Partida Rol por web

 ¡Que lo tomaron por sorpresa es poco decir! Ver un cadáver levantarse contra ellos, con ese agujero horrendo amenazando con tragarse lo que quedaba de su salud mental le asqueó de tal manera que olvidó el cántico, y apenas si oyó las palabras de Alice, o notó nada más. Se apresuró a flanquear a Connor para evitar herirlo en fuego cruzado y alzando la escopeta se preparó para disparar sin detenerse al vestigio de hombre que les atacaba. Aaaahg!  

Carl logra mantener su concentración y proseguir el cántico.

Desde un absoluto estupor véis como el cadáver de la doctora Green se empieza a incorporarse lentamente, aunque Alice y James no se dan cuenta ya que lo hace de manera muy silenciosa.

James nervioso con incontrolables temblores en sus manos trata de preparar su escopeta para defenderse de aquella especie de muerto viviente. Por suerte Connor acierta a golpearle en la sien con su contundente cachiporra la cual arranca de su cráneo un repulsivo crujido y, en el acto, el vagabundo cae inerte en el suelo.

Como reacción a vuestra victoria sobre el hombre reanimado oís de nuevo el gruñido-aullido de la criatura además de fuertes golpes en las paredes y en el techo, parece que se ha enfadado un poco.

Carl mantiene estoicamente el cántico, como si fuera ajeno a lo que ocurre a su alrededor. Alice quiere retomar el cántico para no dejar solo a su compañero de profesión pero los hechos ocurridos hasta ahora han provocado algún tipo de ruptura en la mente de la mujer, ya no es la misma.

Mientras James y Connor se enfrentaron con el cadaver renacido del vagabundo, Alice se dispuso a continuar el cántico para apoya a Carl, por lo que cogió el papel donde tenían escrita la fórmula y se dispuso a recitar. Sin embargo, algo extraño le sucedía y las palabras parecían bailar con vida propia frente sus ojos.

Con un grito dejo caer el papel con la fórmula y revolvió entre su bolso hasta sacar un pequeño volumen de poesía griega cuyo encuadernamiento ajado dejaba claro la afición de Alice por su lectura. Alzando el libro frente a sí, comenzó a recitar uno de los poemas, como si eso pudiera protegerla.

Μόλις σε άφησα,
έρχεσαι μαζί μου, κρυστάλλινη,
ή τρεμάμενη,
ή ανήσυχη, πληγωμένη από μένα
ή ξέχειλη από έρωτα, καθώς τα μάτια σου
σφαλίζονται πάνω στο δώρο της ζωής,
που αδιάκοπα σου αφήνω.

Αγάπη μου,
συναντηθήκαμε,
διψασμένοι και,
ήπιαμε όλο το νερό και το αίμα,
βρεθήκαμε,
με πείνα,
και δαγκωθήκαμε,
όπως δαγκώνει η φωτιά,
κι αφήνει πίσω της πληγές.

Αλλά περίμενέ με,
κράτα μου τη γλύκα σου,
κι εγώ θα σου δώσω,
ένα τριαντάφυλλο. 
 

 Con la mirada fuera de foco, y la mano temblando descontroladamente, James es incapaz de lograr el disparo o recordar apenas que debe volver al cántico. Al ver caer a "eso" su mirada se pierde dentro de una habitación con la puerta entreabierta, y camina como ausente hasta ella, murmurando Estoy aquí, Padre señor se encuentra lívido con la mirada fija en la cama vacía llegué a tiempo, padre señor, estoy aquí en la cama su padre, en uniforme de policía le sonríe débil por la convalecencia.

La locura se apoderaba de todos nosotros poco a poco. La maldad del infierno florecía a cada momento: el cuerpo inerte y destrozado de aquel ocupa, la bella compañera que murió tratando de salvar a la humanidad como nosotros también se alzó contra nosotros.

Pocas esperanzas quedaban. El ser maldito seguía desde la distancia acosandonos para que parasemos de cantar. Debía mos continuar con el cántico. No podíamos parar.

'"No. Debo seguir cantando"

Un estruendo comienza a oírse de nuevo en toda la casa, como si vieja granja de madera se fuera a venir abajo, sin embargo no notáis ningún movimiento o temblor, solo fuertes golpes y crujidos de madera. Vuelven los gruñidos de la criatura, que suelta un alarido, justo en ese momento la doctora Green se aparece detrás de Alice lanza un manotazo al aire que pasa cerca de la cara de la profesora sorprendida al ver en pie a su compañera muerta, por suerte no impacta en ella, como si la poesía en griego que está recitando sirviera de algo.

