Partida Rol por web

- Gracias - sorprendentemente, Zybax recibió con agrado la curación, quizás porque el sonido que se acercaba lo estaba preocupando más de lo que quería reconocer

- Asegurense que no nos vean - insistió a sus compañeros mientras preparaba su arco y miraba hacia donde sonaba el sonajero - Estén preparados - completó bajando voz para no ser detectado - En cuanto vean los petates atacamos -

Se acercan con cautela e inequívocamente señalan a Habib gruñendo en su propio idioma GuruUuU - El chamán se retrasa agitando las manos frente a sí, expulsando el aire que tiene frente a él llamando a los espíritus mientras uno de los hombres pez que va en cabeza toma el liderazgo y agita el tridente instigando a sus compañeros a dar caza al humano.

El hombre pez de la ballesta avanza y trata de disparar pero el virote ni siquiera emite un silbido cuando sale disparado hacia las profundidades realizando una parabólica cuyo final ni siquiera puede adivinarse.

Habib supo, por los sonidos, que les habían descubierto. Por supuesto no podía imaginarse que le habían visto a él, pero sabía que era tontería seguir a oscuras. 

Sea la luz, disuelvanse las sombras.

El resplandor repentino descubrió las formas de gran cabeza y tridentes que se abalanzaban hacia ellos. Parecía que correr en el hielo era difícil incluso para ellos. El sonido de sus palmeos lúbricos era multiplicado por el eco de la caverna. No sabía si detrás de la oscuridad había más. Quizá fuera un ejército.

Camaradas, dejadme espacio, voy a lanzar un conjuro que congelará a quien se encuentre delante mío. 

Zybax miró al humano con curiosidad antes de moverse velozmente en busca de una posición más cómoda para disparar - El del sonajero debe ser el más peligroso - aseguró mientras se giraba, pensando que ahora podría usar su arco sin que ninguno de los pescados caminantes le impidiera apuntar a quien había definido como el objetivo más importante

Para su propia sorpresa, la flecha partió recta hacia el sitio donde había apuntado, lo que le hizo mirar su arma con un nuevo respeto Quizás no deba depender solo de mi hacha se planteo antess de cambiar su grito de guerra - Porque el hielo es peligroso... pero mi arco también -

 Aguantando la posición Zulf levantó la ballesta y desjarreteó un disparó al líder de lo shombres peces que se abalanzaban sobre el grupo. Pero cunado vió la gran cantidad de adversarios la ballesta se le antojó demasiado poco arma y la dejó caer para aferrar el asta del tridente a dos manos...

¡Plik! ¡Plik, nos han visto! ¡Despierta!

Vorth agitó al armiño para despertarlo y lo dejó en el suelo. A continuación conjuró el hielo para formar una armadura traslúcida sobre él.

¿Ik?

Si, Plik: ik. El ik de todas las batallas.

El chamán termina de conjurar y un elemental de agua de tamaño enano (más enano que vosotros) surge cerca de Zybax y se abalanza contra él al tiempo que uno de los hombres pez se arroja con su tridente. El enano logra esquivar al primero pero el tridente del segundo le golpea en un muslo, protegido por la armadura de cuero que ahora se tiñe de la escandalosa pero poco peligrosa sangre. Otro hombre pez se une al combate contra Zybax y el chamán hombre pez corre tras el ballestero a lanzar sus conjuros a resguardo de flechas indeseables.

El hombre pez de la ballesta apunta a Zulf al tiempo que los hombres pez se abalanzan sobre el grupo escondido, Habib es sorprendido en su aura de luz por un par de aquellos monstruitos cubiertos de escamas a los que se habían referido como hombres pez. El eco corto de esta parte de la cueva crea un batido de sonidos del que es muy difícil distinguir algo, ahora todo es un caos

Habib tenía a uno de esos hombres repugnantes y de un olor extraño y desagradable (aunque por dentro era muchísimo peor). Mientras lo tuviera encima no podría luchar bien, así que conjuró a la defensiva para lanzar un dormir a su costado. Si podía ser, afectaría a dos de ellos y liberaría a Zulf y a Vorth. Zybax estaba en apuros y necesitaba ayuda. 

