Partida Rol por web

Olaf se queda en segundo plano, observando todo atentamente. Bebe poco de su cuerno de hidromiel.

A veces parece que su vista se desenfoca. Despues susurra algo a su hombro derecho y, por ejemplo, escucha en silencio la música de Sveim, si es que está cantando, o atiende al grupo principal, donde está sentado Guntar.

-No me extraña que la pequeña tenga miedo, si me he asustado hasta yo! Mmmmm, qué rica la hidromiel, ya voy por el tercer cuerno, pero hace tanto frío fuera y se está tan bien aquí dentro…sí, me quedaré un rato…dónde están mis pieles???.....ah, sí,  ya las veo…vaya, parece que el oso de la pared me esté mirando….sí, sí, me muevo y él conmigo, jaja, qué gracia….creo que me sentaré un rato, hips.

Kirk se acerca a Tornbjorg con una sonrisa un tanto burlona, ignorando su fiera expresión.

-Aquí me tienes, dispuesto a cuidar de ti. Me covertiré en tu sombra, hasta que llegue mi turno de guardia. (buff, si su mirada fuese hierro y fuego, en estos momentos seria estofado de Kirk). No seas chiquilla Torn, se que eres totalmente capaz de cuidarte sola ( y tanto, no puede evitar recordar los años de juegos y entrenamiento pasados con ella desde la muerte de su padre)

Le brinda una gran sonrisa, esta vez amistosa, sin sombra de burla

-Una orden del Jarl, es una orden, aunque sea tu padre. Sabes perfectamente que tenemos que cumplirla. Vamos, no pienses mas en ello y disfruta de la fiesta

Como bien dicen todos, esto es una fiesta... lo mejor será que la disfrutemos... mañana será otro día, o tal vez durmamos en el Valhalla...
Con su cuerno de hidromiel, que ya ha terminado, se levanta y lo rellena de un barril ya acongojado y en las útimas...
Vaya, espero que no se acabe tan pronto...
Viendo que Tornbjorg y Gyda se acercan al sitial donde el bardo se entona, se acerca ella también

Bardo, entona algún poema de los dioses... creo que todos necesitamos hoy de su amparo y sabiduría...

Con gesto tranquilo y sonriente, se acomoda sin prisa junto a una columna con buena vista hacia el fuego

Confirmo. Un guardia en puerta norte, Baraka (PJ). Otro en puerta sur Jobär (PNJ) y tres houscarl más en el salón, tú (Pj), Lörky(Pj) y Olafersson (Pnj). El encargo de vigilar a la "niña" se os ha hecho a Baraka, Lorky y tú. Además de eso, como es natural, debéis cuidar de la seguridad del Jarl y de su pueblo. Sois algo así como los guardianes del orden, dentro del desorden natural vikingo.

No sé si me explico más o menos. Cualquier duda, a tu disposición.

Por cierto, MUY BIENBEBIDA que diría Ottar, ya me tenías algo preocupado. Ah, me han gustado mucho tus avatares, y te felicito. Este último es el mejor.

Muy Bienhayado, chef. Si, al parecer y por ahora los problemas de internet estan solucionados. Así que dispuesta estoy a cumplir mi parte en esta aventura, que promete. Es genial este avatar, verdad? es una tumba vikinga

Sin perder de vista a Tornbjorg, Kirk se pasea vigilante por la gran sala, por supuesto sin probar gota de hidromiel. De vez en cuando su mirada se cruza con las de Lörky y Olafersson, intercambiando un gesto imperceptible que indica que todo está correcto. Sin embargo Kirk no está tranquilo, su expresión mas sombria de lo habitual lo indica ... (esto no está bien... no es correcto... sólo un hombre por puerta...sólo un hombre!!!... y en una noche como esta... acabará todo el mundo borracho... ¡Por Thor, algo está mal!). Sigue, vigilante, acariciándose la cicatriz, perdido en sus pensamientos...

Cita:

Asintiendo a las palabras de Kirk le palmeo un hombro Estate tranquilo, amigo mío, estate tranquilo.

Estaré por ahí, hablando con la gente y escuchando sus problemas.

Tras estas palabras, cojo de la mano a Gyda y, agachándome un poco ¿quieres beber algo? vamos a coger una copa y luego bailermos un rato. el resto de la noche, la paso hablando con los lugareños y contestando amablemente sus preguntas, sin entablar activamente conversación alguna.

