Partida Rol por web

En las Fauces de la Tormenta

La Aldea de Yuacán

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03/12/2020, 11:40
Momoztli

Momoztli pareció algo aturullada cuando hablasteis tan rápido y utilizastéis palabras complicadas y estructuras gramaticales complejas. Os pidió que le aclararais varias cosas antes de contestar.

—Guillaume pensaba que el Señor de los Huesos tenía un demonio dentro —explicó la matriarca de la aldea—. Que su magia trajo la lluvia. Lo siguió al ziggurat hace unos días y no lo vimos más.

Negó con la cabeza, moviendo el llamativo tocado.

—Algo raro le pasaba al Señor de los Huesos, pero esta no es la magia de Chardauka. Esta es una magia antigua y malvada. Despierta cosas en el fondo del mar. Es lo que rompió vuestro barco, ¿sí?

»Ayudaré en lo que pueda. Pero Yuacán no es seguro. El Señor de los Huesos no está, y los chardarrim ya no nos protegen. Nuestros ancestros están descontrolados. Es peligroso salir al maizal.

Momoztli se señaló a sí misma.

—Yo os ayudo. Ropa seca, fuego, techo y comida caliente para vuestro pueblo. Madera para vuestro barco  —dijo, y a continuación os señaló a vosotros—. Vosotros nos ayudáis. Vais al ziggurat y veis que ha pasado con Guillaume, con el Señor de los Huesos y con mi hijo. Acabáis con esta lluvia malvada y podéis marchar. ¿Trato?

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03/12/2020, 12:48
Patrice Lefebre

No le gustaba como sonaba eso ciertamente. Magia antigua y malvada, demonios... Negó con la cabeza. No obstante, no quedaba mucha más opción. El trato era bueno. Ellos les proporcionaban víveres, un lugar donde descansar y lo más importante, madera para arreglar el Lauretta y a cambio ellos se jugaban la vida. Al fin y al cabo jugarse la vida era su oficio.

No me parece mal trato. - Les dijo a sus compañeros. - Les damos lo que quieren y obtenemos lo que necesitamos. Al fin y al cabo, supongo que íbamos a ir de todas formas a buscar al misionero, ¿no?

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03/12/2020, 14:48
Sazel

Disculpadnos, madame Momoztli. Estamos siendo demasiado impetuosos.

Tras esas palabras, se dirigió a sus compañeros, sin dar la espalda a la mujer que los había recibido.

Creo que sé quién es Guillaume, dijo. Pére Merrine me habló de un exorcista retirado con ese nombre. Presumo que es la misma persona.

Necesitaban saber más, y aunque la mujer hablaba el revraíno con sorprendente soltura, la intercesión de la Madre le permitiría aclarar los detalles que se escapaban por las costuras de la lengua aprendido apresuradamente. Elevó una sencilla plegaria a Celestar  y besó el sol radiante grabado en su medallón.

Tal es, un monstruo marino atacó nuestra nave, y la dañó severamente antes de que pudiésemos devolverlo a las profunidades. En cuanto a Guillaume, iremos tras él, dijo, en el idioma de los nativos. No vinimos en su busca, pero no vamos a abandonarle cuando está en peligro.

En peligro, se dijo, o muerto. Por lo que sabía, era un hombre competente, especialista en asuntos demoníacos, pero por lo que sabían, había acudido solo al ziggurat.

Decidme ahora, pidió, qué ha sucedido exactamente, aparte de la lluvia. Quién es el Señor de los Huesos y por qué Guillaume pensó que había sido poseído por un demonio. Yo traduciré a mis compañeros.

Notas de juego

Sazel usa don de lenguas.

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03/12/2020, 18:10
"Raven"

Raven se recluyó un momento en su fuero interno para pensar aquello. En su momento ya le había resultado totalmente fuera de lugar tanto la aparición del Haka'paharan'ost como de la propia tormenta en sí. Simplemente había surgido de la nada y con ella el titán de cola de aleta, hasta el punto de que casi daba la sensación de que la isla fuera una especie de ser sentiente que no les quisiera en sus costas.

Ahora de nuevo se mencionaba la lluvia y de nuevo sucedía algo extraño, esta vez con los chardarrim... que por cómo había hablado Momoztli, normalmente parecían ser una suerte de guardianes. Y definitivamente le cuadraba lo de la magia malvada: era la primera vez que veía algo tan retorcido en el vínculo que unía una creación con su creador. Que debía tratarse de aquel Señor de los Huesos, porque no eran invocaciones.

