Partida Rol por web

No creo que sea necesario, mientras alguno no me pierda de vista y pueda dar la voz de alarma en caso de algún problema creo que será suficiente. Cuanto antes nos pongamos en marcha mejor.

Jake apuró su plato.

Creo que dispondremos de todo para el viaje y si no seguro que encontramos alguna aldea por el camino para poder comprar. La velocidad y la discreción son importantes.

El humano estaba acostumbrado a vivir así, entre las sombras, pero no sabía como llevar a cabo eso de la discreción con tan variopinto grupo. Jake se puso de pie.

Bien, id apurando y en marcha. Cuando el sol esté en lo alto deberíamos haber cubierto unas cuantas leguas del viaje.

- ¡Ah! Lástima- suspiró con aire compungido. Le habría venido bien algo con lo que entretenerse un rato.

Se encogió de hombros y volvió a dirigirse a la gigantesca mujer humana como si aquello no fuera con él ni lo más mínimo.

- Sólo espero que no nos olvidemos de las mantas. En una ocasión tuve que atravesar las montañas de Essen en medio de una fuerte nevada. No llevábamos mantas ni ropa de abrigo. De hecho, fue algo realmente extraño. Estoy convencido de que fue algún tipo de encantamiento aunque hay que ser realmente poderoso para invocar una tormenta de ese calibre en pleno verano...

La cháchara del gnomo seguía incesante mientras gesticulaba a uno y otro lado para mostrar las idas y venidas de su emocionante travesía montañosa.

Continuaba pensativa, mirando aquella nota de reojo, cuando los susurros de Aldar me sorprendieron. Se preocupaba por mi estado, aclarando que sólo bromeaba, y desvié un momento la mirada del papel, mostrándole media sonrisa por toda respuesta.

Sigue sin escapársele nada.

Pensé, retirando por fin mi mirada de la lista, tratando de retomar la normalidad.

- ¿Y cuándo decís que va a venir esa bella dama? – bromeé en alto, aludiendo a las palabras de Aldar, haciendo como si la cosa no fuera conmigo.

Casi de inmediato, el explorador ya tenía aquella lista en sus manos, comenzando a recitarla en alto y dando su aprobación. Tras ello observé una furtiva mirada por su parte, mirándole algo molesta.

No, no se le escapa nada…

Pero en seguida le sonreí, tomando después la palabra al respecto del equipo.

- No sé en qué consiste el equipo principal, pero… Sí me gustaría contar con algo con lo que poder pintar mi piel, si pudiéramos dar con alguna bolsita con polvos azules… Por lo que pueda pasar.

Obviamente no podía realizar aquel ritual en cada combate, pero si las cosas se ponían especialmente feas o las circunstancias lo permitían, agradecía poder marcar mi cuerpo. Seguramente para el resto de los presentes sería un absurdo, pero llevar en mi cuerpo aquellos símbolos, tal y como hacía mi extinta tribu, me daba fuerzas.

- Y estaría bien poder mantener el hacha afilada, ¿Contamos con algo para ello? – añadí, haciendo la pregunta mirando a Balakar, quien seguramente también estaría interesado.

Entonces aquel hombre de las cicatrices dijo que nos esperaría fuera, y tras presentarse se retiró. Aquello permitió que Jake se nos uniera, siendo el enano el que se ocupó de recibirle, instándole a que nos informara. Al parecer, el tipo joven quería comentar algo con Jake en privado, y este muy hábilmente le dirigió a los establos, pidiendo que alguno le echara un ojo. También nos advirtió de que no compartiéramos información sobre la misión, lo cual me hizo fruncir el ceño, pareciéndome algo obvio, pero al ver cómo terminaba posando la mirada en el gnomo comprendí mejor sus palabras. Cuando este me miró, tras decir que era discreto y reservado, estuve a punto de reírme, intuyendo una broma; pero no, al parecer no era tal, así que me contuve.

