Partida Rol por web

Gmmpfhh ¡¿Dormir?! ¿Sin cenar? ¡Bah! Voy a buscar la impedimenta y la traeré, vosotros podéis acostaros si así lo preferís pero yo tomaré un bocado y echaré un trago antes. Miro a Laern como si me hubiera insultado y salgo de la estancia para recoger nuestras cosas del carro. Lo hago bien atento a cuanto me rodea, tengo que habituarme al entorno cuanto antes, reconocer si una sombra es parte del lugar o provocada por algo nuevo, saber si un ruido es habitual o extraño.

Laern frunce el cejo y habla con voz grave:

- No he dicho que no podamos comer, sino que para todos nosotros menos dos no va a haber más trabajo hoy. Harías bien en meditar lo que vas a decir en vez de, bueno, espetarlo sin más. Te lo tengo bien dicho, entrometido enano.

Laern termina lanzando una sonrisa pícara y diablesca. Está jugando con Görg, a ver si le sigue la corriente, pero hay algo de verdad en sus palabras.

¡Ja! Picaste. Picaste picaste. Ha, ha, ha. Sabía que podía pillarte en fuera de juego aprovechando que estás concentrado en otras cosas.

Le espeto mis palabras mientras salgo riéndome y guiñando también mi ojo. Pero en cuanto cierro la puerta a mi espalda suspendo la risa, meto la mano sobre el hacha y me muevo con precaución y mucha atención hasta el carro y nuestro equipaje. Una vez allí cojo lo necesario con una mano dejando la otra libre, no olvido lo que nos han contado.

Incluso regreso con parsimonia, dando un pequeño rodeo por la diminuta aldea para escuchar y ver lo que es habitual aquí. Seguramente me tocará guardia hoy mismo, es importante estar preparado.

Anioz escucha las palabras del Mariscal y su mente empieza a funcionar

-"Aver muchachos, peinso que la mejor forma de hacer las guardias es cada 6 horas para que ni se haga tan pesado ni se cambie cada rato el turno. Bién, aclarado este punto, sigo y añado, las guardias seran cada día hechas por 2 personas diferentes cada dia. Empezaré yo y me sucederá Gorg, al dia siguiente podrian serlo Zarek y Morz y al otro dia Laern e Ireth."

-"Además" añado mirando hacia Jilban -"Sería conveniente que algunos lugareños voluntarios nos acompañaran en las guardias, e insisto en este punto ya que nosotros no podríamos reconocerlos si vienen de lejos y podríamos confundirlos"

Anioz como capitán de Talona, estaba acostumbrado a estas cosas, pero como Líder esperaba que lo hubiera echo su mariscal.

-"Espero que descanséis bien estos días mientras podáis, porque en cualquier momento puede aber bulla y tendremos que estar en las mejores condiciones". terminó diciendo

Laern observa cómo se marcha el enano mientras escucha las palabras del capitán. En cuanto oye lo de los campesinos, gira la cabeza para mirarle y se borra la sonrisa de su cara.

- ¡No! No, no, no... -niega a la vez con la cabeza-. Nada de echar mano de los aldeanos. Nosotros somos gente con entrenamiento y es nuestro deber. Ellos pueden hablarnos de la zona y sus peculiaridades, pero sus días de hacer guardia se han acabado. Estamos nosotros para protegerles y, además, si llegan a atacar de improviso, sin preparar ninguna argucia, sólo habría un hombre en pie preparado para defenderse a sí mismo y al pueblo. Precisamente ellos confían en enfrentarse a gente sin experiencia y disciplina. Y nada me gustaría más que darles una sorpresa.

¿Yo, hacer guardia...? Creo que no es una buena idea, pero si quieren... supongo que dormiré igual de bien jaja.

El hobbit no había hecho algo similar en toda su vida.

Regreso justo en el momento en que el hobbit se burla de la idea de hacer guardia. Le miro ceñudo y "susurro" quizá deberíamos clavar una lanza en el tejado más alto y atarte a ella para que como una veleta al viento puedas otear el horizonte sin tumbarte a dormir.

Bien, ¿cuándo me toca mi turno de guardia? Voy sacando provisiones para tomar un bocado y algún odre para echar un trago, supongo que de agua o vino a lo  sumo. Beberé moderadamente, muy moderadamente.

Ireth entró a la modesta casa y ubicó su zurrón en un costado de la estancia para luego sentarse en frente de Laern.

Escuchó lo que éste tenía para decir, sonrió ante la chanza del enano y estuvo de acuerdo con la distribución de guardias en todo, menos en que Morz montara un turno él solo.

-Anioz ¿crees conveniente que el hobbit monte guardia el solo? Por su seguridad y la de todos, no tengo inconveniente en tomar un turno extra... no sé, me parece muy arriesgado dejar a Morz solo...- la elfa midió al mediano con la vista y levantó una ceja. No creía que el hobbit fuera a distraerse en su turno, pero tampoco lo veía preparado para permanecer con toda su atención puesta en una actividad que podía parecer monótona.

Morz ya había empezado a comer, en una mano tenía un trozo de pan y en la otra algo de carne seca.

Yo no sé hacer guardia, sólo soy un hobbit, no un soldado.

Dijo entre bocado y bocado.

-¿Véis? El hobbit mismo lo admite. No podemos dejarlo solo. Pero debe aprender también. Por eso me ofrezco a compartir su guardia, al menos las primeras veces.

Si el hobbit queda allá afuera solo, no pegaré un ojo de todas formas...

Una vez saca un chorizo, la mente de Laern parece concentrarse en saborear tan precioso bocado. Su cara de felicidad, sus ojos cerrados de placer y sus masticación lenta y encantada no denotan demasiada atención por su entorno.

- Hmmmmm...

Murmura. Está como en otro mundo, tras un día de viaje extenuante.

Marchaaaando

ups ignora el primero que no lo e tirado bien