Laern apunta con su espada a su adversario pero se retira un paso, para interponer el arma entre su oponente y él. Está jadeando del esfuerzo, pero se logra controlar, volver en sí.
-¡Ríndete y puede que te deje vivir!
Su voz suena a un trueno, y su expresión es grave y desafiante a la vez.
A duras penas, con el tiempo contado, Ireth y el aldeano lograron salir de la casa, antes de que el techo se les desplomara encima, más el hombre no tenía el temple que da la milicia y no pudo reprimir el grito de terror que la situación le indujo.
-Tranquilo buen hombre, cálmese que ya estamos a salvo. Vaya y póngase a cubierto, que yo debo ir con mis compañeros para reducir a los mercenarios y salvar a su esposa. Tenga bien presente que mi prioridad es esa.
La elfa intentó transmitirle calma y seguridad, pero su cabeza estaba puesta en el combate que libraban los suyos, así que en cuanto pudo, dejó atrás al campesino para unirse al combate.
Bueno, cuando me des entrada, me uno a los demás en la parte delantera de la casa (si es que llego allí sin complicaciones! XD)
El hombre seguía aterrorizado, y lo único que fue capaz de decir fue Gracias. Luego tú te fuiste corriendo a la parte delantera de la casa para unirte al grupo.
Ahora creo otro post con la situación general.
Asalto 3 / ¿Fin del combate?
Con un golpe seco en el torso Görg acabó con el pobre mercenario que se enfrentaba a Anioz, justo después de que este bloqueara uno de sus golpes.
Laern por su parte decidió hacer un 'alto el fuego' justo en el momento en el que Ireth se unía a la pelea.
Jilban corrió hacia la mujer que habían apresado los mercenarios para ayudarla, y Zarek por su parte se acerco con paso tranquilo al resto.
El mercenario estaba solo y rodeado.
EL mercenario tiró sus armas al suelo al ver caer a su compañero.
¡Me rindo! - dijo con voz temblorosa -
En sus ojos se podía notar el miedo que sin duda tenía en estos momentos.
Zarek llegó a la altura del resto justo cuando el mercenario se estaba rindiendo.
¿Ya está? ¿Estas son las fuerzas del nuevo dios?
Una sonrisa se dibujaba en el rostro de Zarek, el cual no había tenido ni que intervenir en la pelea.
PNJ
Por detrás del grupo se oía la voz de Jilban y la señora.
¿Se encuentra bien Vidia (sería el nombre de la mujer)?
A lo que ella contestó.
¿Y mi marido? ¿Y la casa?
Ireth llegó al lugar de la pelea justo para ver cómo esta terminaba. Por suerte sus amigos se veían bien, mientras que los mercenarios parecían haberse llevado la peor parte.
Con tranquilidad, viendo que la situación estaba dominada, se acercó hasta donde estaba el grupo y al oír a la mujer, fue hasta ella para darle las noticias.
-Mujer, tu marido está bien. Lo dejé a salvo hace unos momentos. No podemos decir lo mismo de la casa. El techo se desplomó pocos instantes después de que pudiéramos salir de allí. Creo que tendrán que reconstruirlo totalmente.
Su voz denotaba un poco de pesar. Aunque no le debía nada a los campesinos, no le gustaba ver que éstos sufrieran injustamente.
La mujer no dijo nada, simplemente se levantó de un golpe y se fue a buscar a su marido con una enorme sonrisa en la cara que denotaba su felicidad.
Jilban por otro lado respondió a Ireth.
Muchas gracias por todo lo que están haciendo, de verdad, gracias.
Todo ha sido muy rápido, apenas se ha alterado la respiración y ya ha acabado. ¿Realmente ya está? ¿Esto es todo? ¿Acaso hemos tenido suerte o son solo bandidos de poca monta para asustar campesinos? ¿Dónde está su líder?
Sacudo la cabeza para aliviarla de tantos pensamientos atropellados, me agacho sobre uno de los heridos al principio y mientras limpio el hacha sobre sus ropas compruebo si sobrevivirá. Sería interesante contar con más de un candidato a cantor, queremos que canten todo cuanto saben. Quizá un torniquete o fuego ayuden a que sobreviva . . . de momento.
