Partida Rol por web

Sullivan se mantuvo a distancia de los cuerpos y, sacando sus gafas de ver de uno de los bolsillos de su enorme chaqueta, se acercó con tranquilidad al cadaver. Lo contempló más como un galerista, como un connoiseur admirando una obra recién restaurada, que como lo haría un policia. Había quedado claro que este era el templo de Gullavson, su museo, y dado que el no era quién para negarselo, tomó el sacro respeto que consideró oportuno en contemplar su última obra maestra.

Aunque esa obra maestra fuese del asesino de la Polaroid y, sacando comparaciones, ellos no fuesen más que aquellos historiadores del arte empeñados en sacar un significado a una plasmación del oscuro psique del artista.

- Veo que me queda poco trabajo por hacer aquí, si he de ser sincero.- dijo, girandose al señor Gullavson, mientras guardaba de nuevo sus pequeñas gafas redondas- Me alegra ver que han puesto un profesional eficiente del nivel adecuado del caso.

La soberbia del otro investigador había pasado a más que un segundo plano para Sullivan, quién la sorteó con cierta indiferencia. La zorra y el cuervo y, aunque no se sentía muy identificado con aquel animal tan gracil, si quería el queso informativo que ahora poseía Gullavson. En su mente se dibujaban, como storyboards, los asesinatos. Ataque de frente. Premeditado, rápido y directo. El Sr. Elmore presentó mas resistencia, quizás porque se percató de su presencia, y tuvo que golpearlo, para desestabilizarlo o atontarlo, antes de utilizar un golpe mucho más brutal.

Solo tengo un par de preguntas. ¿Ha sopesado que tipo de arma curva? ¿Hoz, machete curvo? Dudo mucho que haya cuchillos de vendimia por esta zona, la verdad, pero nunca hay que descartar nada... Y ¿que tipo de poses hicieron tomar a los cadaveres? ¿Caracter sexual, vejatorio, religioso? ¿Mantenían alguna posición peculiar en relación con las fotografías?

- No perdamos el tiempo con esto, parece ser sólo mermelada, una antigua mancha.

Tras incorporarme, doy un paseo por la tienda, mirando las diferentes estanterías, y me dirijo hacia la puerta del almacén.

- No creo que encontremos mucho aquí, pero deberíamos tratar de establecer el por qué el asesino selecciono a estas víctimas y no a otras, o si es fruto del azar.

Una vez en la puerta, trato de abrirla.

- Oh... - dice anonadado por haber hecho una foto de aquella mancha - Pues vaya... - suspira sonriendo mientras se reincorpora y sigue a su jefe - Y yo haciéndole fotos. - comenta con tono jocoso mientras borra la instantánea de la memoría del teléfono

Tras llevar la mano al pomo, el agente Dwight intenta abrir la puerta, sin embargo, esta se resiste. Está a punto de intentar encontrar una cerradura cuando entiende que la puerta solo está algo atrancada. Tras sacudirla un par de veces, la madera hace un fuerte “crack” y se abre la entrada a lo que, en efecto, es el almacén. Dentro solo veis un montón de cajas apiladas y abiertas con los mismos artículos que visteis en la tienda. Casi diríais que huele mal y de seguro se trata por alimentos en mal estado. Pero nada llama vuestra atención más allá del asco. No parece haber ninguna pista.

Con una gran maestría gracias a su larga experiencia, Sullivan inicia la autopsia de ambos cadáveres. Mientras lo hace, el doctor responde a sus preguntas.

-Pues por la forma de las heridas, el arma debía ser una hoja curva de un solo filo. Así que una hoz o algo parecido podría ser perfectamente el arma utilizada.- Entonces hace una pausa. –En cuanto a las posturas, eso si es interesante. El asesino ha intentado colocar a sus víctimas en la misma posición que en las fotos que se encontraron con ellos. Cuando acabe, puedo pedir que preparen una sala para que las vea. Esas fotos junto con las pruebas encontradas en las escenas de los crímenes están guardadas aquí. Es una ciudad pequeña y tenemos un almacén mucho mayor que el de la comisaría. Y por qué negarlo, más limpio y vigilado.-

Al ver al agente Sullivan concentrado, se aparta y mira a la agente Sparks.

