Partida Rol por web

Al ver tal panorama e incluso con las ideas de Tiki puestas encima de la mesa, Gauche observó a aquel soldado con cierto deje de curiosidad - No nos buscan. Si estuvieran buscándonos a alguno, "herederos" - matizó las comillas con los dedos - incluidos, habría una patrulla, no solo un soldado. Pero es raro ver a un soldado venir por placer a una parte tan baja de la ciudad. Debemos ir con cuidado, aproximémonos para escuchar que ocurre y en caso de ser algo importante, Tiki entrarás en la posada y trata de ver si necesitan ayuda - A pesar de su fama de ladrón, no parecía que Gauche llegara a ser malo del todo... O igual actuaba por propio egoísmo.

Como fuera, si os aproximabais al lugar más y más la voz de aquel soldado se hizo presente para vuestros oidos.

-De verdad señora Naysse, no puedo tomar nada. Estoy de servicio actualmente y aunque sea beber junto a quien debo proteger, no me lo perdonaría si eso afectase a mis cualidades para ello. Que tenga el escudo de mi padre no me excusa de usarlo sin habilidad. Pero de veras gracias. Quizás otro día que no esté de servicio acepto esa copa - Por lo que parecía, el soldado estaba de servicio y protegiendo a alguien que estaba reunida con Naysse o a quien la susodicha estuviera sirviendo, pero al mismo tiempo parecía amigable, quizás hasta alguien conocido por la tabernera

— Es similar al asunto de los elegidos, sí, en el sentido de que hay muchos más mitos que certezas alrededor de la existencia de los chamanes, y que por lo mismo muchos creen que fuimos los responsables de catástrofes en el pasado o que lo seremos de las del futuro, pero en realidad tenemos la misión de ayudar… — explicó a Hans que en ese momento le recordó hasta cierto punto a Senca y hasta a ella misma, pues el topo también parecía haber crecido apartado de muchas cosas, quizás debido a su raza — … o eso es lo que quiero yo al menos, y lo que quiere mi maestra también — dijo refiriéndose a Naysse, pues tampoco conocía a muchos más.

Para cuando el contrario habló de retar a la princesa, Tea se estremeció y se preocupó un tanto, ya que no sabía hasta donde podía llegar el geomali para saciar su inquietud, pero por suerte pronto este mismo al parecer desestimó la idea así fuera de momento.

— Eres consciente, eso me agrada… y gracias — la Cobb aprovecho para externarle a Hans tras escuchar el resto de su razonamiento, cosa que le dejó ver que la pequeña criatura era bastante confiable o al menos que sabía controlar sus impulsos; además de lo anterior la chica le sonrió y por un momento quiso volver a darle una palmadita en la cabeza, sin embargo solo aguantó porque no sabía cómo se lo tomaría.

*****

En aquel discutible privado asintió de cara a Hans, mismo que comprensiblemente se mostró confundido, ¿estaría enojado con ella por no decirle antes? Con las facciones de un topo era difícil saberlo…

— Está bien, te prometo que así será — pese a todo Tea aceptó ya que sus planes eran similares, al fin y al cabo la llamada Saray le despertaba cada vez más curiosidad no solo por las esperanzas que tenía el geomali sobre ella, sino también por el hecho de que estuviera con Naysse.

— Así fue — le contestó luego al mismo excavador pero ya en voz alta, confirmando pues su versión, aunque en paralelo la chica no pudo evitar notar que el joven Max los observaba; desde su posición la chamán intentó figurarse lo que pudiera estar pasando por la mente del príncipe en ese momento, mas no lo logró.

¿Tan pronto se vería inducida a sacar el tema que le confió la espadachina? ¿Acaso Max realmente era confiable?

Independientemente de lo anterior, ya al llegar al trono como tal su cara fue una de las que más asombro mostró, pues Tea no estaba precisamente acostumbrada a imponencia y lujos de ese calibre por mucho que hubiera leído incontables historias sobre monarcas en sus castillos; a causa de esto se dejó llevar y se distrajo admirando los alrededores por más tiempo del que le gustaría reconocer, tanto así como para no notar en primera instancia a la figura central del reino y al que parecía ser su consejero, no obstante al hablar el rey, la chamán no tardó en ponerse firme y ya dedicarle toda su atención al tiempo que en su rostro se dejaban ver sus nervios.

Huelga decir que las palabras de Magno no ayudaron para nada a que se tranquilizara, eso sin contar que una vez más hicieron obvio el posible error de que decidieran ir allí Senca y ella aun cuando a ojos del rey no debían ser personas “especiales”. Tea miró entonces de soslayo a Helga y a Hans, luego a Senca, preguntándose si este último sabría cómo reaccionar a esa situación dado lo que habían platicado antes, y quizás por ello fue que la humana terminó encontrando un mínimo de calma para intentar justificar su presencia allí…

— Disculpe que hayamos venido sin aviso, Su Majestad — para eso dijo primero que nada mientras hacía una pronunciada reverencia — Mi nombre es Tea Cobb, y además de ser mercenaria soy una investigadora… incluso podría decir que mi motivo principal es reunir información y no el dinero como tal — luego agregó. — Vine con la señorita Helga porque creí que podría ser necesaria mi presencia para explicar algunas cosas, además de que quería presentarme ante usted para darle mis respetos y ofrecer mi ayuda en posibles investigaciones, futuras, si me lo permite — volvió a hacer una educada reverencia. — Él es mi compañero de trabajo, vino aquí acompañándome pues viajamos juntos — luego introdujo a Senca con ganas de ayudarle, como lo había prometido.

