Partida Rol por web

Cruce de Alpena, 20 de Agosto de 1936

La tranquilidad del enorme lago se vió alterada cuando las numerosas gotas de lluvia comenzaron a caer. La carretera que pasaba al lado, hasta el cruce de Alpena, donde tenía lugar la cita, no tenía visibilidad en absoluto.

Allí, en medio de ninguna parte, entre el lago y la zona boscosa, se detuvo el Chrysler Airflow, cuyos faros apenas conseguian deshacer la densidad del agua. En el vehículo había tres pasajeros, que venían desde la Universidad de Miskatonic, de la ciudad de Arkham.

El Doctor Henry Watson, abrió el paragüas al bajarse del vehículo, al igual que hicieron los otros dos ocupantes al hacer lo mismo, Scot Mastern, y un hombre de ropas algo deshechas y viejas que salía totalmente perdido y sin saber muy bien para qué tanto viaje y tanto alboroto. Era Roderick O´Nolan.

Frente a ellos, en el cruce Alpena, había un segundo vehículo detenido. Se trataba del segundo grupo, que venía desde Chicago. Los miraban sin moverse demasiado, bajo otro paraguas del que caía agua a rios.

Uno era un agente de policía, vestido de paisano, William Simpson, y junto a el se encontraba un hombre extrañamente ataviado, que no se sabía bien si era pobre o artista. Sus rasgos eran mas mexicanos que norteamericanos, y respondía al nombre de Javier Hernan.

Ninguno de ellos se conocía de antes, pero sabían que allí se encontrarían. Todos habían recibido una llamada o un aviso, los días previos, procedente de la Universidad de Miskatonic, por el mismo motivo.

El pasado día 12 de Agosto, unos extraños temblores de tierra asolaron la zona. No existen fallas en la zona y fue totalmente de repente, sin que ningún centro geológico cercano se percatase hasta el momento de lo que estaba ocurriendo. No hubo victimas mortales, pero los expertos dicen que un temblor de tierra así se sale de lo normal.

La Universidad, a petición de un eminente geólogo llamado Larry Collins, decide enviar un equipo de investigación propio para que elabore un informe de lo ocurrido en Winnemuck, a quince minutos en coche del cruce de Alpena, para llevar a cabo un estudio adecuado de lo ocurrido en la zona.

En Chicago, contactan con un experimentado policía al borde de la jubilación y de un expediente ejemplar. El propio cuerpo de policía le seleccionó entre todos sus agentes para llevar a cabo la tarea, como colaboración con dicha universidad, aunque no es una investigación “oficial” en principio, simplemente un trabajo con meros fines académicos.

También el Hispano Javier Hernan, ha sido contratado como experto en lo oculto. Este extraño artista publica mensualmente una columna sobre Ciencias Ocultas en una revista publicada en el estado de Illinois, y se le ofrece una interesante cifra de dinero por servir de consultor en este aspecto al equipo de investigadores.

Desde la zona de Arkham, Henry Watson ha sido llamado como profesor asociado de la universidad. Aunque es médico, conoce la ciencia y sabe como redactar dicho informe, sin mencionar que en sus viajes ya se ha enfrentado a situaciones algo extrañas, aunque nunca de ésta indole. Amigo personal de Larry Collins, fue requerido personalmente por el geólogo..

También un viejo amigo de Larry Collins, Scot Mastern, esta en el grupo. Buscador de objetos antiguos, anticuario y una persona de amplia cultura general. No conoce a Henry Watson, aunque ambos han oído buenas referencias el uno del otro gracias a su amigo común.

El último en discordia, es Roderick O´Nolan. Este vagabundo pinta mucho en la investigación, a pesar de lo que pueda parecer inicialmente. Winnemuck es un pueblo pequeño, y sus habitantes apenas salen de ahí. El grupo no sabe nada apenas del pueblo, excepto Roderick, que vivió allí durante 3 años. Hace 10 años que se marchó de allí. Los habitantes eran gente extraña y le presionaron mucho hasta que tuvo que marcharse a otro lugar.

Larry buscó por activa y por pasiva alguien que conociese el pueblo sin ser de allí. Y al único que encontró fue a este extraño mendigo que campaba por los alrededores de Arkham..

Ninguno de los presentes se conocía antes de ese día.