«Alguien está jugando con lo que no debe... »

Parpadeó volviendo a la realidad al caer en la cuenta de algo que le resultó importante, de hecho quizá para la chardaukana lo fuera más que el propio misionero, pero nadie parecía haber reparado en ello.

¿Tu hijo?—preguntó. Acostumbrada a intervenir poco, su voz sonó más suave de lo que cabría. De hecho se dio cuenta de que se encontraba demasiado atrás del grupo por la misma razón. Así que dio un paso para ponerse un poco más a la altura del mismo, emitiendo un ligero frufrú de túnica—. ¿Ha desaparecido también? ¿Cómo sucedió?

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04/12/2020, 17:19
Victoire Leblanc

Esto era interesante. Los chardarrim era cosa de los chardaukanos. Como sierva de Celestar, los no-muertos no eran algo que a Victoire le hicieran sentir cómoda. Pero ser capaz no sólo de invocarlos, sino de usarlos a largo plazo como protección del pueblo era una hazaña remarcable. Hasta que perdías el control sobre ellos claro.

La arquera acarició el medallón de la Madre de Todos. Más muertos vivientes... ¿estaría en disposición de expulsarlos? Su fe había flaqueado y eso había sido perturbador. No podía permitir que volviera a ocurrirle.

La ayudaremos—afirmó con rotundidad—. Pero cuéntenos todo lo que nos pueda ayudar.

Era un trato justo. Viajar hasta Merennes a pie sería mucho más peligroso que por mar una vez todo se hubiera arreglado. Y en este caso además estaba el añadido del misionero Guillaume. Además, oculto en su corazón se encendió la llama de la esperanza. ¿Y si Pierre se encontraba allí?

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04/12/2020, 20:01
Momoztli

Sazel llamó la atención de los guerreros de yelmos de halcón cuando empezó a hablar en su idioma. Momoztli, por su parte, le soltó una larga parrada a Sazel de la que no entendisteis ni media palabra. Por fortuna, el sacerdote os lo tradujo al mismo tiempo.

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04/12/2020, 20:03
Momoztli

—El Señor de los Huesos es una figura muy importante en nuestra cultura, revraíno —dijo Momotzli, que en su idioma natal tenía mucho más empaque—. Él conoce los antiguos secretos de la magia de nuestro pueblo. Cuando muere alguien importante para nosotros, un bravo guerrero, un músico excepcional, un afamado domador de dinosaurios, un Señor de los Huesos imbuye su alma en un cuerpo resistente, poderoso, especialmente preparado para perdurar. No dejamos que nuestros mejores talentos mueran, sino que nos sirven mientras la magia mantiene los huesos en pie. Para nosotros es un honor seguir sirviendo a los nuestros después de la muerte.

»El misionero Guillaume estaba muy interesado en nuestra cultura, es lo que me gustaba de él. En nuestras conversaciones escuchaba y se interesaba sobre nuestras tradiciones tanto tiempo como el que pasábamos hablando de Celestar o de Revraine. Aprendió nuestro idioma tanto como nosotros aprendimos del vuestro. Siempre pensé que la guerra entre Chardauka y Revraine era inevitable —dijo, y sacudió la cabeza—, pero debo reconocer que mis prejuicios hacia vosotros han desaparecido después de conocer a un hombre tan admirable. Quizá, y solo quizá, nuestras naciones puedan coexistir en paz y aprender la una de la otra.

Esbozó una sonrisa deslustrada.

—Disculpa, me recuerdas tanto a él, físicamente, que me estoy desviando. Guillaume me confesó que sospechaba de una posesión demoníaca antes de que empezara esta lluvia sobrenatural, pero como no tenía pruebas y era un hombre muy prudente, no me hizo partícipe de sus sospechas. Pocos días antes de que comenzara a llover, el Señor de los Huesos empezó a comportarse de manera ciertamente errática y se recluyó en sus estancias bajo el zigurat. Guillaume atribuyó la magia de la tormenta al demonio que él pensaba que habitaba en el cuerpo del Señor de los Huesos, y lo que quiera que estuviera haciendo bajo el zigurat, pero yo no estoy tan segura. Esta magia no es en absoluto parecida a lo que practicamos aquí. Es distinta y malvada. Sé por boca de Guillaume lo que padeció vuestro pueblo por los nigromantes de Nocturne y como os visteis obligados a luchar contra los cadáveres reanimados de vuestros propios hermanos y hermanas, pero nuestra magia no funciona así. Nosotros elegimos servir. Nuestra magia no tiene nada de maligna o siniestra, pero sí es cierto que depende del Señor de los Huesos.

