Partida Rol por web

Por su parte, el alcalde observa cómo Carmen se lleva al joven del brazo sin apenas pestañear. Si Carmen había comprendido poco, la cara del alcalde revela menos comprensión aún.

- Sunderland, nazis y poderes? Uhm - gruñe hacia vosotros - Lo siento jóvenes, no teno ni la más remota idea de qué es eso ni... cómo lo has llamado? Tesnafolo?

- Me temo que eso está más allá de los límites del bosque, pero yo puedo proporcionaros un mapa con el camino de salida hasta el pueblo más próximo. Mirad, - explica sacándose un trapo con una especie de símbolos cosidos. Los símbolos parecen referencias - Solo tenéis que seguid esta ruta. Aunque no os aconsejo salir al bosque de noche, mjeor que esperéis al amanecer...

Miro el mapa. Es un mapa raro... no entiendo si está hecho de papel pero no es un mapa como yo tengo entendido, es uno rudimentario. No saben lo que es un teléfono, ni idea de las referencias a los nazis. Me quedo sorprendida nuevamente pero, a esta altura, no demasiado. Entonces veo que la señora se lleva a Neil para hacerlo pasar por las brasas.

Salgo tras ella pidiéndole disculpas al alcalde.

- Señora, espere. Se va a quemar, él, él no sabe hacer eso!!

"Lo último que falta son quemaduras de tercer grado en sus pies y aquí ni deben saber lo qué es un hospital", pienso realmente asustada.

Yael sale corriendo tras la anciana para evitar que Neil se convierta en una antorcha viviente y eso hace que Joanthan se quede a solas junto al alcalde.

Hay una idea que da vueltas y vueltas en su cabeza, pero teme expresarla con palabras...

Sí, sí, será mejor que nos vayamos cuando se haga de día. Le estamos muy agradecidos por su hospitalidad...

Vamos, pregúntaselo. ¿A qué esperas? ¡Tienes que preguntarselo!

Jon carraspea y dice de pasada, como si no importase:
Por cierto, me parece que con toda esta confusión no se ya ni en la fecha en la que estamos...
¿Me podría decir cuál es?

Porfavorporfavorporfavor... ¡que no hayamos retrocedido en el tiempo!

¡Alaaaaa!!! ¡Se ha preocupado por mi! creo que la molo. Veamos, ¿como era el truco? si pisabas fuerte creabas una película de aire que apartaba el calor y las brasas el tiempo suficiente como para que no te llegara a afectar el dolor... Y yo creo que si consiguiera pasar, la Yael quedaría impresionada y a lo mejor querria acostarse conmigo como premio por mi bravura.

Vale. Yael, no te preocupes, que todo el mundo ha podido pasar y yo no voy a ser menos. Es como un juego en una fiesta. Si hasta los niños pueden hacerlo. dice el joven inglés mientras se deja conducir por la gitana mientras Jonathan se queda detrás. Tenia que demostrarla que era un tipo con mas cojones que Arargorn a las puertas de Minas Morgul.

Pronto llegan hasta el camino de brasas con la joven asiática replicando a su espalda que no iba a ser una buena idea. Y Neil, que iba a buen paso, poco a poco va caminando algo mas despacio. Luego percibe el calor de las brasas y su semblante se ensombrece. Parece que se lo esta pensando mejor

Y luego añade...

Bueno.... cruzar por ahí.... y descalzo.... se untan con algo los pies para que no les duela, ¿no? es que tengo los pies delicados, ¿sabe?

- Sí, sí, claro. - responde Carmen - Tu descalzar y pasar jejej - la anciana sonríe casi tosiendo.

Cuando te descalzas sientes cómo el frío te congela hasta las uñas de tus pies, pero Carmen te sujeta por el hombro y te va llevando lentamente hasta las brasas sonriendo y hablándote del poder de la mente para moldear la percepción de la realidad a su antojo.

Cuando te das cuenta estás sobre las piedras incandescentes y es entonces cuando el calor comienza a abrasar la planta de tus pies. instintivamente comienzas a saltar levantando excéntricamente un pie y luego el otro mientras exhalas suspiros vocalizados: Uh! Oh!uH!

