Partida Rol por web

Primero Tom, luego Flamo, puso los ojos en blanco maldiciendo por lo bajo.

-Como queráis – soltó tras un resoplido que bien podía ser más un gruñido de Nugirrha, tratando de contener en la medida de lo posible su enfado.

Callo, presionando con una mano sobre su costado, girándose para seguir a Flamo con el pensamiento que si por ella fuera, le volaría a Switch esa tapa metálica que tenía por cabeza y se quedaría tan ancha. Normalmente no tenía nada en contra de esas cajas de tueras andantes pero este había conseguido que de verdad quisiera verlo hecho pedazos.

Detuvo su avance cuando Flamo se giró en un último intento de “sonsacar” algo al droide, brillante idea ojala resultara, por su parte siguió caminando y a la espera de una respuesta apoyo su espalda en el umbral de la puerta. Estaba impaciente por salir de allí y curar sus heridas como era debido. Si iban a meterse en líos con los imperiales por un polo de hielo, no podía hacerlo en eses estado. Tuvieran o no ayuda de Switch.

Las palabra de Flamo parece que hicieron activar alguno de los protocolos de Switch, pues en cuanto terminó pudisteis escuchar su metálica voz.

- Esperad - 

Se puso de pie y pudisteis ver como uno de los laterales del chasis de la pierna del droide se abría mientras avanzaba hacia vosotros. Metió su robótica mano y sacó un pequeño aparato electrónico.

- Aunque no quiera aceptarlo tenéis razón en eso. Me habéis venido bien, ese Chevin estaba causándome problemas. - Acercó el aparato a Flamo para que lo cogiera. - Es un comunicador especialmente diseñado para que solo pueda comunicarse con otro que yo tengo. No puede ser interceptado ni siquiera por el imperio. - 

Unos segundos en silencio antes de proseguir.

- Os conseguiré esa distracción. Esperad a que os contacte usando el comunicador. Y llevarlo con vosotros cuando escapéis. Prefiero teneros a vosotros de aliados que a ningún senador. Puede que me seáis útiles más adelante, y quien sabe si podamos volver a hacer negocios. Guerreros como vosotros no son fáciles de encontrar en la galaxia, tampoco buenos pagadores como yo - 

Una sonrisa flemática asomo en los labios de Val al ver que la maniobra de Flamo había tenido éxito, algo inesperado pero bien recibido. Los engranajes de Switch parecían funcionar lo suficiente rápido para curarse en salud, esperaría con interés uno de sus trabajitos porque sin duda iba a tener que pagar con creces por las molestias.

Ahora necesitaba encontrar un lugar donde poder curar esa maldita herida antes de que fuera a más, sobre todo si quería salir con vida de aquel lugar.

Flamo enarcó una ceja ante la inesperada respuesta de Switch. Cogió el comunicador que éste le ofrecía, no sin soltar una maldición cuando el dolor del costado le recordó que acababa de ser disparado. 

Echó un vistazo al resto y de pronto se dio cuenta. -¿Dónde se ha metido ese mamarracho? -preguntó, refiriéndose a Tom, a quien no tenía precisamente un gran aprecio debido a su actuación en los últimos acontecimientos. Lo último que había visto era salir al tipo por la puerta sin siquiera decir esta boca es mía. Esperaba que su marcha precipitada no llegase a ser un problema en el futuro*. 

Nugirrha ya estaba cansada de ese liante metálico llamado Switch. En un momento podía estar en tu contra y al siguiente ofrecerte algo de ayuda. La wookiee no terminó de fiarse, pero si cumplía su palabra, quizá ese comunicador podría sacarles de un aprieto.

Sin más, la wookiee marchó tras sus compañeros.

Los cuatro salisteis, para encontraros con Tom apoyado contra la pared de enfrente, parecía nervioso. En cuanto os vio dió un par de pasos y se acercó a Val.

- Esto es una locura, yo no estoy hecho para esto. Por Dios, podríamos haber muerto allí. No soy de ir pegando tiros por ahí Val, ya lo sabes. -

Seguidamente dio un suspiro de resignación mirando a los demás.

