Partida Rol por web

La guerra ha azotado a toda España, una guerra de hermanos contra hermanos. Los rebeldes se han alzado contra el gobierno democratico elegido por el pueblo. Los primeros actos violentos se han sucedido, dejando al pais conmocionado y a medio mundo con los ojos puestos en él...

Camine por la calle algo asustada, hacia tiempo que no me sentia tan sola y desprotegida, pero debia madurar, seguir, avanzar, crecer ... encerrada en aquel sitio de monjas no iba a ayudarme mucho y si tenia que morir, lo haria intentando alcanzar lo mas parecido a la libertad y la felicidad.

No sabia muy bien que buscaba, los hombres que habian traido comida a las monjas no habian dado muchos datos sobre la gente que queria encontrar, pero tampoco podia ir preguntandolo por ahi, porque si algo tenia seguro es que solo nombrarlo, podria traerme problemas.

Asi que continue avanzando tratando de buscar algun indicio de aquellos hombres y mujeres que luchaban por lo mismo por lo que yo queria intentarlo.

Andando, desorientado, veo una chica a lo lejos, que anda mas perdida incluso, que yo. Poco a poco, me dirijo hacia ella, y sin levantar la voz, pregunto:

¿Viva la república?

Espero pacientemente la respuesta, pues puede ser que aqui termine mi lucha.

Me gire de pronto al escuchar la voz de un hombre preguntandome algo que parecia clave. Le mire de arriba a abajo, temerosa ¿y si metia la pata? ¿y si era una trapa?

Le mire a los ojos fijamente y asenti con lentitud - si - dije al fin mordiendo mi labio inferior y preparandome mentalmente para correr si aquel tipo intentaba cogerme de algun brazo o algo por el estilo, ¿como iba a reconocer a los que buscaba si ni si quiera sabia como identificarlos?

Fue como lo dijo, o como lo escuché yo, pero supe que habia encontrado a una aliada. Y lo único que púde hacer fue sonreir, sonreir estúpidamente y echarme a llorar.

Me acerqué y la abracé, después, me presenté:

Hola, me llamo Luís Jiménez de Saa, pero llámame Luisín.

No me esperaba en absoluto la reaccion del hombre. Le mire a los ojos y cuando se hecho a llorar le di dos timidas palmadas en el hombro mientras me abrazo. Luego me dijo como se llamaba. Abri los labios pero no dije nada ¿Como iba a explicarle? me toque mi garganta y nege con la cabeza, hacia mucho que no hablaba y aunque el anterior "Si" habia sido un deliz, no podia volver hacerlo, el silencio era mi voto de castigo.

Volvi a abrir los labios intentando pronunciar "Ana" ¿me entenderia?

Camino con aire recatado mientras voy al trabajo que mi hermano me ha buscado. Por la calle se ve a una chica que se ha cruzado con un hombre....

No miro en su dirección, concentrada en encontrar la casa del teniente Gómez.

Mi hermano tiene cada ocurrencia. Al menos voy a estar con un niño...

La dirección anotada se ve al fondo de la calle, y hacia allí me dirijo

En la calle hay una chica, un hombre y una mujer. Un encuentro, una busqueda... Del interiór de una taberna se escuchan cánticos republicanos, odas a la libertad y a la lucha...

Un hombre sale de la taberna, lleva un pañuelo rojinegro al cuello, va armado y con una jarra de cerveza en la mano...

Recién salgo de la taberna continuando el cántico, debo ir a la casa del teniente Gomez, darle las ordenes que hemos decidido la CNT y la FAI...

-A las barricadas, a las barricadas...-

Me quedo helada con la mano en alto para llamar a la puerta, cuando un hombre casi me arrolla al grito de "a las barricadas".

Me quedo allí, mirándole sin hablar, a la espera de que abran la puerta....

Me topo con una chica en el portal de la casa del teniente, casi la arroyo por no mirar. -Lo siento, estaba distraido...- Me disculpo con una sonrisa ajustandome el fúsil a la espalda.

-Si? digame. Casa del señor Gomez.- Contesta una voz de mujer joven por el telefonillo.

-Mmmmm... También vas a la casa de Eduardo?- Pregunto extrañado alzando una ceja.

Gire la cabeza al escuchar los canticos provenientes de una taberna, mire a Luisin y sonrei con los ojos iluminados señalando de donde venia el ruido. Hice un gesto con la cabeza y comence a caminar hacia alli con decision.

Le miro impresionada por el fúsil y su aplomo.

- Si, a casa del teniente Gómez. Son los datos que me han dado- sonrio a modo de disculpa- Me han contratado para cuidar de su hijo pequeño.

Bajo los ojos mientras hablo, volviendo a mirarle enseguida:

- ¿Es que ocurre alguna cosa? Le he oido decir a las barricadas... ¿Hay problemas?

