Partida Rol por web

-  Me temo que el objeto ha sido hallado y lo han traslado cerca de aquí - tuvo que levantar la voz pues podía oirse un murmullo aullante proviniente del exterior.  - esta alteración atmosférica sólo puede significar una cosa: que el artefacto ha sido trasladado cerca de Luna Plateada - Las puertas temblaban y parecían ser arrancados de su goznes en cualquier momento.

Al ver temblar con tanta violencia las puertas, los ojos del anciano se encienden con furia, se arremanga la túnica y da un paso al frente levantando el puño amenazadoramente.

-malditos tunantes, golpear así mi puerta, dejadme, que voy a salir ahí y les patearé el culo tan fuerte que...-

No termina la frase, pues el viejo aparecido le interrumpe. Lo que dice no le gusta nada de nada.

-Oye ¿la luna? Mira que eso pilla muy lejos, que no es que me quiera poner quisquilloso con la misión, pero... que está muy lejos y todo para arriba encima y aunque soy un saltador de élite, volar, lo que se dice volar no lo domino... todavía- Esto último lo puntualiza muy serio, como si realmente creyera que algún día lo logrará – Así que aunque no tengas bajo esa túnica una Nadería Aérea Voladora Explosiva o como a mí me gusta llamarla N.A.V.E. - Esto lo dice finjiendo unas comillas con los dedos -Mucho me temo que no podremos ayudarte con tu misión.-

De qué diantres hablaba el anciano es algo que solo su loca mente podría aclarar... si quisiera.

- No te preocupes anciano, no es la luna y el objeto está más cerca de lo que pensaba.

Al oír las palabras del contratista, el anciano esboza una grata sonrisa.

-Otro trabajo bien hecho-

Es todo cuanto dice, tremendamente orgulloso de sí mismo y su trabajo. Tras ello, se pone las manos tras la cabeza cómodamente y se recuesta sobre un barril que por ahí se encuentra.

-No me des las gracias, me encanta ayudar a los demás. Deja mi pago por ahí, tengo asuntos importantes que atender-

Y según termina de hablar, cierra los ojos y se induce en un inquietante silencio, roto de repente por un murmullo nacido de su garganta. El sonido se va haciendo cada vez más rítmico y cada vez suena más alto. Y entonces, el sonido rompe de golpe.

-¡RRRRRRRRRRRRRRRRRRRRRRRRR!-

El viejo está roncando. Se ha quedado dormido.

Dirik espera con paciencia ante la divertida expresión de Lombert. De todos modos deben esperar que pase la tormenta.

 - ¿A dónde se abrá dirigido el ladrón del artefacto? - preguntó en voz alta más para sí mismo que para Lombert - no debe de estar muy lejos de aquí, en el bosque quizás - el anciano comenzó a caminar dando círculos -  debimos haber sido más rápido, me temía algo parecido.

El viejo se despertó de golpe al oír la potente voz de su contratista. Intentó volverse a dormir pero aquel hombre no parecía dispuesto a callarse por lo que, con resignación pero no sin mostrar antes su desagrado farfullando y gimiendo como un niño, decidió abrir los ojos y levantarse. El viejo se estaba cansando ya de esta situación, de no poder ser libre, de tener que seguir las tonterías de un hombre que claramente chocheaba.

“Pobrecito, tan joven. Pero que se le va a hacer, no todos pueden ser yo.”

Como suponía que los lamentos de ese tipo seguirían y seguirían hasta el aburrimiento, decidió atajarlos de golpe levantando una mano.

-Amigo mío, déjalo ya. No te sulfures que no es tan grave. Creo que todavía podremos hacer algo. Ahora, voy a salir por la puerta, voy a ir a ese bosque y a recuperar el artefacto de marras ¿De acuerdo? Tu siéntate aquí y déjalo todo en manos del tito Seiyes el bravo.-

Entonces se atusó la túnica, tomó su bastón y se dirigió a la puerta. Tomó el pomo con la mano y se giró hacia el otro invitado.