El doctor Larry Collins les esperaba en Winnemuck, en la esquina de Chisholm Street con Lockwood, ya en el pueblo, para continuar la investigación que el ya había iniciado días antes, pero antes deberían presentarse y saber con que clase de compañeros iban a tener que trabajar...

rebusca en uno de sus bolsillos y saca un paquete de tabaco amarillento y un encendedor chapado en oro. Con pulso firme saca un cigarrillo y lo enciende.
Tras darle una calada comienza a hablar.
Bien ha sido un viaje largo pero por fin hemos llegado. Empezaba a tener calambres en las piernas tantas horas. se dirige hacia el segundo grupo.
Me parece que no tenemos el gusto de conocernos. Me llamo Scot Mastern , de Boston , anticuario e investigador en mis tiempos libres esboza una sonrisa AH ! usted debe ser el señor Watson. Le tiende la mano. He oido hablar mucho de usted, para bien evidentemente, creo que tenemos un amigo en común, el señor collins no sé si le recuerda.. Va tendiendo la mano uno a uno.

Henry se subió el cuello de la chaqueta para cubrirse de la lluvia y del frío viento que agitaba su paraguas.

- Encantado de conocerlo señor Mastern, soy el doctor Henry Watson. En efecto, el señor Collins ya me había hablado positivamente de usted.

Henry saludó a todos los presentes aunque no pudo evitar dirigirle una larga mirada al vagabundo hasta que se percató de que este le estaba observando momento en el cual desvió la mirada hacia el lago y el bosque observando el lugar.

El agente hace ademan de acomodar su arma de cargo mas... Lo olvidaba, no estoy en servicio. Con la mirada registra el horizonte, ciertamente su artritis hubiese agradecido un clima mas cálido pero no había sentido en quejarse de algo que no podía cambiar. Si puedes cambiarlo hazlo, si no, no pierdas el tiempoMurmura... La sabiduría de mi padre me ha mantenido vivo, supongo que algo de razón debía tener.

Buenas tardes caballeros, supongo que estamos reunidos aquí por el mismo motivo, así que aprovecho para presentarme a todos vosotros. Mi nombre es William Simpson y es un placer encontraros con vosotros.

Miro extrañado a mis nuevos amigos- Al parecer, estamos juntos en esto. Bien, pareceis capaces, aunque quizás menos que el batallón espinaco que luchó en el 93 contra los invasores topos del interior de los árboles. -Dicho esto, rebusco en mis bolsillos, saco mi pipa y un cigarro que, casualmente, es de la misma marca que el del Señor Mastern, y lo desmenuzo dentro de la pipa. Saco una cerilla y la enciendo, y empiezo a fumar- ¿Por dónde iba? a sí, estabamos hablando de que al parecer el temblor del otro dia llamó la atención de las altas esferas, y necesitais mi ayuda. No se exactamente que sabréis o no, pero tengo la misma curiosidad o más que vosotros -Paro para dar otra calada a mi pipa. Este tabaco está bueno. Tendré que hacerme con más en el próximo viaje en coche- Se que necesitáis un guia, y aquí estoy. No queráis saber más, u os pasará como le paso a Pete McNutton, que, al querer saber lo que había dentro de un hueco de un arbol, metió la cabeza, y se la tuvo que cortar. Claro, cuando nos vino a decir que había perdido su cabeza dentro de un arbol nos fué dificil entenderle, por eso de que no tenía boca. Al final, su plan de rescate fue extremadamente sencilo y...

Mira perplejo al mendigo y no puede evitar sonreir. Curioso personaje... creerá lo que dice? Lanza una mirada a Watson y señala con la cabeza en dirección al mendigo. Bueno, parece que no va haber silencios incómodos en esta investigación.
Apaga el cigarro. Señores creo que deberíamos irnos ya una vez hechas las presentaciones, estoy ansioso por ver al SR. Collins

En efecto, señor Mastern. Debe haber mejores lugares donde escuchar la historia del señor O´Nolan, o por lo menos lugares más acogedores. Aunque aún no se ha presentado uno de nosotros. Usted debe ser el ocultista, ¿Verdad?

El policía escucha la incoherente retahíla de estupideces que comenta el tal Roderick, con una mueca de desagrado. Espero no tener que salvar su pellejo.Aun que el siguiente comentario del Señor Watson le intriga bastante.Un ocultista? Para investigar un terremoto? Vaya tontería. Nuevamente el dolor de sus manos le regresa al lugar en el que se encuentra y tiene la amabilidad de hacerle olvidar sus elucubraciones para enfocarlo en el incomodo clima...

Tienen razón señores, lo mejor es partir de inmediato, supongo que nuestro compañero faltante sabrá llegar solo...