Perdona que te escriba un mns por esta tontería, pero es que casi me caigo de culo al releer los mensajes: Bienhayado!!!!, seré bestia!!!, podria haber puesto "bienroblado" y me hubiese quedado tan ancha....en fin, rectifico amado master: bien hallado y que todos los Dioses estén con vos.

Jajaja!. No te preocupes, bienbebida creo que tampoco lo reconoce la RAE. Los mensajes narrativos para todo el mundo sí que hay que leerlos un par de veces, te aconsejo un corrector ortográfico para Firefox, que va muy bien. Pero los privados da exactamente igual, de hecho pensaba que lo habías puesto de coña, XD!.

Cuervo grazna con fuerza en tu oído cuando Tornbjorg y Gyda pasan a tu lado. La pequeña brilla con fuerza por un instante, justo antes de que se vuelvan a mezclar con el resto de personas que hay por la sala. Pocas veces habías visto un aura así, aunque no crees que sea mayor que tu propia fuerza espiritual por mucho, te sorprende poderosamente en alguien de tan corta edad.

Respecto a Guntar, sabes desde hace tiempo que posee un aura que podría compararse a la tuya. Son las únicas que te llaman la atención en la sala, a excepción de la gran cabeza de oso colocada sobre el trono, y que por alguna razón parece poseer algún tipo de poder espiritual.

El majestuoso sonido de un cuerno en la noche resuena en la parte alta de la colina, y aunque sabes lo que anuncia, no puedes evitar levantar la vista. El brillo de las antorchas frente a la casa de Rumhird te permite ver a la comitiva, que se organiza para descender ceremoniosamente por el camino. Conoces bien a los seis mercenarios que le sirven, hombres duros y experimentados que solo obedecen a su voluntad, famosos por su crueldad y eficiencia en las incursiones de saqueo. Hasta ahora, sin embargo, la mano de hierro de Hakum el Oso Rojo, su líder, se han cuidado mucho de dar que hablar en Uppsala, permaneciendo casi siempre que sus viajes no les llevan lejos a desconocidos destinos confinados en la casa del Eslavo.

Avanzan ordenadamente, custodiando el carromato tirado por dos bueyes que lleva sus posesiones más preciadas: Dos enormes barriles de un excelente vino para la fiesta y cuatro hermosísimas esclavas, todas extranjeras, entre las que destaca Zahira, la Estrella Oscura, con la piel negra como el ébano, que sujeta con firmeza las riendas sentada en el pescante. Solamente son vistas en público en El Día del Inmortal, pues nunca abandonan la propiedad de Rumhird salvo ese día, para acudir al Gran Salón.

Abre la marcha Nechton, al que apodan El Picto, un hombre de piel y cabellos oscuros, aparentemente cubierto de tatuajes, que camina siempre agachado, lo que no parece mermar su velocidad. Nunca se le ha visto con armadura alguna, y lleva en la mano una larga lanza. A su espalda, lo que parecen cuatro lanzas más pequeñas cuelgan de un curioso arnés.

Unos metros por detrás, Los Cuatro Daneses, en formación de combate, custodian cada esquina del carro, detrás del que cabalga orgullosamente Rumhird en su gran caballo bayo, adornado con elaboradas piezas metálicas que según se dice, podría vencer a cualquier guerrero en combate, aunque El Eslavo nunca ha querido que participara en las peleas.

Tras él avanza a pie Hakum, el único al que se le permite situarse a la espalda del comerciante.

Así descienden la colina ceremoniosamente, como si una gran multitud les aclamara aunque nadie ha salido a recibirlos, y puedes ver cómo pasan al lado del embarcadero y pronto llegan a la puerta que custodias desde la torre.

Saludos, Baraka el Fuerte! - resuena como un trueno la voz del mercenario desde el fondo de la comitiva, que se ha detenido bajo tus piés - He aquí que Rumhird, al que llaman el Eslavo, que hizo gran fortuna comerciando con todo el mundo conocido, desea visitar hoy al Jarl. Hacia el Gran Salón dirigimos nuestros pasos, y te pedimos para ello tu permiso para traspasar esta puerta...

Acto seguido, la comitiva comienza a avanzar, pues en realidad no es más que un mero trámite ya que como habitantes de Uppsala pueden visitar al Jarl cuando les plazca, por lo que no necesitan de tu beneplácito en realidad, y poco podrías hacer para impedirles el acceso en caso de que no fuera así.

