Partida Rol por web

Nadie escuchó la frase típica y tópica de Patrice, porque se encontraba bajo el influjo de un conjuro de silencio.

El chardarrim enarboló el extraño arma de cuchillas de obsidiana contra Sazel, aporreando sus defensas con poca efectividad.

Hemos detectado que el famoso cristal de Patrice no es legal, puesto que se considera un cristal mayor y requiere un arma +3 para engarzarse. Ank ha cambiado ese cristal por un cristal de muerte verdadera mínimo que hace únicamente +1d6 de daño extra a muertos vivientes. El primer ataque de Patrice hace, por tanto, 5 puntos de daño (1 físico, 4 extra contra muertos vivientes). El segundo hace 5 (1 físico, 4 extra contra muertos vivientes).

Guerrero Chardarrim da un paso de 5' a P16 y le hace un ataque completo a Sazel: 22, 12 (sendos fracasos).

¡Turno de Victoire y Sazel!

(26) Guerrero Chardarrim P16: 27 daños (herido)

(19) Victoire: 28/79 (Arma mágica mayor 3 horas y media, Vestidura mágica 3 horas y media)

(13) Sazel: 84/88 temporales 0/10 (Devoción por la ley 7 asaltos, Poder divino 8 asaltos, Puño de los dioses 4 asaltos, Vestidura mágica 1 hora y media)

(11) Hechicero Chardarrim H5: 20 daños (herido leve) (apresado)

(10) Raven: 1/51 temporales 20/20 (Armadura de Mago 5 horas y media, Corazón de Tierra 8 asaltos, RD 10/adamantita, 0/100 de daño absorbido)

(6) Patrice: 77/84 (Silencio 10 minutos)

Sazel y el chardarrim se batían sobre los huesos de su compañero caído. Desprovistos de la magia que los animaba y los hacía duros como la adamantita, crujían bajo los pies de ambos contendientes como ramas quebradizas. La aberración no muerta estampó su exótica arma contra el escudo flotante, y el aasimar desvió el resto de golpes con su propia espada. 

Se echó a un lado, evitando otro golpe del monstruo, y respondió con su arma golpe por golpe, el brazo guiado por el fervor, la hoja vibrante por la energía contenida. 

Acción rápida: Castigar (+2 ataque y + 10 al daño), usado entre el primer y segundo ataque, para aplicarlo al segundo. 
Paso de 5 pies a O16 (flanquea con Victoire). 
Ataque completo a chardarrim  con -7 AP (At +20/+17*):
1. Ataque* 35. Daño** 41 - 5 = 36.
2. Ataque* 21. Daño** 48 - 5 = 43.

Pg: 84/88.
Expulsiones: 5/9.

*Ataque= 10 AB + 6 FUE + 1 soltura + 1 mejora arma + 2 dev. conocimiento + 5 dev. ley + 2 flanqueo (+ 2 castigar) - 7 AP.
 **Daño = 1d8 + 13 + 2 dev. conoc. + 14 AP + 5 puño de los dioses (+10 castigar).

Nota: Tengo activos devoción por la ley (quedan 7 asaltos) y puño de los dioses (3 asaltos más). 

No iba a rendirse. Victoire no era de esas. Muchos eran los dones de Celestar y cuando uno de ellos no funcionaba siempre podía recurrir a otro. Por eso era la Madre de todos. La mujer avanzó hacia la izquierda bordeando la telaraña buscando un punto de tiro.

Acción de asalto completo: Dado que la telaraña está en medio. Correr hasta D16

En cuanto el segundo de los guerreros cayó como un pelele, Sazel siguió a Victoire, rodeando la telaraña mágica, buscando al hechicero con la mirada mientras des ataba la honda que colgaba de su cinturón. 

Sazel se desplaza a H15 y saca la honda. 

Al intentar seguir a Victoire y a Sazel, Raven tosió algo de sangre y se tuvo que agarrar al bastón con las dos manos porque la cabeza le dió vueltas otra vez. Tenía la sensación de que su conjuro era lo único que evitaba que se desmayase, es más, probablemente fuera así. El esfuerzo mental parecía el doble a la hora de concentrarse para lanzar hechizos mientras le dolía absolutamente todo.