Avlin en seguida se ofreció a ocultarse en el lugar, tratando de aprovecharse de su tamaño, pero el declarado líder no lo veía necesario, simplemente necesitaba un par de ojos. Continuó insistiendo en que deberíamos emprender la marcha cuanto antes, apurando en seguida su desayuno, mientras yo rellenaba la mitad del cuenco que ya había vaciado.

- Puedo ocuparme yo, jefe. Ya casi he terminado. – cogí el cuenco con ambas manos, acercándolo nuevamente a mi boca, cuando el gnomo empezó a contar otra de aquellas historias que parecían no tener final.

Antes de terminar con el contenido del cuenco, posé el recipiente rápidamente sobre la mesa, poniéndome en pie mirando a Jake.

- Pensándolo mejor, ya he acabado, ¿Vamos? – le dije repentinamente, tratando de librarme de la incesante cháchara.

Continúo comiendo plácidamente, mientras Freya comenta la necesidad de contar con algo para mantener el filo de su hacha bien afilada. Es algo de bastante lógica, que a buen seguro el enano también apreciará. Yo, por mi parte, en esta ocasión cuento con una espada de forja élfica, que requieren menos mantenimiento, de modo que en ese aspecto me preocupa menos. Y con un poco de suerte, tampoco tendré que hacer uso del acero tanto como ellos, de modo que...

Sully nos explica la situación con ese tipo, momento en que afino mis sentidos, apremiado por la preocupación. Se trata de algo serio, que podría, y debería, afectar a nuestra ruta. Ya no es sólo que pudieran preparar algo contra él y su compañía antes de abandonar la ciudad, sino que podrían venir tras nosotros ahí afuera.

Patrón, si el tiempo no apremia demasiado puedo diseñar una ruta que nos lleve haciendo un rodeo, para despistar a cualquiera que tratara de seguirnos. -Me encojo de hombros, es algo relativamente sencillo- Nos tomaría una jornada más, a lo sumo dos. Otra opción es evitar algunas poblaciones del camino directo, para hacer ver que no hemos pasado por allí y despistar, y si nos damos cuenta de que alguien nos sigue, organizar una emboscada en algún punto estratégicamente favorable. -Apuro el cuenco, tratando de recordar zonas apropiadas en el camino que miré en el mapa principal, claro que debería revisarlo de nuevo- Por lo que a mí respecta, podemos irnos ya. -Me limpio la boca con el dorso de la mano, sacudiéndola a un lado, mientras me pongo en pie mirando al enano y al gnomo- Sería buena idea acudir a esos establos todos juntos, si sabéis a qué me refiero...

Cojo mi equipo, el arco, el carcaj y la espada, y me ajusto todo a la espalda mediante sus tirantes y arneses, asegurándome de que no me dificulten el movimiento y que pueda echar mano de todo ello sin problemas en cualquier momento. No me sentiré tranquilo y a gusto hasta que abandone estas murallas. Me sitúo junto a Freya, tras oír su postulación como guardaespaldas del jefe, y disimuladamente le hablo en voz baja mientras termino de ajustar las cinchas del carcaj.

Si vas a estar cubriendo a Sully, mantente donde pueda verte, ¿vale? -Le indico, sin mirarla siquiera- Si tienes que ir más lejos, avisa, para que podamos cubrirte. -Si fuera algún tipo de trampa, todo el grupo debe estar en el ajo. Así funcionan las cosas. Las manadas permanecen unidas, eso les hace fuertes. Los individuos que se alejan, corren riesgos innecesarios- No queremos más cicatrices de las necesarias en esos muslos, ¿verdad? -Termino diciendo con picardía, mirándola de soslayo con una sonrisa, antes de girarme a ver si Sully se pone en marcha para ir tras él hacia ese establo.

Solté un gruñido cuando Sully terminó su explicación con aquella petición.

"Mal empezamos..."