-Oye... tú- Ni siquiera hizo el intento de recordar el nombre –Yo voy a partir, tu también tenias intereses en esto ¿verdad? Si es así mueve el culo. No tengo todo el día-

Y entonces se dispuso a abrir la puerta y contemplar el panorama. Lo que acababa de ocurrir era algo asombroso, pero solo si conocías al anciano lo notarías. Salvo por no recordar el nombre de nadie (esto es una causa perdida) Había hablado con cordura y recordando todo. Casi había parecido normal. Sin embargo, la magia del momento se rompió de golpe cuando pegó un grito de dolor mientras soltaba el pomo y agitaba la mano con velocidad.

-Frio, frio, frio, frio...- Mientras repetía la palabra, se movía por toda la habitación en un intento por que el calor volviera a su mano. Cuando por fin se paró, miró a sus acompañantes y solemne declaró –No os creáis que es por miedo, pero alguien de mi estatus, no puede abrir puertas- El anciano la señala con la dignidad de un noble. –Así que... venga, que alguien la abra, yo esperaré aquí.-

Algo perplejo ante las palabras de Dirik ante las nuevas pistas al respecto del artefacto que  insistía en recuperar, Lombert no puede evitar esbozar una leve sonrisa al prestar atención a las frases y aspavientos del otro anciano. - Pobre loco.- pensó para sus adentros mientras  le respondía de la manera mas suave que sabía:

- venga Abuelo, ¿no habéis visto como el cielo amenazaba temporal?- abriendo sus brazos para mostrar el interior del almacén de madera, continuó: - Aguardemos a que el tiempo amaine, y escuchemos con atención las historias de Dirik .- señaló con el dedo al hombre de largos cabellos.- Parece que conoce la nueva situación del artefacto que debemos encontrar...y quizás  alguna pista mas.-

El joven se acerco a uno de los múltiples toneles que  se congregaban en el almacén, cercanos a un enorme montón de  redes y demás enseres de pesca; y se sentó sobre el. Con la mano diestra extendida, realizó un pequeño ademán para que el anciano Dirik continuase:

- Dinos Dirik, ¿ que es lo que te ronda por la cabeza? pareces sorprendido por el  repentino temporal que arrecia la ciudad... ¿ Acaso ese artefacto tuyo tiene algo que ver?.-

El anciano no sale de su asombro. No solo no le obedece, sino que se atreve a contradecir sus órdenes sugiriendo que esperen... ¡por un poquito de mal tiempo!

-¡Escúchame jovencito! ¡Yo ya corría aventuras cuando tu mama te limpiaba el culo, me he enfrentado al frio, el calor, la tormenta, y el hambre! ¡He vencido a la muerte mil veces y de mil maneras! ¡Así que si yo te digo que se puede salir entonces...!- El anciano lleva su mano al pomo y lo sujeta con firmeza. Sin embargo, al intentar abrirla, resuena uno de esos golpes producidos por la magia contra la madera. Entonces su rostro se torna azul, su expresión se tensa y su voz se ahoga por unos instantes -...entonces decido que ¿para qué darnos prisa? Si mira que pronto es y ni hemos desayunado ni nada. Puf, ahora que recuerdo, si yo tenía... algo importante que hacer antes, si, jeje, eso es, me retiraré ahí- Dice señalando a un fajo de paja –Y os dejaré charlar sobre la misión ¿os parece bien?-

Al terminar, sonríe de manera forzada mientras levanta los pulgares de ambas manos. Tras esto, se retira y se desploma en la paja con los dientes aun traqueteando por el susto

- Cálmate Egarth - interviene ante la ira repentina del anciano - esperemos que pase el temporal. Éste es una de las aptitudes mágicas que posee el artefacto. No es bueno para nadie que esté fuera del santuario. Se encontraba en las montañas pero parece ser que ha sido trasladado a otro lugar y cerca de aquí por la violencia del temporal. 

