Partida Rol por web

Los soldados rasos sin gran estatus social se quedan en las afueras de la ciudad con un grupo de tres caballeros como líderes para que los organicen. El resto pasáis al interior de la fortaleza. Majestuosa, con el rojo claro predominando, os hace sentiros pequeños en un mundo lleno de historias ocultas. Recorréis una gran variedad de pasillos y patios guiados por el viejo mayordomo y un pequeño grupo de Inmaculados. Os guían hasta la Bóveda de las Doncellas, donde os esperarán vuestras habitaciones.
Un soldado pide a los pocos guerreros, a los sirvientes y nobles que os acompañan que lo sigan, entre los cuales se encuentran Arya. El viejo mayordomo guía a Lord Gendry, a su guardia personal, su hoja y los dos devotos de R´hollor a las habitaciones de un rango algo superior, acompañados de sus escoltas personales.
Por último Atreides recibe ordenes de Lord Gendry para que busque a su Maestre.

Ves como el grupo se adentra en la fortaleza, dejando fuera de la ciudad a soldados rasos, y a tu grupo. Uno de los caballeros, te dice antes de partir hacia dentro, que en seguida se reunirá contigo, tu papel es importante. Después de que se hayan marchado, Jira se dirige a tí.

-Tendremos que buscar algún lugar donde podamos posar el culo, ¿verdad?

-Bonito día hace en Desembarco del Rey. 

Petyr está de buen humor, aquí se siente como en casa. La entrada a la fortaleza está bien organizada y os conducen a vuestros apostentos.

-Aquí huele mejor que allí fuera. El olor a mugre y pescado no es tan intenso. Sin embargo el olor a traición ha aumentado, no todo iba a ser perfecto, ¿verdad?

Habla más para sí mismo que para nadie.

-Logen, tú te quedarás conmigo y Lurleen para cubrirnos. Tus anchas espaldas y tu ingenio...nos serán de gran ayuda.

Será un honor mi lord permanecer a vuestro a lado en todo momento, y se si me permite añadir ningún de los olores de esta ciudad me gustan demasiado, esperemos no tener que añadir el olor de la sangre a estos olores……….

Ahora es cuando mi trabajo se empieza a volver serio y peligroso, auque veterano en muchas batallas, una cosa era enfrentarse  aun enemigo cara a cara y otra es combatir contra un enemigo que no tiene rostro que se comparta como una sombra y que muy seguro nunca lo veras venir, como odio las intrigas entre nobles.

-Vamos. Quiero una habitación  para mi, nada de una comuna, y con una buena vista de las puertas si es posible.-

Si se quiere reunir conmigo, me tendrá que buscar, pues no me ha dicho dónde.

-Lo peor de todo es que lord gordo está dentro, cuando no vale ni para limpiar la mierda de mi caballo...bah.-

Vamos hacia los alojamientos.

Ramiel sonrió a Walter .- no os preocupeis, conmigo sir Gaheris estará protegido.- con alarde de autosuficiencia, Ramiel, siguió su camino sin ya volver la vista hacia atrás.

Detrás de aquellos muros me siento mucho más tranquila y más sabiendo que Logen siempre estará ahí para ayudarnos. En la Fortaleza Roja estoy como pez en el agua y mi primer deseo es saber si mi pequeño estará allí. Sin resistirme más se lo pregunto a Petyr.

-Cariño, mi señor-llamo su atención hacia mi-¿Crees que nuestro hijo habrá venido con Tyrion?-la idea de verlo me hace sonreir.

Que la luz del señor ilumine vuestro camino, joven Atreides.Se despide con afabilidad el sacerdote, al parecer en su charla de susurros en el camino a la guardia roja fue bastante amena.

-No me ha llegado ningún cuervo cariño-Te acaricia la mejilla mientras continúa hablando-Ya sabes que no son del todo buenas nuestras relaciones con los Lannister, por ello lo mandamos allí. Pero yo espero verle pronto.

Entráis en una posada, limpia dadas las circunstancias, en las que se alquilan habitaciones. Lleváis dinero de sobra para alquilarlas. El posadero os mira con cara extraña al veros entrar.

Igualmente- responde mientras ve alejarse lentamente al sacerdote hacia sus habitaciones. El aprendiz de maestre aprovecharía para contactar -sino estaba muy ocupado- con el maestre en cuestión. Claro que lo primero era informarse de donde pudiera estar.

-Una habitación, que se vean las puertas o la fortaleza desde ella.-

Hago sonar el dinero.

-Vosotros dos dormid  con los soldados, os quiero allí, para que os enteréis de que se habla y demás. Jira se queda conmigo.-

Espero a que nos lleve a la habitación.

Eres guiado por un soldado a una habitación en un extremo de la fortaleza. Por lo que observas la mayoría de las habitaciones de la zona están sin usar. Cuando el soldado se para te señala a una puerta teñida de color verde y, a continuación, se marcha sin dirigir palabra.

Llegais a un pasillo ostentoso con pieles de jabalis y osos colgadas en las paredes junto a largos blasones con los colores de vuestra casa. Los soldados que os guian os indican la habitación de cada uno y os enseñan el comedor particular donde comereis.

Lord Gendry parece hambriento y se dirige al comedor sin entrar en sus habitaciones -Voy a comer algo, tanta tensión me ha abierto el apetito. ¡Malditos Kraken! Son solo bárbaros. Venid si lo deseais, saciad vuestra hambre antes de descansar si quereis -dice dirigiendose al comedor junto a su guardia.

Un Inmaculado os lleva a vuestras habitaciones en los pisos más inferiores de la fortaleza, junto con algunos soldados de la Casa de la Luz.
El guardia os lleva a todos a una habitación común, separada por un pequeño muro que limita los espacios de los hombres y de las mujeres. Antes de que te de tiempo a dejar tus cosas un soldado de tu casa te coge por el brazo y te atrae hacia si.

Lord Gendry me ha dicho que te de esto -dice abriendo un gran saco que llevaba a la espalda. En su interior ves ropa de todo tipo, andrajosa, de sirvienta, de septa, de prostituta, de noble -quiere que salgas inmediatamente a recoger información a la ciudad.

Me sonrío ante las palabras de mi padre. Después del viaje y el encontronazo con los hombres de las Islas del Hierro yo sólo quiero descansar, pero él tiene hambre. No en vano es hijo del rey Robert... Espero que no acabe por crecerle esa barriga que dicen que tenía...

No deseo más que tumbarme un rato, pero no quiero perderme una posible conversación entre Den y Lord Gendry, así que asiento y sigo a mi padre y su guardia hacia el comedor.

-Os acompaño, padre. ¿Venís también, sacerdote? -pregunto a Den Iffier.

Por supuesto, Lady Sylven, mi lugar corresponde al lado de mi señor. Será un honor para mi compartir pan y sal con el Azor Ahai...

Había llegado su momento. Aquí era donde podía empezar todo para él o acabar sin remedio. Un ligero cosquilleo le recorrió la espalda... pero no era el momento de estar nervioso. Lanza un suspiro y se acerca a la puerta, golpeándola suavemente con sus nudillos.

Espero que todo vaya bien- piensas- por mi bien.

El guardia responde a Brock con total cortesía y amabilidad, que cuando lleguen a sus habitaciones, alguien irá a visitarles para darles las convenientes instrucciones. 

Os conducen hasta la bóveda de las doncellas, dónde se os asignarán habitaciones. Gozaréis de comodidades. 

-Y hasta aquí hemos llegado, señores. En seguida alguien vendrá a visitarles.