Partida Rol por web

Señor, la voz de James, por el canal de mando, se escucha como siempre, pero algo temblorosa, seguramente debido a su lucha con algún correaje enredado, dentro del taladro, tengo mis dudas sobre la estrategia de andar sellando túneles. ¿Qué pasa si nos encontramos con un callejón sin salida, y resulta que hemos derrumbado túneles a nuestra espalda?

Es más, aunque conozcamos la dirección hacia la reina, bien pudiera ser que el túnel que va en esa dirección no llegue a la cámara de la reina, y tengamos que probar con otro que ya esté sellado.

Ellos pueden abrir túneles, tienen obreros, algunos de castas poco frecuentes, gigantescos... nosotros no.

Recomiendo sellar túneles solamente si viene por ellos una verdadera manada de guerreros, o algo con lo que creamos que no podemos, señor.

Pienso un momento en las palabras del O'Flaggerty, las cuales no carecen de sentido. Asiento a ellas y contesto:

- "Bien pensado, Soldado. Teniente Smith, ya escuchó. No queremos derrumbes a menos que nos superen. Dudo que el taladro pueda con ello, por lo que solo queremos que se larguen lo antes posible para asegurar sus propias seguridades."

Mantengo mi rifle con la mira atenta al túnel, sin distraerme ni un momento.

James y Wallace estaban ya dándose prisa para alcanzar su posición (de hecho, la chica ya había abandonado el taladro), por lo que, si había suerte, estarían con ellos antes de que tuvieran verdaderos problemas. Afortunadamente, el Sargento Mayor atendió a su petición de forma sumamente generosa, ordenando a cuatro hombres de la ligera que fueran con ella y su grupo.

Antes de que Sonia pudiera indicarles, se adelantó Sonny, con gran acierto, haciendo que esta asintiera al tiempo que sonreía para sus adentros:

- Correcto, soldado. Ya le han oído, señores.

"No le nombraron soldado de primera por nada, está claro."

- "Lo que ha dicho el Teniente de derrumbar el túnel de salida del taladro sí me parece buena idea. Lo que sea para no facilitarles a los bichos que puedan seguir al taladro." -

La orden era clara por lo que el fusilero no lo dudó ni un instante. Alzó su Morita y apuntando al bicho que había en el túnel sureste sin contemplaciones. 

-¿No era la misión del taladro distraer a los bichos mientras nosotros vamos hacia la reina?

No sabe si esa parte se la ha imaginado allí arriba o realmente han comentado que el taladro atraería la atención de esos bichos para que ellos pudieran tener el terreno más o menos libre de sorpresas. Vamos, lo que es allanar el terreno para que ellos puedan avanzar mas o menos deprisa y acabar con su misión dentro del plazo fijado por los altos mandos.

-Si el túnel se viene abajo, esa parte de su objetivo no se llevará a cabo y nosotros tendremos a todo el puto nido pegado al culo y si lo tenemos pegado al culo nuestra misión será más difícil. Pero yo soy solo la técnico...

-Burnette, te apoyo- digo mientras apunto con mi arma al túnel sur. 

Ya suenan los primeros disparos, comienzan los problemas serios, pero ya estamos casi en posición. Solo espero que podamos avanzar rápido hacia la reina, o si no, lo túneles se llenarán de bichos y se acabó la misión.

-Venga...salid ya- pienso mientras rompo la oscuridad con la luz vigilando de un lado a otro del túnel.

Bajo una contundente ráfaga de fuego supresivo, el fusilero Mackeyn se había hecho cargo de otro de los bichos que ya podían ver entre los túneles. Ahora restaba prepararse para lo que se les venia encima y por ello los infantes bajo las órdenes del sargento mayor Focker se dispusieron a posicionarse de forma estratégica.

Vigilando sobretodo rumbo al túnel suroeste del que esperaban llegara el ataque principal, los infantes esperaban tener éxito en el inicio de su misión; concientes de que todo lo malo que pudiera pasar ahora repercutiría en el devenir futuro de la misión.

El enemigo por su parte como siempre solía pasar, no se hizo esperar. Avanzando por los túneles noreste y este, se podía ver avanzando a diversos obreros, guerreros e incluso a un guerrero tigre. Al norte al fondo de lo que podían ver del túnel, había aparecido también un extraño bicho con forma de escorpión.

-Entendido Sargento mayor. Le notifico que el radar del taladro detecta la presencia de múltiples bichos rodeando el taladro sobre todo hacia el este. Le informo esto por que hay un grupo masivo hacia el suroeste que viene hacia acá. No creo que logren tomar distancia antes de que esos bichos lleguen aquí-. Informó el teniente Smith a través de la radio.

Evans seguía vigilando el túnel suroeste y según las previsiones del tiempo que el teniente Smith acababa de dar, una borrasca se acercaba por su lado.-Maldita sea...Mackeyn vamos a reforzar la defensa de ese túnel, aquí se las apañan bien.- Joder, vamos a tener bichos hasta en la sopa.-La situación se complicaba sobremanera y no había forma humana de salir con vida si el taladro seguía en los túneles. Como un acto para desesperado, Evans rugió por el comunicador-Me voy a cagar en la puta que parió a quién siga dentro de ese maldito chisme. Os quiero fuera antes de que acabe de contar diez u os juro que yo mismo os podré en primera línea con un cuchillo de plástico.-

Nunca antes había estado tan furioso. Había gritado órdenes cuando había mucho ruido en combate o para hacerse oír sobre todas las conversaciones, pero nunca antes había insinuado un insulto a ningún infante y mucho menos amenazado. Sin embargo el poder psicológico que desencadenan estas reacciones, acentúa las habilidades de a quienes están dirigidas y un mayor progreso en la acción. 