»Entonces los chardarrim empezaron a descontrolarse y deambular por el maizal. Algunas veces reaccionando de forma violenta a nuestra presencia, como seguro que hicieron con vosotros. Decreté que todo el mundo se recluyera en sus casas. No quería que nadie sufriera daño. Ni nosotros, ni nuestros ancestros. Entonces empezó a desaparecer gente de sus casas, lo que era extraño porque los chardarrim no habían capturado a nadie, solo atacaban como si estuvieran fuera de control.

»Guillaume no era un hombre que se contentara fácilmente. Me confesó todo lo que sospechaba antes de marcharse al zigurat aunque le rogué que no lo hiciera. No consintió que enviara a unos cuantos de mis hombres con él. La luz de Celestar me protegerá, aseveró.

Suspiró y negó con la cabeza.

—No regresó al día siguiente y organicé una partida de rescate con voluntarios entre los guerreros de la aldea. Mi hijo, un bravo guerrero, encabezaba esa comitiva. Él adoraba a Guillaume. Ellos tampoco han regresado y ya han pasado dos días; temo que los chardarrim se hayan cobrado sus vidas —dijo con voz más angustiada—. Y entonces aparecéis vosotros y derrotáis a tres chardarrim y vivís para contarlo. Si hay alguien que pueda arreglar todo esto, sin duda sois vosotros.

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04/12/2020, 23:06
"Raven"

Raven escuchó a Momoztli con más interés del que estaba dispuesta a admitir, pero lo cierto era que los ojos azules de la drow chispearon ligeramente. Su curiosidad ya se había sentido atraída por aquel mundo nuevo, por cómo era, por qué tenía para ofrecer cuando había visto las coloridas criaturas plumosas en la selva. Y ahora la chardaukana hacía hincapié en otra cosa que también despertaba su curiosidad: las culturas que se habían adaptado a él, sus costumbres, su idioma. El saber era la debilidad de cualquier mago a fin de cuentas, aquel tesoro que tanto valor tenía y no ocupaba nada.

En aquel aspecto compartía la misma actitud que Guillaume, y eso que no lo conocía. Lo que eran las cosas.

Sin embargo volvió a refrenarla. Quería saber más de Chardauka y sus habitantes pero aquel no era el momento de preguntar por tales menesteres, es más, había otra cosa que le había llamado aún más más la atención del comentario de Momoztli, ¡una persona capaz de eliminar sus prejuicios ni más ni menos! Encontrar unicornios era más fácil que encontrar una de esas. La maga no veía la hora en que tal práctica se expandiera en la propia Revraine, si es que lo hacía algún día... porque seguramente junto al relato de Nocturne no les habrían contado precisamente bondades de los miembros de su raza. Siempre que salía aquel maldito nombre a la palestra eran todo malas noticias. Pero a fin de cuentas nadie se le había arrojado encima blandiendo un frasco de agua bendita, así que quería pensar que su presencia allí por alguna razón no resultaba muy desagradable.

«O eso, o no te han visto bien la cara debajo de la capucha... » pensó con un ribete de humor negro. 

Sugiero reponernos esta noche y echar mañana con la primera luz un vistazo al zigurat—les dijo a los demás—. Es posible que pudiéramos encontrar más chardarrim y a mí al menos me gustaría preparar algunos conjuros que podrían ayudarnos. Ahora mismo no me queda memorizado nada muy efectivo contra no-muertos. Y supongo que vosotros también querréis ir al cien por cien para tener más posibilidades de éxito.

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06/12/2020, 17:25
Patrice Lefebre

Patrice quedó gratamente asombrado por como aquellas gentes utilizaban la magia nigromántica, para fines totalmente opuestos a los que él había acostumbrado a asociar. La idea de no alejar definitivamente a los miembros más válidos de la sociedad una vez sus almas se decidían a abandonar el plano material, era realmente interesante. Aquel concepto tenía cierta belleza en su esencia y como filosofía era... bueno, muy diferente los valores que se inculcaban en Revraine.

