-Muchas gracias -dije al tiempo que me alejaba en la dirección marcada buscando esa hoguera y algo que llevarme a la boca. A lo mejor allí tendría más suerte con los "elegidos".
Caminas entre la multitud de tiendas y a cada paso te preguntas si estas yendo en la buena dirección, ya que no ves ese circulo por ninguna parte. Una de las veces que te paras a mirar los alrededores, para situarte, consigues ver el lugar que te indicaron algo desviado de la dirección que tomaste. Allí la hoguera esta apagada y sobre ella un caldero que no parece demasiado atendido. La gente del campamento pasa de un lado a otro para realizar sus tareas pero en el circulo de tiendas no parece haber nadie en ese momento. Estas tiendas son abiertas por uno de los lados dejando ver las sillas y mesas de su interior, excepto una de ellas que es mas pequeña y contiene algún cubierto y utensilios de cocina.
¿Hay alguien en alguna de las tiendas?
En las que hacen el circulo no
¿Y en los alrededores?
Si. El campamento esta bastante activo, excepto en el circulo de tiendas. Es fácil que pares a alguien para hablar o preguntar lo que quieras.
Camino hacia la gente a ver si puedo comer algo.
Te acercas a una señora que cruza entre dos tiendas cercanas y te comenta que puedes servirte lo que quieras si aun queda, que sino deberías hablar con Teresa, que es quien se encarga de la comida. También te indica que comieron hará un par de horas, aconsejándote que calientes la comida antes de comerla.
Si vuelves y miras en la gran olla calculas que queda bastante para ti.
Tras darle las gracias a la anciana me dirijo a la olla y me sirvo de comer. No me importa demasiado que esté fría, de momento me conformaría con no sentirme como una extraña en el campamento y lograr entender todo lo que el anciano me dijo.
Comes sin que nadie se moleste. No esta mala, pero estas segura de que mejoraría bastante estando caliente.
Todos los del campamento parecen tener sus tareas asignadas, funcionando por el bien común. Y mientras comes te fijas en un signo raro que se repite por todo el campamento, te suena... ¿el del colgante tal vez?...
Veo a la muchacha que me encontré en el bosque intentando fingir que no sabia donde iba... Me acerco hacia ella.
- Vaya... así que te vas a quedar por aquí ¿eh? - enarco una ceja - que aproveche -
- Muchas gracias - le dije educadamente, aunque el no saber si él también estaba aquí por lo mismo que yo me causaba cierta desconfianza. ¿Y si era eso lo que tenía que sentir?
Observo el cielo mientra oscurece poco a poco y luego vuelvo la mirada a la chica.
- ¿Te han explicado como sera tu vida aquí?. Podemos dar una vuelta y te enseño las zonas del campamento que deberías conocer... aunque para comer te has apañado bastante bien -
Puedes ver nada mas entrar en la tienda a un anciano canoso con un libro en las manos. Parece muy concentrado en su lectura, pues ni siquiera ha levantado la vista hacia ti. Todo el interior esta lleno de libros en estanterías bastante improvisadas, en sillas o en el suelo, como varios papeles sueltos y una pluma en la mesa. La luz tenue y un dulce olor a incienso le da a la estancia un ambiente bastante místico.
- Siéntate -
Extiendo la palma de mi mano para mostrar la silla que se encuentra enfrente mio mientras sigo leyendo.
Sonrío de forma sarcástica a su comentario.
- Sería buena idea que me explicaras lo que haceis aquí - dije al cabo de un rato.
Me siento en la silla que me señala.
- ¿Quién eres tú? ¿Qué queréis de mí? Me han traído aquí por los sueños que tengo, pero no me han dicho nada más... Podría haberme quedado con mi anterior grupo, pero decidí acompañaros. Me dijeron que no eran de confiar. ¿Por qué?
La miro de reojo y echo una mirada a los alrededores.
- ¿No esta claro? - alzo los hombros con los codos ligeramente doblados y las palmas hacia arriba, intentando dejar claro la obviedad. Pero parece que tendré que explicárselo - Nos escondemos y nos preparamos para la guerra. Imagino que ya te habrán explicado el mal que gobierna este reino y que nosotros seguimos a un dios totalmente opuesto a él ¿no?... -
Crecio siempre deja demasiadas incognitas en los nuevos...
- Algo me ha dicho, pero no demasiado - lo cierto es que necesitaba que alguien me explicara algo más todo lo que me habían contado hasta ahora, porque yo seguía siendo un mar de dudas y no sabía muy bien que hacer, o como reaccionar.
Poso el libro con delicadeza sobre la mesa y observo con detenimiento al recién llegado que no hace mas que lanzarme preguntas.
- Despacio, despacio, vayamos por partes. - muevo la palma de mi mano hacia él, pidiendo calma, y una vez parece mas relajado me dispongo a contestar una por una sus dudas. - Soy Crecio, y no queremos de ti mas de lo que quieras dar. En principio te hemos traído para explicarte la situación... el porque de esos sueños tuyos... si es que quieres saberlo - hago una ligera pausa, rememorando sus otras cuestiones - El grupo al que te alistaste no lucha por la causa que dice defender, toda la orden esta corrupta, directamente bajo el mando del Adversario... creo que ya no lo conoces - Llevo mi mirada hacia el libro que pose, donde, si se acerca, puede ver una imagen.