Tras decir eso se retiró un par de pasos y ya dejó espacio al geomali y a la uromaki pues, independientemente de lo que pensara el rey de ella, Tea no estaba encargada oficialmente de nada ni era conocida. Eso sí, mientras trataba de mantener un bajo perfil resaltaría que al parecer estaba demasiado emocionada, agitada incluso, así como un poco ruborizada por lo que suponía conocer a una figura de tal calibre.

Para su peculiar introducción se basó, como era de esperarse, en historias que había leído cuando vivía dentro del faro, pues en las mismas solían tratar a los monarcas como si fueran existencias por encima de todo, siempre pidiéndoles permiso para actuar y mostrándoles continuo respeto. Ahora el asunto era si la teoría coincidiría o no con la práctica…

— Nunca lo consideré una prisión — pensó — Si bien mi sueño era ver el exterior; creo que Maxine podría estar llevando una carga muy complicada sobre sus hombros, que a pesar de su dureza posee un buen corazón, p-pero no sé cómo ayudarla sin poner en riesgo a los otros, ¿maestro, qué debo hacer? — acto seguido agregó en sus pensamientos, sin duda sorprendida de tener una visión así, pero incapaz de poder dilucidar si se trataba solo de su imaginación o de algo más.

Fuera cual fuera el caso, en ese momento la Cobb sintió un extraño calor dentro de sí pues recordó a sus días con ambos tutores, cuando era más ignorante del mundo pero a su modo disfrutada; el decir que no los añoraba sería mentir, así como también lo sería fingir que no estaba desesperada por algo de orientación, no obstante al acercarse a Bastian este desapareció sin más, dejándola tan confundida o incluso en mayor medida que antes.

¿Acaso todo había sido su imaginación?

Helga caminaba por le interior de la sala. No le llamaba especialmente la atención ya que había estado allí, además para ella las salas de los sabios de su tierra eran mucho mas impresionantes, por ello miro de reojo a los demás compañeros del grupo para ver si estos se sorprendían y ver sus reacciones. Fue cuando llegan frente al Rey que esta hace una leve reverencia. Como era de esperar el rey pregunto por la presencia de Tea y Senca, ella iba a hablar cuando Tea lo hizo, la mira de reojo escuchando lo que decía mientras pensaba:

¿Pero no puedes esperar? Se nota que has estado todo el tiempo en el faro… seguro que se estropea todo…

Fue cuando esta termino que Helga dice:

Majestad… es justo como ella ha dicho, se trata de una investigadora que contrate ya que considere que no solo era necesaria la protección sino también contar con mas opiniones para analizar lo que nos encontrásemos en el interior de las ruinas. Pero ante todo le agradezco la preocupación, lo cierto es que salvo uno de los mercenarios que dio su vida para protegernos a todos y que sus hijos pueden corroborar todo estamos bien, a esto también el señor Hans colaboro.

Se queda unos segundos en silencio y entonces empieza a hablar de nuevo:

Majestad… hemos llegado a una conclusión y es que aquellas ruinas estaban pensadas para que los elegidos acudieran a ellas y murieran… sin duda son una trampa creada por los dioses para que no tengan éxito en su misión, porque créame y sus dos hijos pueden dar fe de lo sucedido, aquellas criaturas y lo que sucedió en aquella sala de las ruinas solo pudo ser obra de un poder muy superior.

-Puedo entender eso. También hay muchas cosas que se dicen de los Geomali, pero no todas son ciertas. Pero si tú dices que ayudar es su cometido, entonces no somos tan diferentes. Los chamanes y geomali -Asintió el pequeño topo ante el notado paralelismo, y al ver que Tea sonreía, Hans correspondió el gesto y asintió-. Estoy para servir -dijo el topo un poco más animado. Con todo lo que había pasado en tan poco tiempo, era bueno tener a alguien en quién confiar.

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Sin más que solo asentir a lo acordado con Tea, Hans vio con curiosidad como Senca parecía discutir algún asunto con el príncipe, pero así como han viajado juntos, supuso que sería la despedida hacia un amigo, de cualquier manera, él tenía su propia conversación con la realeza, en forma de la contestación de Maxine. -Entonces, no es directamente tu cargo, sino una estrategia de guerra -El Geomali se vio pensativo en ese momento-. Eso significa que si el Rey cambiara de táctica, podrías seguir siendo princesa y ser parte del ejercito -Miró a la Maxine con curiosa expresión, tal vez la lógica del topo no era la mejor y se equivocaba, pero al final se desestimó a el mismo-. Perdona, no he dicho nada, es que con mi gente, los fuertes luchan al frente siempre, no importa quienes sean, y a veces me parecen extrañas las costumbres de otros, eso es todo -Se disculpó el topo antes que todos entraran en la gran sala con la máxima autoridad del sitio, aunque también trataría de meditar en la anterior mirada sospechosa de Max.