A grandes saltos horizontales consigues llegar hasta el fondo de las brasas mientras los cíngaros chillan palabras de ánimo y palmean al son de tus saltos. Cuando por fin alcanzas de nuevo la nieve todos lanzan vítores de alegria, te lanzas a la nieve y compruebas leves quemaduras en tus pies. Carmen se te acerca sonriente y te tiende una mano en la espalda mientras que la otra te ofrece un cuenco de barro con algún extraño y oloroso ungüento en su interior.

- Tu echar y encontrar mejor por la mañana jejeje. - también saca un collar aparentemente formado con dientes y colmillos de algún tipo de animal - Y esto ser tu premio. Tu poner y bestia del bosque no acercar a ti.

Los demás contempláis la escena con cierto pavor, pues, ¿para qué torturarse de ésta manera?

El alcalde no es menos y se úne al resto de presentes dando palmas y animando, hasta acabar soltando una carcajada cuando finalmente Neil consigue traspasar la zona incandescente de abrasadoras piedras. Luego volvéis a centraros en la conversación y responde a Jonathan la cuestión formulada antes del espectáculo de Neil.

- Es 1712, muchacho. Pero vosotros venís de otro lugar, otro tiempo. No sois los primeros visitantes, hemos tenido otros. No sabemos cómo ocurre, el espíritu del bosque es quien decide. Vamos, brindemos por este momento.

El alcalde alza su jarra en pos de un brindis, sumándose a otros tantos de la gente aún permanece en la fiesta.

"¿Estamos en otra época?", pienso abriendo la boca como si fuera una O. El alcalde dice eso y, no sólo eso, dice que no somos los primeros. Quiero preguntar sobre los demás pero en este momento, lo que ha pasado con Neil y el hecho de que estemos en el año 1700 y pico es demasiado abrumador para hablar. Me siento sobre el suelo, tratando de digerir la información. La cabeza me dá vueltas.

"No puede ser... ni mis padres, ni mis abuelos siquiera han nacido aún..."

Me aprieto los labios para contener un grito. Al menos estas personas son buenas y, por lo visto, ni siquiera Neil ha sufrido quemaduras serias.

"Pero ¿cómo vamos a volver?" pienso y, entonces, desde el suelo, pregunto:

-Algunos de esos viajeros... ¿pudieron volver a su tiempo?

Temo oir la respuesta.

- Ahh - exclama el alcalde tras tomar un severo trago de su jarra - Vienen al pueblo porque el bosque los trae, y cuando salen del pueblo es porque el boque se los lleva. El bosque decide, pero no os preocupéis por eso ahora, disfrutad de la fiesta y descansad, mañana tendréis tiempo para buscar el camino de vuelta a casa.

Vuelve a tomar un trago de su jarra. El alcalde parece bastante animado, al igual que el resto de la gente que aún queda en la fiesta cíngara. La música aún suena, aunque apenas toca algún hombre con una extraña y reducida guitarra cuyo sonido os recuerda a alguna película clásica ambientada en el siglo XVIII.

Pero Neil no había contestado a la anciana. Tras la prueba de fuego a la que se había visto arrastrado por la anciana, y aunque se había arrepentido unos pocos segundos antes de comenzar a caminar por las incandescentes brasas, había conseguido superar la prueba. Y ahora se limitaba a mirar bobaliconamente hacia Yael, quién copaba ahora toda su atención; y mientras pensaba:
¿Has visto lo macho qué soy? ¿te enrollarías con un chicarrón norteño como yo?

pero la ceceante, nerviosa y chillona voz del escuálido friki plagado de acné solo alcanzaba a decir:
puezzz.... ezto... hummm... yo....

Mientras la anciana le ofrecía un unguento de no se que,pero la mente del friki estaba algo alejada de lo que la anciana le estaba diciendo.

La respuesta del alcalde hace que a Jonathan le flaqueen las piernas. De pronto siente como si no pudiese respirar y se tiene que sentar en el suelo. Ya no le importa mancharse todavía más sus pantalones. La cabeza le empieza a dar vueltas mientras se imagina su vida en el siglo XVIII, una vida sin comodidades, sin medicina moderna, sin televisión, y lo que es peor, una vida en la que no tiene más propiedades que su ropa y lo que lleva en los bolsillos.

De pronto, a Jonathan le sobreviene un jadeo demasiado parecido a un sollozo...