Evans se sorprendió al recordar esto, era una de las lecciones del libro de mando de la academia e inconscientemente, acababa de ponerla en funcionamiento. 

Joder... sí que eran rápidos los muy hijos de puta... Ya tenían allí a un buen grupo de cabrones, y un buen puñado de ellos venía por el túnel que ellos vigilaban. Entre ellos, uno de esos bastardos atigrados que tantos quebraderos de cabeza les habían dado en el fuerte. Y, encima, detrás de todos había algo nuevo, distinto... y no sabía hasta que punto peligroso.

Pero esta vez, ella estaba preparada de antemano y, en cuanto los vió, el cuerpo y sus instintos reaccionaron por sí sólos:

- ¡Tenemos compañía! ¡Fuego de supresión, ya! - Ramírez apretó el gatillo...

Sólo sonó un desagradable "clac". Lo peor que podía pasarles en ese momento.

Y la sangre se heló en sus venas.

- ¡Joder, se ha encasquillado! - gritó un punto desesperada - ¡Sonny, dispara! ¡Necesitamos apoyo inmediato, repito, apoyo imediato! ¡Ligera! ¡Wallace, James!

El fusilero está satisfecho: primer disparo y primer bicho muerto. Ojalá todo fuera así de sencillo. Su zona por el momento estaba despejada, no así el resto de los túneles. No podía verlos, pero los ruidos de los bichos era mas que inconfundibles. O se daban prisa o iban a estar rodeados de todas aquellas criaturas. 

Si señor- dijo al cabo nada mas oír sus órdenes. El cabreo de Evans era mas que evidente. Con la gente aún sin salir poco podían hacer que no fuera resistir y esperar. Pero estaban perdiendo un tiempo valiosísimo por ello. 

Dereck se mueve, buscando una mejor posición para vigilar el túnel suroeste. 

Bockman estaba mirando el tunel que tenía enfrente, no parecía haber movimiento en él sólo veía el movimiento de sus compañeros moviendose a su alrededor. De repente los sonidos se sucedieron a su derecha, parecía que la cabo y sonny iban a tener algo de compañia... cuando sus gritos le indicaron que había un gran ataque por su lado. -Mierda, Billy, soldado de la ligera, James corran a darles apoyo, los necesitan mantendré el tunel vigilado... - de repente una sensació extraña recorrió su cuerpo, una sensación que no había sentido hacía ya tiempo desde que lucharon en el fuerte. Un bicho, de los grandes, su presencia lo inundaba y al girar la cabeza sus manos fallaron como ya lo hicieron en el fuerte helado. El morita quedó inerte colgando de la correa de seguridad mientras que el artillero pasmado no sabía como moverse.

Me muevo bastante lento, llegando tras Sonia a la posición norte. Y, para cuando queremos darnos cuenta y el teniente nos habla de enjambres llegando desde el sur, nosotros ya tenemos un pequeño grupo aquí arriba, por donde se supone que nos va a tocar salir corriendo en cuanto se marche el taladro. Por un instante, dudo entre disparar al bicho atigrado o al grupo de más atrás, pero los gritos de Sonia, y sobre todo la falta de fuego por su parte, me acaban decidiendo.

-Grupo en el norte, necesitamos fuego aquí ya. -Grito por el comunicador a los de la ligera que tienen que venir a refozarnos, mientras me preparo para el embiste de los bichos y evitar que estos consigan llegar hasta nosotros. Y abro fuego, escupiendo todo el plomo que puedo en una oleada de balas. No es mal disparo, pero no servirá de mucho si ya tenemos a todos los bichos encima.

Al fin, el final del taladro aparecía, recortando la entrada en fogonazos de los rifles de los infantes que se encontraban fuera. Mkoll torció el gesto al escuchar lo que se decía por el comunicador, pero no podía culparles. La había cagado bien.

-¡Ya casi estoy fuera, sargento mayor, señor!-dijo, mientras seguía a la carrera, listo para la que les esperaba fuera. 

Los enemigos comienzan a aparecer en gran número, un poco de lo olvidado por el tiempo de paz que tuvimos. Veo a los bichos acercarse para devorarnos de manera poco delicada, como es su especialidad, por lo que no me demoro y apunto mi arma. En ese momento veo entrar a un guerrero tigre y lo primero que me pasa es que recuerdo el miedo que me asaltó cuando los vi por primera vez en la colina de nuestro primer despliegue sobre Galdonia VI. Recuerdo el miedo y sonrío pues es algo que ya no siento.

Me acerco para tener mejor ángulo, sin temor algun y aprieto el gatillo, para eliminar a los enemigos mientras intento detener su avance, lo que nos darán unos pocos segundos que podríamos aprovechar para poder largarnos de aquí. Para ello debemos hacer que las cosas pasen:

- "Burnette y Gawain, derriben el túnel al suroeste con granadas. No debemos permitir que eso bichos lleguen a nosotros. Que todos comiencen a prepararse, nos iremos por el tunel norte. Retaguardia primero, Vanguardia cierra la marcha. Teniente Smith, apenas salga Mkoll se largará e intentará llevarse a algunos. Tenemos una misión y los bichos nos estorbarán más que a ustedes. Los de la Ligera refuercen los túneles noreste y sureste. ¡Mantengan el fuego a discreción! ¡Debemos aguantar y no ceder ni un milímetro!"

Mantengo el fuego de mi arma para así darle tiempo a nuestro explorador para que salga del taladro y así comenzar a movernos lo más rápido posible hacía el norte. Si la reina realmente está en el norte, debemos apurarnos antes de que esté sobre aviso y se proteja de nuestra llegada con interminables hordas de arácnidos. No puedo imaginar como es la reina, pero debe ser temible por ella misma para además necesitar un centenar de guardaespaldas junto a ella.