habitación hasta encontrarse con Morrig y la rehén. A Morrig le pareció extraño que saliera él solo, por lo que se cruzó de brazos y se apoyó en la pared para comenzar a interrogar a Jacklin.

-¿Qué ha ocurrido? ¿Al final hay algo que podamos hacer?

Ni siquiera reaccioné a las últimas palabras de Furr, no tenía ni idea de que pensaba hacer y de hecho así era mejor. No tarde en dar con Morrig, por suerte aún tenía a la chica consigo.

- Si, claro. Siempre hay algo que se pueda hacer, pero me tengo que llevar a la chica... yo solo. Eso y llegar al pueblo. No te preocupes todo va a salir bien, de hecho existen tres posibles finales para esta situación y ninguno de ellos os perjudica. Ahora si no te importa me voy, debo moverme rápido.

Agarré a la ex-líder bandido del brazo para llevarla conmigo y que caminara por su cuenta, tampoco iba a cargarla todo el camino.

- En cierto modo, Jacklin tiene razón… no me gustan como hace algunas cosas – aclaré mientras desviaba la mirada hacía la salida que acababa de tomar el aspirante a caballero – pero si esa tal Wineda esta corrompiendo los gremios de bandidos y cometiendo atrocidades igual que estaba haciendo aquí, no podemos rendirnos… no puedes dejar que echen por el suelo todo por lo que has trabajado – intentaba animar a Furr, pero de repente me di cuenta que seguía apretando el puño con rabia, hasta tal punto que al aflojarlo un ligero hormigueo recorrió los dedos mientras estos volvían al color habitual.

Con o son Furr, la decisión ya estaba tomada.

Observo la escena sin participar y cuando veo como Jacklin camina hacia la puerta le sigo, sabe que voy a apoyarle en lo que decida pero me gustaría saber de que se trata exactamente.

- Lo siento Furr pero todo esto es culpa tuya, si hubieses sido sincero desde el principio y nos lo hubieses contado todo esto habría salido de forma muy diferente.

Y dicho esto salgo tras mi compañero.

Mi boca se abrió un leve momento antes de cerrarse, parecía que quería hablar, pero no quería pronunciar las palabras que estaba pensando. Cuando Furr empezó a hablar de otra solución me mordí ligeramente el labio antes de decidirme a hablar.- Si la mata frente a todo el pueblo y el alcalde… no os relacionaran con él. Pero el estará poniéndose una diana en su espalda, si lo que has dicho es cierto ganara muchos mas enemigos de los que puede imaginar.- Después de aquellas palabras mi voz acallo.

Mi mirada era seria, pero se podía percibir una profunda tristeza en ella. Como si pensara que todo aquello estaba mal. Al final todo el mundo perseguía el poder, independientemente de cuantas muertes se causaran por ello.  

Mientras Khya salió del despacho de Furr, vio como Jacklin comenzaba a levantar a la chica para que comenzara a caminar. Morrig parecía algo confuso pero, finalmente, le dejó hacer. Ni siquiera parecía despedirse de la chica. Estaba claro su motivo.

-¿Qué pretendes hacer? ¿Pretendes acaso entregarla? No servirá de nada. El alcalde está de su parte.

Furr pareció ponerse algo nervioso y se levantó de la silla.

-¿Matarla frente al pueblo? Si hace eso... no se como reaccionaría el alcalde. O Wineda. Pero si lo hace, creo que vuestro amigo se pasará la vida entre rejas. A vista del pueblo y del alcalde, ella no es más que un civil.

Entonces Furr se acercó a un baúl y lo abrió, comenzando a rebuscar en él. Tras un buen rato, finalmente pareció sacar algo. Luego se acercó a ellos y se lo dio. Parecía ser un pequeño saco. Al abrirlo vieron que habían algunas monedas dentro.

-Esta era la otra parte del trato. Aunque no hayáis cumplido al final... Os arriesgasteis y eso es lo que cuenta...