Partida Rol por web

ASALTO 4

Ayash propinó un golpe tremendo a su dantesca imagen que lo desplazó de su posición, pero no consiguió acabar con él.

Pierot, por su parte, siguió siendo acosado por su enlatado reflejo, pero la armadura continuó aguantando los envites. Mientras, atacaba al falso Ayash pero una finta ágil hizo fallar su ataque.

El silencioso Elías continuó atacando al cantante, y esta vez volvió a herirle con su arma.

Beatrix volvió a conjurar las bolas de energía y las mandó directamente contra el doble de Pierot.

La imagen de Ayash a punto está de golpear pero un buen bloqueo con el mango del hacha evita que le alcanzara

Medrik propina dos violentos puñetazos a la imagen de Ayash, la cual retrocede por el golpe y desaparece cuando parece que iba a golpearse contra uno de los espejos.

Elías aguantaba todo lo que podía, pero se dio cuenta que la sangre comenzaba a manar en abundancia de su cuerpo, aún así no desistió y continuó tocando el instrumento 

 A pesar de su mal papel en el combate, pues servía para poco más que distraer a los reflejos mientras Ayash y Medrik lograron derrotarlos, el combate parecía ir más bien de lo que cabía pensar.

 - A por el reflejo de Elías, Medrik, cúrale mientras acabamos con el reflejo. 

 El caballero pelirrojo acosó al reflejo del juglar, tomándole desprevenido en su saña por atacar al juglar, causándole una profunda herida entre las costillas. 

-De acuerdo, Pierot. Asiente al paladín, mientras se dirige lo más rápido que puede a Elias. Mientras corre hasta él, desenvaina la varita que lleva al cinto, cuidadamente protegida en una bolsita acolchada. La extiende hacia el bardo, pronunciando una oración, y la punta de la varita brilla en un tono rojizo mientras el clérigo toca la espalda de Elias, que siente sus heridas sanar en parte.

Me lo estaba pasando en grande desquitandome con los dobles de mi compañero. Lo único que sentí es que acabaron con Ayash antes de que pudiera darle una bonita patada en el culo.

Alcé mi mano y volví a conjurar mis proyectiles para atacar al clon de Pierot

MIentras veía como Bellatrix iba poco a poco acabando con el reflejo de Pierot, que seguramente fuera el más resistente a sus golpes decidió ayudar a Elías y eliminar a su imagen. Había que ir acabando uno por uno con aquellas falsas imágenes y Elías sería el siguiente candidato a probar el filo de La Princesa.

ASALTO 5

Ayash giró el mango de su hacha mientras cambiaba de nuevo de objetivo, esta vez fue el reflejo de Elías el que recibió el tremendo golpe del guerrero, que hizo que la imagen ondulara antes de desaparecer.

Pierot se giró para ir a por la imagen del bardo, esto hizo que bajara la guardia, hecho que aprovechó su otro yo para encontrar un hueco en su armadura y asestarle un fuerte golpe que hizo que la sangre brotara manchando la ropa y la armadura por dentro. Pierot se enfadó y devolvió el golpe con un fuerte grito de rabia.

Bellatrix volvió a usar su arte para lanzar dos nuevas bolas de energía sobre el único enemigo que quedaba, pero la armadura parece que absorbió gran parte del daño.

Medrik sacó una varita y con una palabra tocó con ella a Elías. Automáticamente las heridas comienzan a cerrarse.

Elías agradece con un gesto la curación de Medrik, se encontró mejor y eso hizo que la melodía tomara mayor fuerza

Superar la recia armadura de Pierot sería difícil pero no si dejaba a un lado sus ataques poderosos y se concentraba más en la puntería que no en el daño.

Así que Ayash descargó un fuerte golpe sobre la imagen de su enemigo, donde otros estaban fallando espera que él acertase. 

Además el calor del combate estaba curando el mal estar del semiorco, parecía que lo que necesitaba era ver un poco de sangre para recuperarse.

 Quedando ya solo su reflejo, Pierot, junto con el resto de compañeros, la rodearon y empezaron acosarlo con sus armas para derrotarlo antes de que causara más daños.

 - Bellatrix, reserva tus energías arcanas, eso ya es cosa de acero y músculo.

Miré con odio a Pierot, pero le hice caso. Sería mejor tener guardado poder para sacarle un ojo.

Con mi maza ataqué al clon de Pierot

Medrik confía en que el patrón de ataque de los clones se mantengan, y el clon que queda ataque de nuevo a Pierot, quien parece estar en condiciones de aguantar aún unos cuantos golpes, gracias a su recia constitución y a su armadura. Por tanto, decide unirse al hostigamiento al que el grupo está sometiendo a su último enemigo. Aprovechando su mayor altura, permanece en segunda línea, intentando alcanzar a la réplica de Pierot desde ahí.