Desde el tonel en el que estaba sentado, Lombert  atendía a cada palabra pronunciada por  Dirik, aguardando alguna información  interesante o particularmente especial . Al rato,   con un tono de voz mas serio. preguntó:

- No es por  pensar mal, Dirik,pero,.. Sabéis  mucho al respecto del artefacto que tanto os preocupa. ¿Que ocultáis?- levantando su mano zurda antes de que hubiese una replica  defensiva, continuó:- no os culpo de nada y entiendo que algunas cosas son mejor guardárselas para si mismo. Sin embargo , comienzo a sentir  una extraña sensación de que algo no huele demasiado bien.- mirando para el otro anciano tumbado en el montón de  paja,sonrió: - ...y no estoy hablando del olor a salitre del abuelo.-

Clavó su mirada sobre la de Dirik y  sugirió:

- De todas formas, si no quieres explicar toda la historia de ese objeto, podrías explicarnos con  que podemos encontrarnos...- fingiendo una sonrisa, terminó: -Me parece que este trabajo  nos esta quedando grande tanto al abuelo como a mi. ¿ no lo crees así ,Dirik?.-

- Entiendo tu preocupación y es lógico que desconfíes - replica Dirik sin apenas inmutarse ni expresar emoción alguna - El objeto está maldito, pertenecía al Rey Fahorr, conocido como el Hechicero Escarcha, un famoso hechicero. Al parecer, el objeto es exclusivo del hechicero y si no está en manos de su dueño, el objeto atrae el invierno con él. Debe regresar a manos de su dueño.

El erudito caminaba por el almacén mientras contaba esta breve historia. Se detuvo ante el rostro atrevido del pícaro y añadió:

- Sólo puedo contaros esto - contesta con una extraña mirada - no negaré que unos agentes de Netheril andan detrás de ese objeto pues deben conocer algún ritual para que cambie de dueño. Es justo que sepas a lo que te enfrentas y por eso estoy dispuesto a compensarte económicamente  y perdonar la deuda de este infeliz - dice esto último clavando su mirada en el anciano que dormitaba de pies - se rumorea que esos agentes son Umbras.

Al oír la palabra “Umbra” el anciano da un fuerte respingo y un escalofrío recorre su espalda, su expresión torna en un rictus forzado y su cuerpo estalla en una violenta convulsión.

-¡Oh Dios mío! ¡Umbras! ¡De todos los demonios que nos podíamos encontrar, tenían que ser Umbras! ¡Voto al infierno que esto se ha salido de madre! ¡¿Qué se supone que debemos hacer ahora?! ¡Yo te diré el qué! ¡CORRER! ¡CORRER POR NUESTRAS VIDAS! ¡AGGGGG!-

Y Entonces calla de golpe, su voz se ahoga en su garganta y queda petrificado en el sitio. De pronto, en una fracción de segundo su expresión se torna en confusión y mira al contratista.

-oye, ahora que lo pienso ¿Qué diantres es un “Umbra”?-

El anciano empieza a pensar mientras murmura en voz alta

-¿Un demonio abisal que...? no, eso lo soñé cuando cene bocata de lentejas ¿quizás un hipopótamo con tutú...? miedo no da pero es raro de narices...-

La expresión del joven Lombret se endureció cuando escuchó de los labios de Dirik la posibilidad de que sus enemigos fuesen umbras. Durante unos segundos se mordió los labios con furia y un hilillo de sangre resbaló por su mentón sin afeitar.  Antes de responder a las palabras de Dirik, Lombret no pudo mas que relajarse y sonreir debilmente cuando el otro anciano demostraba su locura. Cuando este ultimo  desvariaba entre murmullos, dirigió su mirada a Dirik y le expuso:

- Estimado Dirik, no  penséis que no me tentáis con la promesa de una suculenta recompensa...- frunció el ceño;... pero si los rumores de los que habláis son ciertos, no  garantizo  el éxito de la misión.- De un salto se levanto del tonel, y se acercó a Dirik con las manos en los bolsillos. Al estar enfrente de  Dirik , le espetó: 

- Sigo  afirmando que necesitamos mas gente para esta hazaña,y gente mas o menos competente..y no esto..-  señaló al anciano que seguía  murmurando en una esquina.- Si nos vamos a enfrentar a Umbras no prometo que pueda mantener con vida al abuelo.-

- 

Al escuchar el comentario del encapuchado, el anciano se siente herido en lo que para él es más importante 8al menos en este instante) su orgullo. Lo ha tratado como escoria, como un viejo indefenso que no podría ni atarse los cordones. Pero él había acometido proezas que los bardos aun cantaban, había salvado reinos enteros y en definitiva, había salvado el mundo. ¿Cómo y cuándo? Datos sin importancia, está claro que lo había echo. Y sin embargo este malandrín se atrevía a mofarse de él y solo porque había tenido un pequeño... llamémoslo lapsus de memoria (por motivo de algún hechizo enemigo, eso seguro).

