Partida Rol por web

Las criaturas, ante el subito movimiento, y guiadas por el sólo instinto de alimentarse, comienzan a avanzar en silencio hacia Zoren. Al principio sólo un par, luego hasta media docena, y en pocos minutos, casi 10 muertos vivientes, se agolpan bajo la posición de Zoren escarbando con las uñas las paredes en un nulo intento de alcanzarle

-¡Impresionante, hermano!--exclama para su fuero interno Aruna al ver a Zoren corriendo por los muros.

En cuanto siente que los muertos vivientes centran su atención en el cuchillo del alma, la incarnate insta al resto del grupo a actuar:

-¡Ahora! ¡Vamos! ¡Rápido, rápido, rápido!

Zisintharax aprovecha la distracción y sigue a Aruna.
 

Horian siguió a sus hermanos esperando que Zoren no se metiese en ningun lio del que no pudiese salir. Avanzo lo mas rapido y sigiloso que pudo, aunque de pronto le pareció ridiculo. Derrik llevaba suficiente quincalla encima como para atraer a la horda de no muertos. El picaro se encomendó a los dioses para que los Zombies no se girasen en mitad del avance

Los estallidos de la armadura del clérigo de Kelemvor resuenan en el pasillo mientras Adam se apresura a seguir a sus hermanos... 

Algunas de las criaturas, detectan el movimiento y con pasos torpes se mueven hacia las nuevas víctimas, pero estas, a pesar de sus armaduras, son mas rápidos y llegan hasta lo que deben de ser las celdas con el Semiorco a la cabeza.
Las mal llamadas celdas, no son mas que una serie de habitaciones, con gruesas puertas de piedra, bloqueadas desde fuera con unas barras de metal. Algunas de estas barras están un poco dobladas, sin duda por algún empujón dado desde dentro, pero aun así, cumplen con su mision

Horian vió las barras. Tenían poco tiempo, en breve un grupo de zombies aparecerían por su espalda. Aun así el pícaro se tomó un segundo para tratar de saber que había al otro lado de cada puerta. ¿Había alguien o algo encerrado aquí antes de que encerraran a tus compañeros? Preguntó al semiorco con la esperanza de no encontrarse con más problemas

No, ahi solo haber otros orcos que robar cosas, no haber criaturas - balbuceo Zelkasar, mientras comenzaba a retirar las barras de una de las puertas. Tras ella, un grupo abundante, demasiado para las dimensiones de la celda, tapo sus ojos de la repentina luz

Ante las palabras del orco Horian comenzó a quitar barras igual que hacía este. El tiempo apremiaba y su hermano estaba solo fuera de rodeado de no muertos.

-Pensaba que veníamos hacia aquí para entrar en algún sitio--expuso alarmada Aruna--Somos demasiados. Ya estamos llamando la atención de los no muertos. Hay que seguir moviéndose.

-¿Hacia dónde?--inquirió con apremio a Zelkasar.

Adam no sabe que hacer, luchar contra los no-muertos era su especialidad... pero eran muchos y quería reservar los poderes de Kelemvor... así que sencillamente se acercó hacia las barras que quitaba Zelkasar y le ayudó con el cometido. 

Los orcos, ya menos cegados por la luz repentina que entra del exterior, comienzan a salir de la celda, poco a poco y miran extrañados alrededor.

Amigos - dice Zelkasar evidentemente emocionado - yo salvar, nosotros salvar, ellos amigos que ayudarme. Yo traer armas, armaduras, pero no haber suficientes para todos - dicho esto, vuelca el contenido de la bolsa.

Uno de los orcos, de un tamaño pequeño para los canones de la raza, pone su mano en el brazo de Zelkasar - Lo has hecho bien, Zelkasar, toda esta tribu te debe ahora mucho y por supuesto a vosotros tambien - las uñas de los muertos vivientes comienzan a rascar la puerta y las paredes - Ahora armaos, guerreros, demostremos a ese malnacido que nadie toca a la tribu y se vá tan tranquilo.

Unos cuantos guerreros, los más grandes, toman las armas, pero ninguno se equipa completamente, ya que no habia para todos, asi que medio armados se preparan para la inminente batalla

Adam saca de la bolsa de contención una cota de mallas +1 que saquearon de enemigos anteriores y ayuda a uno de los orcos a ponérsela. 

Te daría mi propia espada para que nos pudieras ayudar, pero sólo un sirviente de Kelemvor puede empuñarla como es debido y dudo mucho de que ninguno de vosotros tengáis los dones divinos requeridos.

Adam acaba de ponerle la cota de mallas y luego dice: Bien nenes, ¿qué hacemos ahora?

Los Zombies, viendo que tu no eres una presa fácil, comienzan a avanzar hacia el edificio en el que se refugiaron tus compañeros, lo cual te pone un nudo en la garganta.
Un poco mas allá, justo al limite de tu visión , percibes otra figura, con armadura pesada, de color negro, que también observa lo que esta ocurriendo, y que tras unos segundos, se retira al interior de la fortaleza.
Parece que tu presencia en el tejado le ha pasado desapercibida, pero no puedes evitar que un escalofrío recorra tu espina dorsal

Los orcos, ya equipados, se sitúan delante de vosotros, justo delante de la puerta que ya empieza a ceder, dejando que los primeros no-muertos se arrastren hacia el interior, siendo decapitados rápidamente por la vanguardia orca, sin ningún tipo de reparo en que días antes, esas criaturas eran compañeros y vecinos.

Lo mas peligroso no son estas criaturas - dice el que parece el líder de los orcos - lo realmente peligroso es el nigromante y los dos vampiros que le acompañan. Nos abriremos paso al exterior, pero no creo que podamos enfrentarnos en igualdad de condiciones a ellos, por eso, zelkasar, y vosotros, con los que estamos en deuda ahora, podria ser lo que desequilibrara la balanza a nuestro favor

Los orcos comienzan a avanzar hacia el exterior, cortando, de una forma concienzuda, las cabezas de todos los Zombies que caen, para asegurarse que no habrá sorpresas. Ya en el exterior, el cielo se ha vuelto de un color oscuro, en parte por la hora, pero sobretodo por las densas nubes que se han formado y en parte, por la sombra proyectada por la gran cadena montañosa que aloja la fortaleza