Como movida por una fuerza exterior la joven y malograda doctora se mueve hacia el profesor Carl agitando sus brazos. En estos momentos, con voluntad de hierro, el profesor mantiene el cántico tratando de mantenerse ajeno a lo que ocurre a su alrededor, gotas de sudor bajan por su frente. Le falta muy poco para terminar, el estruendo continúa y veis como del techo cae un humo denso que comienza a hacer un remolino en el centro del pentáculo.

Intentando evitar que lo que en algún momento fue la doctora Green interrumpa la ceremonia, Connor vuelve a atacar con su cachipolla intentando a la vez que ataca ganar espacio para interponerse entre ella y sus compañeros.

-¡Ven a mi!¡Ven a mi!-gritó-.

Alice ve como la mano muerta de la doctora Green pasa por delante de su rostro intentando golpearla, pero afortunadamente falla el golpe. Aferrando su libro de poesía con más fuerza aún, Alice continúa recitando la poesía con más fuerza...

 De repente el cadáver de la doctora aparece de pié en el pasillo, pero la escena es tan surreal de por sí que apenas si le molesta. Por un lado, el ritual en una granja que parece caerse a pedazos. Por el otro la habitación con su padre moribundo, aún consciente y tratando de hablarle. El profesor Merrywheater también está ahí adentro, dónde habita la calma... está de espaldas viendo hacia la ventana tras la que se adivina un paisaje de una geometría imposible. ¿cómo? ¿qué hacer? hrmp... nada de esto tiene sentido

La habilidad de Connor con su cachiporra deja fuera de combate a la doctora resucitada que yace en el suelo con un fuerte golpe en el cráneo. En ese momento la criatura suelta un fuerte aullido que golpea vuestros tímpanos obligándoos a taparlos con las manos. Entonces vuelve el silencio y cesan los golpes.

El profesor Carl es capaz de mantener el tipo y seguir con el cántico. Cuando ya casi han pasado dos horas desde que habéis empezado el humo que se arremolinaba en el centro de la estrella ha comenzado a volverse más denso. Dentro de ese remolino va haciéndose visible una retorcida masa de casi dos metros de alto. Es una mezcla de garras, fauces y largos apéndices que se mueven de forma errática, también tiene unos diez orificios que se abren y cierran dejando ver una pequeña esfera negra brillante, podrían ser ojos pero están diseminados por su cuerpo sin orden lógico. Su piel es grisácea de aspecto húmedo y desagradable. Emite gruñidos y algunos chasquidos provocaos por el entrechocar de los dientes de sus fauces. El humo se ha disipado por completo los cuatro os mantenéis alrededor del círculo.

Alice y James parecen ensimismados con la visión de la criatura, incluso tranquilos, interesados por ella cuando deberían sentir la misma repulsión que os provoca a vosotros. Algo no va bien.

La habilidad de Connor con su cachiporra deja fuera de combate a la doctora resucitada que yace en el suelo con un fuerte golpe en el cráneo. En ese momento la criatura suelta un fuerte aullido que golpea vuestros tímpanos obligándoos a taparlos con las manos. Entonces vuelve el silencio y cesan los golpes.

Veis como el humo que ha descendido sobre el centro de la estrella se disipa dejando ver una figura humana hermosa que tiene los brazos tendidos hacia vosotros, os mira con gesto tranquilo y sonriente y ello os inunda de paz. Sentís una irremisible necesidad de acercaros, de fundiros con ese ser en un abrazo.

Os mantenéis los cuatro alrededor del pentáculo, Carl continúa con el cántico.

Connor observó con desagrado el cuerpo de Eva Green caer al suelo, de nuevo sin vida. Pese a que sabía que había hecho lo correcto, la sensación de haberla atacado a sangre fría le resultó incómoda.

Pero algo llamó de nuevo sus sentidos. Algo extraño estaba pasando en el centro de la habitación. Algo estaba cobrando forma en el centro de la sala. Primero un humo extraño y maloliente y en su interiór, la misma encarnación de la corrupción, la más impía abominación que nadie pudo imaginar. De tal modo impactó en el hombre aquella horrible visión, que no lo pudo soportar por más tiempo. Su mente simplemente se resquebrajó y comenzó a sollozar histéricamente mientras vociferaba.

-¡No puede ser...no puede seeeeer...!

Después de que Connor abatiese al cuerpo reanimado de la doctora Green, parece que un poco de calma se instaura en la habitación. Sin embargo, esta calma dura más bien poco y Alice puede ver como en el centro de la habitación se comienza a acumular una densa nube de humo que, poco a poco, se va disipando revelando una silueta con los brazos abiertos como si quisiera abrazarles a todos.

Por un instante, Alice se vio tentada a dejarse llevar por el impulso de fundirse con la brumosa figura en un abrazo fraternal, hacerse una con ella, pero la voz de Carl entonando el cántico la devolvió a la realidad del terror de la situación y dio nuevamente un paso atrás alineándose con sus compañeros...