Asientes mientras miras fijamente a Zahira, de la que te resulta muy difícil apartar la vista. Pese al manto de pieles que la protege del frío, se adivinan sus extraordinarios atractivos, y sus ojos son como perlas negras que reflejan con gracia la luz de las antorchas. Ella te ignora por completo. Sabes que detrás, en la parte cubierta, viajan sus tres compañeras, también de insólita belleza. El Eslavo tiene muy buen gusto para las esclavas, y puede permitirse a las más hermosas, y por ello caras. Aunque nunca son rubias, curiosamente.

Les sigues con la mirada y puedes ver cómo se detienen sin perder la formación, deteniendo el carromato junto a la cerca de los establos. Ya desde que sonó el cuerno muchos han salido del Gran Salón a recibirles, pues nadie quiere perderse la visión de las muchachas descendiendo del carro. Al fin y al cabo, solo puede ser contemplada una vez al año.

Afuera, la nieve continúa cayendo en pequeños copos. La noche avanza, corren el vino y la hidromiel, y el Skald parece más dispuesto a terminar con las reservas de bebida que a comenzar con sus canciones. En eso estáis cuando el sonido de un cuerno, aunque lejano, se puede escuchar por todo el Gran Salón fuerte y nítido. Guntar Pies Fríos y Kolbein de Sajonia intercambian una rápida mirada de preocupación.

Todos sabéis lo que anuncia el cuerno. Rumhird sale de la Casa del Colina para visitar al Jarl, acompañado de sus esclavas y mercenarios, una tradición que se ha repetido año tras año en la víspera del Día del Inmortal.

LAS ESCLAVAS, VIENEN LAS ESCLAVAS!! - truena la voz de Thorbjorn con entusiasmo, mientras se abre paso apresuradamente hacia la puerta - SOLO UNA VEZ CADA DOS ESTACIONES PODEMOS VER A LA BELLÍSIMA ZAHIRA, LA ESTRELLA OSCURA, Y A SUS COMPAÑERAS..., VER PERO NO TOCAR, JAJAJAJA, SI NO QUIERES QUE HAKUM EL OSO ROJO TE CORTE LAS DOS MANOS Y TE LAS HAGA COMER...

MIRAD, YA VIENEN!! - continúa gritando desde fuera. Todo el mundo sale para contemplar la comitiva, y vosotros no podríais ser menos. El espectáculo promete.

El brillo de las antorchas frente a la casa de Rumhird os permite ver a la comitiva, que se organiza para descender ceremoniosamente por el camino. Conocéis bien a los seis mercenarios que le sirven, hombres duros y experimentados que solo obedecen a su voluntad, famosos por su crueldad y eficiencia en las incursiones de saqueo. Hasta ahora, sin embargo, dirigidos con mano de hierro por Hakum el Oso Rojo, su líder, se han cuidado mucho de dar que hablar en Uppsala, permaneciendo casi siempre que sus viajes no les llevan lejos a desconocidos destinos confinados en la casa del Eslavo.

Avanzan ordenadamente, custodiando el carromato tirado por dos bueyes que lleva sus posesiones más preciadas: Dos enormes barriles de un excelente vino para la fiesta y cuatro hermosísimas esclavas, todas extranjeras, entre las que destaca Zahira, la Estrella Oscura, con la piel negra como el ébano, que sujeta con firmeza las riendas sentada en el pescante. Solamente son vistas en público en El Día del Inmortal, pues nunca abandonan la propiedad de Rumhird salvo ese día, para acudir al Gran Salón.

Abre la marcha Nechton, al que apodan El Picto, un hombre de piel y cabellos oscuros, aparentemente cubierto de tatuajes, que camina siempre agachado, lo que no parece mermar su velocidad. Nunca se le ha visto con armadura alguna, y lleva en la mano una larga lanza. A su espalda, lo que parecen cuatro lanzas más pequeñas cuelgan de un curioso arnés.

Unos metros por detrás, Los Cuatro Daneses, en formación de combate, custodian cada esquina del carro, detrás del que cabalga orgullosamente Rumhird en su gran caballo bayo, adornado con elaboradas piezas metálicas que según se dice, podría vencer a cualquier guerrero en combate, aunque El Eslavo nunca ha querido que participara en las peleas.

Tras él avanza a pie Hakum, el único al que se le permite situarse a la espalda del comerciante.

Así descienden la colina ceremoniosamente, como si una gran multitud les aclamara aunque nadie ha salido a recibirlos, y puedes ver cómo pasan al lado del embarcadero y pronto llegan a la puerta norte. Allí intercambian unas palabras que no podéis oír con Baraka, que permanece en su puesto en la torre, y continúan avanzando hacia la gran plaza, donde se detienen sin perder la formación, colocando el carromato junto a la cerca de los establos.