- Lo siento chicos, pero yo no sigo. Buscaré un sitio en el que esconderme y mantendré un perfil bajo hasta que pueda salir de esta chatarra. Si alguien quiere apuntarse... - 

Dejo en el aire la pregunta, mirándoos... quizá esperando que alguien se apuntara, puede que prefiriera estar solo. En cualquier caso estaba claro que ya había tomado su decisión.

Nugirrha se acercó a Tom y colocó su gran zarpa en el hombro del charlatán. Lanzó un ligero ronquido de despedida y se apartó.

Comprendía la decisión de aquel humano, pues este es un efecto que suele conseguir el Imperio: amedrentarte, hundir tus ánimos y esperanzas. Saben hacerlo muy bien. Tienen ojos en todas partes, son más numerosos y la maldad más oscura de su lado... había que estar muy loco para embarcarse en una misión en su contra.

Quizá la wookiee lo estuviera, porque ella iba a continuar.

Marco guardó la pistola con un giro en su mano adiestrada y sin más preambulos. Había sido un buen combate, un muerto más en su haber y esta vez había sido una muerte merecida. Se sentía satisfecho consigo mismo.

No se molestó en amenazar a los esbirros que se rendían, tampoco pensó en rematar a Ganga Lor. Quizá se lo mereciese, quizá no, ese era el mundo del hampa al que Marco estaba habituado pero no le agradaba rebasar ciertos límites.

—Sin rencores.

Lo dijo con una máscara de fría indiferencia.

Más cálido se mostró cuando respondió con un gesto al agradecimiento de Val. Media sonrisa y ya era mucho para él. Procuró mantenerse algo alejado de la wookie, inseguro de sus reacciones. Sin embargo, parecía la más noble de las criaturas que pululaban por los alrededores, sus hechos lo demostraban.

Cuando los guardaespaldas dudosos de Switch llevaron las manos a las armas, Marco hizo lo propio. Casi le apetecía fulminar a uno o dos más de aquellas ratas.

Por suerte (o no), el tipo elegante tomó la palabra y pareció controlar la situación. En todo caso, a Marco le gustó la respuesta del droide mafioso, ofrecía una promesa de buenos trabajos futuros.

Cuando Tom se confesó incapaz de seguir, le pareció bien.

—No todo el mundo reconoce sus limitaciones, te felicito por ello. Pero yo  seguiré con este asunto —miró a los demás compañeros—. No soy de los que dejan las cosas a medias y además, en el fondo esta es la única vida que conozco.

Demasiadas palabras, pero a Marco le pareció necesario decirlas.

A pesar de su gesto dolorido al caminar no pudo sentir cierto alivio al encontrarse son Tom, por un momento pensaba que se había dado a la fuga sin tan siquiera despedirse.

- comprendo – respondió sin más ante las palabras de su amigo, siempre se encontraba a Tom involucrado en algún problema o a punto de estarlo, pero salía de ellos con la misma facilidad que lo encontraba. - esta bien – continuó poniendo la mano libre sobre el hombre – hasta que nuestros destinos vuelvan a cruzarse, te cuidado ahí fuera

No iba a obligar a nadie a hacer algo que no quisiera, le dolía que renunciara a ayudarlos después de todo aquello pero comprendía que no todos estaban echos de la misma pasta que ella o Marco. El cuál declaro la intención de continuar con las mismas palabras que ella habría usado.

- será mejor que nos movamos, no creo que los imperiales se muevan mucho por esta zona, pese al altercado – afirmo viendo el aspecto de los pasillo que sin duda mostraban la historia de aquel sector, viendo claramente que los había constantemente – además necesito atender esto – señalando la herida abierta por la golpiza que había recibido – no creo que os sea de gran ayuda si la distracción del droide no funciona y tenemos problemas con esos imperiales

Tom se despedía a su excéntrica manera y a Val se le ocurrió una fugaz idea.

- Tom, se que no tienes porque pero no tendrás un medpac o algo que pueda usar ¿verdad?*

Tom niega con la cabeza a la pregunta de Val, lleva su mano a la cabeza y se despide con un ademán de gesto militar, da media vuelta y se va en dirección opuesta a la Cubierta Azul. Por vuestra parte decidís no demoraros más, y dejando atrás el "local" de Switch comenzáis la ruta. 

