Partida Rol por web

Super-R-ABO comienza a correr, pero no solo eso, sino que tiene la suerte de que un minicohete de la felicidad entra en el hueco de su culo, haciendo que vaya cada vez más rápido. Tiene tan buena suerte que alcanza al indeseable ciudadano y el cohete aún dentro de su cavidad ni siquiera explota. El ultravioleta intenta zafarse mientras grita.- Socorro, me están atacando.- El ordenador habla.- ¿Por qué atacas a un ciudadano ultravioleta hijo mío?.- dice mientras una máquina baja del techo, como una especie de brazo con algo puntiagudo que parece una arpón roboflecha gigante. 

-¿Yo? - dije con la mayor de mis sonrisas. Sin lugar a dudas el minicohete había cumplido su cometido. - ¡Qué va! Es que vi que éste amable ciudadano parecía triste y le alcancé alegremente para obsequiarle con este minicohete de la felicidad. - dije, tras lo que me saqué el minicohete del trasero y se lo metí en la boca a empujones al CS Ultravioleta.

- ¿Ves? ¿A que ahora eres más feliz? - le decía mientras sonreía y le "abrazaba" con todas mis fuerzas.

Tira Cinismo (4)

Super-R-ABO argumenta muy bien, aunque se le escapa el detalle de que es mutante. Poco después llega Mono-R-OJO al lugar y se encuentra el panorama. El ordenador le ordena.- Ciudadano, acabe con el CS Rojo finalmente, parece ser que su clon es defectuoso.- Acto seguido apunta con el arpón a Mono-R-OJO en señal de amenaza feliz. El ultravioleta dice.- Gracias, gracias.- Un ciudadano que no se declara mutante debe morir.

Por fin llego a donde está la acción casi al tiempo que el clon de Super-R-ABO está a punto de ser condenado. 

- Oigan, oigan -digo casi sin aliento- Creo que se está obviando una información muy importante: llevo vivo con este clon desde hace siglos -nunca mejor dicho- y he visto como este CS Ultravioleta robaba, traicionaba e intentaba sabotear las misiones que el Venerado Ordenador nos había encargado. ¡Super-R-ABO no es un mutante... es un visionario! ¡Que este Ultravioleta devuelva el anillo robado y que pague por sus traiciones! ¡Judeo comunista! -agarro al tísico Goll-U-MER de la pechera y lo sacudo violentamente. 

El ordenador apunta entonces el arpón hacia Viejet-R-ABO.- Si de verdad es un visionario igualmente es un mutante no declarado. ¿Osas llevarme la contraria?.- Dice muy cabreado el ordenador. El ciudadano ultravioleta se tapa los oídos con miedo.- Entonces declararemos mutante al ciudadano y pagarás tú con tu vida.- Dice el gran ordenador.

La indignación por la orden del Ordenador para que me maten hace un "click" en mi cabeza. De felicidad absoluta (porque yo era feliz), paso a pérdida del juicio total, saltándome los estados de negación, ira, negociación, depresión y aceptación. Con la cabeza demente hasta el extremo, digo:

- ¡Jah! ¿Y el CS Ultravioleta se sigue yendo de rositas? ¡Se supone que venimos a hacer misiones para el Glorioso Ordenador y cómo nos lo paga? ¡¡¡PREMIANDO AL TRAIDOR QUE SE DEDICA A  SABOTEAR LAS MISIONES!!! -con las manos en la boca para que se me oiga más fuerte, grito- ¡¡OÍDME TODOS!! ¡¡EL ORDENADOR TIENE VIRUS!! ¡¡NO SABE NI LO QUE QUIERE!! Pero a mí me da igual porque SIEMPRE FUI DE VIDEOCONSOLAS. ¡¡¡VIVA LA GLORIOSA PLAY STATION, NUESTRA NUEVA LÍDER!!! ¡¡¡JAJAJAJAJAJAJA!!! -me río de manera enfermiza y con los ojos enloquecidos mirando para todas partes, saco mi arma y disparo contra Goll-U-MER. Por supuesto, fallo estrepitosamente.

El ordenador titubea unos segundos, luego dice a viejet-R-ABO.- Tienes razón.- Acto seguido el arpón se dispara contra Viejet-R-ABO y lo ensarta como un cochino.- Era broma. Tenéis que obedecer a un ciudadano con CS superior al vuestro. De lo contrario seréis alborotistas del sistema. Por cierto, recuperad el anillo, no estáis cumpliendo con vuestras obligaciones.- Acto seguido el ordenador se apaga en esa sala. El ciudadano ultravioleta se pone de pie y dice.- Ya sabéis, tenéis que obedecerme o os aniquilará el ordenador. Soy de CS superior.- Acto seguido camina por el pasillo con la intención de perderse de la vista de los esclarecedores.