Frente a la sala con el trono, Hans hizo una reverencia tan elegante como podía. -Rey Magno de Trayerta, Iramus, el gran mago -Saludó de esta manera a los importantes hombres, para después escuchar sus palabras, y después prestar la misma atención a la presentación de Tea. En la cual vio movimientos muy raros como hacer muchas reverencias y mostrarse de lo más servicial, haciéndose preguntar si él mismo estaba haciendo mal en comportarse de manera tan formal según sus estándares de Geomali.
Hasta llegados a Helga fue que empezaron las explicaciones, y la teoría que la Uromaki manejaba parecía bastante lógica.
-Nargu. Ese era su nombre. El del mercenario que los salvó a todos -dijo Hans viendo al rey sentado en el trono-. Cuando llegué a las ruinas, tanto ellos como el príncipe y la princesa estaban siendo perseguidos por esos monstruos. Nargu se quedó atrás y usó su magia para crear un muro, pero no fue suficiente para detenerlos, pero gracias a lo que hizo todos pudieron salir de las ruinas y yo pude usar la conexión de mi raza con la tierra para sellar el lugar y a si proteger a todos los que Nargu quería que estuvieran a salvo -Bajó la cabeza por un momento, pero pronto se reincorporó y volteó brevemente hacia la uromaki-. Apoyo lo que dice Helga. He estado en muchas partes, peleado con muchas criaturas. He luchado contra monstruos débiles, fuerte y muy fuertes, y esos estaban muy por encima de todos ello juntos -Hans dijo con seriedad tanto al rey como a su consejero-. Si esas criaturas existen para matar a los elegidos, no creo que tuvieran problemas para hacerlo, así como acabarían con cualquier otra criatura a su paso.
 

La espadachina asiente, de acuerdo al plan, aunque de estar sola hubiese tenido que tomar otras medidas en caso de necesitar proteger a Naysse que servirse de los poderes de Tiki, pero ya escuchado que la situación no es peligrosa, al parecer, la aparentemente jovencísima espadachina se acerca al hombre de la puerta y pregunta con tranquilidad:

- Disculpe, señor, ¿se puede pasar? -pregunta tranquilamente, con educación, poniéndose frente a la puerta y tratandod e ver quién hay dentro.

Tiki asintió ante las observaciones del ladrón. Tenía razón. Cuando querían detener a alguien, nunca iba un solo soldado, así que debía de tratarse de otra cosa. Aun así, era importante que no vieran a Gauche ni, en menor medida, a ella misma.

—Dalia se acercará para escuchar qué ocurre sin que la vean. —¿La había llamado Tiki? Pero ¿no había dicho que mantendrían sus disfraces?

Viendo que la espadachina se acercaba directamente a la entrada sin ningún disimulo, Tiki echó a volar a una altura considerable, la suficiente para quedar por encima de la puerta y que solo pudieran verla si levantaban la vista. Se apoyó sobre el marco de la puerta, procurando no hacer ruido y escuchó la pequeña conversación. No parecía que estuviese ocurriendo nada malo. De hecho, el soldado debía de llevarse bastante bien con Naysse.

La mimali continuó escuchando, atenta a cómo se desarrollaba la situación. Por el momento, no parecía ser necesario que entrara.

Al mirar la expresión de Max mientras hablabais vosotros dos por lo bajo, pudiste discernir que el chico os había escuchado, pero su expresión denotaba que parecía no entender exactamente que eran lo que significaba vuestras palabras, es por ello que estaba pensando para intentar relacionarlo con algo que supiera, y si el principe era inteligente, que lo era, pronto relacionaría a Tea con los chamanes.

-La princesa Maxine solo tiene ansias por la lucha... Aunque si que es verdad que demuestra una gran responsabilidad hacia su hermano. Y quizás una gran obediencia hacia su padre. Ayudarla podría ser simple, o un gran error. Pero Tea, eso depende de ti. Nosotros solo podemos interceder en el faro, y realmente ya hicimos todo lo que pudimos. Ahora es tu turno demostrar el ayudar tanto a Maxine y Maximiliam a cumplir sus sueños o sus deberes. Confío en que sabrás tomar la decisión correcta - Bastian se marchó antes de siquiera oir tus palabras, pero era obvio que te estaba escuchando, sino Nayra jamás hubiese aparecido.

-No es una estrategia - remarcó la princesa al oir hablar al Geomali - Es una ley impuesta. Ley que solo los reyes pueden modificar. Alguien de sangre real no debería acceder a un puesto de alto prestigio, ni aunque sea su sueño. Total, el rey es sabiduría, es fuerza y gallardía, pero sobre todo es protección hacia todos los que viven tras los muros de su gran ciudad... - Obviamente aquellas palabras salieron de su ser con cierto resquemor. - Y antes de que lo preguntes no... Mi padre jamás cambiará esa estúpida ley y yo jamás seré reina, ni me van los vestidos pomposos, ni los bailes de salón ni se me daría bien serlo. Por ello Max debe ser el futuro rey. - Dejado claro todo aquello de cara al pequeño topo, la princesa continuó el camino hasta que poco a poco entrasteis al salón del trono.

Huelga decir que Max al escuchar todo aquello bajó la cabeza en señal de tristeza y pena por su hermana.