La música sigue invadiendole y consumiendole su ser, prácticamente no hace falta que siga tocando pero como no hay motivos para dejar de hacerlo sigue en ello, mientras una parte de su mente vuela y divaga en la magia de la música y como sus notas se entrelazan en bellas formas.

ASALTO 6

Sólo quedaba uno, el reflejo de Pierot. Fuisteis rodeándole para intentar encontrar un hueco en su fuerte armadura.

El primero en actuar fue Ayash que volvió a usar su hacha para golpear fuerte en su espalda. No atravesó la armadura, pero el parpadeo del reflejo hizo que supiera que le había dañado, adeás el fuerte golpe hizo que la imagen se deseuilibrara y fallara su ataque a Pierot.

Éste usó su arma aprovechando el desequilibrio de su otro yo, pero no pudo atravesar la armadura.

Fue Bellatrix la que un golpe con su arma y después de una pequeña explosión ígnea hizo que por fin el último de los clones desapareciera. Bellatrix notó como la música de Elías guiaba su mano y le daba la fuerza suficiente para acabar con su enemigo.

Una vez más el bardo volvía a ser una pieza clave en un combate a pesar de no utilizar ningún arma 

Como me ha gustado destruirte, Pierot, ha sido muy reconfortante

 Ante el comentario de Bellatrix, a pesar de las dos heridas que ha recibido, el caballero se las apaña para esbozar una sonrisa.

  - Comprendo lo que quieres decir, creo que lo he podido experimentar, Bellatrix.

  Tras el comentario da un vistazo a los compañeros, parece que el más mal herido ha sido él, después del sanado Elías.

 - Afortunadamente solo eran una sombra de lo que nosotros somos, y no podían conjurar, sinó habría sido un combate mucho peor. Buen trabajo a todos.

- Por un momento pensé que nos harían más daño del que pensaba.

Ayash se calmó tras haber entrado en furia. He quemado demasiada energía, amigos, ya sabéis... estos arrebatos que me dan... ¿qué os parece si descansamos un poco mientras nos ocupamos de las heridas que nos han hecho?

- Medrik, saca tu varita y haz eso que sabes... y a ser posible a Bellatrix no, con suerte acabará como su imagen. Jajajajaja. No te molestes guapa, es solo un chiste fácil. - dijo tras mirar la cara que ponía la mágica.

Mientras el grupo se felicita y comienza a descansar del combate, Medrik no se concede ni un momento de respiro; en cuanto la última imagen desaparece, empuña su varita y va acercándose uno a uno a sus compañeros heridos, hasta que juzga que sus cortes han dejado de sangrar, y preocupándose solo entonces de sus propias heridas.

No acaba de entender el comentario de Ayash, así que se acerca a Bellatrix con preocupación. ¿Dónde estás herida? No me he dado cuenta, perdona- Dice empuñando la varita ya preparado para curar a la maga.

Oh, perdona Medrik, pensé que Nuestra Valiente Dama había sido herida. Pero ya veo que es un hueso duro de roer y que ni siquiera le han hecho un rasguño. 

¡Esa es mi chica!

Dijo mientras daba un pequeño puñetazo en su hombro y le mostraba la más amplia de las sonrisas. Una sonrisa perfecta o casi perfecta para un semiorco como él.

Elias continuaba tocando, cada vez mas inmerso en si mismo. La melodia se había vuelto lenta y pausada pero el bardo apenas parecia consciente de su entorno. Se sentía uno con la música, como si su cuerpo solo fuese un estribillo en una gran canción.

Tranquilo Ayash; responde Medrik, pensé que se me había pasado alguna herida. Buen trabajo el tuyo también, Pierot. dirigiéndose hacia el paladín, hace una pequeña inclinación de cabeza, a modo de saludo.

Ve como las heridas de Elias sangran levemente, así que extrae de su bolsa un trozo de tela con el que vendar los cortes, se acerca a Elias y posa suavemente su mano en el hombro del bardo. Sonríe apaciblemente, a la espera de que abandone su éxtasis musical para poder colocar la improvisada venda.

Al recibir el toque de Medrik, Elías toca una última nota y rápidamente vuelve en si. Gracias Medrik, deja que el clérigo le atienda su herida. Ahora que se da cuenta es una herida seria para él. ¿En que momento se ha dejado tan expuesto como para que le hieran así? Una vez atendida su herida continua examinando el pasillo en busca de  mas trampas o puertas secretas.