Cogió aire para intentar aliviar la sensación pero simplemente necesitaba un respiro. Mientras tanto, al otro lado de la telaraña, los tentáculos que había convocado volvieron a estrujar el cuerpo del hechicero chardarrim con otro sonoro crujido.

Daño de los Tentáculos: 9

Raven se mueve a Q15

El capitán comenzó a lanzar espadazos a diestro y siniestro. Los filos de su estoque y de su espada corta golpeaban una y otra vez contra aquel hechicero esquelético. Sin embargo, las astillas que saltaban de sus huesos eran escasas.

Lefebre estaba sudando la gota gorda por tratar de destituir a aquel no muerto. Su esfuerzo obtenía escasa recompensa, no obstante no sé rendiría hasta verlo reducido a polvo. 

Victoire alzó su arco apuntando al chardarrim mientras agitaba su mano derecha y recitaba una oración a Celestar. Un haz luminoso se arremolinó en torno a la misma y cuando cogió la cuerda y la tensó, una flecha de fuego radiante se materializó. La tiradora miró al no-muerto, inspiró y disparó. Después cerró los ojos durante unos segundos. Sabía que había alcanzado a su objetivo y necesitaba serenarse.

Acción estádar: Victoire lanza luz abrasadora sobre el hechicero Chardarrim.

El chardarrim volvió a debatirse fútilmente en el mortífero abrazo de los relucientes tentáculos negros de Raven.

Hechicero Chardarrim sigue sin poder soltarse

¡Turno de Raven, Patrice, Victoire y Sazel!

(19) Victoire: 28/79 (Arma mágica mayor 3 horas y media, Vestidura mágica 3 horas y media)

(13) Sazel: 84/88 temporales 0/10 (Devoción por la ley 5 asaltos, Poder divino 6 asaltos, Puño de los dioses 1 asalto, Vestidura mágica 1 hora y media)

(11) Hechicero Chardarrim H5: 62 daños (herido) (apresado)

(10) Raven: 1/51 temporales 20/20 (Armadura de Mago 5 horas y media, Corazón de Tierra 6 asaltos, RD 10/adamantita, 0/100 de daño absorbido)

(6) Patrice: 77/84 (Silencio 10 minutos)

Tal y como había hecho durante el combate contra el monstruo marino, Sazel recurrió al arma que había aprendido a usar cuando no era más que un mozo en una aldea de pastores, antes incluso de que la Madre lo hubiera llamado y él hubiese respondido a Su Llamada. 

Hizo girar la honda dos veces, cargando el plomo con la sencillez de quien lo había hecho miles de veces. 

Sazel lanza arma mágica (Acc. rápida) por shield of faith, se mueve 5 pies a G14 y hace un ataque completo al hechicero (si lo ve bien, tiene cobertura, pero no total). 

Ataque 11 + 2 dev. conoc. +5 dev. ley = +18/+13. Daño 1d4 + 6 FUE + 2 dev. conoc.+ 1 arma mágica=1d4+9.

Con más confianza en sí misma, Victoire continuó disparando. Primero una y después otra. Dos flechas silbaron en el aire y fueron directas hasta el hechicero Chardarrim. Estaba claro que no era el mejor arma con la que atacarle, pero en esa situación y dadas las circunstancias, era lo mejor que tenía. 

Acción de asalto completo: Victoire hace un ataque completo sobre el hechicero Chardarrim.
Comentarios: Ank le ha llegado a dar  con un 19 así que entiendo que acierto los dos golpes.

Patrice siguió a lo suyo. Tratando de trinchar aquel saco de huesos. Golpe aquí y golpe allí iba creando pequeñas fracturas en el cuerpo de aquel revivido. No le hacía mucho daño, era difícil. Más cuándo los tentáculos cubrían gran parte de su cuerpo. Pero era un trabajo de desgaste. Tarde o temprano acabaría cayendo. O puede que no...

Los tentáculos continuaron constriñendo de forma inmisericorde, provocando una nueva sinfonía de crujir de huesos.

Daño de los Tentáculos: 10

Los Agentes de la Basílica enviaron coordinadamente una lluvia de ataques sobre el cadáver reanimado. El chardarrim se debatía aún con los tentáculos de Raven cuando le acertaron una andanada de proyectiles de los Celestarum. Patrice dio cumplida réplica y, con su oponente inmovilizado, le ensartó como si fuera un alfiletero. La acumulación de golpes terminó por desbaratar la magia que mantenía a aquella criatura en pie y, de pronto dejó de luchar. Los tentáculos negros de Raven parecieron devorarlo entonces, y siguieron aprentándolo por toda la duración del hechizo.

