Partida Rol por web

-En mi opinión, deberíamos visitar primero al Hutt -indicó Maider al oír a sus compañeros sugerir ir al campamento de Spunns y cobrarse su merecida venganza-. Así, Eskol le entrega su código y este no termina cayendo en manos del gobernador -Dirigió una mirada al prisionero de los cazarrecompensas-. Después, podrás ocuparte de Spunns, pero primero necesitamos tu código.

De nuevo por canal interno. 

-Si vamos primero a por Spunns tendremos el apoyo de los cazarrecompensas, espero-dijo Balon-Del Hutt no me fío nada. Me parece muy probable que nos traicione. Al fin y al cabo, una vez el entreguemos el código, no tenemos ningún valor para él. Así que creo que la opción de ir primero el campamento nos ofrece más garantías. 

El que los cazarrecompensas estén dispuestos a desprenderse de su prisionero, el código, su vehículo en el caso de que mi disparo no lo haya inutilizado, y además se pongan a nuestro servicio, me parece que es ser excesivamente optimistas.

Pensándolo bien no estarán tan relajados porque se han puesto en contacto con su jefe y están esperando la llegada de refuerzos.

¡Maldita sea como hecho a faltar los comunicadores de nuestros cascos con la capacidad de elegir quienes reciben la trasmisión!

– Creo que tenéis razón y la mejor opción que tenemos es impedir que Vash nos la vuelva a jugar. Nuestra guía Shandi digo que volvería a buscarnos, aunque no confiaba en volver a vernos con vida.

Hago una pausa antes de añadir. – El pequeño inconveniente es que el prisionero, y el vehículo son de ellos, – señalando con el blaster a los cazarrecompensas, – y no sé si estarán de acuerdo.

El lider se encoje de hombros ante las palabras de Albrecht

Nunca está de más contar con la gratitud de la Armada Imperial. Por nuestro lado nos basta con lograr un manera de salir de este maldito planeta. Este negocio ya lleva demasiado tiempo arrojando pérdidas. Dice en referencia a todo el asunto, obviamente un vehiculo destruido, dos camaradas muertos y un Hutt arruinado no son buenas perspectivas para el negocio.

Acordais pues poner primero rubmo a ajustar la situación con Vash. Eskol toma el casco de uno de los mercenarios muertos y cuando Shandi acude a recogeros le hace prometer que no dará a conocer su rescate hasta que él se lo indique. Es obvio que Eskol tiene ascendiente entre los guerrilleros como mínimo a la altura de Vash cuando Shandi acepta sin rechistar la treta.

Así pues tras guiaros de nuevo a través de la selva volveis a llegar al campamento. Bajo la explicación de que habeis cumplido vuestra misión y regresais para informars sois conducidos de nuevo al espacio de mando de Vash bajo las telas de camuflaje. Esta vez solo vosotros sois admitidos en presencia de Vash mientras los tres "cazarrecompensas" deben esperar fuera. Vash os recibe sentado en una de las cajas de munición y flanqueado de ocho guerrilleros que os miran fijamente, seguramente escarmentados de la trifulca de vuestra última visita.

Sin disimular su desagrado por veros ahí ante él el lider guerrillero decide entrar en materia Así que ¿le habeis metido un blaster en el craneo a ese perro traidor de Eskol? ¿Y quien diablos son esos tres que os acompañan? ¿Necesitasteis ayuda para acabar con ese perro? ¿O acaso también han caido de una nave como vosotros? Ese último comentario despierta risitas entre los guardias de Vash

Intentado que mi tono suene simplemente molesto para hacer que sea lo suficientemente elevado para que me oigan los tres desde fuera. – Murió cuando les convencimos de que realmente éramos soldados imperiales. Ellos habían sido contratados para trasportarlo, una forma de demostrar que ya no trabajaban para el gobernador.

Mirándolos a ellos. – Puede que el truco de no emplear a sus hombres hubiera funcionado con vosotros, pero nosotros desconocemos cuales son sus hombres. No nos proporcionasteis esa información, afortunadamente. De haberla tenido habríamos dejado pasar el vehículo en que viajaba esperando uno del gobernador.

Balon permanecía al lado de Albrech empuñando su rifle, pero con el cañón bajo. 

Se sentía la tensión en el ambiente, así que era mejor permanecer alerta. Se podría liar parda a la mínima. Albrech había hablado bien, así que prefiríó esperar a ver cómo reaccionaba Spunns antes de decir nada más. 

A esas alturas, Wexley ya estaba deseando apuntar a Spunns con su bláster y dispararle. Lo mantenía a mano, aunque con el cañón bajo, aguardando cómo se desenvolvía la situación.

Ignoraba qué sucedería cuando Eskol decidiese revelar su identidad frente a todos los Leales de Mohc. ¿Se dividirían aquellos guerrilleros en dos facciones, una a favor de Vash y otra a favor de Eskol?