-Mira chaval, me estás empezando a hinchar ya un poquito las narices. No sé quién eres ni qué clase de habilidades tienes, pero no me importa un carajo. De los que estamos aquí, eres el único que no ha aportado nada salvo quejas. Es más, me has insultado y eso es algo que muy pocos han hecho y aun menos lo han podido contar. Que no te confunda mi edad, aun me queda mucho poder, o al menos el suficiente como para atreverme a salvar este pequeño pueblo de mala muerte y cumplir el encargo de este desgraciado.-

De pronto el viejo da un respingo por su última frase y mira al contratista con una sonrisa.

-desgraciado no jeje, quería decir... ¡agraciado!, el agraciado este, porque es muy guapo él jeje-

Entonces se vuelve a girar hacia el jovenzuelo.

-Así que, teniendo en cuenta de que, para bien o para mal, vamos a tener que ir juntos, más valdría que te tragaras tus bromas de machote y me comentaras por qué te dan tanto miedo esos “umbras".-

Por primera vez en mucho tiempo, El viejo había hablado con total cordura.

- No os preocupéis, que seguro que el maestro Siginister se está encargando del asunto - sonrió -  seguro que vuestro destino se unirá al de otros. No estáis solos.

 Inclinándose ante el anciano loco, Lombret dibujo una floritura  digna de los salones de algún gran duque,y con cierta ironía  respondió alas preguntas y  afirmaciones de este ultimo:

- Oooooh, mil perdones vuestra magnificencia, me teníais completamente engañado...-  levantándose y cambiando su tono de voz un poco mas serio, continuó:-... creía que estaba ante un pobre loco y me equivocaba....- clavó su mirada sobre la del anciano y le espetó:-...estoy ante un anciano  senil.... Sin ofender, abuelo.-

Giró sobre sus talones para prestar atención a Dirik,no sin antes dejar escapar una frase  con suma tristeza para que llegase a los oídos del loco anciano.

- Esos Umbras que tan poco temes,  hicieron de mi un huérfano....- por un momento, el joven parecía gimotear pero rápidamente limpió sus ojos con la muñequera de cuero de su mano izquierda y un poco mas resuelto, se dirigió a Dirik:

- Vos habláis , Dirik.-  encogiéndose de hombros,continuó:- vos sois quien elige a vuestros "campeones" para esta hazaña y  yo solo soy un ratero con los bolsillos vacíos, no cuestionaré mas la elección de tus "héroes".-

Sin más, el joven cruzó los brazos sobre su pecho,aguardando las palabras de Dirik para salir  lo mas antes posible en busca de aquel artefacto que convocaba las tormentas, o así creía Lombert.....

- Mi maestro Siginister, el líder de nuestra organización, y yo confiamos incondicionalmente en el destino y el hecho de que tengas un agravio con estos servidores de Netheril me lo corrobora - responde Dirik introduciendo las manos en sus anchas mangas - ahora estoy seguro de tu participación en esto es acertada. Nuestra organización lucha porque Netheril no consiga sus propósitos: expandir su Imperio y someter Faerûn a la oscuridad.

El erudito escuchó con atención, parecía que la tormenta había amainado. Se acercó a las puertas y se asomó al exterior abriendo una de las hojas de la puerta lo suficiente como para asomarse.

- La tormenta ha remitido, hay que ponerse en marcha.

El anciano se sacude las manos mientras su rostro se torna en satisfacción.

-muy bien, pues pongámonos en marcha, que me estoy empezando a enfriar. Por cierto chaval, no soy senil, soy Runerio, natural de Runeria. El acento de Senilia lo obtuve en uno de mis viajes, es una historia curiosa que empezó hace veinticinco años cuando...-

Entonces, como si se acordara de la misión, se calla de golpe.

-Bueno, ya te lo contaré en otro momento, pongámonos en marcha para vengar a tus padres. Y conseguir... esa cosa que quiere este hombre. Por cierto, ese “Siginister” es...-

Aunque espera la contestación del contratista, el anciano intenta recordar quién es