El camino es sencillo, sin pérdida. Y no tardáis más de 15 minutos en llegar a la entrada. Allí un par de soldados de asalto montan guardia, dejando pasar a todo el mundo que entra. Camináis con paso seguro, decidido mientras los heridos van notando como el dolor poco a poco pasa a ser parte de ellos, quedando solo como una molestia.

Al acercaros a las puertas sentís como los soldados imperiales os escudriñan, deteniéndose especialmente en la wookie. No obstante no parecen poner problemas a que crucéis las puertas, y es cuando lo hacéis que parece que entráis a una estación espacial totalmente diferente. Los suelos están pulidos y poseen un brillo metálico. Los enormes ventanales de los muros ofrecen la vista más magnífica de Brentaal que hay en toda la estación. Droides de mantenimiento y servicio revolotean de un lado a otro, manteniendo todo limpio y ordenador.

Con tan solo caminar unos minutos podéis ver que moviéndose por los pasillos de Cubierta Azul hay un gran número de humanos, la mayoría con apariencia de gente poderosa y con dinero. Prestan muy poca atención a los pocos alienígenas que se encuentran en el área, a excepción quizás de mofarse de ellos cuando pasan.

Las paredes están cubiertas de propaganda del emperador Palpatine, y la insignia del imperio puede encontrarse en cualquier sitio que miréis. Hay parejas de soldados de asalto patrullando las calles, aunque no parecen fijarse en nadie en concreto y su actitud es bastante más relajada que las de las zonas anteriores en las que habéis estado...

Tom se iba, era definitivo. A Flamo no le costó despedirse de él. Al contrario, le produjo cierto alivio ver cómo ese extravagante personaje se alejaba. Hasta cierto punto tuvo algo de envidia. Dada su situación, no podía simplemente marcharse y dejar atrás los problemas como si nada hubiera pasado. Su cabeza había pasado a engrosar las listas de delincuentes más buscados por el Imperio desde el momento en que su carguero fue interceptado. Su única opción era continuar aquella alocada huida hacia delante.

Sumido en estos pensamientos y en otros más oscuros estaba Flamo cuando cruzaron las puertas que les dieron acceso a la Cubierta Azul. Ahí todo seguía como si tal cosa. No parecía que la alarma generalizada del resto de la estación hubiese contagiado a aquella parte, donde todo era notablemente más limpio y elegante. Pero las apariencias tiene la mala costumbre de ser solamente eso, apariencias. Debían estar atentos, distaban mucho de encontrarse en un sitio seguro por el momento. 

Flamo escudriñó detenidamente toda la cubierta. Desde aquella altura tenía una posición privilegiada, y se tomó un par de minutos para analizar las naves y el cargamento que traían. Confiaba en su ojo clínico para detectar la carga que buscaban. Así como el vehículo apropiado para poder transportarla. Debía ser una caja muy parecida a un ataúd, de unos dos metros de alto por metro de ancho y largo. No pasaría desapercibida. 

Nugirrha trataba de pasar lo más inadvertida posible, algo difícil en ella debido a su condición de wookiee. Pero lo cierto es que aquellos individuos tampoco se lo ponían nada fácil. La Cubierta Azul, pese a lo impoluta que parecía, era sucia y decadente en el fondo. Aquellos adinerados imperiales daban buena muestra de ello sin ningún pudor. 

La mecánica empezó a mostrar un gruñido entre dientes, aunque lo frenó a tiempo para evitar percances. Decidió entonces dejar de prestarles atención y fijarse en posibles terminales que pudieran ofrecer información. Quizá si alguno estuviera más apartado, y con la ayuda de sus compañeros para cubrirla, podría intentar hackearlo.

Vieron marchar a Tom sin que nadie le reprochara su decisión, cuando se perdió de vista el grupo emprendió su propio camino directo a la Cubierta Azul. Val camino en silencio, amoldándose a las molestias de la herida, estaba acostumbrada a soportar mucho más que aquel constante recordatorio de su fallida actuación pero si iban a emprenderla con los imperiales no podía hacerlo en ese estado. Así que cuando llegaron a la nueva cubierta, reluciente y elegante, se decidió a romper el silencio.