No me gustaba la tensión que había en el ambiente. Por momentos parecía que todo el mundo nos estaba utilizando para lograr sus cometidos. Teníamos que estar alerta y al menos unidos entre nosotros. Lo importante era solucionar todo esto.

Las gotas de sudor recorrían su rostro. El campamento era un polvorín en el cual solamente quedaba ver cuantos cadáveres había que recoger. Esperaba que la mayoría fuera del bando de Vash y sus secuaces. Albrecht fue meridiadamente claro. Miró a sus compañeros uno a uno viendo que todos estaban listos para el combate. Antes de vovler la vista a Vash comprobó que Adrieira siguiera tranquila. Sabía que su compañera era visceral, le encantaba su iniciativa, por lo que convenía fijarse por si tocaba comenzar el combate.

Adrieira se había puesto el casco. Era la mejor forma de ocultar no solo sus emociones, sino también a donde dirigía su mirada. Escuchó las palabras de Vash. Agarró con fuerza su arma haciendo un esfuerzo por no levantarla y disparar directamente a ese desgraciado, pero ante la calma de sus compañeros decidió calmarse...

- Por suerte nos bastamos nosotros. Si, es gracioso. Lo cierto es que son unos traidores del gobernador que han decidido unirse a la causa. Fue más fácil de lo que parecía. Parecían sinceros cuando nos dijeron que estaban del mismo lado en esta guerra que tu... - Dijo tensando cada músculo de su cuerpo.

- Que todos - Corrigió unos segundos después, analizando la reacción de Spunns, - Que todos, por supuesto - 

Vash se agita con vuestros comentarios, es solo el calor y la sorpresa de veros vivos ¿o hay algo más siniestro?

Aún así hace un gesto a uno de sus guardaespaldas para que se acerque a llamar la atención a los mercenarios.

Y bueno, ¿alguna última palabra del traidor de Eskol? ¿contó algo interesante antes de morir?

Nox no pudo reprimir una pequeña carcajada después de las palabras de Vash.

-Por desgracia el pobre apenas tuvo tiempo de hablar, ahí donde lo ves - Nox señaló a Balon- es el más certero francotirador. Una pequeña escaramuza que terminó con un brillante disparo a la cabeza. - paró unos segundo de hablar para dejar que Vash asimilara la muerte de Eskol para seguir hablando. -Ahora que lo pienso y haciendo memoria puede que si que dijera algo que quizás los mercenarios que están ahí fuera recuerden.

Balon sonrió con orgullo sin dejar de agarrar su rifle en posición de disparo pero con el cañón bajo. 

- Con este rifle es tarea sencilla. En fin...así que hemos cumplido nuestra parte. Os toca a vosotros cumplir la vuestra. 

Las palabras de Nox y Balon me desconciertan y me ladeo ligeramente para quedar de perfil y ofrecer menos blanco si Vash decide que ya es hora de que hablen las armas.

Busco un instante que no este en la línea de tiro Shandi. La única de todos ellos en quién confio sin saber realmente porque lo hago.

La cosa se esta poniendo tensa, pongo todos mis sentidos en alerta máxima. No alejo mucho la mano de mi blaster por si acaso hay acción de la que no esperamos. Solo espero que todos cumplan su palabra y podamos solucionar todo esto sin problemas.

Maider escuchó las palabras de Nox y Balon, y pensó para sus adentros que comenzaban a tantear un terreno muy peliagudo, ya que la versión que ellos habían dado podía contradecirse con la que les había ofrecido Ludwig en un primer momento. Sin saber si Vash caería en ese detalle o lo habría pasado por alto, el joven cadete agarró con fuerza el bláster, manteniéndolo bajo y sabiendo que podía producirse un tiroteo de un instante a otro.

Los cazarrecompensas son llamados a entrar por uno de los guardaespaldas. Las tres figuras entran con los cascos aparentando tranquilidad. Os fijais como Eskol, camuflado por el caso, da un paso hacia adelante. Con una mano acciona el mecanismo del casco mostrando su rostro. La sorpresa en la cara de Vash es clara cuando ve a Eskol pero desaparece en un segundo cuando este saca un blaster habilmente escondido y le mete el prometido tiro entre las cejas.

El sonido del blaster y el ruido sordo de Vash al desplomarse muerto suenan como dos mazazos.

Rápido ¡acabado con esta banda de granujas! dice Eskol señalando a los guardaespaldas. Al parecer su sed de sangre no ha quedado saciada con Vash y ahora se extiende a la totalidad de sus antiguos camaradas.

Lo cierto es que de los ocho guerrilleros la mitad parecen estar aun en shock, los otros cuatro dos parecen estar dando un paso hacia adelante sin levantar las armas mientras que otros dos parecería que están levantando sus rifles. En una fracción de segundo toca decidir.

¿Diplomacia o blaster? ¿Tras la muerte de Vash son los guerrilleros amigos o enemigos?