-Bueno, tómense el tiempo que necesiten. Yo tengo cosas que hacer. Si necesitan ayuda, avisen a la chica de recepción, pediré que preparen las pruebas para su inspección. Ahora, si me disculpan-

Hace un leve gesto con la cabeza y se marcha de la habitación dejándoos solos.

Poco a poco, vas inspeccionado ambos cadáveres y a pesar de la información del doctor, sacas alguna información extra.
En efecto, compruebas que el arma era curva y de un solo filo. Unas partículas de orín en las heridas te hacen comprender que el arma debía estar oxidada, al menos parcialmente. En un rápido examen, adviertes que la muerte de bale fue instantánea, sin embargo, la de Elmore fue larga y dolorosa como muestran sus músculos contraídos y el agotamiento general. Quizás dos horas tardó en morir.

El cuerpo de bale está manchado en su parte frontal por barro seco. La herida craneal de Elmore presenta pequeños trozos de madera incrustada. La inspeccionas algo más a fondo y compruebas que la herida no es muy profunda, por lo que es posible que sea fruto de un golpe contra algo al caer al recibir la herida. Así mismo, descubres en la mano izquierda de Elmore restos de astillas de madera, que han provocado microincisiones, como si hubiera agarrado algo de madera con fuerza.

Al inspeccionar los intestinos, descubres que el intestino delgado presenta adheridas pequeñas fibras textiles artificiales. En ambos cuerpos encuentras restos de paja en la ropa, así como en la mano herida de Elmore.

El rigor mortis y el grado de descomposición en el cadáver de Bale indica que llevaba muerto entre 6 y 9 horas cuando fue descubierto. Además presenta muchos organismos larvarios en sus cavidades al haber yacido varias horas en un entorno húmedo y orgánico.

El rigor mortis y el grado de descomposición en el cadáver de James Elmore indica que llevaba muerto entre 8 y 12 horas cuando fue encontrado su cuerpo.

Durante 2 horas, el agente Jules Sullivan se concentra en su trabajo mientras Salina Sparks espera paciente a que termine. Finalmente, alza la mirada con una curiosa sonrisa y mira a su compañera para hacerla saber que ha terminado la inspección.

- Por mi parte, Señorita Sparks, he acabado con esto. Se acercó a lavarse las manos, antes de quitarse los guantes y tirarlos en la papelera más cercana. Lamento si ha tenido que contemplar algo que no quisiera, pero así estamos todos hechos por dentro. Menos las larvas, claro está.

Mientras Sullivan se acercaba a por su abrigo y demás pertenencias, siguió hablando tranquilamente con la agente Sparks.

- Efectivamente, la arma utilizada era curva de un solo filo. Me atrevería a decir que una hoz, ya que hay presencia de oxido: probablemente una herramienta de campo. El Sr. Bale murió o fue arrastrado por una zona con barro, mientras que me atrevo a decir que el Sr. Elmore se aferró y cayó en algún tipo de construcción de madera, lo cual no es muy osado...supongo que las mayorias de las construcciones del lugar sean de madera. Es muy habitual en nuestro país, especialmente en Nueva Inglaterra, donde la madera es una importante fuente de material prima. Eso sin contar los impuestos sobre casas de otro material, claro está. Es lógico dado que llevamos siendo el mayor productor/consumidor de madera desde los años 50. Aunque me parecería muy forzado acusar al gobierno por hacernos buscar a una aguja en un pajar ¿no cree?. Chascó los dedos y la lengua de repente. Ah, sabía que me olvidaba algo.

Como quién se deja el horno encendido, se giró hacia donde se encontraban los cadaveres y volvió a colocarlos según el protocolo habitual. Se notaba que para él era una parte rutinaria más, al igual que el guardar y limpiar el material quirúrgico. Aún así se podía percibir cierta...devoción, respeto en lo que hacía.