El lugar comienza a ser muy concurrido por agentes de CS rojo. Uno de esos agentes se queda especialmente sorprendido cuando ve al ultravioleta. Bueno, él y otros cinco se quedan completamente sorprendidos, y parece ser que no solo por el rango...

Al ver a ViejetRabo ser ensartado, una lágrima cae por mi mejilla de esclarecedor. El tiempo parece detenerse, o al menos correr a cámara lenta - ¡Nooooooooooooooooo! - resuena mi grito en las paredes.

La venganza nubla mi mente y saco mi rifle láser. - ¡Maldito amariilloooooooo! - exclamo, mientras enjugándome las lágrimas intento disparar al CS Ultravioleta antes de que deje la sala. Poco después añado, para que el resto de CS Rojo me escuchen - ¡Atrapadle compañeros! ¡Es un traidor haciéndose pasar por CS Ultravioleta!

-¡Maldito truhán!-Monor saca su pistola y dispara al Ultravioleta-Hacerse pasar por un cs ultravioleta.Debería darte vergüenza.

Como flamante y nuevo clon número 5, llego corriendo (no sin dificultades, que tengo un montón de años) junto a mis nuevos compañeros. Por el camino ya he recibido instrucciones de la misión que el Ordenador nos ha encargado.

- ¡Hola camaradas, felices ciclodías! Soy Viejet-R-ABO y no sabéis lo feliz que soy hoy -digo a todos. Y sin embargo, el saludo coincide con que mis compañeros están acusando a un CS-Ultravioleta muy desmejorado de ser un traidor. "Sus razones tendrán", pienso encogiéndome de hombros.

- Así que habéis encontrado un traidor, ¿eh? -digo sacando mi pistoláser.

Super-R-ABO le da en todo el cogote al utravioleta, con una precisión increíble. Éste cae muerto al suelo. Los esclarecedores sacan sus pistolásers y apuntan a los sospechosos de traición.- Han matado a un rango CS superior... ¡A por ellos!.- Dicen unos cuantos. Comienzan a volar tiros a diestro y siniestro. 

Mono-R-OJO es herido en el pecho, le han hecho un agujero curioso, aunque sigue vivo, pero inmóvil.

Viejet-R-ABO recibe un balazo en una condecoración, y no le hace daño, pero el ruído hace que caiga al suelo. Es como si una cibercacerola le hubiera dado en la cabeza.

Monor hace lo posible por aguantar el dolor, que resulta insufrible.

-¡Qué paz!-dice intentando mantener con dificultad su perpétua sonrisa-Así da gusto.

La bala que impacta sobre mi condecoración de "Mejor Sonrisa Feliz de la Camaradería de los Pro-Ordenador - Promoción de 1903" produce un onda expansiva sonora en mis oídos que me hace caer al suelo.

- Oh, por el chipset del Ordenador, ¡voy a morir como un viejo sordo! -digo con la cabeza como un bombo. El sonido repiquetea en mi sien como si de una charanga de pueblo se tratase. En el supuesto caso en el que yo supiese qué es una charanga, que saber eso es traición y yo no sé nada-. ¡Salvad... el... <tos de moribundo> anillo...! ¡Misión... ordenador! -y mi cabeza se queda de lado, con los ojos cerrados y con la lengua fuera, como si un actor muy malo se hiciese el muerto en una película cutre. De repente, me doy cuenta de algo- ¡Eh! Pero si no estoy herido -y me levanto a duras penas. La cabeza me sigue dando tumbos, pero intento buscar el anillo. Mis ojos con cataratas ven que Mono-R-OJO está tendido en el suelo, herido.

- ¡Mono-R-OJO, compañero! ¿Estás bien? -pregunto, taponando la herida con mi pañuelito de esvásticas.

Como siempre, mis maravillosas dotes de puntería habían dado sus frutos. El traidor había caído, y yo me erigía héroe del pueblo judeo-masónico comunista... o nazi. Yo que sabía. Ya ni me acordaba de a qué bando pertenecía. Y para colmo, una marabunta de esclarecedores habían presenciado mi increíble acto de destreza y lo habían tomado por un intento de traición. No tenía ni idea de cómo iba a salir de esa situación. Suponía que lo mejor era correr de momento.

-Ay, la que se ha liado... - digo, escabuyéndome por una esquina y agarrando una granada para lanzarla si fuera preciso - Y lo único que yo quería era vengarme del bicho ese raro y conseguir el anillo... ¡Ahora nunca sabremos qué hacía al ponértelo! - me lamento cabizbajo.

Monor seguía manteniendo su perpétua sonrisa.

-Duele un  poco, amigo mío. Pero es un dolor del que no hay que avergonzarse, pues se lleva con orgullo. Una herida recibida en el cumplimiento del deber le honra a uno y lo llena de felicidad. Ahora que bien, si alguien dispone de un kit médico o me pudiese llevar hasta un robomédico, sería más feliz todavía.