Señalándolo pregunto a Anioz que está a mi lado ¿Qué opinas, vivirá? ¿Deberíamos mantenerle con vida haciendo algo como un torniquete? ¿Le aplicamos un hierro al rojo en la herida? Lo he visto hacer alguna vez y suele funcionar.
Pero algo bulle en mi cabezota. ¿Dónde está su líder? ¿Desde dónde han venido?
No soy ningún experto en esas cosas, pero no creo que sobrevivan mucho tiempo. Y además...tenemos a este totalmente sano, ¿no?
El pobre mercenario había estado mirando en todas direcciones desde que se había rendido. Y Laern parecía haber dejado pasar medio minuto antes de hablar. ¿Sería una técnica?
No me hagáis postear más, esperar a que lo haga Laern.
PNJ
Laern sigue manteniendo las distancias, juzgando los movimientos del enemigo. Porque no había sido maniatado, y todavía contaba entre los enemigos. Eso se puede solucionar.
-Görg, ata a este malnacido. Y tú no te muevas un pelo, o sentirás el frío acero de Talona... Durante unos momentos.
Sigue con la mirada clavada en él. Ni habría reparado en la llegada de la elfa si no fuera por su conversación.
Al escuchar a Laern llevo mi mano muy ufano al zurrón donde estará mi cuerda nueva. Solo que el zurrón está en la casa donde cenábamos. Mmpfh, vaya.
Miro donde están Jilban o Giler para pedirles cuerda y les llamo. Seguro que en la aldea tienen algunos retajos y con eso bastará. Por cierto, busco activamente a Giler gato embarrado. ¿Está?
¡Jilban! ¡Giler!
Jilban se acerca a Görg y le dice.
Estoy yo solo, el resto se han ido corriendo a un lugar seguro. Ahora le traigo una cuerda.
Jilban sale corriendo hacia una de las casas cercanas.
No había pasado ni un minuto cuando el bueno de Jilban estaba de vuelta con una cuerda en la mano.
Aquí tienes. - le dijo a Görg mientras le daba la cuerda -
En el tiempo que ha tardado Jilban en ir y volver no he cesado de merodear mirando a la oscuridad, esperando descubrir algún otro bandido oculto. Cuando regresa cojo la cuerda y ato al tipo con fuerza, con nudos seguros aunque sean poco elegantes.
Gracias Jilban. ¿Estaba Giler con el resto? Ni siquiera levanto la vista de mi ocupación, simplemente espero una respuesta mientras un pensamiento oscuro va formándose en mi cabeza. Es como una idea tormentosa que no me gusta que se geste ahí, preferiría oírla de boca de otro.
¿Giler? No he visto al resto, en este tiempo les habrá dado tiempo de ir al refugio. Al Sur tenemos un pequeño refugio oculto para estas situaciones, aunque hacía muchos años que no se usaba.
Jilban parecía sorprendido de lo tranquilos que estaban todos, él estaba muy nervioso.
Cuando Görg ató al mercenario este se quejó levemente.
¡Augh!, no hace falta que aprietes tanto, no voy a ir a ninguna parte.
Ireth aguardó a que el mercenario que quedaba estuviera bien sujeto antes de ponerse a revisar el cuerpo de sus compañeros. No pensaba saquearlos; simplemente iba en busca de alguna pista acerca del culto que estaban persiguiendo. Mientras se encontraba en esa faena, levantó la vista para observar a Jilban. ¿Por qué estará tan nervioso este hombre? El ataque ya ha pasado... Con una extraña inquietud recorriéndola, lo cual la mantenía alerta, terminó de revisar a los que yacían en el suelo.
Bien, quiero ver si encuentro algo que nos sirva como pista. ¿Qué tiro?
Con el mercenario apresado por uno de los infames nudos del enano, Laern envaina la espada, escupiendo al suelo y mirando a los ojos del indeseable.
-Dime, escoria, ¿quién os manda? ¿Quién paga ese pellejo tan barato tuyo?
Una pregunta a la vez, nadie quería que se saliera por peteneras o diera medias respuestas a la última de una larga lista. Porque había muchas preguntas. Arruga la nariz al tratar con basura humana como esta, y emplea su tono de voz más grave y amenazador. Y, partiendo de la profunda voz de este guerrero, tenía bastante potencial para asustarlo.