- Poco más y nos vamos de la cena sin ni siquiera ofrecernos a fregar los platos...-exclamó, con tranquilidad, mientras ordenaba la sala tras su trabajo. Aquello no iba a llevarle mucho tiempo y no solo por su velocidad: su trabajo era meticulosamente ordenado y limpio, aunque parecía ralentizarse para alcanzar la sutileza de un relojero cuando sus manos se acercaban a los cadaveres. Por cierto, he obtenido unas pequeñas fibras artificiales en el intestino del Sr.Elmore. Preguntaré en secretaria si serían tan amables de realizar un analisis en nuestro nombre. No soy precisamente un experto textil, pero quizás ellos sepan decirnos quién fue tan maleducado de dejarlas dentro del pobre hombre.

Comprobando que ya tenía todas sus pertenencias y la sala estaba tal y como llegaron, el forense se acercó a la puerta de la sala.

- Pero creo que de momento -dice, sujetando la puerta caballerosamente a Salina- lo mejor será que comprobemos el resto de pruebas que el señor Gullavson nos habrá dejado preparadas.

Estaba claro que allí no iban a encontrar nada, al menos eso pensaba él, quizá John que parecía tener mejor ojo para esas cosas encontrase algo, pero era poco probable, revisa el almacen pese a creer que no iba a encontrar nada y luego echa un ultimo vistazo a la tienda caminando con paso lento hacia el exterior.

Salina no dejaba de sorprenderse de la naturalidad con la que los forenses trataban con los cadáveres. Si bien las carcasas no le impresionaban ni el hedor de la muerte le afectaba en demasía, al ver a esos profesionales parecía estar contemplando una forma de vida tabú, una forma de ser particular, oculta, que sólo podía ser presenciada en determinados y reducidos círculos. A pesar de ello, la agente Sparks se adaptó en seguida y prestó atención a los análisis sin hacer mala cara. Al fin y al cabo, gran parte de la sensación de desagrado que pudieran provocar aquellos temas formaba parte de un constructo social y cultural, nada de lo que no pudiera desvincularse por un pequeño intervalo de tiempo.

Sparks dejó trabajar cómodamente al agente Sullivan mientras observaba los cuerpos tratando de sacar alguna conclusión sobre ellos. Hacía esto más por matar el tiempo que por una convicción real de que pudiera obtener algún dato que se les hubiera escapado a los forenses. Cuando Sullivan terminó, se dispusieron a abandonar la sala para dirigirse a la secretaría.

- No se preocupe, agente Sullivan. Esto no es más que parte de mi trabajo, sobreviviré – respondió con una sonrisa-. Me alegro de que tengamos una idea más o menos clara del arma del crimen, es una pieza fundamental. Apresurémonos a entregar las fibras para el análisis. Si he de ser sincera, creo que no serán más que restos del tejido de la camisa del señor Elmore, desprendidos y empujados al interior de los intestinos por la acción del filo del arma homicida al hincarla en el vientre del sujeto. Pero quien sabe, en una refriega pueden ocurrir muchas cosas – concluyó con un ademán, mientras recogía la chaqueta.

- Esto parece una vía muerta de información. Terminemos y pasemos al siguiente lugar.

Antes de salir me acerco hacia la caja registradora y echo un vistazo por si encontrara algun libro de cuentas.

- Agente, ahora que estamos solos, ¿podría enseñarme las fotos de los ciudadanos que hizo y comentarme sus impresiones?

- Si... - asiente dándose con la palma de la mano en la frente - Los había olvidado, - explica buscando las fotos en la galería - Pues creo que el hombre joven tendría mas posibilidades de ser sospechoso, - dice extendiendo la mano con el teléfono en ella - he leído que los imitadores de asesinos en serie suelen ser más jovenes que quienes imitan, - comenta meditabundo - por aquello de la "mente curiosa". - sentencia haciendo las comillas con sus manos.

