Partida Rol por web

¿Se encuentra usted bien señora?. Ha de saber que soy un clerigo iniciado y tal vez si algun mal le aqueja pueda ayudarla.

Quieres decir que deja a la mujer para que la gente se prende de ella y entonces tenga un motivo para matarlos?.

¿En la posada? Uf... Tal vez no debimos dar por sentado que nos acogerían en esta casa... Pero así está bien, la tentación mejor lejos.

Yo creo que la Señora está sana...-sanísima...-Si es por lo que dije sobre que parecía cansada... lo mencioné solo por importunar lo menos posible.

Al final Alice no dejaba de ser un objeto decorativo, como un cuadro o una cara alfombra traída de lejos. Algo que Harkor enseñaba a las visitas para presumir.

Pero su comportamiento era extraño, por muy buena salud que presentase su cuerpo perfecto. La mente de Fälkeborg la relacionó con el inquieto movimiento de cortinas desde la ventana, aunque la casa pudiese disponer de sus propios sirvientes cotillas.

No le presto mucha atención a la Dama Alice en cuanto se va Halkor.

si bien tiene una belleza llamativa, lo último que quiero es que Halkor se enoje con nosotros.

Mas bien me quedo mirando la sala en la que estamos, comiendo algo del refrigerio

Alice no levanta la mirada del suelo, pero una cosa está clara. Tiene miedo, o al menos sus manos tiemblan por otras razones, pero está muy callada.

- ¿Que habeis venido a hacer?.- Su voz apenas audible como un murmullo escapa de sus labios, casi contra su voluntad.

Pues como han dicho mis compañeros, parece ser que de forma extraña la magia evita este lugar, siendo muy propicio para ello.

Si nos cuentas que te tiene atemorizada, prometo hacer lo que este en no mano.

Está drogada... o hechizada... o loca... Por muchas preguntas que hagamos no nos dirá nada coherente... Pero podemos averiguar el origen de su miedo de otras maneras...

Provocándolo, acentuándolo. No es un modo muy honesto de proceder, y Fälkeborg se recrimina por ello, pero tal vez sea la única manera en la que poder prestar ayuda a Alice, si es que la necesita.

Parche, tú eres clérigo. ¿No podrías intentar conjurar algo? Lo digo para ver si tu magia está coartada en este palacete o actúa con normalidad...

Tal vez se asuste al escuchar unas pocas palabras mágicas...

Algo así como un Hocus Pocus... Alakazam...-y suelta con toda la intención un término desconocido pero con aspecto de palabra mágica-Vërater...

Observa con atención una posible reacción a esta última palabra. Muchas personas colgaban del camino por esa palabra, y no solo la muerte, sino también la locura, podrían ser atraídas por aquel vocablo.

Miro a la mujer, me paro y comienzo a caminar por la sala mirando un poco mas el decorado; a ver si veo algo que me pueda dar alguna pista mientras hablo

Sabes, no se te nota muy tranquila, ¿sucede algo?

Antes de que la Dama Alice pudiera siquiera atinar a responderme continúo hablando

O tal vez solo estas nerviosa porque la casa tiene ojos y oídos. A mi tampoco me gusta cuando los huéspedes me espían, pero no es algo que caiga en mi control...

digo señalando el cuadro de los "Falsos ojos" de manera explicativa; pero tranquilo. Luego miro a Parche

Creo que la idea de Fälke es buena, podrías intentar un poco de tu magia para ver que tan muerta es la zona...

digo sin dejar de mirar el cuadro

Como aquellos que me ayudaron cuando perdi mi ojo, me he ordenado clerigo y pretendo ayudar a los demas. Si algun mal o pesar te aqueja no dudes que si esta en mi mano tratare de ayudarte.

Dicho esto comienza a pronunciar unas palabras en lenguaje incomprensible para el grupo que como resultado si funciona su magia surgiria luz del objeto tocado. En este caso el simbolo de madera de su deidad que lleva en colgante.

Las fuerzas de la magia de tu dios poco a poco empiezan a hacer su fruto en tí. Notas el cosquilleo habitual en la yema de los dedos cuando estás a punto de conjurar el hechizo cuando de repente una fuerza misteriosa te sobresalta. Es como una explosión, un estallido de color y una sacudida que te hace quedar postrado, habiendo perdido el aliento. No estás herido ni nada, tienes la sensación de que te hubieran golpeado con un gran palo en el estómago. Una palabra toma forma en tu cabeza... Veräter.

Parche comienza a recitar la salmodia del conjuro cuando de repente le ocurre algo. Empieza a sudar mucho, cayéndole las gotas por las patillas, hacia las barbas. De pronto hace un gesto como si hubiera recibido un duro golpe en el estómago y se queda postrado. Alice ni se inmuta ante lo raro de la situación.

- Sólo una persona puede conjurar aqui... bueno...persona y media.- La voz de Alice es débil, apenas un murmullo, casi no haya sido mucho más que un leve rumor traido por la brisa.