Sus culturas eran muy diferentes y aunque Patrice creía que finalmente la guerra sería inevitable, esperaba equivocarse, pues tenía claro que ambos tenían mucho que aprender de los otros. Además, las mujeres de aquella cultura tenían un aspecto muy diferente al de todas las que había "probado" antes y eso también quería  experimentarlo. Al final Patrice era un explorador en todos los sentidos y también un conquistador y no únicamente de exóticas tierras, sino que también de exóticas mujeres.  La viva prueba de ello era el color de sus hijos. De los reconocidos y también de los que no.

Creo que es lo más prudente, si. - Aprobó la idea de Raven. - No sabemos a que nos estamos enfrentando y vamos a necesitar estar al cien por cien de nuestras facultades. - Miró entonces a su anfitriona. - ¿Podríamos comer algo, secar nuestras ropas y descansar unas horas en en lugar caliente? - Y con caliente aceptaba tanto una hoguera, como la compañía de alguna de las nativas, incluida ella misma.

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06/12/2020, 17:48
Victoire Leblanc

Conocer a tu enemigo. Un mantra muy extendido en aquellos que estudiaban la ciencia de la guerra y que Revraine directa o indirectamente había puesto en marcha. Aunque el misionero Guillaume tuviera otras intenciones, estaba claro de que la Basílica acabaría por tomar ventaja de ese conocimiento. Y eso si realmente el propio Guillaume tenía otras intenciones.

Victoire no era muy optimista respecto a que las relaciones entre Revraine y Chardauka no acabasen en un conflicto. El objetivo que habían recibido de la Basílica era claro, la conquista de Chardauka. Y ésta se podría llevar por asimilación o por sumisión . Pero con el avance mágico y tecnológico que hasta ahora había visto de los chardaukanos... Empezaba a pensar que sería lo segundo. Pocos pueblos se dejarían asimila.

Nadie en su sano juicio se metería herido, cansado y sin magia en una jungla desconocida. Y menos bajo una lluvia torrencial y en la noche—corroboró a las palabras de Raven y Lefebre—. Además, yo también debo cambiar mis oraciones.

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07/12/2020, 15:16
Sazel

Gracias, madame Momoztli, dijo. Seguiremos los pasos de Guillaume y vuestro hijo mañana temprano, si la Madre dispone.

A Sazel no le quedaba duda de que Guillaume era el mismo hombre del que le había hablado Pére Merrine. Los que tenían su herencia no eran tan habituales como para que fuese razonable esperar tal coincidencia. Y, siendo así, habían de tomar en serio la sospecha de posesión.

Respecto a las implicaciones del resto de las revelaciones de la mujer, el juicio tendría que esperar. Los no muertos eran anatema a las enseñanzas de la Basílica; una afrenta a los ojos de la Madre. Que su estado fuese fruto de la propia voluntad no alteraba la naturaleza de ese estado. Lo primero, empero, era encontrar a Guillaume. Quería escuchar lo que Guillaume tuviese que relatar, si seguía vivo.

¿Traeréis vuestra nave para que la tripulación puede empezar con las reparaciones? preguntó al capitaine.

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07/12/2020, 16:06
Patrice Lefebre

- Margaritha se encargará de todo. - Le respondió a Sazel. - Confío en ella casi más que en mi mismo. - Sonrió. De hecho confiaba más en ella que en sí mismo. Margaritha tenía dotes de mando y si bien a él en alguna ocasión le podían convencer de que mejor era beber un poco de gorc y pasar un buen rato a trabajar, con Margaritha eso no funcionaba. - Hablaré con ella. Sabrá organizar bien el trabajo y dar las órdenes pertinentes a la tripulación y a los carpinteros. 

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07/12/2020, 16:47
"Raven"

Mientras los demás se auto-informaban sobre cuál sería el siguiente curso de acción con el Lauretta, Raven se dirigió un momento de nuevo a su anfitriona.

¿Cómo se llama tu hijo, matriarca Momoztli?

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10/12/2020, 09:49
Momoztli

—Taclaelel. Su nombre es Taclaelel —respondió Momoztli.