Saludos, Guntar Pies Fríos, Jarl de Uppsala! - resuena como un trueno la voz del mercenario dirigiéndose a Guntar, que les contempla desde la puerta- He aquí que Rumhird, al que llaman el Eslavo, que hizo gran fortuna comerciando con todo el mundo conocido, que es el más rico de esta región y de otras muchas, que siempre se ha preocupado el bienestar de tu pueblo, desea ser recibido hoy en el Gran Salón del Jarl. Y por ello pedimos tu permiso para traspasar tu puerta. Zahira, a la que llaman Estrella Oscura, cuya belleza es conocida en todos los pueblos del mundo, bailará para los presentes, y las tres ninfas que la acompañan cantarán para todos, porque así está dispuesto en la víspera del Día del Inmortal... - en ese momento, Zahira se pone en pie sobre el escaño del carromato, dejando caer la capa de piel que la cubría, para mostrar un vestido rojo indudablemente muy valioso, ceñido al milímetro a todas y cada una de las curvas de su cuerpo, que provoca una gran ovación en los presentes. Tras mirar a Rumhird, desciende muy despacio del carro y permanece al lado del gran caballo bayo.

Hokum se acerca ceremoniosamente a la parte trasera del carro y la abre con un gesto teatral. Una pierna femenina, fabulosamente contorneada, sale para pisar el escaño precediendo la aparición de una cabellera castaña de extraordinaria longitud a la que va unida una joven de gran belleza, vestida de un llamativo color violeta con dos piezas de tela de gran calidad, ribeteadas de oro, que apenas cubren sus pechos y cintura, pese al frío. Tras ella descienden otras dos jóvenes, también de gran belleza, una morena y otra pelirroja, vestidas de igual manera, aunque sus colores son amarillo dorado con adornos en plata en el caso de la chica de pelo oscuro y negro con llamativas transparencias en el caso de la pecosa Gwinir.

Sin intercambiar palabra alguna, los cuatro daneses se sitúan en formación rectangular, formando un pasillo por el que primero Zahira y luego sus tres compañeras avanzan como desfilando hacia el interior del Gran Salón. Guntar ya se ha situado en el trono, y todos volvéis a entrar. Rumhird desciende de su caballo, atando las riendas al carro, y espera a que se despeje el paso para seguir a sus esclavas, siempre bajo la atenta mirada de Hokum y los cuatro daneses. Nechton, El Picto, permanece junto al carro aparentemente ajeno a todo lo que ocurre a su alrededor.

Poco a poco todo el mundo se sitúa de nuevo dentro. Rumhird y Guntar conversan en voz muy baja, con Hokum y Kolbein situados a ambos lados. Zahira y las demás ocupan la esquina nordeste, y los cuatro daneses adoptan posiciones discretas pero evidentes para cualquiera a su alrededor. Ver, pero no tocar.

Sveim está impresionado con la belleza de las jóvenes, y repasa meticulosamente con su mirada todas sus curvas.

El joven scald sabedor de que la bebida es el mejor aliado de un buen bardo, ha esperado a que todos los presentes, incluyéndose él mismo, estén bien empapados en hidromiel.
Con gesto sobreactuado desata la lira de su macuto y toca una notas, con lo que consigue captar la atención de tos los presentes, se aclara la voz con un último trago de hidromiel y comienza a cantar:

♫  Oda a la gorda Bergdora ♫

♫  Permitidme que os hable
     de una moza singular  ♪
♫  que en mi pueblo habitase
     como una vecina más  ♪

♫  No fue singular por su belleza
     ni la virtud su mayor cualidad  ♪
♫  pues era muy gorda la tipeja
     y su rostro de gran fealdad  ♪

♫  La afición por bajar braguetas
    de los jóvenes del lugar  ♪
♫  le dieron fama entre sus vecinos
    de una gran procacidad  ♪

♫  Pero no me dejéis que siga
     con el relato de su vida  ♪
♫  sin parame un instante
     a que de su origen os hable  ♪

En este punto Sveim hace una pausa, se mesa suavemente la recortada barbita mientras se  gira teatralmente y tras unos instantes sigue tocando su lira.

