Partida Rol por web

Balon siguió el camino tras los mercenarios sin hacer caso del tumulto. Simplemente, eran cosas que no le concernían e inmiscuirse podría poner en peligro la misión, pensó.

Al igual que Balon, Nox sigue su camino. Tenían una tarea que realizar, pararse a resolver los problemas que había entre humanos y alienígenas no era su tarea en estos momentos. Además solamente conseguirían llamar la atención y atraer problemas.

-Te sigo Balon.

Adrieira llamó la atención de los dos compañeros que se aproximaban con el cuidado que pudo para no llamar la atención. No estaban allí para ayudar a una posible persona de ser asesinada o torturada como acababan de ver. Estaban para salvar a todo el jodido planeta. Ayudar ahora a quien lo necesitara podría suponer sacrificar a muchas personas después.

Quizá en las historias que los padres cuentan a sus hijos se hable de que siempre hay que ayudar, y que no se puede anteponer la vida de nadie o sacrificarla por ninguna causa. Lo cierto es que todos nosotros ya hemos sacrificado a muchos compañeros. ¡¡ Una nave entera !! Lo que quizá hace unos meses pudiera haber sido remordimiento por dejar atrás a quien estuviera dentro del tumulto tan solo fue un fugaz pensamiento que se perdió en la maraña de recuerdos, pensamientos y odio que poblaba la mente de la soldado.

Negó con la cabeza e indicó que debían seguir, no era el momento, no era el lugar. Demasiadas vidas dependían de no cagarla. 

Esperó a que sus compañeros la vieran y siguió a Balon, Nox y a los mercenarios en silencio.

Wexley realizó una mueca de desagrado al reparar en los cuerpos sin vida del hombre y la muchacha colgados de una farola, junto con aquel mensaje de odio que debía haber escrito alguno de los alienígenas o uno de sus partidarios. Fijándose en el tumulto que estaban formando aquellos alienígenas que formaban un corrillo, el joven cadete decidió echar un vistazo para comprobar qué estaba sucediendo.

Podeis ver como una banda de alienigenas, encabezados por un quarren que vocifera proclamas antihumanas, están muy atareados apaleando a dos figuras ya caidas de un par de humanos. Por suerte no se han apercibido de vosotros y podeis seguir andando.

Este es el resultado de relajar la firme mano del Emperador del puño en el que retiene las consciencias de las masas de brutos alienigenas.

Por su lado los dos mercenarios han acabado de cruzar la calle y descienden unos escalones hacia lo que parece ser una cantina. Decir que el lugar al que os llevan a visto tiempos mejores es quedarse corto. El interior está practicamente desierto aparte de un par de parroquianos, un tabernero droide y una bailarina humana que se contonea sobre un escenario con poco talento y aun menos ganas. Los unicos que parecen divertirse son un grupito de gamorreanos y demás gentuza que beben en una mesa al fondo.

Adenás se puede ver como partes del local han sido maltratadas ¿quizás a lo largo de un registro especialmente vigoroso? Ignorando el deprimente escenario Marden y Iulte se dirigen directos hacia el grupo de gamorreanos. Al parecer estos les reconocen y tras echaros una mirada de pocos amigos os hacen un gesto indicando que entregueis las armas. Mientras uno de los gamorreanos (el más espabilado) se levanta para hablar por un intercomunicador habilmente camuflado en la pared.

Los gamorreanos se toman vuestro silencio como asentimiento y os "requisan" las armas antes de que el que tiene más luces os haga un gesto de que podeis pasar. A una señal del gamorreano a alguna camara de video oculta un panel de la pared se retira revelando una escalera estrecha que desciende a un pasadizo en esquina.

Seguiis a los dos cazarrecompensas hacia las profundidades del antro del Hutt. El pasillo da paso a una nueva puerta acorazada detrás de la cual espían, por una ranura, un par de ojos amarillentos y malvados. Tras oirse otro gruñido la puerta se abre y pasais por una antesala con otro gamorreano antes de cruzar aun otra puerta de seguridad que da a un corto pasillo oscuro cerrado por una cortina al final.