La quietud volvió a caer sobre el maizal y la aldea chardaukana. Solo oíais el sonido del torrencial aguacero y el sonido de vuestras propias respiraciones entrecortadas. Hubierais oído el crujir de los huesos del chardarrim, y las maldiciones de Patrice quizá, pero el conjuro de silencio de Victoire aún estaba afectaba al almirante.

- Pues ya está... - Dijo Lefebre, pero nadie, ni siquiera el mismo se escuchó. 

A su izquierda quedaba aquella trampa de telarañas infranqueables, frente a él, aquellos tentáculos negros meneándose y tratando de atraparle. Sus compañeros no parecían querer ayudarle a salir de ahí para reunirse de nuevo con él. 

- ¡Será posible! - Masculló entre dientes, pero nada se escuchó. - ¡Queréis acabar con ésto! - Alzó de nuevo la voz, pero nada. - Oh, ya... es estúpido silencio.

Finalmente, el capitán en completo silencio, tuvo que dar un rodeo para reencontrarse con su grupo y una vez con ellos, siguió silencioso. Silencioso y enfurecido a partes iguales. 

Raven se quedó donde estaba simplemente pensando que nunca habría imaginado que la lluvia pudiera pesar tanto. Las gotas escurrían incesantemente por el borde de su capucha y calaban su túnica, pegándosela al cuerpo y dando la sensación de tener sobre los hombros una manta forrada en plomo. Miró de reojo la mancha oscura de sangre en su costado que se mimetizaba con la humedad de la lluvia volviéndose un todo. Sólo el desgarrón en la tela y el continuo dolor ponían de manifiesto que seguía allí.

Aquella túnica era el primer y único regalo que le habían hecho hasta la fecha. De no ser porque tenía arreglo, se habría sentido bastante mal.

Observó cómo su conjuro terminaba de triturar al esqueleto animado mientras recuperaba el aliento entre resuellos. No podía oir a Lefebre pero lo vió hacer aspavientos y dedujo lo obvio: que quería salir de donde estaba. La drow levantó una mano y chasqueó los dedos, con lo que los tentáculos se esfumaron en medio de una neblina negra para dejarlo pasar.

Cuando se volvió a agarrar al bastón le temblaron ligeramente los brazos. Aunque ella misma no supo si se debió a la presión con la que lo apretaba o a la debilidad provocada por la pérdida de sangre. O a ambas cosas. Porque estaba poniendo todo su empeño en no caerse al suelo y en aguantar el dolor pero sin embargo no podía dejar de apretar las manos.

«Es casi como volver al Nidal... » pensó con un ribete de humor negro.

¿Cómo demonios había sucedido aquello? Nunca antes la vanguardia simplemente había desaparecido en su cara. Aunque lo que realmente hacía que aquella pequeña parte de ella de la que para su fastidio no lograba librarse por más años que pasasen se sintiera decepcionada, era el haber dicho a sus compañeros que los chardarrim eran resistentes a las expulsiones y que lo primero que hubiera intentado Victoire fueran tres expulsiones. No sabía el motivo y sinceramente le daba igual, tanto si había sido por el mero placer de llevar la contraria como por simplemente no tener en consideración su advertencia le parecía una tontería.

Pateó aquella vocecita molesta a un rincón de su mente y volvió a encerrarla bajo una capa de hielo, ni la quería ni la necesitaba en aquel momento. La odiaba. Odiaba aquella maldita vocecita que aún se empeñaba en esperar algo positivo del mundo.

Entre que aguardaba a que la Celestarum disipara también su propio conjuro para que pudieran oirse (y en honor a la verdad, también prefería que se acercasen ellos a verse forzada a caminar) barrió con la vista las chozas silenciosas. ¿Ahora qué tocaba? Se conformaba con que no fueran más sorpresas desagradables esta vez por parte de los lugareños porque ya había tenido suficiente de esas.