Por suerte, los demás tambien parecian estar moscas por el asunto y rápidamente se empezaron a organizar para vigilar a su contacto en aquella reunión. Eructo, haito y satisfecho, antes de ponerme en marcha.

- De acuerdo. En un instante estoy listo.- Engacho la mochila, coloco el escudo sobre esta y afirmo el hacha en el cinto.- Ya esta.

Me limpio escrupulosamente con uno de los lienzos de la mesa, meso mis barbas con los dedos y me acerco al grupo que se esta reuniendo en torno a Sully.

- Si vosotros os encargais de cubrirle en el establo.- Y señalo con la cabeza a Avlin y a la Freya.- Y el abuelo se queda cerca de la puerta, yo me acercaré a la parte de atras del establo, por si nuestro nervioso amigo hubiese repartido invitaciones.

Esbozo una sonrisa que deja traslucir mi deso de que, efectivamente, halla sido tan estupido como para organizar algún tipo de celada.

- No se si te lo he dicho ya, Sully... Pero Hienrich apesta... Y sus tratos, más aún...

Hago crujir los nudillos contra la palma de mi mano.

- Con respecto a los detalles de la ruta y de las compras, lo dejo en las capaces manos de Aldar y de Avlin... Nos apañaremos sobre la marcha.

- No es mala idea la de cubrir la retaguardia- asintió el gnomo- pero no deberías ir solo. Aldar ayudará a Freya a cubrir a Sully, yo iré contigo. Trabajando por equipos será más difícil que nos sorprendan.

Se puso en pie de un salto y estiró sus ropas.

- ¿Vamos?

Pusé los ojos en blanco, pero no dije nada. La lógica del gnomo era bastante buena... pero por lo que sabia, Avlin manejaba mucho mejor su afilada lengua que cualquier arma afilada que llegase encima.

- Por mi bien. Dame un segundo.-  Abrí el pequeño saco que hacia las veces de monedero y rebusqué entre gruñidos y quejidos hasta reunir la cantidad apropiada de monedas como para pagar el desayuno o, por lo menos, dejar una pequeña propina por el servicio.

Acto seguido, dejó el saquillo en las manos del gnomo.

- Aqui tienes. Debe haber seis o siete piezas de eso que llamais oro, en total. No es mucho , pero para comprar algo nos dará.

Con una sonrisa, me encaminé hacia la puerta. Bajo el dintel, me dí la vuelta y espeté.

- No te quedes ahi pasmado, gnomo. Guianos.

-¿Ey? - Avlin se quedó pasmado mirando el saco de monedas que acababa de soltarle el enano- Si es para las compras, creo que es mejor que lo lleve el jefe. ¡¡En marcha!!

Avlin se dirigió hacia la puerta y lanzó el saco de monedas al aire cuando pasaba delante de Sully.

- Recuerdo una ocasión en la que tuve que cubrir a un tipo en una taberna...- empezó a narrarle al enano mientras salían hacia la parte de atrás del local.

Jake se disponía a salir cuando escuchó todos los nuevos planes improvisados por el grupo. Se detuvo en el dintel y se dio la vuelta hacia los demás.

No, a ver si lo entendéis, yo hablaré con el tipo y Freya estará cerca de mí, por si hay problemas y será sólo por precaución. Los demás haced lo que vamos a ir a hacer al almacén, que es recoger el equipo. Vosotros recoged las cosas, incluidas las de Freya y las mías, y disponeros a partir cuanto antes.

Jake hizo un alto... - Vamos al almacén no a un combate, ¿de acuerdo?

Después salió por la puerta junto a Aldar.

La premura es importante, pero lo es más conseguir nuestro objetivo. Tú eres el experto disponlo como creas oportuno, dispones de mapas para estudiarlos, pero deberá ser durante el camino. No debemos permanecer más tiempo aquí.

Directos al almacén.

