Partida Rol por web

La llegada del nuevo mensajero me sacó de mi reflexión interna, sonreí al ver que pos Lenger iban a intentar llegar a una solución pacífica. En cuanto mi hermano despidió al mensajero me levanté y dejé mi copa en la mesa. -Por lo menos ellos van a intentar hacer un acercamiento pacífico. Una cosa que me pregunto es qué es lo que piensa nuestra reina, ya que como tal su palabra debe ser escuchada. -Estaba seguro de que Daniella tendría algo inteligente que decir. Era una persona brillante e inteligente, me lo había demostrado en numerosas ocasiones. Pero tenía esa manía de apenas no hablar cuando mi padre estaba presente, y en casos de vital importancia, toda ayuda era poca.

-Respecto a las movilizaciones, pienso doblar todos los puestos de la guardia real padre, no voy a permitir que en estos de momentos de confusión un intruso se cuele en palacio para atentar contra vuestra vida o la de la reina.

Daniella se sobresaltó ligeramente cuando William se interesó por su opinión. Miró de reojo a Alasthor. Sabía cuál era su opinión, y también sospechaba que si por él fuera ella no habría sido avisada de aquella reunión. Pero allí estaba, y una tenue sonrisa asomó a sus aterciopelados labios.

- Os estaba escuchando, y creo que en parte ambos tenéis razón. Debemos estar preparados por si las negociaciones con los Lenger no dan su fruto - . Empezó a decir, mirando fijamente a Connor. Para, tras esas palabras, clavar su mirada en la de William. - Pero como bien dices, antes debemos agotar la vía diplomática. Todavía desconocemos qué posición han tomado los Lenger. Seguro que también quieren acceder al imperio, por eso me temo que al final tendremos que sacar las armas. Pero debemos evitar que parezca que hemos sido los primeros en alzarlas - . La joven reina se tomó su tiempo, se llevó nuevamente la copa a los labios, y tras dar un pequeño trago, retomó la palabra. - También me temo que si enviamos a un representante en nuestro nombre, ellos se lo tomen como un insulto. Ambas familias deberían reunirse en algún terreno neutral, algún sitio donde poder hablar sin temor a represalias - .

-El encuentro se realiza en el castillo de la familia Satine, a medio camino de ambos reinos- Digo, en contestación a las palabras de la reina -No quiero que crean que nos tomamos este asunto a la ligera, yo mismo acudiré al encuentro en persona.

-Mientras estoy fuera Connor ocupará mi lugar y William me acompañará como parte de la escolta. Espero que no haya ningún problema en mi ausencia, estamos al borde de una guerra. Queramos o no esa es la realidad y no escatimaré esfuerzos en intentar impedirla, pero hay que prepararse por si llega.

Algo inquieto dije -Si llega el punto en que se desarroya la guerra, quiero que nosotros seamos el bando defensor ¿entendido? Tenemos más posibilidades de ganar tras las murallas y puede que así consigamos más alianzas.

Asentí a las palabras de mi padre, el orgullo se reflejaba en mi cara. Que contase conmigo para acompañarlo era un honor, una oportunidad para demostrar que no se había equivocado al reconocerme ni al ponerme al mando de la Guardia Real. Conmigo irían mis mejores hombres, pero eso me hacía dudar. Su seguridad era lo más importante, nada malo le iba a pasar estando yo cerca; pero que Daniella quedara en el castillo me preocupaba. -Será un honor acompañaros majestad. Pero ¿no sería mejor que la Reina también viniera? Nuestra imagen sería mucho más "relajada" que si sólo vais vos y un grupo de hombres armados.

Daniella escuchó las palabras del rey y miró a Connor entrecerrando ligeramente los ojos. Aunque creía que Alasthor se equivocaba, la reina no dijo nada, manteniéndose en silencio y esperando la reacción del joven príncipe.

¿No se da cuenta de que él es el heredero? Apartándolo de las negociaciones lo único que hará será perjudicarlo... En ese momento William habló, proponiendo que ella les acompañara. Esas palabras provocaron que sus pensamientos se rompieran. Volvió su atención al rey, esperando saber qué decidía... 

Los lenger van todos :D

-Supongo que tienes razón William- Dije a regañadientes -Acudirán todos los Lenger, no sé qué planean pero no puedo dejar el reino sin la protección de un Astor, así que iremos nosotros tres, no puedo permitirme emularlos de esa manera.

No me hacía ninguna gracia que la reina acudiera con nosotros, pero mi hijo tenía razón. Al parecer ambos se habían encariñado, por como William la trataba, por mi parte ignoraré ese hecho.

Dejarme atrás y que se lleve a William tiene varias lecturas y casi ninguna positiva. Deja claro que confía en mi para dejarme al mando mientras esta fuera, pero es William en quien se apoyara durante las negociaciones. Todo el mundo recordara que fue el quien estuvo junto al rey en caso de que las negociaciones lleguen a buen puerto. si salen mal y pasa algo, se dirá que yo tenia motivos ocultos para no estar junto al rey. No tiene buen aspecto esto.

Sera como vos decís mi Rey. Mantendré todo en orden mientras estáis fuera en las negociaciones. Que guardia llevareis?. Si lleváis muchos hombres a una negociación pacifica pareceréis inseguro o un matón. Puedo proponer que viajéis ligero y yo ordene a la guarnición mas cercana que manden un destacamento que acampe cerca del castillo para que podáis recurrir a ellos si hace falta?. ya que seria la opción de Willian la elegida, la de negociar, tendría que dar lo mejor de si para ayudar a ello.