El hechicero se derrumbó como lo habían hecho sus guerreros. Tres de aquellos monstruos, tan solo tres, siendo ellos un cuarteto, y les habían hecho esmerarse como si en lugar de aberraciones no muertas, fuesen agentes de élite de alguna potencia extranjera. No eran tan poderosos como la Bête d’Os, pero ella era única, mientras que ese trío parecían meros soldados, parte de un ejército numerosos, tres entre millares.

Mientras los diferentes conjuros que habían convergido en el maizal se disipaban, Sazel se encaminó hacia los huesos molidos de los dos guerreros. Esas extrañas armas habían llamado su atención, y no había tenido ocasión de estudiarlas durante la lid. Sin embargo, se fijó en Corbeau, que asía su bastón como si fuera el cabo que impedía que la tormenta la arrastrara de la nave, aunque solo era lluvia pertinaz lo que la castigaba.

Mademoiselle Corbeau, la dijo con voz firme, para arrancar a la maga de su dolorido ensimismamiento. Le pasó un brazo por la espalda para ayudarle a mantenerse en pie. Incluso sin la fuerza de la Madre corriendo por sus músculos, Sazel era lo bastante fuerte como para sostenerla con una sola mano. Estáis herida.

La observación era innecesaria. Los no muertos la habían castigado con recios golpes, y el rayo que la había atravesado debía de haberle quemado las vísceras. Era sorprendente que se mantuviese en pie todavía.

¡Victoire! llamó a su compañera celestarum. Ella también había sufrido bajo las acometidas de los no muertos, pero estaba más entera. ¿Podéis hacer algo por ella?

Tras ver caer al último no-muerto, Victoire se tomó unos segundos para recuperar el resuello. Cerró los ojos y sintió como el torrente de agua caía sobre su cabeza. Chardauka no había dejado de ponerlos a prueba desde el momento en el que habían pisado tierra. Pruebas a las que el común de los mortales no habrían sobrevivido nunca. ¿Era coincidencia? Si no lo era, cómo había conseguido Revraine construir Merennes. ¿O había llegado a hacerlo a cualquier precio?

Entonces todo sonido desapareció de sus oídos y abrió los ojos alertada. Sólo era Patrice, no había deshecho el conjuro de Silencio. Tras romperlo tocando su medallón, todo volvió a la normalidad. Ahora tocaba hacer control de daños, donde la drow se había llevado la peor parte.

—Puedo—dijo con voz agotada y es que lo estaba, no recordaba cuando era la última vez que había llevado a ese extremo sus aptitudes divinas. Posiblemente... nunca.

Victoire se acercó a Raven y llamó a la Madre para que le concediera una vez más el don de la sanación. Tres eran las veces había alejado a la elfa oscura de la muerte en apenas unos minutos. Y algo le decía que esto sólo acababa de empezar.

Intercambio un Cerrar Heridas por un Curar Heridas Moderadas (21 pgs). Antes de descasar usaré el resto de conjuros que tengo (si es que no hay que usarlos antes) para hacer unas curas equitativas.

Raven parpadeó cuando la voz de Sazel interrumpió sus pensamientos y giró la cabeza para mirarlo. Lo normal solía ser que a la gente le diese miedo hasta tocarla. Vivir para ver.

—Vaya, ¿no eres supersticioso?—masculló con una risita dolorida entre dientes—. Eso está bien por variar...

Alguien más ácido quizá le hubiese echado en cara lo observador que era al resaltar que estaba herida pero a ella no se le había pasado por alto que el sacerdote había intentado defenderla en cuanto había visto el hueco en la vanguardia y valoraba bastante más aquello. Más que nada porque lo convertía en una persona atípica, no en uno más del aburrido montón que parecían necesitar hacerle saber a todas horas que no les gustaba por el mero hecho de existir.

Una cabeza reptiliana de escamas negras asomó cautelosa en aquel instante por el borde de su capucha. El dragoncito parecía asustado pues lo que hizo nada más constatar que no había peligro fue agarrarse al cuello de la maga con las pequeñas zarpas y frotar el morro contra su mejilla. Luego volvió la vista hacia Sazel.

—Es usted un humano amable, señor con pelo en la cara—dijo. La drow le murmuró algo en el mismo lenguaje que usaba para lanzar los conjuros y la criatura carraspeó rectificado rápidamente:—Señor con barba. Sazel. Señor.