Sognol...!

Conjuró a la par que esquivaba el tridente del enemigo. Pero su presencia, junto con las estrecheces del escondite le impedían moverse con la soltura adecuada para hacer ambas cosas. Perdió el conjuro y la magia se desvaneció. Sólo le quedaba moverse lo justo para dejarle con la guardia baja. 

- Que se supone que eso! De donde salió - sin preocuparse por el tridente quese clavó en su pierna, Zybax observa a la masa de agua que de alguna manera tiene en frente y decide que el arco no será una buena alternativa frente a algo tan extraño

- Ocupense del del sonajero! - les pide a sus compañeros sin analizar si pueden hacerlo o no - Yo me ocupo de este... esto! - aclara mientras deja caer el arco y con un fluido movimiento desenfunda el hacha que tiene a sus espaldas y, a continuación, con un violento movimiento horizontal intenta cortar la masa de agua

Para su sorpresa, pese a que su arma impacta en el ser acuoso este no cae y sigue frente a su cuerpo - Pero... si lo corté - exclama sorprendido antes de prepararse para continuar el combate

Plik se lanzó a por el pez que intentó acorralar a Habib, y aprovechando la distracción de su familiar, Vorth se queda quieto un momento mientras su puño se empieza a iluminar con una tenue y fantasmagórica llama azulada.

¡Por el clan Pok!

 La situación pintaba muy mal para ellos, Zulf no tenía claro qué hacer, pero las palabras de Zybax en estos momentos se le entojaban difíciles de acometer, no podía dejar a Vorth y a Habib contra dos de esos bichos, en lugar de eso intentó quitár de encima el que estaba acosando al humano.

 Con el miedo amenazando en sus bíceras, lo aferró y lo canalizó en un ataque de locura, esgrimiendo aquella lanza tridentada...

Frente a Zybax el elemental de agua sonríe socarronamente y se convierte en un charco de agua, Zybax mira a su alrededor esperando que éste vuelva a aparecer pero su atención no puede desviarse por completo con un enemigo cuando dos se abalanzan sobre él con los tridentes, Zybax echa a los lados las mortíferas puntas que se lanzan contra él esquivando los ataques.

Zulf lanza un golpe y el hombre pez se lo detiene, el hombre pez que hay frente a él enseña los dientes puntiagudos, es algo más musculado que los otros y sus hombros están cubiertos de espinas, está más que dispuesto a luchar contra un enano cuya fuerza podría ser equivalente... o eso se piensa él...

Plik se mueve alrededor del hombre pez, que parece no hacer caso de la fría mano que se lanza contra él y enloquece al ver al pequeño armiño que es como una chuchería a sus ojos, agarrando el tridente como si fuera un tenedor trata de ensartarlo agachándose incluso para agarrarlo con una zarpa y llevárselo directamente a la boca, pero una fuerza azulada y fantasmal se revela cada vez que la mano está a punto de alcanzarle.

Los enanos pueden desviar un momento su atención hacia el chamán, que recibe la ballesta del pez junto al que estaba que ahora avanza hacia vosotros. El chamán coloca una espina larga en la extraña ballesta de coral y apunta con cuidado al hechicero de la luz, la espina vuela con un silbido característico y se clava directamente en el pecho de Habib, que se la arranca rápidamente sorprendido al no saber desde donde ha venido, un río de sangre corre ahora por su ropa.

El hechicero humano, ya acostumbrado al resplandor y, sobre todo, más ancho, pudo conjurar su hechizo.

Sognolencia inmediata! Centrándolo a una distancia equidistante entre el hombre-pez que le atacaba y el que atacaba a Zulf.

Protegedme, estoy malherido!