Pero ya en el salón del trono y explicando de primera las respuestas a la pregunta del rey, en este caso fue Iramus quien dió un paso adelante - Si es así pues, debeis de responder ante mi en todo caso, pues es mi deber valorar los conocimientos adqueridos en las ruinas, así como compararlos ante los cuales ya tenemos y dar un veredicto frente a la vericidad de los mismos... Todo por su puesto si su majestad le parece bien - En este caso, sin saltarse el protocolo, Iramus quedó un paso por delante del rey, pero se dió la vuelta a esperas de que el propio le diera su visto bueno.

-Supongo que en este castillo no hay nadie que más sepa que tu Iramus, no obstante, si tengo algo que mentar habrás de asumirlo - Con un asentir que parecía más una reverencia que otro gesto, el mago aceptó - En cuanto a la presencia de la investigadora y el mercenario Kazibara, supongo que están más que justificadas, por ello no os preocupeis. Proseguid por favor. - Dando pues pie a que continuarais informando Iramus se dio la vuelta y os empezó a observar con cierta altanería.

Tras escuchar todas vuestras explicaciones, Iramus se mesó la barba antes de mirar directamente a los principes - Sus informes son correctos. - mencionó Maxine - El mercenario que perdió la vida era... alto y grande, fuerte pero a la vez resistente, aunque muy callado y misterioso. Usó el elemento de la tierra, por lo cual pienso que sería un elementalista. - Aún a pesar del juicio de Maxine, Iramus seguía incredulo ante las palabras, ante lo cual dijo - Maximiliam, va siendo hora de poner a prueba tus poderes.

Max se tensó y practicamente erizó por un momento - S-si ma-maestro... - y con aquellas palabras se puso delante de vosotros dandoos la espalda. Max abrió un libro buscando un hechizo y con la mano que le quedaba libre cogió unas cuantas esencias de Magia no elemental - Etaercer enoisiv ni siropmet itiretearp - Debido al silencio generado en la sala cuando el principe hizo acto de protagonismo, el hechizo se escuchó resonando como un eco en todo el lugar y poco a poco delante del chico empezó a crearse la formación eterea casi, por no decir practicamente exacta, a la real de Nargu.

Allí delante vuestra y sin practicamente ni un atisbo de que fuera irreal o un espiritu, Nargu se alzó ante vosotros. - otnemom omina tirenimem taviv - sin que os dierais cuenta Max había cogido más esencias y conjuró algo más y poco a poco pudisteis ver de nuevo la escena donde Nargu se sacrificó y acto seguido las criaturas lo rebasaron. Iramus hizo otro hechizo que no pudisteis escuchar y Max calló de rodillas al suelo siendo rescatado por su padre, demostrando que el rey no era solo una corona en un hombre, sino también sentimientos detrás. Max estaba llorando y su padre consolandolo practicamente arrodillados ambos delante vuestra - De llegar a saber que el momento fue tan desagradable no te lo hubiera permitido Iramus - La princesa obviamente había desviado su mirada.

-Lo lamento su majestad, en ningún momento mi intención era que mi discípulo sufriera. - Sus palabras parecían reales, pero donde veiais a la familia afectada, el mago en su disposición estaba observando a las criaturas que había logrado congelar del propio hechizo de Max - ¿Estos son los seres que mencionabais? Sin duda... no son seres de este mundo... En ningún lugar de Sansóläis habitan siquiera criaturas meramente similares a estas. He de suponer pues que vuestra historia es cierta... No obstante, si era una trampa para los elegidos de los dioses... ¿Como habeis activado la misma trampa sin ser vosotros los herederos de los sellos donde su poder esta guardado?  

Sin saberlo, vuestra información había sido usado en vuestra contra poniendoos en jaque no solo de Iramus, sino de Maxine quién de estar triste os lanzó una mirada acusadora y el rey tras mirar a Iramus y pensarlo un segundo os volvió a mirar a vosotros - Explicadlo por favor - si os fijabais meramente un poco en Max, este pasó de estar triste por el recuerdo de Nargu a estar asustado y como buscando una salida...

Al iros acercando al soldado, Gauche fue el primero que empezó a hacer gestos de no creerse que Anya estuviera acercandose, hasta que fue demasiado tarde y entonces el optó por empezar a acercarse, más aún después de oir lo que oiría de parte del soldado - ¡Oh! Lo siento señorita, no era mi intención obstaculizar el paso frente al ocio del resto de ciudadanos de Trayerta. Le ruego me disculpe y por favor pase sin ningún problema. De hecho no repare en mi, estoy de servicio pero no por la taberna en si - Al girarse el soldado, Anya pudo ver a un hombre bastante fornido que parecía cuanto menos fuerte para recibir golpes. Tiki si se asomaba podría lograr verlo.

Acto seguido y cual caballero, el soldado se apartó haciendo una leve reverencia al mismo tiempo que le ofrecía entrar haciendote un gesto con la mano. Nada más apartarse, podías ver Anya y Tiki si se metía, a Naysse sonriente como si fuera su día a día - Vaya Anya. Que alegría verte, pasa y toma asiento. ¿Vienes tu sola? - Junto a ella encima de la barra pudiste ver a una geomali de tipo armadillo rosa que se volteó a verte con curiosidad ladeando la cabeza cual una pequeña gatita.

