Partida Rol por web

Hago doble movimiento con el escudo como parapeto ( avanzo 40 pies en total ) - " Seguidme hermanos, os llevaré hasta el mal que tengo delante " -. Con pesados pasos, afianzando cada metro ganado me acerco contra los enemigos cubriéndome de las flechas con mi fe.

Avanzo otros cinco pies hasta llegar al cuerpo a cuerpo de estas odiosas criaturas del averno, así impediré que puedan atacar con armas de proyectiles. Como he avanzado un movimiento me quedo cubriéndome con el escudo.

Mientras el paladín avanza...el semielfo puede ver como un goblin sale de entre las cajas del final con la intención de separarse del paladín para poder dispararle con la ballesta, los demás trasgos disparan desde sus posiciones... Pero la armadura del paladín es difícil de penetrar.

Al final del pasillo se encuentra una puerta de salida que está cerrada. Esta vez los goblins no cargan sus ballestas pensáis que se disponen a un combate desesperado cuerpo a cuerpo contra el hombre de hierro.

El paladín avanza... otra vez escucháis desde la oscuridad como se disparan tres virotes pero vuestro compañero no profiere ningún grito de dolor. Os parece que su armadura es impenetrable como ven sus enemigos que con voz nerviosa empiezan a pronunciar frases cortas que pueden representar el desánimo de los goblins, pero esta vez no escucháis cargar sus ballestas.

- Es hora de avanzar!.- dice al no oir las ballestas recargarse. 

- Venga Bast empieza a repartir cariño, muajajajaja.- dice gritando colocándose a su lado, preparado para repeler cualquier ataque.

Al moverse el trasgo que tengo a mi lado aprovecho ahora que me deja su flanco indefenso, sin embargo mi empeño en tapar mi cuerpo de sus proyectiles hace que mi espada ni siquiera roce su pequeño y malvado cuerpo.

Unnh...

Malherido por el virotazo recibido en su hombro, Alaric se recuesta un momento contra la pared tras el amparo de un barril. Pese al dolor, se arranca el virote del hombro y lo tira al suelo. Poniéndose la mano en el hombro, susurra para si mismo.

Sagrado Pelor, así como tu luz sagrada guía mi camino, que también restituya mis fuerzas. Así pueda ser yo, en tu nombre, la luz que ilumina el camino a mis compañeros.

Sintiéndose restituido, Alaric retoma una pose defensiva y avanza hasta donde se encuentran Ingvar y Bast.

Algo parece estar combatiendo con Bast pero no lo veis, el clérigo se ha puesto entre las cajas y su luz queda obstaculizada por las pilas amontonadas que cubren los diversos espacios de la sala, dejando estrechos caminos laterales que convergen al pasillo principal.

Saik avanzó sorteando las pilas de cajas por el angosto pasillo, con sus pupilas contraídas cual felino en la noche la poca luz que se dejaba entrever entre las cajas le daban lo necesario para distinguir amigo de enemigo. ¡¡Agachaos!! - gritó mientras lanzaba una descarga sobre el trasgo que había logrado localizar al final del pasillo. Una vez realizado su disparo, el explorador se ocultó con gracilidad tras las cajas en el lado contrario al del clérigo. http://pyromancers.com/media/view/main.swf?round_i...

Con la luz que sale del martillo de Alaric alcanzo a ver una figura que suelta algo que tiene entre las manos y se lanza a por Bast.

-Este es mi momento- pienso. 

Salgo corriendo hacia la figura pero antes de que pueda alcanzarla, escucho un zumbido que acaba bruscamente seguido de un gemido de dolor. Veo como Alaric cae entre las cajas, lo que me impide seguir viendo a la figura a por la que me había lanzado.

-Levanta el martillo Alaric, no puedo ver nada.-

Mientras termino la frase me coloco tras Bast para evitar los posibles virotes enemigos y trato de buscar alguna ventana cerrada, o algo por lo que pudiera entrar la luz. 

No consigues ver ningún tipo de ventana pero notas un leve resplandor que sale de una de las cajas. Al mirar dentro de ella encuentras 2 pociones de Curar Heridas Leves y 2 de Neutralizar Veneno.