Uno a uno se fueron presentando los integrantes de este supuesto ‘grupo’, me mantuve alejado esperando que se presenten uno a uno mientras disfrutaba de mi cigarro bajo el paraguas que me cubria de la lluvia, cuando finalmente hicieron referencia a mi persona…

- ¡Oh! ¿Pensaban partir sin mi?, Disculpen mis malos modales, Soy Javier Hernan, mi apellido no tiene importancia, Encantado de conocerlos, trabajo para una revista de ciencias ocultas en Ilinois y al parecer fui convocado a esta extraña reunión tal como ustedes.

Eran tipos extraños, sobretodo el recientemente presentado Roderick, tal vez pueda sacar buena información para la revista de este encuentro, pero aun es temprano, mientras tanto solo que da fumar mi cigarrillo…

En el trayecto hacía el poblado de Winnemuck el doctor watson comparte con sus nuevos colegas la información que ha podido recopilar sobre el lugar. No es gran cosa pero al menos sirve para hacerse una idea del sitio al que van a ir.

Cita:

Es muy interesante señor Watson, gracias por la información. A mí no me dio tiempo a investigar antes de partir, fue todo tan precipitado. Me llama la atención que este pueblo se dedica a la pesca casi exclusivamente. Me pregunto si el seismo no tuvo que ver con la actividad pesquera.

Un pueblo de 10.000 personas no es precisamente un lugar pequeño. No se confundan... - comenta el doctor Watson mientras recoge sus notas una vez que todos las han leído u ojeado

De nuevo cada grupo en su coche, los vehiculos avanzan por la carretera, dejando de lado el lago e internándose en un espeso bosque atravesado con una carretera serpenteante. El pueblo esta practicamente aislado del mundo, de hecho os parece mas facil acceder a él en barco que por vehículo realmente.

La carretera esta descuidada y llena de baches, parece que no pasan apenas coches por ahi y la verdad es que la sensación es de estar alejados de cualquier lugar del que puedan socorreros si tuvieseis algun problema, como que se os pinchase la rueda o atropellaseis a algun animal salvaje del bosque...

Por fin atravesais un viejo cartel oxidado que os avisa de la proximidad de Winnemuck, y divisais algunas granjas despedigadas que parece que hay antes de llegar al lugar. Todas parecen estar abandonadas, al menos las que veis. Por fin, divisais a pesar de la lluvia algo del pueblo y comenzais a internaros por sus calles.

Lo que alcanzais a ver es decadente, la gente esta chapada a la antigua, vestida con trajes pobres que de ninguna manera parecen a la moda (o de alguien que haya salido del pueblo alguna vez). La poca que veis, suponeis algunos que por la lluvia y otros que realmente el pueblo no tiene mucha mas vida cuando hace sol.

Ahora solo os falta llegar a la calle en la que habeis quedado con Larry... Os preguntais si alguno de vosotros sabe llegar.

Va mirando por la ventanilla todo el camino , incómodo y golpeándose la cabeza con el techo cada vez que el coche pasaba un bache.Disculpen, saben cual es el meeting point?? o vamos a ciegas

Yo podría orientarme levemente, pero... ¿Por qué no compráis un mapa haraganes? Los hombres-topo lo habrán hecho así...

Caballeros, creo que será mejor bajar del coche y preguntar a algún lugareño cual es la esquina de Chisholm Street con Lockwood - comenta el doctor Watson educadamente.

Pero te olvidas que los Hombres-Topo tienen una excelente memoria y sentido de orientación, no creo que necesiten un mapa

Dije mostrando una leve sonrisa en mi rostro, siguiéndole el juego a roderick, para luego volver hacia el doctor henry watson compartiendo mi opinión sobre su comentario:

Concuerdo con usted Doctor, si el chofer seria tan amable de detenerse, me ofrezco a bajar del vehiculo y preguntar.

Yo no preguntaría amigos, esta gente es más rara que un pato azul celeste...

Hernan baja del coche. En la calle no hay nadie en ese momento por la intensa lluvia, pero parece que en la tienda de comestibles que tiene enfrente hay movimiento.

Al entrar dentro, sólo esta el dependiente y una mujer anciana hablando sobre el precio de unas lechugas, pero cuando lo ven, dejan de hablar y le miran fijamente, con gesto poco amistoso. El de la anciana, además, se torna de sorpresa en desprecio.

- ¿Que es lo que desea? Dice con cierta acritud.

Los demás contemplan la escena desde el cristal de la tienda, borroso por el agua que esta cayendo, aunque no consiguen escuchar la conversación.