Con el poco autocontrol que le queda trata de evitar el estallar en un llanto casi infantil. Tiene que haber una manera de salir de aquí ¿verdad?
Se levanta tambaleante y se acerca al alcalde de nuevo.

Nos ayudará ¿verdad? Dice con un tono lastimero y suplicante. Nos ayudará a volver a casa ¿a que sí?

"El bosque lo decide...", pienso "el bosque lo decide..." Escucho las palabras de Jonathan y su llanto, quisiera consolarlo pero me parece que no sabría cómo. Neil parece más relajado aunque balbucea cosas incoherentes, pero calculo que fue la emoción de las brasas. Espero la respuesta del alcalde a la pregunta de mi compañero y respiro hondamente.

"Hemos pasado tanto... no me voy a volver loca ahora. Esto comparado con estar maniatada y a punto de ser el sacrificio de una secta loca, no es nada. Incluso si implica estar un tiempo en el pasado, porque espero que sea eso, un tiempo."

Busco un pedazo de tronco caído, o silla o dónde sentarme para recuperar el aliento.

No digo nada, sólo trato de no estorbar y de reponerme. Tengo que estar fuerte mentalmente para la fuerza física...

Mientras cada uno vivís la situación de una manera diferente, el alcalde se acerca a Jonathan y le golpea suavemente en la espalda.

- Tranquilo muchacho! No os he dado un mapa? Con él hallaréis el camino de salida. ¡Vamos, toma un trago!

La fiesta no dura mucho más, y pronto las brasas quedan reducidad a cenizas y tanto los cíngaros como el resto de la gente va abandonando la zona de las caravanas para ir a descansar. El propio alcalde se despide vosotros con la nariz y los mofletes sonrojados y un tono de voz embriagado.

- Bueno mi queridos muchachos! Espero que tengáis un buen viaje de vuelta al amanecer, si necesitáis ¡hip! cualquier cosa antes de partir ¡hip! no dudéis en pedirlo ¡hip! Buenas noches caballeros. Damisela...

El alcalde se quita el sombrero y hace una reverencia al despedirse para luego irse tambaleándose hacia el pueblo.

Me paro ni se vá el alcalde y me acerco a los chicos.

- Si tenemos un mapa digo de partir pero... ¿no sería conveniente llevar algo de comida y agua? No sabemos cuánto tiempo tardaremos en ese bosque...

Miro que la noche llega y realmente las ideas cambian de irse ahora a quedarse, pero creo que tenemos que salir ahora mismo. Espero que mis compañeros digan qué les parece o qué desean hacer. Al menos no tengo nada de frío ya.

- ¿Neil estás bien? ¿Tus pies están bien? Vamos a tener que caminar mucho quizás y si te duelen es momento de decirlo...

Luego, mirando a Jonathan

-Y no soy una llorona, como has dicho antes, todos sucumbimos de tanto en tanto, ¿verdad?

Digo para que sepa que no sólo soy más fuerte de lo que parezco sino que recuerde qué él también perdió los estribos hace unos minutos...

Avergonzado por haberse puesto en evidencia de esa manera y porque precisamente haya sido ella quien se lo haya reprochado, Jonathan se queda sin palabras ante Yael. El haber descubierto que se hayan no sólo lejos de su hogar sino en otro tiempo tampoco ayuda demasiado a animar al joven, el cual no está acostumbrado a pedir disculpas o a mostrar sus verdaderos sentimientos.

En lugar de ello, sacude la cabeza y se centra en algo que sí puede controlar, al menos en parte, preparar el viaje del día siguiente...

Tras obtener un mapa y acordar organizar provisiones y ropa abundante para el corto viaje de regreso afuera del bosque, decidís que ya va siendo hora de descansar para partir al amanecer. En estos momentos debe ser tarde, serán las 4 de la madrugada, aunque el cielo esté siempre cubierto y oscuro, sea o no de día.

Al acomodar la cabeza en la almohada y cerrar los ojos recordáis toda la locura vivida en los últimos días. Aún estáis inmersos en esa locura, y aunque tenéis algunos vislumbramientos de lucidez respecto a cómo habéis llegado hasta este punto, pronto llega el sueño...