-Oh, no te preocupes por ella. Es una vieja amiga... Bueno, no tan vieja. Se llama Saray y ha venido hace unos cuantos días atrás para hablar con su majestad, aunque ahora parece estar esperando a un compañero suyo ¿No es así? - La información que dió Naysse parecía ser demasiado estricta y forzada, casi como si estuviese esperando que lo supierais de antemano ya... Igual Tea sabía algo, pero ahora no podríais intuirlo. La Geomali miró a Naysse y luego a ti y asintió - Si... Hans se fue hace tres días y aún no regresó... Espero que esté bien - casi como una niña pequeña, la Geomali lo mencionó así sin más y Naysse rió - Pero mujer, ya te dije que seguro que si.

Si mirabais en algún momento al soldado podiais daros cuenta de que vigilaba más a la armadillo rosa que a Naysse... Igual significaba algo.

Por fuera Gauche miró a Tiki con un suspiro tras oir algo - Bueno Dalia, toca comer - y como si fuera lo más sutil del mundo y metiendose en su papel de seguidor de Terrano, el ladrón trató de entrar a la taberna con exito pues el soldado no dejó de mirar a Saray.

— Pero si fueras reina, ¿no podrías cambiar el paradigma al completo? Me refiero a lo que significa, a lo que se espera de alguien en ese puesto, e incluso sus debes y obligaciones… — Tea quiso aportar a la plática entre el geomali y la princesa, huelga decir que su perspectiva era por demás soñadora y extendida desde la posición de alguien que obviamente no había tenido que someterse a demasiados protocolos sociales en su vida, menos aun de tanta importancia, sin embargo no por ello la Cobb se veía menos sincera o sin ganas de ayudar, aunque eso sí, aquello lo había dicho no solo por los sentimientos que parecían conflictuar a la princesa. En ese momento, pues, la chamán se fijó en el mentado heredero que tampoco se veía muy conforme con lo que le tocaba…

*****

Pronto se hizo claro para la chamán que tanto Helga como Hans tenían mucha más experiencia en el ámbito social, o al menos interactuando en situaciones de esa naturaleza, de modo que Tea se alegró de haber retrocedido. Con lo que no se sintió tan tranquila fue con lo que sucedió una vez que Max llevó a cabo aquel maravilloso despliegue de habilidad mágica; ciertamente la humana no habría tardado en mostrar su interés y quizás hasta en hacer preguntas dadas las condiciones correctas, sin embargo en el presente eso no se antojaba posible, primero por las emotivas reacciones de la familia Yaran y luego por las dudas que surgieron respecto a cómo fueron empujados hacia la situación que precisó del sacrificio de Nargu.

En ese momento a la chamán se le secó la garganta y hasta perdió un poco de fuerza en las piernas, mas se esforzó tanto como pudo para no reflejarlo o al menos no hacerlo tan obvio. Si Maxine o alguno de los otros dos mayores decidían que era buena idea atacarlos, todas las probabilidades estarían en su contra.

Miró entonces a Senca pues recordaba haberle escuchado hablar de su naturaleza violenta según qué casos, algo que, si salía ahora, con gran seguridad les traería aún más problemas… ¿pero cómo evitarlo?

Por otro lado al llevar su vista al frente la Cobb reparó en las espaldas de los otros dos elegidos, Helga y Hans, quienes desde un inicio habían mostrado un mayor sentido común, ¿sería la Uromaki capaz de utilizar el relato que ella misma había contado para cambiar la perspectiva de los ajenos, o bien el topo podría dar un giro aprovechando su tardía incorporación?

Como investigadora, si hablaba en ese momento, Tea podría dar detalles sobre cómo activaron la trampa, pues al fin y al cabo ella estaba con Tiki cuando eso sucedió, no obstante ahora la presión la estaba acobardando pero al mismo tiempo estimulando en ella cierta cantidad de sentido común, por lo que mejor esperaría* a escuchar las respuestas de los otros…

— C-creo que ella es una persona dura y ruda, pero no malintencionada, solo tiene convicciones muy marcadas — dijo cabizbaja — …Y un gran conflicto sobre ella — no tardó en agregar. — El príncipe no está libre de algo similar, pero él es mucho menos efusivo en cierto sentido; en verdad quisiera ayudarlos… — suspiró.

— No, más bien, mi decisión es que intentaré ayudarlos — pero luego se reafirmó, ya de cara a Nayra que se mostró un tanto más cálida. En ese momento Tea sonreía pero a la vez mantenía el ceño fruncido, como si ver a sus tutores le hubiera inyectado determinación. — Yo creo firmemente en que los sueños cumplidos son la fuerza motriz detrás de los deberes hechos a conciencia, dando lo mejor; me esforzaré al máximo — aseguró.

Pensando en eso y en los misteriosos interventores que acaba de ver fue que dijo aquellas palabras hacia Maxine…

La respuesta de Maxine en definitiva había informado del todo a Hans, haciendo que incluso su semblante tomara un tinte más serio, aún así cuando abrió la boca para objetar la lógica pregunta después de lo que había dicho la princesa, esta última se había adelantado a su reacción y de antemano tuvo una contestación. -Si se trata de la ley, y eso es una materia que solo el propio rey podría hacer algo, entonces, creo que no hay nada que se pueda hacer -El geomali se encogió de hombros, aunque no por eso se veía desganado ni molesto, al contrario, hasta había una leve sonrisa en su hocico.
También se vio curioso ante la cuestión que exponía Tea, si el ser reina era un opción para Maxine, bien valdría la pena considerar esa vía para alcanzar sus sueños.