Miré a mi hermano, sonriendo por su interés por cómo iba a desempeñar mis labores de protección sobre mi padre y su esposa. -Nos acompañarán mis mejores hombres hermano, seremos 15 miembros de guardia personal, yo incluido. Confío en que no te parezca mal mi decisión. -No quería que pensara que iba a dejar desprotegido el palacio en mi ausencia. -El resto de la Guardia Real está a tu entera disposición. Además de que dudo que nadie sea tan estúpido para intentar atentar contra tu vida..-Sonreí de forma sincera. Todo el mundo sabía que mi hermano era un gran guerrero. Sólo alguien con un nivel de inteligencia inferior cometería tal temeridad-

Daniella asintió con un leve gesto de cabeza. El encuentro con los Lenger le serviría para salir de aquel castillo. A veces se sentía recluida y deseaba poder respirar otros aires.

- Si me disculpan me retiro a mis aposentos... - Comentó haciendo un leve gesto hacia su rey. Ella sabía cuando era buen momento para retirarse, y era mejor dejarles solos para que pudieran discutir tranquilamente sobre los pormenores de aquel viaje. Salió del salón con discreción...

-Podéis retiraros- Dije a la reina sin dirigirle una mirada, casi sin pensar mis palabras pues lo único que ocupaba mi mente eran los problemas que acababan de caer sobre nosotros.

-Quince hombres está bien, no creo que sean tan estúpidos de atacarnos, simplemente una guardia pequeña, nada más- Me acomodé como pude en mi asiento y continué -No envies guarnición alguna, puede que sean alertados y entonces el resultado sería el mismo que llevar una gran guardia, con el añadido de la cobardía.

Despedí la marcha de la reina con una leve inclinación de mi cabeza y me dirigí a mi padre. -Así sea pues padre. Nos acompañarán mis mejores hombres. -dije contento por la misión que se me había encomendando. Bajo ningún concepto iba a fallarle.

Entonces miré a mi hermano. -La Guardia Real queda a tu entera disposición hermano. Si necesitas hablar con alguien de la guardia para coordinar los relevos y cuantos hombres quieres a tu cargo, será el teniente Welson. No te defraudarán.

Con vuestro permiso, voy a hacer los preparativos del viaje. Si me necesitaís estaré en mis aposentos, coordinando a mis hombres para que estén preparados. -Hice una reverencia y me dirigí hacia la puerta para salir de la sala en la que nos encontrábamos.

Me despido de la reina con una reverencia y una sonrisa. Puede ser la reina y mi madrastra, pero también somos amigos desde la infancia y se que es perfecta para mi padre y el trono. Esta noche jugareis conmigo a damas, majestad?. Últimamente se estaba convirtiendo en una costumbre. Charlábamos un rato y me despejaba la mente.

Que tengas buen viaje hermano. Cuidare de tus hombres como si fueran los míos. Dado que los miembros de la guardia eran seleccionados de entre los mejores del ejercito regular, eso era bastante correcto.

Cuando me quedo solo con el rey, me acerco a el y estando en privado me atrevo a tutearle y tratarle por lo que es, ademas de mi rey, mi padre.

Padre. De verdad 15 hombres?. Un ataque de 100 hombres y nuestra nación perdería de golpe a sus lideres. Seria el caos y el desastre. Nosotros no lo haríamos, pero confiar en ellos así, a ciegas?. Me atrevo a insistir por la preocupación y el cariño que siento por mi padre.

-Quedarías tú- Contesto a Connor -Por esa razón te dejo aquí, porque si muero tú podrás reinar, y tras ese ataque tendrás el apoyo de casi todos los reinos, los Lenger estarían perdidos y sin duda alguna tú serías el emperador. Y sé que estarías a la altura.

-Por estas razones... no creo que sean tan estúpidos, me matarían a mí, a la reina y puede que a tu hermano. Pero mientras quede un Astor el reino seguirá sin ser conquistado. Esa es mejor defensa que traerte conmigo junto con cien de nuestros soldados ¿lo entiendes hijo?

Entiendo que perdería a las personas mas importantes en mi vida. El trono del emperador no parece un gran consuelo a cambio, la verdad. Suspiro algo abatido, sabiendo que probablemente mi padre no quiera cambiar su decisión anterior. Pese a que por formación y en mi papel de líder del ejercito estoy casi obligado a verlo todo desde la perspectiva de un soldado, me tengo que plegar a los deseos de mi rey.

Al menos llevad a 5 de mis edecanes. Os servirán como mensajeros entre la capital y la negociación, como pajes y servicio de confianza mientras estáis allí. Son todos de la máxima confianza y deben todo lo que son a nuestra familia y al reino. Totalmente incorruptibles. Podréis confiar en ellos como haríais conmigo. Que ademas fuesen mis cinco espadachines mas capaces no viene al caso.

Me quedé pesativo unos instantes y al fial dije -Olvídalo hijo, guarda a esos cinco hombres. Vendrás conmigo, el consejo se hará cargo del reino.

Así se quedaría más tranquilo, y mi hijo era mejor protección que cualquier miembro de la guardia real.

Asiento con calma. Aunque me parece mala idea que todos nos arriesguemos al cuchillo de los asesinos. Ya había discutido mas que suficiente con mi padre y no pensaba llevarle la contraria.

Se hará como decís padre. Estaré preparado cuanto antes. Tengo su permiso para retirarme?. Le pregunto de forma algo ausente, mi mente ya preparando el viaje y los preparativos para reforzar las defensas fronterizas.