Partida Rol por web

-Gracias, Kyros. -responde la instructora con un guiño. Era muy común en ella hacer pedidos a los demás. Ya sea que tenga justificación o no. 

Kyros llega prontamente a la armería ypregunta por Edward como me han recomendado.  La armería es un recinto pequeño pintado con detalles en rojo. aunque la mayor parte esta fuera del alcance del publico comun. Los dependientes del  lugar atienden a traves de una especie de barra donde toman pedidos y responden consultas. 

Despues de unos minutos, aparece un hombre de baja estatura y gran nariz. Traía consigo un bulto envuelto en una tela blanca. Cuando llegó al encuentro de Kyros, desenvolvio el bulto mientras hablaba. 

-Tu debes de ser Kyros. Emmet dejó esto para ti antes de morir...

Es un chiste, está en la hora de la siesta. Esta espada fue creada con un tipo de metal raro que recibimos hace poco.

Edward revela una espada de mango negro y una hoja metálica brillante. Acto seguido, pasa el dedo sobre la hoja y ésta despide un zumbido suave.

-Se llama "La susurradora", aunque puedes llamarla como gustes. 

- Eso es... ¡una pasada! - dice Kyros sin poder disimular su emoción - Con razón tenéis fama de trabajar bien y rápido, ¡es impresionante! - Kyros acaricia la hoja - Susurradora... le viene como guante al dedo. Y dime, ¿cuánto os debo? - dice Kyros mientras echa mano a la cartera. No se le ocurría mejor manera de invertir el dinero que ahorró en sus últimas misiones.

Piros asintió ante las palabras del hombre sentado y se dirigió primero a su habitación para coger sus pertenencias y después dirigirse hacia la armería para coger sus guantes.

La habitación de Piros reflejaba bien su estilo de vida. Y casi siempre estaba poblada de regalos dados por fans. Una de las últimas canastas parecía útil para el caso. Contenía algunos objetos apropiados para el viaje. Luego de ello, se acercó a la armería. Un dependiente lo saludó amablemente y trajo sus guantes de siempre, recien reparados. -Buena suerte ahí fuera, Piros. -dijo el dependiente con una sonrisa. 

Edward recibe los halagos con una sonrisa. 

-Serían 5000 gil-responde. Era un monto importante pero no imposible. Los ahorros de Kyros mermarían notablemente pero la espada parecía valerlo. 

-¿Debes salir? Cuéntame luego cómo te funcionó. 

- ¡Muchas gracias! - dice Kyros tras pagar su nueva espada. Una vez la recoge, sonríe al dependiente, y sale corriendo hacia la puerta, sin poder aguantar la emoción que le produce su nueva arma. Una vez en la puerta, y antes de salir, se gira y grita desde ahí - ¡Dele las gracias también a Emmet de mi parte! - Y sale despedido de la armería.

Una vez en los pasillos, Kyros se para un momento para pararse a pensar. Con la emoción, había olvidado que iba de "paisano", sin su armadura. Antes de salir del jardín, Kyros va a su habitación para equiparse. Su armadura consiste realmente de algunas piezas sueltas: hombreras, guanteletes, y una serie de protecciones de cuero y metal para sus extremidades y torso, cubriendo sus puntos débiles pero sin resultar molesta para su movimiento.

Una vez equipado, y con su nueva espada a la espalda, Kyros se dirige a la entrada del jardín, preparado para ir a Deling a cumplir su encargo.

Sin cruzarse con nadie más de interes, Kyros sale del jardín y emprende el viaje. A pocos minutos de salir, puede divisar a la distancia dos creaturas moviendose por el piso rocoso. Según sus estudios, debían ser Geezard. Creaturas poco fuertes, pero en desventaja numérica la situacion podría complicarse. Quizás sería mejor tomar por la playa...

Aunque tengo ganas de probar a "Susurradora", no hace falta ir con prisas. 

Kyros decide ir por la playa: aunque supone que podría despachar a los monstruos con relativa facilidad, perdería demasiado tiempo, y tenía ganas de llegar a Deling. Además, Kyros solía evitar los combates si podía, sobretodo si la solución era tan sencilla como dar un tranquilo paseo por la playa.

Piros agradeció al armero que le hubiese reparado sus guantes y después asintió escuchando el consejo que le había dado. Aquella frase era la misma que solía dar una madre a su hijo cuando salía por la noche, pero lo cierto es que no aportaba absolutamente nada, lo dijera o no, estaba claro que iba a tener cuidado en el camino.

Sin más decidió que ya era momento de ir a por los antídotos que le habían solicitado. No podía perder más el tiempo.