Sullivan quedó franca y agradablemente impresionado por el comentario de la Agente Sparks. A primera vista hubiera jurado que era una de estas jovenes excesivamente competitivas para las que solo vale demostrar que son tan hombres como el resto de agentes poniendo en personas las esposas. Quizás fuera así, pero en tal caso lo disimulaba muy bien.

- Me temo que es muy probable que tenga razón, Señorita Sparks. Sin embargo y dado la...-iba a decir presión, pero con una sonrisa cambió el término a último momento-importancia del caso creo que nuestros superiores aceptarán de buen agrado una comprobción comparando ambas fibras. Al fin y al cabo, no es demasiado complejo al tener fibras originales de la camisa del cadaver. Un sencillo análisis al microscopio podrá mostrarnos las similitudes entre ellas.

Casi habiendo perdido toda esperanza de encontrar nada útil, decidís buscar antes de iros el libro de cuentas, recordando haberlo visto antes encima de la mesa. Lo abrís y echáis un rápido vistazo, pasando rápidamente las páginas. Estas están llenas de nombres y pagos. Estáis a punto de cerrarlo cuando en las tres últimas páginas veis que un nombre se repite con frecuencia. El nombre es Martin Hill. No solo se repite, parece haber varias compras pero ningún pago. Al final aparece una pequeña nota del difunto.

“no volver a fiar”

Al parecer, ese tal Martin Hill debía mucho dinero en compras al señor Elmore. Siendo la única pista interesante que parece haber en el lugar, decidís salir de ahí.

Tras devolver a los cadáveres a sus “neveras”, salís de la sala y ponéis rumbo a la entrada, donde esperáis encontrar a Fred y a la secretaria. No os equivocáis, al torcer la última esquina, el hall queda a la vista y podéis ver como el ayudante del Sheriff charla amistosamente con la secretaria. Al veros, dejan su conversación y centran su atención en ustedes.

-Hola agentes ¿Cómo ha ido todo? ¿Alguna pista?-

Fred os recibe con una amplia sonrisa. Comprobáis que parece haber recuperado todo el color de su rostro que había perdido al ver los cadáveres.

-Estaba pensando una cosa. Ya me ha dicho Lucy que han pedido ver las pruebas, pero se ha hecho un pelín tarde. Son más de las 3 de la tarde. ¿Qué les parece si vamos a comer y luego echamos un vistazo a las pruebas? -

Cuando termina de hablar, veis que más que una surgerencia es una súplica, el hambre parece atenazarle el estómago.

La verdad, Jules no estaba muy dispuesto a parar. La idea de poder ver lo más en primera persona que se podía la escena del crimen ¡Y no cualquier escena! Estabamos hablando de la posible y más que misteriosa vuelta del asesino de la polaroid. La comida podía esperar cuando la muerte quiere deleitarte con superior obra maestra, con el gran acto de un asesino serial digno de un genio como Shakespeare. Aunque lo cierto es que el cuerpo humano necesitaba descansar, aunque no lo necesitara el alma, y probablemente la Señorita Sparks quisiera tomar el aire con tranquilidad como un ser vivo antes de volver a su templo de la ciencia.

- Lo cierto, Señor Willis, es que el caso corre cierta prisa. -dijo el forense, con algo de sadismo muy bien oculto, marcando muy bien la pausa antes de continuar. Pero el cerebro necesita azucar para funcionar a pleno rendimiento, asi que quizás nos viniese bien un pequeño refrigerio antes de analizar algo tan importante. Sin embargo, Jules se dirigió hacia la secretaria, tendiendole las muestras que había obtenido. Antes me gustaría entregar esto. Estas fibras se encontraban en la herida del cadaver. Me gustaría pedir una sencilla comparación con la fibra de la ropa del difunto Elmore, si es posible.

- ¿Y bien? dijo, mirando a Fred y a la agente Sparks. ¿Existe algún lugar a donde quiera llevarnos a comer?