Ya estaba en la puerta lanzándose hacia el exterior con los ojos brillantes de excitación cuando Sully volvió a dinamitar la diversión.

- Vamos al almacén no a un combate, ¿de acuerdo?

- Pfff- piafó disgustado cortando a medias el relato que tan apasionadamente parecía estar entreteniendo al enano- Al almacén entonces. ¿Por dónde iba? Ah, sí. Estábamos en la taberna y entonces aquel tipo de la cara cortada...

Un cambio de dirección 

Quedando la pregunta del gnomo en el aire los aventureros dejaron el desayuno atrás y comenzaron con su plan saliendo uno por uno dispuestos a rodear el edificio y organizar lo que quisiera que Gerard les hubiese conseguido. La callejuela que daba a la parte trasera del edificio les reveló casi de inmediato una pequeña decepción. Las esperadas cuadras en verdad se trataban de una simple tejavana bajo la que habían dispuestos varios postes frente a un abrevadero. Algunos de ellos estaban ocupados por los estribos de monturas mientras estas se alimentaban. En uno de los extremos había una pila de pasto y en el otro, el más cercano a ellos, se encontraba Gerard de espaldas a ellos mientras fijaba en una mula un arnés de carga, a sus pies se encontraban algo dispersos los enseres del viaje junto con otros de los objetos requeridos por Jake y compañía el día anterior. Al percatarse de que el animal de carga había percibido algo Gerard se giró para descubrir que ya no estaba solo.

-Bien, llegáis justo a tiempo, ahí tenéis todo lo que hemos podido reunir de cuanto me dijeron que habíais pedido.- Dicho eso Gerard señaló el montón más próximo a él donde estaba el mayor grupo de sacos y bolsas junto con cinco mantas enrolladas, después paso a señala otro montón un poco más alejado a cubierto en la tejavana. -Allí se encuentran los víveres y los mapas guardados en sus fundas, solo he podido traeros un par de odres grandes de agua y otro de vino, al parecer andamos un poco escasos en ese aspecto por el tema de la feria, pero no creo que tengáis problemas para rellenarlos por el camino en algún pozo o fuente. Los cuatro caballos que hay allí junto con esta mula son para... vosotros- Aquella pausa repentina vino al caer en la cuenta del enano y el gnomo quizás debida a los problemas que ellos dos pudieran tener para poder montar. -En cualquier caso puedo ayudaros a cargar las cosas si así lo deseáis pero antes me gustaría poder hablar un momento con O'Sullivan.-

Encargaros de todo y prepararlo para partir en cuanto termine de hablar. 

Jake miró a sus compañeros deteniéndose un segundo en Freya. Ya habían hablado de lo que tenían que hacer, esperaba que Freya le guardara las espaldas desde la distancia. 

Se separó de sus compañeros mientras acompañaba al tal Gerard para oír lo que le tenía que decir.

- Ummm, cuatro caballos para cinco- pensó el gnomo en alto mientras ponía los brazos en jarras- o alguien va en la mula o nos va a tocar compartir montura.

Se lanzó dando brincos a inspeccionar las alforjas. Sus zapatillos colgaban y se balanceaban con movimientos excitados mientras se encaramaba a la mula por uno de los laterales. Finalmente, el animal dio un movimiento inesperado a un lado y el gnomo fue a dar con sus posaderas en el suelo de la cuadra.

- ¡Se han acordado de las mantas!- exclamó sonriente mientras se frotaba la zona dolorida.

Claro, jefe, lo que tú digas... -Respondo tranquilamente a Sully, ladeando la cabeza como si nada cuando imparte instrucciones antes de salir de la taberna. No quiere tomar precauciones, después de hablar de potenciales enemigos que busquen entorpecer los negocios de nuestro patrocinador. Cuanto más tiempo paso con este tipo, más me escama su comportamiento, pero no soy hombre de discusiones. Soy un alma libre, pero no bárbara ni revolucionaria. Él dirá lo que quiera, yo haré lo que me venga en gana, y todos contentos- Lo que te he dicho sigue en pie, pelirroja. -Susurro a Freya cuando Jake se encamina a la salida, retrasando la nuestra lo justo para decírselo con seguridad de no ser oído.