Lo que siguió fue media hora de planificación y órdenes de revraínos y chardaukanos por igual. La matriarca de Yuacán organizó a sus lugareños y dispuso las estancias y la ropa seca. Ordenó que os prepararan una cena ligera a base de sopa con carne que sabía a pollo y huevos con chiles, con unas yemas demasiado grandes como para proceder de un pollo. Por vuestra parte repartisteis órdenes entre Margaritha y los porteadores, dejándolo todo listo para trasladar a vuestros hombres al día siguiente y empezar las labores de reconstrucción del Lauretta.

El día siguiente despertó con aún más lluvia, un aguacero frío y gris a juego con el estado de vuestro ánimo. Unas lugareñas se cubrieron las cabezas y los hombros con chales de abigarrados colores y se metieron bajo el diluvio para traeros el desayuno. Este consistía en una bebida de leche con canela espolvoreada y unas semillas de un cereal que no reconocisteis, una cazuela con judías oscuras aderezadas con especias aromáticas, tortillas de varios colores y salsas hechas a base de chile triturado.

Tras dar buena cuenta del exótico desayuno, tan distinto a cualquier cosa que hubieras comido antes, terminasteis vuestros preparativos y os dispusisteis a dar el siguiente paso.

 

Necesitamos listas de conjuros preparados, conocer vuestros conjuros activos y su duración y saber qué vais a hacer a continuación.

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10/12/2020, 12:59
Patrice Lefebre

Patrice comió en abundancia, no sabía cuando iba a poder comer de nuevo de forma decente, podía ser que incluso esa fuera la última vez. Al fin y al cabo no se iban a pasar unos días en un balneario, sino a un zigurat que posiblemente estuviera plagado de enemigos y fácilmente podían perder la vida.  Y es que en general le gustaba lo exótico y la comida no era una excepción. Lo que también le gustó fueron las coloridas lugareñas que les trajeron viandas bajo la lluvia. De hecho no les perdió vista de encima hasta que se marcharon de nuevo. A ellas no se las comió, pero le hubiera gustado.

¿Pensáis que es mejor que alguno más de la tripulación nos acompañe, o vamos únicamente los cuatro? - Les preguntó a los otros agentes de la Basílica Argéntea. -  Margaritha se encargará de as pesquisas del barco y no se si llevar a mi hijo...

- ¡Padre, no me quedaré a resguardo mientras...! - Mossa fue interrumpido.

¡Tú te callas! - Le recriminó el capitán. - Aquí las decisiones las tomo yo y en su defecto, madame Corbeau, Leblanc o monsieur Sazel. Y en éste caso he decidido compartir la decisión con ellos. ¿Qué hacemos con los mozos y con el bocazas de mi hijo?

 

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14/12/2020, 21:20
Victoire Leblanc

Victoire comió más por necesidad que por gusto o cortesía. Lo cierto es que la comida chardaukana no le resultaba nada atractiva. Estaba claro que no esperaba comer en ese lugar unos croissant de Port Coeur, pero si algo más... amigable. Pero claro, tampoco esperaba haber naufragado. Ahora mismo deberían haber llegado a Merennes, dónde sin duda la comida sería más decente.

—Lo mejor será que se queden aquí. Si lo que nos espera es un desafío similar a los chardarrim lo único que haremos será empujar a muchos de ellos a una muerte terrible. Y ya hemos perdido a muchos compatriotas—añadió con amargura.

La joven miró las judías de su cuento y se obligo a comer otra cucharada más.

—Además, no creo que sobren manos para reparar el Lauretta, ¿no te parece capitaine?

Voy a usar el capitaine ya que todos lo usamos. Deberíamos hacer un glosario de términos gabachos para usarlos con aquello de la coherencia.

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15/12/2020, 02:19
Patrice Lefebre

Así es señorita Leblanc, así es. - Asintió el capitán mientras masticaba. A él le encantaba aquella comida. Casi pensaba en que sería buena idea permanecer una temporada en aquel lugar, por eso de conocer a los nativos y sus costumbres. Un hombre como él, sabía adaptarse bien a lo exótico. - Iremos los cuatro. Mossa, tú volverás con Keke al barco y le ayudarás en todo lo que te pida. ¿Entendido?