El pequeño topo había volteado hacia Max con tan extraña expresión, y en una observación más intensa, una inesperada percepción llegó a él, acompañada con su respectiva consecuencia, pues abrió bien los ojos y brevemente miró hacia la chamán. Si lo que creía era cierto, eso no podía ser una buena señal, pero comunicarlo ahí y en ese momento no sería la mejor idea, así que de momento lo calló.

Estando ante la presencia del rey, fue testigo de primera mano de como Iramus hacia las suertes de un juez sobre la historia narrada, incluso mandando a Max a que hiciera una recreación de los hechos en cuestión, habilidades que hicieron que Hans se sorprendiera. Resultaba que era un discípulo del gran Iramus, se preguntaba si su magia sería igual de temible, y es que con la fiel definición de todo lo que manifestaba, al grado que hizo parecer como si el propio Nargu estuviera ahí frente a todos, no era para menos. Pero entre tanto, lo más temible fue el revivir una vez esa experiencia ocurriendo frente a todos, con la misma tragedia e impotencia, tanto que hasta hizo que Max fuera rebasado por sus emociones y llorara. El propio Hans también estaba afectado, pero no lagrimearía, no desviaría la mirada. Fue testigo de lo que pasó con eso, con Nargu y lo de la cueva, y después de aquello, no podía darle la espalda a lo que pasó.

Llegó entonces el momento de la inevitable pregunta. El topo tenía una respuesta para ello. No era una agradable, pero era lo que había. -Eso fue debido a un detalle que no he mencionado aún -el geomali dio un paso al frente mirando a Iramus-. Y es que Nargu, el héroe que los salvó, él era un elegido de los dioses -dijo Hans sin titubear-.Llegué ahí solo momentos antes de la tragedia, pero solo con eso me bastó para darme cuenta. El muro de tierra que construyó con su magia, fue algo demasiado repentino y poderoso, digno de elegido. Y si bien yo sellé la entrada de las ruinas, fue por el don dado a todo geomali por Terrano. Nargu, como pueden ver, no era un geomali, pero parecía tener un don para mover la tierra -Bajó un poco la cabeza por un momento, con una actitud igual decaída, solo para volver la mirada hacia el consejero real-. Estoy convencido que el último esfuerzo que hizo para protegerlos a todos, fue porque en verdad confiaba en sus dones para lograrlo. Por ser un elegido.

Aquella reacción del soldado confirmaba que no ocurría nada grave, y que, de hecho, éste era amigable. La mimali echó un vistazo rápido desde encima de la puerta, que le permitió ver el aspecto del hombre. Parecía alguien contra quien no convenía pelearse cuerpo a cuerpo.

La espadachina entró en la taberna sin problema. Mientras tanto, Tiki escuchaba la conversación, a la vez que miraba hacia Gauche, esperando instrucciones. Éste no tardó en indicarle que podían entrar, por lo que ella revoloteó hacia él y se sentó grácilmente sobre su hombro, adoptando una postura serena y entrando junto con él en el edificio.

Además de Naysse, en el interior se encontraba una geomali, que al parecer se llamaba Saray… ¿No era esa la compañera de Hans? Y parecía preocupada por él.

—Saludos, Naysse —saludó desde el hombro de Gauche. Luego miró hacia la geomali—. Saludos, señorita Saray. Maese Frederik y Dalia somos, seguidores del templo a Mimali y Terrrano —saludó, mientras hacía una delicada reverencia—. No se preocupe. El señor Hans se encuentra bien. Acaba de llegar a Trayerta y ha emprendido su camino hacia el castillo, con el objeto de informar al rey —explicó con voz tranquila, manteniendo las piernas cruzadas en una postura elegante. Debía adoptar su papel de acólita servicial, y no estaba bien guardarse información sabiendo que ésta serviría para tranquilizar a los demás, ¿no?

La espadachina observa al guerrero de arriba a abajo con un tinte curioso. Sin duda, un estilo muy lejano al suyo propio, pero... Indudablemente imponente. No puede evitar sentirse un poco... extraña en su presencia. En el momento de girarse, algo se le sacudió un poco, aunque a fin de cuentas es muy distinto de Ya'Tse o Niero. Ese es el momento en el que se puede notar un poco la juventud de Anya, que se sonroja ligeramente ante el trato que le da, aunque intenta disimularlo pobremente con un ligero carraspeo y desviando un poco la mirada.

- Ya... Gracias. -le dice, accediendo al interior sin volver a mirar al frente hasta que Naysse le pregunta- Eh... Sí. Digo, no. Han venido... -se queda un segundo callada, tratando de recordar los nombres falsos que curiosamente llevaba usando todo el viaje, pero antes de que le vuelvan a la cabeza, para no dejar la frase en el aire, concluye- ...los religiosos. -comenta.

En cualquier caso, Tiki entra al interior y aclara la situación sobre Hans. Ella también recuerda al geomali mencionando a esta chica, pero el hada estaba más despierta que la espadachina, así que ella se encarga.

Sin duda, Anya notará la diferencia de vigilancia, porque más de una vez le lanza miradas tras tomar asiento. Igualmente, pasan unos instantes hasta que se percate de lo que falla, levantándose mientras dice a la armadillo:

- Perdón la descortesía... Anya Ishar. -indica, haciéndole una pronunciada reverencia, más por la disculpa que por la presentación.