Nos desplazamos hasta el lugar, que de establo tiene más bien poco. Más bien es una simple cubierta para que no se mojen las cosas hasta que nos pongamos en marcha. Según llegamos y el tipo de las cicatrices nos explica cómo está el percal, me encamino con la capucha cubriendo mi cabeza hasta la zona donde se encuentran los mapas. Abro cada portarrollos extrayendo el ejemplar de su interior para comprobar que están todos y son correctos, volviendo a cerrarlos a continuación y colocándolos en su lugar. Todos menos el general, el cual despliego para examinar más concienzudamente, ya que deberemos estimar una ruta cuando salgamos y quiero tener las posibilidades claras. Mientras tanto, Sully parece ponerse en marcha con el "cara bonita", por lo que chisto a Freya, señalando las sombras bajo mi capucha con dos dedos, y a ella con los mismos dos.

Contacto visual, pelirroja, no lo olvides...

Antes de que termináramos de organizarnos y empezáramos a salir, Aldar propuso a Jake el trazar una ruta más segura, pretendiendo despistar a quien fuera que pudiera querer seguirnos. Sin duda era una buena idea, aunque no sabía cuanta prisa tendría aquel despreciable de Heinrich en que cumpliéramos con el objetivo.

Tras ello, el explorador cogió sus cosas y se puso en pie cerca de mí, pudiendo escuchar cómo me susurraba sin tan siquiera mirarme. Me instó a que mientras cubría al jefe me mantuviera a la vista, por lo que pudiera pasar; añadiendo aquel comentario sobre las cicatrices y mostrándome una sonrisa de soslayo.

¿No queremos?

Entrecerré los ojos, mirándole con suspicacia, aunque este ya se había girado hacia Jake. Antes de que el jefe se pronunciara, Avlin y Balakar comenzaron a urdir un plan que Jake acabó tirando por tierra. No pude evitar reír con el comentario del enano acerca de Heinrich, y es que no podía estar más de acuerdo con él.

Jake dispuso que fuera solamente yo quien le guardara la espalda, mientras el resto recogía el equipo, incluido el nuestro.

- Acabo de llegar y ya os estoy comiendo terreno… - susurré a mis compañeros con una sonrisa orgullosa, a modo de burla, a pesar de que suponía que la decisión de Jake se habría debido a haberme ofrecido la primera.

El jefe pareció acoger bien la propuesta de Aldar sobre la ruta a trazar, sin embargo, el explorador no parecía tan de acuerdo con las ideas de Jake; diciéndome antes de salir que lo que me había susurrado antes seguía en pie.

Terminamos saliendo, dando con la parte trasera, donde una pobre tejavana era todo el cobijo de nuestro transporte y equipo. El hombre de las cicatrices nos informó de la situación, recordando después a Jake que había algo que tenían que hablar. Una mirada de este fue suficiente para indicarme que le siguiera, pero justo antes de hacerlo escuché como me chistaban; era Aldar, que con un gesto de sus dedos trataba de indicarme que permaneciera a la vista.

Asentí, aunque al girarme para seguir tras Jake solté un ligero suspiro.

Abuelo no… Ahora parece mi padre.

