Partida Rol por web

En voz muy baja y al oído Karl se dirige al Capitán Stein.

-"Señor, según mis cálculos ya hemos recorrido unos 180 km, deberíamos estar acercándonos al lugar previsto. Quíza debiese buscar alguna escusa que me permita ausentarme hacia el vagón dormitorio."

Romina asiente respetuosamente ante el herr y aprovecha para retirarse a su vagón. Definitivamente necesita ir a desempacar un saco para este frío. Cruza los brazos como toda mujer cuando su temperatura baja y se despide en alemán de los demás huéspedes del vagón restaurante.

Guten abed...

Stein se estaba empezando a llenar con el picoteo de la comida, la bollería siempre causaba ese efecto en él. Sin embargo, aún seguía degustando del café y de la conversación que mantenía con sus compañeros de trabajo. Entonces fijó su mirada en el alférez y pensó que la conversación sobre estrategia y sobre qué iban a hacer no eran dignas de un "joven", aquello era asunto de hombres.

- Berger, ¿por qué no se nos adelanta y comprueba que en nuestro vagón está todo en orden y preparado para nuestra comodidad? Es un viaje largo y tendremos que descansar...

Me estiro hacia atrás sacando mi panza bajo la barra y cogiéndola con las dos manos." Estoy lleno, ya no puedo mas, ahora espero poder echar un sueñecito con el suave traqueteo del tren ".

- Si, verdaderamente no me puedo quejar el desayuno camarero, pongame cuatro zumos de naranja para desatascar un poco las tuberias.-Ordeno al muchacho con una amplia sonrisa." mmm con un poco de suerte, antes de que cierre el vagón restaurante si ha bajado todo podré repetir un poco mas ".

-Dígame, Capitán Matog.-Digo dirigiendome hacia él.-¿Da su permiso para que vaya al vagón?

-"inmediatamente Señor. Si me disculpan."

El alferez Berger se levanta de su sitio junto al Capitan Stein y haciendo una ligera inclinación de cabeza se dirige a su compartimento.

Desde luego Teniente, descanse usted, pues el camino va a ser lento y largo. El Capitan Matog se habia sentido muy comodo en las conversaciones y ahora miraba por la ventanilla ensimismado en la observacion de las nubes y el avance de lo que parecia una tormenta. 

Stein se acomoda en su sitio y le habla a su compañero capitán y al teniente Senn, hablando en voz baja.

-Así podremos hablar tranquilamente Matog y yo para decidir qué aptitud tomaremos frente a los civiles. Yo sugiera una cierta alerta pero si pasarnos. Y por supuesto, confiarnos tampoco... La decisión sobre que nos acompañaban civiles fue dada sin aviso, y no tuvimos tiempo de intentar conocerlos antes de subir aquí, por lo que no sabemos quienes son ni sus intenciones. Pero debemos ser cautelosos al tratar con ellos, tampoco es buena idea molestarlos hasta el punto de que puedan hablar mal de nosotros... Como dije antes, los ricos pueden tener las amistades mas extrañas. ¿Qué opina usted, señor Matog, debemos ser duros, cautelosos o indeferentes ante ellos, como si no estuvieran aquí? Sinceramente, esto último no creo que sea lo adecuado.

Creo que debemos de intentar interactuar, recabar informacion sobre ellos, quienes son, y todo lo demas, pero desde luego desde la cordialidad, debemos ser corteses e incluso amables con ellos, asi podremos acceder a sus motivos y conexiones, seguramente nuestros superiores hayan decidido que viajen con nostros por algun motivo. Aunque desde luego, hay que mantener las distancias pero sin que se note demasiado...no se, dar una cara amable y recabar informacion....como si fueramos infiltrados de las ss o algo asi...
 

Tras las palabras de Matog, me dirijo hacia el vagón de los alemanes.

La velocidad del tren se comienza a notar atenuada. Inicialmente pensáis que podría ser por una pendiente, pero una rápida mirada a través de la ventana os hace descartar la idea. No se divisa ningún obstáculo que pueda justificar tal cambio de marcha y es demasiado pronto para detenerse a recargar agua, ya que debería ser cada seis horas aproximadamente y apenas han pasado cuatro.

La conversación fue detenida por el descenso en la velocidad del tren, a simple vista no parecía pasar nada, pero no era normal que el tren parara sin razón.

-¿Notaron eso?, el tren pierde velocidad, debe haber un motivo.

Vayamos a hechar un vistazo, y de paso preparemonos para una emboscada, puede que el jefe de maquinas este compinchado para detener el tren en un determinado punto...si nos dejaran usar a nustros propios hombres para estos casos, esto se podria evitar.... Matog se levanta y se dirige a la zona de la locomotora para pedir explicaciones al jefe de maquinas con la pistola desenfundada y en la mano.