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15/12/2020, 20:19
Sazel

Raramente llegaba a Sazel el sueño con suavidad, y cuando lo hacía, era casi siempre agitado, plagado de sueños perturbadores. Aquella noche, tras los largos días de tormenta en el mar y las batallas del día previo, llegó pronto y, si hubo sueños, fueron tan leves que despertó con la sensación de que las horas habían pasado en el periodo de un parpadeo.

Rezó con devoción. Siempre lo hacía, desde que tenía memoria, pero aquella mañana lo hizo de forma singular, pidiendo a la Madre que les asistiera en aquella tierra extraña. Que le concediera a su espíritu la resistencia para mantener al mal a raya, y a sus brazos la fuerza para destruirlo.

El desayuno comenzó en silencio, pero no tardaron en proseguir los preparativos para la expedición a la pirámide escalonada.

¿No deberíais quedaros vos también, capitaine, a supervisar las reparaciones? comentó Sazel.

El aasimar comía grandes cantidades, apropiadas para un hombre de su tamaño, pero sin atisbo de ansia o gula. Su rostro estaba impasible, y nadie hubiese podido adivinar si estaba disfrutando de los exóticos sabores. Ni siquiera él hubiera podido decirlo. Hacía mucho tiempo que se había habituado a ingerir de forma mecánica, sin prestar atención, o más bien ignorando de forma voluntaria, el sabor de la comida y la bebida.

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15/12/2020, 21:03
Patrice Lefebre

- ¿Yo? - Preguntó sonriente el capitán. -  A veces pienso que soy el más prescindible de todos los tripulantes del Lauretta. - Comentó. - Suelo simplemente dar órdenes aquí y allá a gente que ya sabe muy bien, mejor que yo diría, lo que tienen que hace. - Asintió con la cabeza. - Realizan su función cada día, una y otra vez. - Posó la mano sobre Sazel. - Amigo, todos quieren volver a casa. No necesitan que yo sé lo esté recordando todo el tiempo para que no dejen de trabajar o den lo mejor de sí. Y en todo caso, Keke puede ser muy convincente. Mucho más que yo, podría incluso decir. - Se encogió de hombros. - La verdadera diferencia que puedo marcar es en el mar, con mi dominio de la nave y las cartas de navegación. Y creo que el Lauretta no va a dejar el dique seco por ahora. - Soltó una carcajada. - ¿Responde eso a tu pregunta?

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15/12/2020, 22:52
"Raven"

El día se presentó de nuevo con la polémica lluvia. Normalmente a Raven le gustaba la lluvia pero aquella no parecía ser normal así que no terminaba de saber qué pensar de ella.

Había probado la comida al mismo tiempo que la analizaba mentalmente pues sentía curiosidad por qué se comía en Chardauka. Concretamente no podía dejar de pensar que si ya habían visto un dinosaurio marino nada le extrañaría que tanto aquellas yemas como la carne de "pollo" fuera de dinosaurios terrestres. Muy exótico todo.

¿Por qué nos pregunta a nosotros en lugar de a él?—se extrañó ladeando ligeramente la cabeza cuando Lefebre manifestó las dudas que tenía sobre su hijo. Aunque lo hizo sin malicia en la voz—. El muchacho es mayor de edad.

Era una pregunta retórica a la que no buscaba realmente respuesta porque no terminaba de entender aquello, pero a fin de cuentas ella no tenía hijos así que en su ecuación probablemente no se agregaban las mismas cosas. De lo que sí que tenía experiencia era de la sensación de sentirse menospreciado y resultaba evidente que Mossa se sentía así, de modo que intentó aportar algo para que también se viera valorado.

Lo que tu padre quiere decir pero no sabe expresar es que tu ayuda es muy valiosa aquí—le dijo—. Eres el comodoro y conoces el Lauretta tan bien como él, seguro que su ausencia no se nota estando tú, ¿verdad?

Miró al capitán de soslayo al pronunciar la última palabra. Por supuesto sabía que Lefebre había querido decir justo lo que había dicho y no aquello, pero era su granito de arena para sugerir que un método amable quizá podía funcionar mejor.

Además, diría que necesitamos también todos los brazos posibles dentro del ziggurat—añadió aprovechando la pregunta de Sazel—. Repartir una persona en cada sitio en lugar de las dos en el mismo no parece mala idea.