Jake se alejo con Gerard hasta el extremo opuesto de la tejavana y tras ellos fue Freya a modo de escolta. Mientras tanto el resto pudo comprobar todo lo que les habían dejado para llevar en su viaje, Aldar fue el primero en ir a ello al investigar los mapas, junto a ellos también pudo observar de soslayo los víveres entre los que se encontraban los tres odres una bolsa repleta de las que deberían pertenecer a la última cosecha de naranjas y otras frutas, también en otros de los sacos asomaban algunas conservas y lo que parecía un buen montón de cecina. Por otro lado a Avlin y Balakar les tocó lidiar con la mula y la carga allí dispuesta, además de las mantas allí también se encontraban las prendas de abrigo que habían separado, una cuerda enrollada, material de escalada, un par de arcos y una ballesta ligera con sus respectivas municiones, un par de mochilas cargadas, una ristra de antorchas anudadas y cubiertas, un par de escudos de madera junto a otro de mayor tamaño con remaches de acero y las sillas de montar esperando a ser puestas en sus respectivas monturas.

Al parecer su pedido había sido completado con bastante precisión allí estaban los mapas solicitados, pero ahora lo que le interesaba iba por otro lado. Yendo al que le permitía tener una visión más global del lugar en el que se encontraban y al que deberían ir se reafirmó en lo que sospechaba. Si tomaban la salida este de Saduj saldrían a una calzada real que les llevaría directos a la primera aldea de su recorrido, Venatus, según los cálculos del explorador y si el camino no estaba en mal estado hoy mismo podrían dormir allí. Los problemas podrían venir más tarde, pues aunque la calzada real proseguía hasta casi el final de la ruta cruzando dos aldeas más estas aparecían como abandonadas y rodeadas de bosque lo que jugaba en su contra en cuanto al mantenimiento del camino.

Otras opciones tras pasar Venatus eran cruzar a las bravas el bosque tratando de seguir en parte el cauce de un rio, pero aquello podía hacerse bastante duro y con el grupo, los equipos y las monturas seguramente acabasen tardando el doble. Entre ambas posibilidades había otra intermedia consistente en lo que aparentaba ser una antigua ruta de pastores o el camino que podría haberse utilizado para comunicar las aldeas con la ciudad élfica antes de la creación de la calzada, pero si ya tenía sus dudas sobre como podría haberse mantenido lo que en su día debería haber sido una ruta comercial importante otra tan secundaria no iba a estar precisamente mejor.

Gerard se alejo hasta el extremo opuesto de la tejavana seguido por Jake, cuando estuvo listo para hablar lanzó una mirada furtiva por encima del hombro O'Sullivan al ver que la enorme mujer les había seguido hasta quedarse a una distancia de seguridad. No comentó nada al respecto, a fin de cuentas las sospechas eran algo habitual en aquel mundillo en el que se movían y a su parecer la grandullona estaba a una distancia suficiente para no oír lo que tenía que contarle al pícaro.

-No se por donde empezar, pero ayer fue una locura, de hecho hoy... Bueno, sin ir más lejos no se que carajos hago yo aquí, apenas me enteré hace unas horas de todo esto, Heinrich está muy molesto así que sera mejor que os larguéis cuanto antes.- Volvió a mirar por encima de Jake para asegurarse que la mujer no se había movido. -Ayer mismo en las arenas mataron a uno de los guardias de Cedric en mitad de las gradas sin que nadie viese nada y otro esta desaparecido, aunque se sospecha que no debió acabar mucho mejor que su camarada después de encontrar un charco de sangre en la zona de los luchadores. Joder, si hasta Nimble ha desaparecido ¡Nimble! Bien es cierto que nadie sabe, ni tiene interés en enterarse, de lo que hace o deja de hacer esa alimaña, pero se suponía que él era quien tenía que juntarse hoy aquí con vosotros.- Paro a tomarse un respiro, estaba claro que la calma que había mostrado justo cuando llegaron allí había sido algo temporal. -Y por si fuese poco ha habido un asesinato del que tampoco nadie sabe nada en la zona de los nobles, todavía no se saben nombres, pero te repito lo de antes, lo mejor será que os marchéis rápido y os cuidéis las espaldas, no se ni me interesa lo que os habrán encargado pero si tenéis que marcharos de aquí por un tiempo casi os envidio.-