Me rio tras sus palabras, pero no a mala fe. -Es un canto. Soy de la CNT. Y si, desgraciadamente estamos en guerra. El pais esta patas arriba, los insurgentes nacionalistas quieren revocar el gobierno elegido popularmente por el pueblo. Asi que nos hemos alzado en armas para proteger la libertad...- La digo con orgullo en mis palabras, hinchando un poco el pecho, pero me rasco la cabeza despues cuando la voz del telefonillo vuelve a hablar....

-Oigan, han llamado al telefonillo por algo en especial? Es usted la nueva chica? Ha venido con su novio?- Pregunta la voz.

-Emilia, soy José Lopez, vengo hablar con Eduardo y me he encontrado con la chica de servicio....- Contesto a la mujer del telefonillo.

Hoy iba a ser un dia bonito, me encuentro con una chica guapa, y encima quiere que la invite a algo. No me puedo quejar, moriré agusto.

Espérame, que voy contigo.

Echo a correr hacia ella, la cojo del brazo, y juntos vamos hacia la tasca, donde parece que se respira buen ambiente. Cuando entramos, le pido al tabernero que me ponga un orujo bien fuerte, y a la muchacha lo que pida.

Oye, por cierto ¿cómo te llamas?

Termino de un trago el baso y pido una cerveza bien fría, esperando que la chiquilla me diga algo.

Entrais en la taberna...

Dentro hay un ambiente festivo, donde veis milicianos armados, bebiendo y cantando....

El camarero os sirve la bebida. De momento la cerveza fria...

A un lado de la taberna se encuentra Fernando sentado entre varios milicianos se le ve un hombre un tanto enjuto, con barba de varios días y ropa desgastada, vestía un mono azul como llevaban otros compañeros suyos y llevaba a un costado una pistola Star, alrededor del cuello tenía un pañuelo rojo y negro algo descolorido y sobre la mesa descansaban varias granadas de mano caseras, una boina y un ejemplar de "Solidaridad Obrera" de la semana anterior. Cuando los cánticos parecen apagarse Fernando se levanta y empieza a entonar.

"Quien ametralla al pueblo quien lleva la batuta" la rumba la rumba la ruumba

"Quien ametralla al pueblo quien lleva la batuta" la rumba la rumba la ruumba

Son los guardias de asalto que son hijos de puta la rumba la rumba la rumba la puta  que los parió

Entre chanzas y risas todos parecen divertirse como queriendo olvidar lo que afuera les espera, cuando entran nuevos parroquianos no puede evitar llamar su atención.

-Salud compañeros-dice levantando el puño como saludo- ¿como llegáis a esta horas y que os trae por aquí?

Mire a Luisin, cuando el camarero me miro para saber que queria pedir, odie mi voto de silencio, asi no iba a poder comunicarme con nadie y mucho menos pedir a aquella gente que me acogiera ... Mordi mi labio inferior y suspire - Agua por favor - mi voz apenas fue un susurro con algo de voz, me odie por no ser capaz de guardar silencio pero si queria ser util, estar callada no iba a servirme asi que hablaria lo justo, si, eso era lo que iba a hacer. Mire a Luisin. Le tome del hombro para que se inclinase, no queria alzar la voz y el ruido y los cantos me iban a obligar a ello. Cuando se inclino y estubo a mi altura le susurre - Ana Maria - mis mejillas estaban algo colordas, estaba sola, con un desconocido, rodeado de gente desconocida a la que no sabia como tratar, pero debia ser valiente.

Me gire al escuchar a un hombre preguntarnos y con el puño alzado, ¿era el saludo de los milicianos? que poco sabia de este tema, pero debia aprender a la fuerza y por su puesto, no mostrar debilidad. Sonrei con timidz alzando un poco el puño, pero sin contestarle a su pregunta

Miro alarmada en dirección al telefonillo, contestando en voz baja:

- Soy Elena Gutierrez. Me han contratado para cuidar al hijo del señor... y no, señora, yo no tengo novio.

Bajo la mirada ruborizada de que hayan podido pensar que acudia a un trabajo asi con un hombre. Trato de sonreir al chico:

- Si, sé que el país está ... revuelto. Pero al verte venir tan deprisa creí que había problemas "aquí", ahora mismo. Bueno, ¿José has dicho?, ya has oido, yo soy Elena.

El ruido de la taberna llega hasta nosotros, y la chica y el hombre que vi en la calle han desaparecido dentro. Muevo los zapatos nerviosa, esperando a ver si me dejan entrar para conocer al niño, y a los señores.

-Encantado, Elena. Y si, soy José.- Digo dandola dos besos mientras se abre la puerta del portal con el zumbido caracteristico. Entro con ella y subo a casa del teniente Gómez, pues tengo que hablar con éste, aunque será rapido a priori...

-Siento mi impetu, salia de la taberna de un ambiente festivo y no miraba, iba distraido....- Me disculpo de nuevo.

Llegamos arriba y en la puerta nos atiende Emilia, la mujer del teniente.