Siguiendo de nuevo a los cazarrecompensas cruzais la cortina y entrais en el sancta sanctorum del Hutt. Un espacio ovalado iluminado con luz suave, en el que suena la agradable música de un cuarteto y donde el aire está impregnado del aromático humo de la pipa de agua Hutt. Y al fondo, en su enorme trono flanqueado por un par de bailarinas twi'lek y un mayordomo de la misma especie un enorme Hutt os mira mientras levanta una de sus cejas.

Mucho has tardado en volver Marden dice el Hutt en su gutural idioma siendo inmediatamente traducido por el twi'lek Al magnífico Granganga no le gusta tener que esperar para que se cumplan sus deseos. Aqui podeis ver como el Hutt parece mover su enorme masa indicando ira y agitación Y además no has vuelto acompañada de tu presa si no de este grupo de ¿quien sois exactamente vosotros y con que derecho os presentais ante su magnificencia Granganga el Hutt? Remata el twi'lek con su voz aflautada mientras el Hutt os señala con su corto bracito.

Todo sucede como a cámara lenta, a ninguno nos atrae el estar desarmados aquí, pero si queremos hablar con el hutt tendremos que aceptar sus términos para poder hacerlo. Ya no disponemos de un crucero en orbita que podía conseguirnos la entrada completamente equipados sin objeciones.

Me quedo aguardando si los mercenarios realmente se han aliado con nosotros o simplemente nos han traído hasta aquí para vengar la muerte de sus compañeros. Me siento desnudo sin mis armas, no me imaginaba que tendría esta sensación de inseguridad, no.

Nox se adelanta un paso y hace una leve reclinación de cabeza como muestra de respeto hacia el Hutt.

-Somos imperiales, agentes especiales, hemos venido a reclamar lo que es del Emperador, y a devolver el orden de las cosas en este planeta, empezando por su gobernador. Supongo que como bien sabe el magnífico Granganga, la política imperial siempre suele coincidir con los intereses de los Hutt, por lo que la nueva idea del gobernador puede y es un problema para ambos.

Era mejor dar pocas explicaciones sobre lo sucedido hasta ver hacia donde quería llegar el Hutt. Cualquier paso en falso supondría problemas. Poco a poco ya irían completando la historia.

No le gustaba la idea de entregar las armas, pero Adrieira se había quedado obnubilada con la cantina. Hacía mucho tiempo que no estaba en una de esas. Cuando notó como le requisaban el arma hizo un gesto, un reacción... pero no tardó en asentir. No dejarían que pasáramos con armas ante el Hutt. Eso era normal.

Una vez en su presencia fue Nox quien acertadamente tomo la palabra en nombre de todos. En un segundo plano me dediqué a escudriñar el lugar, por si se diera el caso de un enfrentamiento poder estar preparada. Quizá hubiera algo que se pudiera usar como arma de ser necesario... o mejor aún. Un arma.

El hutt responde con una serie de borboteos que entre esa raza de gusanos criminales pasan por palabras. Sorprendentemente su criado traduce con rapidez.

El mangífico y muy leal Granganga quiere entonces hacer constar su enorme, eterna y escasamente recompensada lealtad al Imperio. Por culpa de la chusma rebelde ha sufrido grandes quebrantos y se ha visto reducido a vivir en estas terribles condiciones. Dice con toda seriedad mientras el hutt echa una larga chupada de la pipa de agua que le ofrece una de las bellas bailarinas Por toda su lealtad y sacrificio el gran y muy humilde Granganga solamente exige que se le entregue algo que legitimamente le pertenece y que sus cazarrecompensas fueron enviados a recuperar. Luego todos podreis partir a restablecer la paz con sus más profundos buenos deseos.

Escucho toda la conversación y dice que nos dejara partir cuando se le entregué algo que le pertenece, aunque aún no dijo el que.
Discúlpeme, ¿Que es eso que deben entregarle? Perdone mi intromisión, pero es por si podemos ayudardigo en tono seguro para evitar que haya problemas en estos instantes. Intentemos llevar todo de manera respetuosa.