Me mantuve escuchando cuanto se decía, incluso di un paso hacia atrás cuando Máx hizo su magia, enseñando una escena de lo que había pasado.

Ese chico era una caja de sorpresas, y eso era un problema, cuanto más avanzara antes se daría cuenta de que nosotros eramos los elegidos, solo era cuestión de tiempo y con un poco de suerte simplemente se solventaría no volviendo nunca a esa ciudad. 

Max será un buen rey. Dije en un tono seco, siempre decían que algo llamado protocolo era importante, aunque no acababa de entenderlo. Miré al niño, al menos era diferente, no como aquellos que vivían allí. El niño quería ver la realidad y salir del castillo. Conseguirás proteger a muchos si esperas. 

Tras el silencio de Tea, y la pequeña explicación del que parecía ser un elegido sin duda, me mantuve mirando al Rey, no puedo decirle cómo se activó la trampa, solo soy un guerrero, sin embargo, si puedo asegurarle que Muerte fue el único con algún poder para pararlos, aunque sólo fuera temporalmente. Tras ello hice una reverencia. 

Después callé, por suerte, no sabía que había pasado en realidad, solo seguí las órdenes de Tea sobre los muñecos, por lo que en mi caso no se podría hablar de mentira. Estupidez en todo caso. 

Antes de entrar Maxine escuchó las palabras de Tea, así como Max las de Senca - Es mi hermano quien debe ser rey... Si yo fuera reina, hundiría a Trayerta - y con aquella confesión con los ojos cerrados avanzó. Por su lado su hermano bajó la mirada un poco - Yo no quiero ser rey todavía... quiero saber como es el mundo primero... Quiero saber más de Sansóläis... - y por supuesto el anhelo de los dos hermanos tuvieron que externarse por parte de ambos antes de entrar a la sala del trono.

Lugar donde todo se volvió un peligro real de un momento a otro. Por suerte, de una manera u otra al ir explicando todo lo que pasó con Nargu, notasteis como el Rey iba calmandose un poco más y tratando de consolar más a su hijo. Por un momento os sentisteis que os habiais salvado de una buena... No obstante después de mesarse durante unos segundos la barba, Iramus os miró a todos y cada uno

-Supongo que es una historia más que valida - con un pasar de la mano hizo desaparecer la imagen de Nargu y la criatura de allí - Es plausible que un elegido de los dioses os acompañara y que ninguno de vosotros os dieseis cuenta hasta que cierto y pequeño Geomali tuviera que personarse allí. Cosa que quizás se queda coja de no ser así... No obstante, tenía entendido que la única forma de que los elegidos pudieran avanzar en su leyenda era todos juntos... Por no decir, que yo mismo me aseguré de preparar una trampa mágica para cuando los seis elegidos llegaran a la ruinas - una vez dicho eso, podiais sentir como simplemente Iramus os había dado jaque mate, pues aunque no todos entendíais de magia, los que pudieron notarla si que sabían que había magia no elemental en las ruinas.

Obviamente eso hizo que el rey volteara su rostro hacia Iramus - ¿Es eso cierto? - Iramus asintió y no solo se quedó satisfecho con ello - De hecho, sin pasar por esa trampa, jamás hubieran podido llegar a lo más profundo de las ruinas su majestad. Así pues, con vuestro permiso... ¡Guardias! - gritó imponente Iramus mientras los soldados de la puerta se os acercaban con las manos en sus empuñaduras aún sin revelar sus armas...

Hasta que...

ESO ES MENTIRA

La voz de un chico en brazos de su padre sobrepasado por las circunstancias del destino, se hizo resonar en aquel momento entre todos vosotros. Voz que hizo que los guardas se detuvieran y que el rey y la princesa miraran a aquel niño, así como Iramus, aquel consejero lo mirara con desprecio al atreverse a levantar la voz y de aquella manera.

-E-eso e-es mentira. - repitió - C-conozco la marca de su magia maestro, y en las ruinas no había nada que llevara su marca - Con valentía y limpiándose las lagrimas con la manga de su ropa empezó a levantarse del suelo apoyandose en el hombro de su padre y en cualquiera de vosotros que estuvierais cerca para ayudarlo - Si que había magia, la pude notar, la pude ver, pero no era suya maestro. Era un rastro de magia antigua, tan antigua que estaba practicamente debilitada y en caso de que hubiera sido una trampa, hubiera avisado, tanto yo a mis compañeros de viaje, como usted mismo a los hijos de su rey - Aquellas palabras fueron suficientes para que Iramus se pusiera a la defensiva cruzandose de brazos mientras que la princesa le miró con resquemor.

-Además, t-tengo otra prueba que demuestra que no son los elegidos de los dioses. - y sorprendentemente el principe se puso de vuestro lado como una nueva reina que entra en juego - En el fondo de las ruinas había un mural, mural que tenía inscrito en el simbolos extraños, palabras arcanas que no pude leer en ningún momento, ni yo ni nadie de los presentes... Hasta que en conjunto resolvimos el enigma que envolvía al dichoso mural. En ese momento las letras se consumieron entre si y nos revelaron un texto que pudimos leer todos y que puedo asegurar también podrán leer ustedes maestro, padre - Se hizo a un lado y volvió a preparar el hechizo mientras el rey miraba a su hija, la cual asintió - Tiene razón padre.