- Tranquila preciosa, tu agacha la cabeza – se dirigió primero e Nugirrha, la wookie sabía que quería decir su compañera con esas palabras.

A ninguna de las dos le gustaba el significado pero rodeadas de imperiales y de humanos, ella iba a destacar tarde o temprano, mejor que entraran en la dinámica teatral que jugaban cuando no les quedaba más otro remedió que usarla.

- Ignoro cuanto tardara ese droide en reprender a sus hombres y organizar lo que nos ha prometido - hizo un gesto de molestia, cambiando el peso de su cuerpo de una pierna a la otra – me preguntaba, la cubiertas es bastante grande ¿y si mientras damos con el muelle correcto buscamos alguien que pueda tratar mi herida debidamente?

Estaba claro que cada uno estaba a lo suyo, Flamo escudriñando el horizonte, seguramente en busca de su objetivo. Tenía la sensación que no estaba acostumbrado a las distracciones de otras personas en sus negocios. A su lado Nugirrha también parecía buscar algo. Ella no iba a ser menos. Su atención se centro en las patrullas, observando su número y rutas, prefería tener controlado al enemigo potencial.

La situación parecía tranquila. Tras un rápido vistazo a los potenciales problemas en forma de parejas de soldados, Marco decidió que tendrían que dar mucho la nota para que la tranquilidad se esfumase.

Una «nota» particularmente peligrosa era la wookie, por supuesto. Con tanto xenófobo por la cubierta…pero así era la mano de cartas que les tocaba jugar.

—Para agilizar debemos averiguar dónde podemos encontrar más rápidamente la ubicación provisional de las mercancías con origen Empresas Theta y destino Alderaan, quizá con saber el destino sea suficiente. ¿Puedes obtener esa información, wookie? Yo te cubriré si hace falta, aunque creo que tu amiga lo hará mejor.

Se encogió de hombros hacia ambas. Luego volvió su atención a Flamo, que también parecía ensimismado en lo suyo.

—O quizá prefieras que te acompañe a ti a hacer preguntas, O’Shil. A la vieja usanza, sin terminales de por medio, solo calor humano —sonrió, una mueca desagradable—. Seguro que podemos sacar a un aparte a algún mozo del muelle y sacarle esa información. Si tu labia no le convence de colaborar, yo puedo apretarle un poco las tuercas. 

Marco sonrió de nuevo. Tenía ganas de apretar tuercas, solo un poquito. Sentía cierto desprecio hacia el ambiente elitista que parecía respirarse que aquella zona, le apetecía tener una excusa para descargar un poco de odio.

Flamo y Val se detienen unos segundos, analizando la cubierta, tratando de ver lo que allí se esconde; lo que a simple vista no está. Val solo es capaz de ver soldados patrullando, pero no puede ver el patrón por el que se mueven... si es que lo hacen. Por su parte Flamo busca y encuentra una señal que indica el camino hacia el muelle de atraque de la cubierta, además.

Nugirrha se centra en encontrar un terminal al que pueda acceder y que este apartado de la vista de la gente; la mayoría están dispersos por zonas comunes, normalmente en plazas; en zonas en las que sean fáciles de ver. No obstante encuentra uno cerca de un edificio oficial, pegado a una pared, podría tratar de hackearlo de forma un poco más discreta... El edificio es una oficina de reclutamiento para el imperio cuya entrada no parece estar custodiada.

En un momento, todos podéis observar algo que os llama la atención. Podéis ver un hombre vestido exactamente igual que los que perseguían a Maya en El Paseo. Nughirra se da cuenta de que no solo va vestido igual... estaba allí cuando todo ocurrió y salió corriendo en cuanto empezó el jaleo... Por ahora parece que no os ha visto todavía.

Nugirrha echó un largo vistazo a su alrededor. Había varios terminales que podría usar, pero todos parecían demasiado expuestos. Cuando casi se dio por vencida, encontró uno en el que quizá podría funcionar el plan que tenía en mente.

-Uughguughhhghghghhhgh wrrhwrwwhw aaaaahnr raaaaaahhgh aaahnruh aarrragghuuhw raaaaaahhgh aarrragghuuhw uughghhhgh uugggh aaaaahnr uughghhhgh huurh uughghhhgh uggguh... [Si me cubrís alrededor, puedo intentar hackear esa computadora y buscar información sobre el muelle, y quizá el paquete que estamos buscando...].

