Partida Rol por web

-Dejad hablar a Lord Blackmont, es lo mínimo que podéis hacer ¿no?. No tiene sentido empezar a discutir por nimieces. Al menos tengamos la decencia de esperar a ver qué nos quiere decir-Tommen parece bastante seguro, escoltado por dos de sus caballeros, uno de ellos famoso en el reino entero por sus proezas con la espada, Ser Gary Trant.

Sigo en silencio atento a que el puto viejo este diga el testamento de  una vez, quiero ir a beber y a follarme a alguna puta de desembarco del rey las intrigas entre los nobles me aburren y me dan sed.

Veo que entre los presentes cunde  la misma desesperación que un servidor o es eso o es que tienen una fan de protagonismo impresionante.

Lo que arranca en mí una carcajada

Jajá jajá.

Sonrío con las palabras de Asha y Brock.

Hay que ver cómo están las grandes Casas... Una vieja zorra embutida en cuero y un blancucho borracho, y los dos muy bien educados. Si esto es así nada más empezar no quiero imaginarme cómo puede acabar.

Con la intervención de Tommen, sin embargo, recupero la seriedad. A la Greyjoy y el Lannister les pueden fallar las formas, pero lo que dicen es perfectamente razonable (incluso lo del vino).

-Bueno, Lord... Baratheon -remarco ostensiblemente esa palabra-, tal vez a vos os interese más qué dejó la reina en su agonía para las Casas nobles, pero otros quizás más misericordiosos y menos... prácticos... preferimos saber antes el porqué de esa agonía... -vamos, indígnate y pierde las formas, león con piel de venado...-. Con tantos y tan reputados maestres alrededor sin que pudieran sanarla, sin duda debió de ser una extraña enfermedad la que se llevó a la reina -aparto mi mirada de Tommen y la dirijo a Lord Blackmont y el círculo de maestres-. Una enfermedad que actuó muy rápido, además... Caramba, dicho así... Un conspirador hablaría de veneno... -suelto una risa inocente-, menos mal que aquí no hay conspiradores sino sólo grandes señores.

Al escuchar las palabras de la hija bastarda de Lord Gendry, tengo que contener la risa para no explotar en carcajadas, después de dejar evidencia, a los maestres y a todos los nobles de la sala, creo que el puñal me esta doliendo hasta ami que ni me va ni me viene todo esta parafernalia de mierda, no conozco esta chica pero me empieza a caer  muy bien.

Le guiño un ojo a (Sylven Water) tras sus palabras que, a la vez que me tapo la boca con la mano para contener la risa, joder y yo creyendo que esto iba ser un muermo total.

Den mira con costernación que Sylven hallatomado la palabra antes que su padre haya siquiera dicho algo. No le quita veracidad a lo que dice, pero nos van a coger entre ojos.. eso no me gusta.

Pero el gesto de preocupación queda en piedra, y no transmite ni una sola palabra.

 Esta discusión era una tontería, desde mi punto de vista, así que, con cara de hastío, le pregunté en susurros a mi escudero, en broma:

 - No creo que, en caso de haber sido envenenada, el responsable vaya a dar un primer paso para confesarlo, ¿verdad?. Personalmente, creo que ha sido una mala idea de su parte rebelar sus sospechas: Ahora, en caso de tener razón, el culpable estará alerta y tratará de no cometer un error que lo delate, mientras que, en caso contrario, hubiera creído haberse salido con la suya y hubiera sido más fácil que se confiara y cometiese un error...

No recuerdo que ya fueras la señora de tu casa, bastarda -responde Tommen furioso -no debes meterte en las conversaciones de los mayores chiquilla.

Las palabras de mi hija están fuera de lugar pero no son equivocadas, ha reflejado a la perfección lo que yo mismo pienso. Será mejor que te tranquilices Tommen, somos familia -interviene el padre de la joven noble demostrando gran serenidad.

¿Familia? -responde Tommen iracundo levantándose de su silla -¡nadie jamás ha demostrado que tu fueras hijo de Lord Robert Baratheon, mi padre! Sólo por tener algunos parecidos físicos no te hace compartir mi sangre ni ser de mi linaje.

Claro, ya sabemos todos que tu padre era Lord Robert, eres su viva imágen -murmura Asha Greyjoy por lo bajo pero dejando que los presentes la oigan.

-No creo que precisamente a vos os interese iniciar una conversación sobre parentescos, ¿verdad, Lord Tommen? -intervengo antes de mirar a Lord Blackmont-. Disculpadme, no quería iniciar una discusión -digo en tono conciliador mientras me río por dentro, satisfecha de que Tommen haya reaccionado tal y como esperaba-, sino tan sólo poner de manifiesto la preocupación que seguro todos compartimos acerca del trágico final de la reina.

Parecía que lo que iba a ser una lectura del testamento con cierta tensión en el ambiente se iba a convertir en algo mas... catastrófico. Las palabras de Sylven, si bien era cierto que podían ser correctas, no era el mejor momento para pronunciarlas. 