"Os encontráis en medio de una incalculable oscuridad, el frío arrecia y una extensa bruma os rodea. Miráis a vuestro alrededor y encontráis unas tablas de piedra que salen del terrenoso suelo. Os dáis cuenta de que es un cementerio. Estáis aquí por algo, aunque no sabéis por qué. De repente, el suelo parece removerse bajo vuestros pues, y antes de que os deis cuenta una mano brota bruscamente del suelo y engancha el pie de Yael, lanzándola al suelo para luego agarrarla salvajemente por el cuello mientras ella grita con terror."

Entonces despertáis. Yael lo hace gritando, aunque los tres sudáis a pesar de que no es que haga calor precisamente. Os miráis a la cara y en seguida os dáis cuenta de que habéis tenido el mismo sueño.

Ya es de día, y lo tenéis todo preparado para partir de Drind-Gadet, el extraño pueblo visitado. Echáis una ojeada al mapa que marca claramente el camino a través e varios puntos reconocidos. Las Tres Rocas, al norte del pueblo, el Lago Helado, un poco más adelante, un pequeño claro rodeado del frondoso bosque, y por fin la salida hacia un pueblo llamado Mariça.

- ¡Aaaaaaaaaaaaaaah!!!!!

Me despierto y me toco el pecho. Las palpitaciones aceleran como un corcel alocado. Ese sueño, ese terrible sueño. Cuando miro a Neil y Jonathan me doy cuenta de que no fuí la única que lo he soñado, la expresión en sus rostros es bastante notoria.

-¿Por qué siempre yo? -me pregunto mientras me toco la frente.

-¿Seré yo la que causa estas cosas?? -Pienso en el rescate, en que yo era el cordero de sacrificio y que Neil y su compañero casi pierden la vida para salvarme el pellejo y digo -¿Fuí yo en vuestro sueño también? ¿Los muertos cogieron mi pie también en vuestro sueño?

Me levanto y me apoyo contra las rodillas. Estamos por empezar a volver a casa, aunque lo más probable es que no volvamos a casa y el bosque nos trague.

-¡Fuí yo! Yo habré hecho algo, yo...

Me muerdo los labios y espero que los chicos me digan que, afortunadamente, el sueño de ellos era diferente, o que no era yo la víctima...

Neil despierta de golpe. Miora hacia alrededor sin darse muy bien cuenta de donde está. El unguento había aliviado sus pies y no se habia percatado del todo para que serviría el collar hortera que le habia regalado la gitana, y lo habia guardado despreocupadamente en su bolsillo.

Seguidamente se rasca la cabeza pensativo mientras mira al suelo, que ya no está plagado de lápidas, dándolo golpecitos con la palma de la mano y buscando aquella negra mano que de la tierra surgió para darse cuenta de que todo era una pesadilla.

si.... la mano.

Despertar con un grito, aterrorizado y sudando copiosamente empieza a convertirse en una espantosa rutina para Jonathan y los chicos. Poco a poco, su agitada respiración se calma y casi se alegra de estar de nuevo en esta realidad, aunque no parezca tampoco ser la suya, y sea sólo un poco, sólo un poco, mejor que las pesadillas.

Imposible volver a dormirse. Lo mejor será preparar el viaje, mantenerse ocupados hasta la salida, por lo que Jon se asea como puede y comienza a llenar las mochilas que les han ofrecido las gentes de Drind-Gadet. Lo cierto es que estas personas les han ofrecido una ayuda y hospitalidad que nunca hubiese imaginado, y Jon siente una pizca de culpabilidad por haberse mostrado tan desconfiado con ellos al principio...

Cita:

Las palabras de Yael hubieran hecho que el Jonathan Kutzel de hace una semana hubiese tomado el camino fácil, dándole la razón a la chica, culpándola a ella de todos los padecimientos que estaban pasando. Algo mucho más fácil que pensar que esta pesadilla tiene algo que ver con todos ellos.
Pero eso no sería justo.

No es culpa tuya. No es culpa de nadie. Explica Jonathan. Las pesadillas comenzaron antes incluso de conocernos ¿no es cierto? Todo empezó al ser seleccionados por la editorial como ganadores de ese premio literario, así que la única conexión es Black Sabbath.

Envuelve mitad de un queso en tela y lo guarda en la mochila.

Si volvemos a nuestro mundo tendremos que descubrir qué hay detrás de esa supuesta editorial...