El hombre pez en contacto con Vorth y Plik cae dormido

- Donde se fue? Lo maté? - por un momento el bárbaro duda de sus propios ojos, pero finalmente opta por aprovechar la situación y decide continuar usando su hacha a dos manos contra los dos pescados que tiene a su lado

- Por si no lo sabían... el hielo es peligroso, pero mi hacha también - les informa amablemente mientras la mueve con soltura, aferrándola con ambas manos y buscando partir a su rival medio - Muy peligrosa - agrega con una sonrisa malévola en su rostro tras su grácil movimiento.

Totalmente ocupado con los pescados humanoides que lo rodean se desentiende por un momento de sus compañeros, más ocupado en sobrevivir que en ayudarlos

 Con uno de los adversarios caídos por las magias de Habib, Zulf se interpone entre el homrepez de las espinas en los hombros y sus compañeros y esgrime el arma contra él llamando su atención, obligándole a defenderse de él.

 Pero el tridente hace más que llamarle la atención, las tres barbadas puntas de metal penetran la piel escamosa del líder, clavándose profundamente en la cadera, hasta el punto donde se unen las tres púas de metal, con un gruñido Zulf retuerza el arma y la sacude hacia atrás con un fuerte golpe, listo para clavarla de nuevo.

¡Buen trabajo, Plik, le has tumbado!-dijo sobre el hombre pez que en realidad se había dormido por la magia de Habib.

Vorth bordea a la "víctima" del fiero armiño y se pega al pez que golpeó a Zulf, tocándole con su mano helada.

¡Ahora, Plik!

Y el Armiño zigzagueó sobre el hielo hasta morder al nuevo objetivo del hechicero, como si el aura azulada le marcase el objetivo.

Zulf da un golpe letal al hombre pez, éste se revuelve sobre sí mismo y empieza a entrar en un frenesí enloquecido que Vorth sabe aplacar rápidamente con un toque de su mano dejando al enemigo tan tieso como el ronroneante y felizmente dormido hombre pez que hay junto a ellos. Un virote sin dueño vuela contra Zulf rozándole un brazo y rebotando en la pared tras él.

Zybax abre las tripas de uno de los hombres pez que se desparraman por el hielo frente a él, el hombre pez que ha dejado unos instantes atrás se abalanza contra él al tiempo que Zybax lanza otro golpe brutal, tridente y hacha se encuentran en el aire, y el tridente de coral se hace mil pedazos contra el arma de acero de Zybax, el hombre pez mira acobardado como el arma termina de astillarse en sus manos y se cae a pedazos... parece que los enanos son mucho más peligrosos de lo que habían pensado, y el que habíais identificado como el chamán emprende la huida

- Que el del sonajero no se vaya! - todavía enfurecido por la agresión sufrida, Zybax decide olvidarse del hombre pez que tiene a su lado y dirigirse hacia el chaman

- Que no nos mande otro de ese... esas... "aguas" - insiste mientras se mueve rápidamente en dirección al chaman, con su hacha bien aferrada y la firme determinación en su rostro - Por que mi hacha es peligrosa - aclara a medida que se acerca

Quedaban dos peces. Vorth escogió ir a por el que estaba desarmado...

¡Zulf, ayuda a Zybax! ¡Habib, remata a esos dos! ¡Plik...!

¡¿Ik ipik?!

¡Mata, Plik! ¡Tú mata!

Se había crecido. Sabía que era un inútil en la batalla, pero por fin había tumbado a un enemigo... herido previamente por Zulf. Pero Vorth se había cobrado la pieza. Y ahora cargaba junto a Plik en la batalla como un embravecido guerrero. Se sentía como Zybax o Plik, lleno de rabia... aunque la rabia de Vorth era más cercana a un enojo caprichoso.

El armiño logra de un salto agarrarse a la femoral del pez, y queda allí, colgando del muslo, mientras gruñe con la carne entre sus dientes.

Ngggrr... ngrrrrrrr...