♫  En el helador mes de geola
     vio la luz por vez primera  ♪
♫  la niña a quien llamáis sota
     sinvergüenza y mamporrera. ♪

♫  Abandonada en la nieve
     por no superar el skirn  ♪
♫  pasó su primera noche
     sin abrigo de suave crin  ♪
♫  mas a la mañana siguiente
     estaba viva la muy gorda  ♪
♫  y su padre el muy inocente
    llamole a la mula Bergdora  ♪

♫  Nombre digno de cualquiera
     pues “la fuerte” significa  ♪
♫  más dolor mi corazón sintiera
     sin un apunte de la perica  ♪
♫  que no es mala cosa
     quien tal nombre tiene  ♪
♫  más error es así nombrar
     a quien todo ingiere  ♪
♫  como una osa polar

♫  Creció Bergdora sana y fuerte
     como su nombre hacía prever  ♪
♫  más no solo por comer filetes
     sino durezas del bajo vientre,  ♪
♫  que era ver a un mozo fornido
     y a la gorda se le alegraba  ♪
♫  tanto su insaciable lívido
     como su estúpida mirada.  ♪

♫  Que yo como hombre no me quejo
     de que una mujer tenga deseos  ♪
♫  pero ¡por Odin! un poco de respeto
     no me machaquéis el pellejo  ♪
♫  pues habéis de saber que la gorda,
     al oir un no se hacía la sorda  ♪
♫  y sin consentimiento del varón
     decidía con él echar un revolcón  ♪
♫  por el sencillo procedimiento
     de arrojarse encima del sujeto  ♪
♫  y sin ningún tipo de miramiento
     cabalgar duramente y sin respeto  ♪
♫  al desafortunado de su deseo objeto

♫  ¿Y cómo consentían este trato?
     os preguntaréis hace rato  ♪
♫  pues os diré que no hay hombre
     que suficiente fuerza tenga  ♪
♫  para descabalgar a la mole
     de su blanda o dura entrepierna  ♪
♫  pues una vez sus mil arrobas
     sobre ti se han descargado  ♪
♫  creerías que es el cielo
     que en ti se ha derrumbado  ♪

♫  Este scald sabe lo que dice
     pues de maestra tuvo a Bergdora  ♪
♫  y por unas letras que hice
    sobre la casquivana gorda  ♪
♫  vi mi joven vida en peligro
    ya que transformó su enfado  ♪
♫  en deseo de aqueste mismo

♫  ¿Y que motivó su interés
     por este pequeño joven  ♪
♫  que desapercibido pasaba
     ante su lujuriosa mirada?  ♪
♫  ¡Ay! Pobre de mí, os lo diré
     unos inocentes versos  ♪
♫  que en mala hora inventé
     que para mi clase cantaba  ♪
♫  y ella escondida escuchaba:

♫  La maestra esa,
    la de contextura gruesa,  ♪
♫  su oratoria empieza
    relatando una pieza  ♪
♫  la papada va y regresa
    y ladeando la cabeza  ♪
♫  se descubre con pereza
    una sonrisa traviesa.  ♪

♫  Inocentes versos los míos
     propios de un  joven imberbe  ♪
♫  no merecieron tamaño castigo
    como el de la gorda poseerme  ♪

♫  Ojalá hubiera sido antes,
     al fin encontró un marido  ♪
♫  pastor de cabras era su oficio
     y descomunal lo de delante  ♪
♫  si, seguro, enorme y lustroso
     para en paz dejar a los mozos  ♪
♫  pues todos los badajos holgaban
     en tan tañida campana  ♪

♫  Buenos tiempos vinieron,
     que vivan los cabreros  ♪
♫  debería dar las gracias
     a tan ilustre galante,  ♪
♫  que convierte la basura
     en el más puro diamante.  ♪

♫  Y aquí termina la historia
     de la maestra Begdora  ♪
♫  que de insaciable amazona
     y sin pecar de euforia  ♪
♫  gracias a su “gran” esposo
    nos dejó a todos gozosos  ♪

Sveim termina de tocar la lira y graciosamente hace una reverencia mientras suenan los aplusos…

Olaf se ríe por lo bajo al oir el canto de Sveim. Bebe sorbitos de su cuerno, el mismo que tiene desde que comenzara la noche. Sus ojos van de aqui a allá.

Rumhird el Esclavo, ¿eh cuervo?, veamos de qué pie cojea. Hakum el Oso Rojo, Nechton el Picto, y los cuatro daneses, veamos cómo son por dentro. Zahira la estrella oscura y sus bellas compañeras, más zorras que Bergdora, seguro. Veamos, veamos, cuervo. Dime, dime cómo son, cuán grande es su poder.

Veamos a esa niña, Gyda, no la pierdas de vista, Cuervo, es importante, seguro, un pastelito para cualquiera que sepa ver, si...