Turno 3

El trasgo 1 sigue con la ballesta pero ahora no tiene posición de tiro ya que el orco se interpone entre sus virotes y el paladín, aún así espera a tener línea de tiro...

Los virotes rebotan contra mi cuerpo de hierro, las armas son bloqueadas por mi escudo, y mientras espero, espero, busco con mis ojos el momento propicio, veo como el orco deja su defensa descubierta y es entonces cuando con un rápido sesgo, lanzo mi espada larga contra su cuerpo esperando sorprenderle, ya que si mis conocimientos sobre estas criaturas no me son erróneas, tras decapitar al jefe, los trasgos perderán su aplomo, - " Muere alimaña, que tus soldadillos vean lo que les va a deparar cuando termine contigo " -

Seguís escuchando las armas de los enemigos chocar contra el paladín una inmensa mole suena - plaff - al ser derrumbada, por lo demás todo sigue igual con ninguna luz para el combate.

Los dos trasgos se lanzan al ataque tras ver a su compañero orco caer ante la espada del paladín, ambos atacan con sus mazas pronunciando nombres indescifrables para vosotros, pero sus ataques son fallidos no encontrando ningún tipo de abertura en la protectora armadura de su enemigo.

Ya recuperado el aliento, Alaric pudo oír como un enemigo bastante grande caía al suelo, derribado por la espada de Bast. Por la descripción que había dado antes el paladín, sospechaba que sería el líder de las viles criaturas. Estas además, habían cargado con la imponente armadura andante al ver que sus ballestas eran ineficaces. Una estrategia no muy inteligente, pero qué se puede esperar de criaturas menores de la oscuridad...

Era el momento de actuar. Alaric se abrió paso junto a Bast e intentó deslumbrar a las criaturas con la luz que proyectaba su escudo, que hasta ahora había estado desaprovechada con la multitud de cajas y obstáculos. Esta maniobra tenía también como fin iluminar a los enemigos para que sus compañeros pudieran actuar y poner fin a este incómodo encuentro.

Localizando al enemigo más cercano, Alaric intentó alcanzarlo con su maza...

¡Muere, vil criatura! ¡Que la llama de Pelor os haga arder en el inframundo!

...consiguiendo destrozar el escudo del trasgo y hundiendo la maza en su cráneo, cayendo así al suelo de inmediato el cuerpo inánime del pequeño humanoide.

Pese a la escasa experiencia en combate real del clérigo, el ímpetu de su fé había guiado su mano. Esperaba que esto inspirase a sus aliados.

Viendo como el clérigo acaba con el enemigo avanza hasta ocupar la posición entre cajas donde yace el trasgo con el cráneo hendido- ¡Cuidado Alaric! - dice el semielfo mientras tensa el arco. Cuando éste se aparta ligeramente de la trayectoria, libera la flecha en dirección al trasgo restante.

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Alaric hinchándose de valor avanza, sabe que si no va el primero aquellos montones de cajas apiladas serían una trampa mortal para sus compañeros además de dejarlos en la más absoluta oscuridad. El clérigo recordando su vocación y finalidad de destruir el mal y cuidar de sus semejantes consigue que sus convicciones se sobrepongan al temor del combate.

(Para Alaric) En cuanto consigues sobrepasar al paladín ves el cuerpo muerto de un orco y dos trasgos a ambos lados que seguían siendo los únicos responsables de la trifulca, sin pensártelo te pones encima del cuerpo fallecido del orco y consigues arremeter con tu maza al trasgo de la derecha, provocándole una muerte inmediata debido al daño del golpe que hunde la parte golpeada de inmediato.

Saik el semielfo lo tenía más fácil ya que sus agudos sentidos no necesitaban de tanta luz para poder buscar a los responsables, avanza hacia donde está Alaric posicionándose justo encima del cadáver del trasgo que yacía al lado del clérigo. Desde esa posición da un certero flechazo que acaba con la vida del trasgo situado en el extremo izquierdo.