El hutt arquea una ceja antes de soltar otra sarta de palabras que el twi'lek traduce Granganga el Hutt encargó a vuestros compañeros cazarrecompensas que recuperasen una pieza de código que es de su propiedad.  Una baratija sin importancia pero de gran valor sentimental para el muy sensible Granganga Hutt. Si se lo entregaseis ahora mismo os quedaría muy agradecido.

Veis por el rabillo del ojo como varios de los gamorreanos del fondo de la sala os miran con ojos porcinos llenos de maldad.

Wexley se sentía desnudo al no poder tener su arma a mano para defenderse. Se había enfrentado a rufianes de medio pelo, fanáticos rebeldes, droides IG y cazarrecompensas en los últimos días, y lo que menos quería en aquellos momentos era tener que enfrentarse a aquellos voluminosos gamorreanos.

-Gran Granganga, poseemos el código al que se refiere y estamos dispuestos a entregárselo -dijo, dirigiendo una mirada a sus compañeros y a los cazarrecompensas, indicándoles que era el momento de mostrar su lealtad al Hutt-. Usted y nosotros estamos en el mismo bando. Solo esperamos contar con su apoyo para aplastar a los rebeldes. El Imperio recompensará vuestra lealtad, gran Granganga.

Balon observaba un tanto ausente la conversación, con gesto serio. No le gustaba nada tener que tratar con el Hutt. Era como un cáncer que debiese ser extirpado. Si por él fuera, destruiría todo aquel lugar reduciéndolo a cenizas. Así que prefirió permanecer ausente a la conversación y dejar que fuesen sus compañeros los que intentasen llegar a un acuerdo. Mientras, permaneció alerta por si intentasen algo extraño...o más bien, algo habitual, tratándose de un Hutt. 

El hutt aparta de un empujón a la bailarina y aplaude con sus manitas cuando Marden entrega la clave con el codigo al twi'lek esta vez los gorgojeos parecen mas alegres El poderoso Granganga agradece en sobremanera vuestra amabilidad y os desea la mejor de las suertes. Lamentablemente no puede acompañaros por sufrir de una antigua lesión pero os anima a recordar su entusiasmo en el caso de que sobrevivais a vuestra escaramuza con el gobernador. Podeis ahora ya retiraros.

Termina su parlamento el mayordomo dando a entender que, para el Hutt, la conversación ha terminado.

Me siento engañado por los mercenarios. Ellos debían suponer que el hutt no negociaría con nosotros, no. Y aun puede que confiaran en que no hiciera eliminar.

Estamos desarmados por lo que les indico a mis compañeros mi opinión de aceptar sus condiciones.

Mi cara aparece extrañamente tranquila soñando despierto en que me pongo en contacto con una flota de invasión Imperial y añado este garito como uno de los blancos de las baterías turbolaser para destruir las defensas locales. Si después preguntaran porque un sitio así les diríamos que habían entrado líderes rebeldes y pensábamos que podían intentar dirigir la defensa de la ciudad ocultos aquí.

Aunque vosotros permaneceis silenciosos Marden si que levanta la voz

Ese no es el trato Granganga pedazo de babosa de espaciopuerto. Tienes tu código, ahora paganos por ello. Nos prometiste una nave con la que salir de este estercolero y mis nuevos socios quieren algunas de esas armas que se escondes en lo más profundo de esta cuadra que llamas hogar. Y volviendose hacia vosotros añade ¿Os vais a dejar mangonear por este pedazo de mierda?

Las palabras del cazarecompensas sirvieron para que la ira que llevaba conteniendo Nox surgiera de forma instantánea.

-Creo que Marden ha sido más explícita. He intentado ser correcto por nuestros intereses comunes pero parece que no lo has querido entender Granganga, por lo que te lo voy a explicar nuevamente. -Mientras hablaba el imperial comenzó a realizar cálculos y ver como acabar con los guardias. -O nos das soporte y te implicas en la caída del gobernador, o nuestra misión sufrirá una variación importante. Primero acabamos contigo, conseguimos el soporte y vamos a por el gobernador.

Nox se preparó para un inminente combate sabiendo que sus compañeros iban a respaldar sus palabras y amenazas.