Partida Rol por web

Empezáis a avanzar por la resbaladiza pasarela cuando uno a uno tenéis vuestros problemas para  mantener el equilibrio ... el primero en hacer un traspié es Ûrahit, pero consigue mantener el equilibrio y no perder su verticalidad ... no obstante, el parón a media pasarela hace que Sargón tenga que pararse en seco y Shana y Shelkis, concentradas en no caer no se dan cuenta y hacen un mal gesto ...

Enseguida se forma algo de pánico entre vosotros mientras las dos chicas resbalan entre los cráneos, hielo y nieve ... sin embargo tienen los suficientes reflejos para agarrarse en el ultimo momento y quedar suspendidas sobre una inquietante oscuridad de la que solo las separan sus dedos.

Por suerte, Sargon ... que ha recibido un fuerte tirón por parte de las chicas, consigue mantener el tipo y afianzarse bien, impidiendo que si la enana y la deva fallan caigan sin mas.

No obstante todo este estrépito provoca algo inesperado ...

Algunos ya habíais notado que las sombran se comportaban extrañamente en el lugar ante la luz de Shelkis y cuando ambas mujeres quedan colgadas de la pasarela, queda claro el motivo ... todo rincón con sombra debajo de la pasarela está habitado por centenares de extraños murciélagos dentudos que rehuyen la luz. La súbita aparición de las chicas provoca que el enjambre de murciélagos se ponga a volar, provocando un caos de alas correosas, dientes y gritos agudos.

El enjambre empieza a revolotear a vuestro alrededor cegando vuestra vista y realizando pequeños cortes en toda vuestra piel, haciendo que perdáis la concentración y la compostura.

Shana pierde su agarre y cae hacia abajo, arrastrando al sorprendido Sargón ... la inercia ya es inevitable para Ûrahit que sigue sus pasos hacia abajo, la única que parece mantener la voluntad es la Deva pero ... sus brazos no son un ejemplo de fuerza y sus dedos pierden el agarre fácilmente precipitando al grupo al vacío.

Los segundos se eternizan a medida que caéis en la oscuridad y la piedra brillante de Shelkis se separa. La luz del techo se aleja rápidamente, así como el enjambre.

Cuando ya entregabais vuestras almas a vuestro dios, chocáis contra una pared inclinada ... la columna central donde se apoya la plataforma se ensancha lentamente a medida que baja, haciendo que aparte de un primer golpe, continuéis deslizándoos contra el hielo y la nieve, si bien los bordes son dolorosos.

Termináis llegando al final, dando tumbos como locos y recubiertos de nieve como si fuerais un postre azucarado.

A vuestro alrededor todo es sombra y oscuridad silenciosa. Vuestra única luz es la de la piedra de shelkis, reposando en el lecho de nieve de la caverna e iluminando pequeños copos de nieve que descienden lentamente desde lo mas alto del lugar, ajenos a la ventisca que soplaba en el techo.

Lo único que escucháis es vuestro respirar.

Una voz sensual llega a vuestros oidos ... la voz de una mujer dulce y agradable que os parece terciopelo a vuestros sentidos.

¿Quienes sois? - Dice con curiosidad. - ¿De donde habéis venido? 

La deva había sufrido demasiados golpes como para mostrarse indiferente y amigable ante alguien que escondía su rostro. El lugar era siniestro y así atribuía a la naturaleza de quienes viveran ahí.

De libros sobre monstruos y cuentos infantiles había leído como algunas criaturas infames ocultaban su verdadera naturaleza para ganarse la confianza de sus víctimas. Sin dudarlo dos veces la maga cancelo su conjuro de luz para activarlo en el extremo superior de su vara, apuntando con el extremo luminoso en la dirección de la que venía la voz.

-Mostraros vos primero, señora. Quisiera ver el rostro de mi contrario antes de decir un nombre a la oscuridad… -Dice con falsa voz calmada, la deva nunca perdía la compostura pero en su fuero interno se estremecía. Tras comprender que esta respuesta no podía hacer otra cosa que enfurecer a la misteriosa mujer añadió con rapidez para remediarlo.  –Somos extranjeros, y tan pronto nos iremos como tengáis la amabilidad de indicarnos el camino...

Cuando Shelkis se mueve para recoger su vara, remueve la nieve de su alrededor, descubriendo que el suelo aquí también está lleno de cráneos ... si bien la nieve los cubre como si fuera una suave manta.

Algo se mueve en el interior de sus cuencas vacías.

La caida fue más larga de lo que me habria gustado, pero de alguna forma agradecí que lo que escondiese la oscuridad fuera una caida no tan letal. Despues de rasguños y golpetazos contra las piedras, llegamos a un suelo de nieve, cuyo frio fue capaz de despertarnos de inmediato de cualquier clase de incosciencia que asomase por aquel trauma.

Una extraña y atractiva voz nos hablaba, mientras que yo rapidamente me levanté y me desamarré de la cuerda.

"Si he de morir peleando, no será amarrado a una fragil deva."