Acto seguido Max, de la misma manera que antes, dió a mostrar un mural con seis huecos, huecos donde se metieron idolillos que correspondían a cada uno de los dioses y que acto seguido empezaron a mostrar aquel texto del que hablaba

El consejero de su majestad se quedó viéndolo con cierta molestia y el rey se terminó de convencer de la palabra de su hijo - Creo en la palabra de mi hijo, así pues estais libres de sospecha - y tras decir aquello volteó a ver a Iramus - Supongo que tendrás ahora demasiado trabajo como para pensar porque engañar a los hijos de tu rey para intentar buscar a los culpables del apagón del faro.

Iramus siguió a la defensiva antes de alzar una mano para anular el hechizo del joven Max - A veces mi señor, se necesita una mentira para dejar salir la verdadera realidad. Reconozco mi equivocación y por ello pido disculpas - terminó de decir con una leve inclinación de cabeza antes de ponerse en marcha afuera del lugar - Con su permiso su majestad, altezas. - y salió del lugar siendo vencido por vuestras labias y la ayuda de Max

-Lamento que Iramus sea tan desconfiado, pero en los tiempos que corren es normal. Al menos gracias a vosotros, ahora estamos un paso por delante de los elegidos y podriamos llegar a detenerlos llegados el caso... Pero en esto ya no puedo pediros ayuda. Señorita Helga usted tiene que seguir buscando su objetivo y usted señor Hans deberá seguir velando por los suyos así como de toda la tierra. Así que a partir de ahora, me haré cargo - con completa solemnidad y habiendo adquirido unos aliados incomparables, ahora el rey os estaba tomando con igual respeto, aunque sin desmereceros de vuestros cargos igual que el no podía separarse de los suyos como soberano de Trayerta

-Vaya Anya, te veo un tanto... ¿Fuera de este mundo quizás? - preguntó reflejando en su gesto una sonrisa de picardía complicidad no sin antes mirar a de reojo por un momento al soldado y luego volver a clavar los ojos en los de la heredera de Pyros. Pero al menos Anya pudo mantener un minimo de conversación estable mientras trataba de tranquilizarse mirando a la tabernera que le mostró una mirada de confusión - ¿Los religiosos? - ya que por un momento hasta ella se había perdido...

De no ser porque Tiki entró y arregló un poco la situación bajo su determinada e impuesta calma que profesaba. Mientras Gauche hacía lo propio ante la presentación haciendo una leve inclinación cortes, si Anya se fijaba en el soldado podría observar como este estaba escudriñando al que se hacía pasar por seguidor de Terrano, solo que en poco se dió por vencido y negó.

-Un placer conocer a una magnifica ejemplar de la raza Geomali como vos mi lady Saray - aunque lo que si sorprendió fue que el actuar fue a mayor en cuanto a Gauche y este incluso se arrodilló frente a la Geomali

Por su lado, la armadillo rosa se quedó un tanto en shock al ver el despliegue de ambos dos y retrocedió un poco hacia Naysse - La mimali me agrada, pero el chico que va con ella es un tanto... excéntrico ¿No? Casi me trata como una diosa - huelga decir que no estaba esforzandose en bajar la voz, sin embargo sus gestos así como su mirar indicaban que ella pensaba que no la oiais. Naysse si que bajó la voz - Bueno, son adoradores de Terrano y Mimali y tu eres una Geomali, es decir tu eres una persona de interes para ellos

Saray miró a su amiga con una cara y sonido de comprensión - Ah... - entonces volvió a mirar a Gauche y Tiki, quien para ella eran Frederick y Dalia respectivamente - ¿Y por qué? - preguntó sin más reparo. Para ese entonces el soldado allí bajó los hombros y resopló mientras agitaba la cabeza antes de buscar un asiento en el cual quedarse sentado. Parecía ser que no era la primera vez que veia esa situación por la cual estaba pasando Saray - Pues hombre Saray, por el poder de Terrano que teneis vosotros los Geomalis. Sois los que cuidais del planeta y ellos quienes os adoran.

De nuevo la pequeña Geomali miró a su amiga y volvió a mostrar un sonido de comprensión - Aaaaah... - volvió a mirar a Gauche y a Tiki y de nuevo miró a su amiga - ¿Y por qué? - para aquel entonces Gauche se rindió resoplando un poco y se levantó - E-esto... s-si me disculpan bondadosas damas, em... N-nos iremos sentando, la verdad es que hambre hay p-pero señora Naysse, n-no se preocupe tarde lo que necesite. - y acto seguido se fue a sentar en una mesa. Por su lado Saray seguiría de aquella forma hasta que se percató de algo.

-Espera, Hans está en el castillo - sin duda no era la más rápida - ¿P-por qué? Dijiste que iba a venir aquí Naysse - decir aquellas palabras no fueron las más afortunadas, pues el guardían de la Geomali se extrañó de oirlo, a fin de cuentas ¿como lo sabría con tanta certeza? - Bueno e-esto... habrá ido a informar ¿V-verdad Anya? E-esto... Frederick, Dalia ¿Que quereis comer? - era obvio que la chamana allí presente estaba intentando evadir que el soldado de Trayerta se fijara en ella.