Entonces notó la tensión en la expresión de varios de sus compañeros, y automáticamente la wookiee volteó la cabeza en la dirección en la que estaban mirando. Sin duda era uno de los tipos a los que se habían enfrentado cuando conocieron a Maya. Eso cambiaba las cosas. Ir tras él quizá les proporcionara más información útil... Y siempre podrían intentar lo de la computadora más adelante.

-Hnnnhrrhhh aarrragghuuhw raaaaaahhgh huuguughghg wrrhwrwwhw aarrragghuuhw uughghhhgh wuuh huuguughghg [Deberíamos seguirle, o atraparte y tener una conversación con él].

Lo tenían jodido. La cubierta azul estaba llena de trabajadores y clientes, abarrotada de gente que podría ser un problema. Y la wookie llamaba bastante la atención. Además estaba ese tipo. El informante que podría delatarlos en cualquier momento. Ese era el eslabón más débil del plan, y del que primero había que encargarse. 

-Vale, se me ocurre lo siguiente. Nughirra, Marco, buscad un sitio discreto y esperad allí. Val, intenta que el informante imperial te vea, no tanto como para dar la voz de alarma, pero lo justo para que decida seguirte. Cuando llegue al punto exacto, la wookie y nuestro amigo el pistolero se encargarán de desarmarlo. Yo me uniré después para el interrogatorio. Y por si las cosas se pusieran feas siempre puedo pedir ayuda. -Flamó les mostró el comunicador, como para reafirmar sus palabras. 

-Además, creo que ya va siendo hora de ponerse en contacto con Maya. Si no la entendí mal nos buscará en el muelle de carga cuando tengamos la mercancía. 

La lucidez escaseaba en su mente, seguramente debido al punzante dolor con el que su herida le recordaba su presencia, no siendo capaz de encontrar un patrón en las patrullas presentes en el lugar. Entonces algo le llamo la atención, iluminando su rostro con una lobuna sonrisa, uno de los informadores por los que había comenzado todo. El único que había logrado salir airoso.

-será un placer – en su mente no solo estaba la recompensa de la información que necesitaban, además podía ser un lucrativo encuentro que podía proporcionarle un breve encuentro con el servicio médico del área. Si tenía suerte – atentos a la actuación

Marco y ella tenía la suficiente experiencia a sus espaldas para saber como actuar ante una situación así, sin demora se pusieron en marcha. Ella por un lado mientras que él y la wookie lo hacían por otro.

Gracias al color oscuro de sus ropas la sangre que la impregnaba pasaba por una simple mancha del tejido, una gran mancha pero solo eso, pero a ojos del informador podía ser tentador. A fin de cuentas había sido una de las responsables de perder su objetivo, seguramente le haría ganar puntos antes sus superiores si la atrapaba. Así que jugaría ese papel, la joven herida.

Camino casualmente por el lugar, como si buscara un rumbo, un lugar al que dirigirse. Evitando el contacto visual con el informador o cualquier otro. Tan solo se permitió un acto de torpeza fingida, chocando con una pareja y esbozando una mueca de dolor, sin mucho dificultad, mientras se disculpaba con ellos. Trato así de lograr su atención, antes de retirarse en la dirección en la que sus compañeros esperarían el momento adecuado para actuar.

Marco asintió mostrando su conformidad. Le parecía bien el plan, librarse cuanto antes de ese tipo era prioritario, de lo contrario tendrían sobre sus cabezas la amenaza de ser delatados.

—Tratemos de llevarle hacia algún punto cercano a salidas de servicio o algo así, cualquier lugar con recovecos a salvo de la vista. Que podamos desaparecer de la vista con rapidez.

Quizá sobraba decirlo, pero por si acaso. Buscó con la vista un lugar lo más adecuado posible, aunque aquella cubierta parecía demasiado «luminosa» y expuesta. Señaló a los demás su destino y hacia allí se encaminó con Nugirrha.

—Cuando nos apostemos para emboscar a nuestro amigo, tu a un lado y yo a otro. Que no tenga la oportunidad de escabullirse.