Todos mis esfuerzos y mi concentración estaban en desatarme, luego veria el resto y responderia a las preguntas de aquella voz. 

Los movimientos frenéticos de Sargón por desatarse, remueven la nieve y los cráneos del suelo ... el movimiento parece despertar los inquilinos de las calaveras y un pequeño puñado de arañas bulbosas del tamaño de una palma salen correteando y se esconden entre la nieve.

Tras unos momentos de angustia todos caemos aunque milagrosamente seguimos vivos. Algo aturdida cojo mi lanza y me apoyo en ella para levantarme del suelo. ¿Estáis todos bien? pregunto a mis compañeros tras la caída.

de repente se escucha una voz femenina y nuestra compañera deva le contesta. Ver el rostro de mi contrario? En serio ha dicho eso? Cuando la maga termina de hablar añado Exacto, somos un grupo de viajeros que hemos caído aquí por accidente. No tenemos intenciones hostiles...

¿Viajeros? Nadie viaja hasta aquí ... no en estas montañas, ni con ese clima ... demasiado bajitos para ser orcos.

¿Habéis venido, como ellos, a consultar la voz del oráculo? - La dulce voz resuena ligeramente por el lugar, haciendo que reconocer su procedencia se haga difícil. - ¿O sois los sacrificios que lanzan esos salvajes para complacer sus necesidades?

Ya de pie, saco mi atarraga de mi espalda y doy un paso hacia enfrente, adelantandome a mis compañeros, mientras respondo:

 - "Yo no soy sacrificio de nadie y no necesito oraculos que me digan el futuro. Si quieres yo te digo los posibles destinos: Nos vamos en paz siguiendo nuestro camino o nos molestas y lo ultimo que ves antes de morir es mi arma hundiendose en tu rostro. La elección es simple. ¿Que dices?"

Aprieto con fuerza el mango de mi arma mientras sonrio por la emoción de enfrentarme a un enemigo digno.

 Es evidente que no somos orcos y tampoco sacrificios y mucho menos buscamos problemas - digo en tono de reprimenda, más para Sargon que para la mujer que nos hablaba desde todas partes - tan solo deseamos continuar nuestro camino. Dicho esto me suelto de la cuerda que todavía tenia atada a mi cintura. Algo me dice que necesitare moverme - pienso mientras lanzo una mirada fulminante a Sargon que se había adelantado a nosotros - cómo son los hombres, siempre buscando follón... al menos no está borracho.

La falta de resuello había dejado al bárbaro sin energías para hablar. La caída había sido desagradable, pero el repentino tirón de la cuerda había causado estragos en su cintura. Poco a poco iba recuperando la respiración.

Imitó a sus compañeros y se desató de la cuerda. Ya he tenido bastante de esto y, como Sargón, sacó su arma. Seguía estando rodeado de cráneos y, para colmo, una fantasmagórica voz venía de vete a saber dónde. Estaba preparado para pelear contra cualquier cosa, pero todo tenía connotaciones de mal destino, mejor combatir en otra parte.
-¿Y si empezamos a movernos mientras nuestro adversario siga prefiriendo hacer una tertulia que sacarnos la sangre? –susurró a sus compañeros. Seguramente que Shelkis sabía qué hacer en estos casos, pero él seguía prefiriendo las antiguas costumbres:

No pelees contra algo que no puedes herir con armas

Me amenazáis y me tratáis con desagrado. - Dice la voz femenina con un tono de enfado. - Tan mal os he tratado ... ya veo que sois como los demás ...

Se forma un silencio antes de que vuelva a responder.

... y terminareis como ellos. - Al final su voz tiene un tono burlón, como si hubiera esperado el resultado.

De entre las sombras, enfrente vuestro, una gran figura empieza a moverse hasta que la luz ilumina su forma.

Sus múltiples ojos os miran y la luz de Shelkis se refleja en ellos, una aura de maldad inunda la sala cuando os percatáis quien es su dueña. A su paso múltiples arañitas pequeñas salen de los cráneos de la nieve para revolotear su alrededor ... el monstruo arácnido utiliza los cráneos como nidos y quizá ahora ha llegado vuestro turno.

 Al ver aparecer aquella pedazo de araña me quedé muerta. Habíamos cabreado a un adversario bastante espeluznante pero mis compañeros ya estaban preparandose para la batalla y yo no iba a ser menos. Y hablando de compañero... Ethys, amigo mio, acude a mi llamada, yo te invoco. Tras un leve estallido de humo aparece un oso semitransparente delante de mi, en primera fila junto a mis otros dos compañeros enanos.

Shelkis aprovechó la tertulia para desatarse, no fuera que su rival se aprovechara y tirase de ella al hacerse con el otro extremos de la cuerda. Mientras la maga se libraba de la soga que se ceñía a su cintura su mente iba pensando en los conjuros más apropiados para la situación, si se enfrentaban a un gran numero la mejor forma era dejarlos inconscientes en el menor número de golpes posible. Había un hechizo que cumpliría con creces su plan, pero antes tendria que conocer a su rival.