Afortunadamente, la discusión termina tan abruptamente como había empezado. El aprendiz espera, paciente a que continúe la reunión. 

Aquella situación y los intercambios de palabras no sé si me producen más rechazo ante aquellas personas o si están a punto de provocarme un ataque de risa. Poco a poco los miedos y personalidades de todos ellos se van revelando ante mi, sabiendo lo que puedo esperar de cada uno de ellos. Sin quererlo, o eso creo, están hablando más de la cuenta. Con naturalidad miro a Petyr mientras todo aquello se desenvuelve a mi alrededor y por un instante estuve tentada a que una sonrisa juguetona se mostrara en mis labios pero supe contenerme a tiempo antes de cometer tan gran error.

-Calma, señores y señoras-digo por fin-Cierto es que me preocupa al igual que a todos nosotros, me imagino,-continúo mirando a cada uno de ellos- la forma tan "extraña" en la que ha fallecido nuestra reina. Por lo que pido al aqui presente Lord Blackmont que inicie una investigación si no se ha hecho ya para intentar aclarar lo ocurrido.- intento que mis palabras calmen los ánimos.-Y ahora, viendo que esto puede demorar unos días, creo que es conveniente continuar con la lectura y sosegarnos todos. No es momento de que salgan a la luz las rencillas existentes entre las Casas sino que es momento de oir las últimas y seguro que sabias palabras de Daenerys, nuestra reina, e intentar cumplir los deseos que en ellas habrá plasmado. Sin duda alguna habrá mirado por el bien de nuestro pueblo para que la paz que ella ha logrado dure en el tiempo.

Acabo mirando a Lord Blackmont y asintiendo para que pueda continuar con la lectura del testamento.

El pequeño escudero miraba a sus alrededor atónito a todas las palabras de los mayores, estos ya se estaban hechando mierda encima y aun no se había leído el testamento de la reina, ¿quien era el niño aquí? se preguntó Ramiel, mientras escuchaba las palabras de su querida madre.

.- has visto que bien habla... .- dijo susurrando a Sir Gaheris.-  

Esto es mejor que una discusión de taberna entre borrachos y estos se llaman nobles  creo que es mas noble una rata callejera que cualquiera de estos, pero que sigan esto me divierte mucho. Escucho  las palabras de lady Lurleen, palabras conciliadoras y que pone calma y cordura ante los grandes y recatados nobles aquí presentes, ajajá.

Le digo por  lo bajo a Lady Lurleen

Muy bien hablado my Lady y  bien jugado.

 Le respondí susurrante a mi escudero, con una sonrisa:

 - Si, ya veo de donde sacaste tu elocuencia, sin duda tienes motivos para estar orgulloso de ella.

 Esperaba que al final pudieran seguir con la lectura del testamento y terminar con este incordio de reunión pronto.

Señores, no es momento para disputas. Si tanto interés tienen en saber que conocemos de la muerte de la Reina pasaré la palabra a uno de los maestres presentes -Lord Blackmont lanza una mirada al grupo de maestres para que hablen.

Uno de los maestres se adelanta para hablar, dejando junto al resto de maestres al joven encapuchado que estaba sentado con los miembros de la La Casa de la Luz.

Buenos días señores. Seré lo más breve posible -comienza el maestre tras un leve carraspeo -en el último mes la Reina Daenerys experimentó pérdida de peso, toses abundantes y dolor en el torax, síntomas a los que no les dimos demasiada importancia ya que pensabamos que eran muestras del estrés y la presión. Un gran fallo por nuestra parte, debo decirlo, aunque la madre de los dragones nos confundió ya que no fue sincera respecto al gran dolor que sentía. El día en que murió la encontramos con las manos manchadas de sangre y nos confesó que no era la primera vez que tosía sangre -confiesa el maestre acompañando sus palabras con un gesto de culpa -ya nada pudimos hacer por ella. Presa del dolor la reina se sumerjió en el dulce sueño de la leche de amapolas para no volver a despertar.

El hombre guarda unos segundos de silencio antes de continuar -Cuando abrimos su cuerpo descubrimos que algunos de sus órganos estaban muertos, infectados por algo extraño. Nuestras conclusiones son que la extraña enfermedad comenzó en los pulmones. Hemos recopilado noticias de otros casos donde se ha dado esta extraña y brutal muerte, alquimistas, herreros o devotos de R´hollor son los principales afectados de esta enfermedad o maldición, como algunos la llaman.

 - Entonces, ya sea veneno o enfermedad, ¿es algo que se transmite por el aire?. Es la conclusión más lógica, si el mal empezó en los pulmones. - Comenté al hombre sabio.

No necesariamente- dijo de pronto el aprendiz, sentado cómodamente en su silla- si consideramos que la reina ha sido envenenada, puede ser una sustancia que ataca a los pulmones. Nada está cerrado aún. 
Los maestres aún deben seguir investigando para dar una respuesta acertada al problema que nos ocupa- tras esto, vuelve a guardar silencio.