Era una bella tarde en el jardín de Galbadia. La cafetería estaba llena de gente debido a que era la hora de almorzar. Un grupo de estudiantes hablaba animadamente en una de las mesas. En otra, una chica solitaria examinaba un papel con gesto de confusión. Había también varias mesas vacías donde Rogan podía ubicarse. 

Siento cierta curiosidad por el gesto de confusión de la chica solitaria. Me siento en la mesa vacía más próxima a la suya y me quedo observándola disimuladamente, a la espera de la próxima reacción por su parte.

Pienso que, si continúa un tiempo con exa expresión, se tratará de algo inusual o extraño y me acercaría a preguntar.

Por otra parte miro de vez en cuando si pasa alguien cerca de las mesas para pedir un café.

La chica examina el papel con minuciosidad y su expresión cambia por una de preocupación. Entonces, al bajar el papel, sus ojos se encuentran con los de Rogan. Inmediatamente la chica inicia el diálogo. 

-Hola. Eres un SeeD, ¿cierto? Necesito algo de ayuda. 

sin esperar respuesta, la chica se sienta a su lado y comienza a explicar su situación. -Mi nombre es Wint y soy de Dollet, a unos kilómetros de aquí. Mi familia vive allí. En una carta, mi mamá me informa que un monstruo está haciendo estragos por la zona. Si bien no llegó a la ciudad, temo que lo haga. Quisiera viajar a ver a mi familia y saber si están bien, pero creo que el viaje es peligroso para mi aún.  ¿Te puedo pedir que vayas a Dollet y veas cómo está mi familia?  Te lo compensare, lo prometo.

Con un gesto rápido le quito la carta a la chica y la empiezo a leer mientras voy pensando.

No es lo que estaba previsto como primera misión después de la recuperación, pero ¡qué demonios!, ya estoy cansado de estar en el Jardín encerrado. Necesito salir, y esta es la excusa perfecta. Por aquí no ha corrido aún la noticia de ningún monstruo asolando ninguna ciudad, así que imagino que ese monstruo no debe ser tan importante. Vamos a comprobar si ya estoy al 100% recuperado.

-Chica, tú aún eres estudiante, ¿verdad?. Entonces voy ahora mismo hacia Dollet. Eso sí, con la condición de que tú te quedes aquí.

Le devuelvo la carta a la chica.

-Necesito que me des todos los datos de tu familia. Nombres, descripciones, direcciones... cualquier dato de utilidad que me ayude a encontrarlos. Dollet no está lejos, debería llegar hoy mismo.

Un pcoo sorprendida por la presteza del SeeD, la chica asiente ante la condición y comienza a cumplir con lo solicitado. -El nombre de mi familia es Zummer. Mis padres tienen un negocio de objetos para viajeros. Mi hermano es pequeño aun pero los ayuda cada tanto.¡Muchas gracias por su ayuda! -termina la chica con un gesto de alegría. -Por xierto, yo soy Wint. Espero respuestas pronto. Ah, no olvide pasar por provisiones para el viaje. Puede ser peligroso ahí afuera. 

Aunque sólo fuera una estudiante, la chica sabia de lo que hablaba. El arma de Rogan estabaaún en la armeria, y podría conseguir alunas provisiones de su propio dormitorio. 

Me quedo sorprendido y extrañado por la velocidad con la que Wint me despacha y desaparece. Me quedo pensando en lo extraño que resulta el hecho de que me de tan pocos datos de su propia familia. Empiezo a desconfiar del asunto. Aún así, quiero salir, así que me dirijo a mi habitación para comprobar qué provisiones tengo y cuáles podría necesitar. Luego iré a la armería a por mi arma y, por último, comprobaré qué medio de transporte puedo utilizar.

La habitación de Rogan era como la de todo buen SeeD de Galbadia. Sobria, ordenada, serena. En su cofre de provisiones había aún algunas medicinas. Y en su punto de extracción personal pudo aprovisionarse de algunas magias de utilidad. Una vez en la armeria;, el encargado, Emmet, le entregó su fusil reparado. Se veía como nuevo, estaba lustrado y en perfectas condiciones. 

-¿Volviendo ya al ruedo? -preguntó Emmet con una ligera sonrisa. -Buena suerte ahí sfuera. No corras peligros innecesarios.-aconsejó el armero. Si bien tenía una apariencia apática, era una de las personas más amigables del jardín. 

Tras despedirme de Emmet, intento buscar un medio de transporte rápidamente. Si no encuentro ninguno, me tocará ir andando. No obstante, Dollet tampoco está tan lejos, así que iré de cualquier forma.

En la puerta de salida del Jardín, uno de los encargados del transporte comunica a Rogan que no hay vehículos disponibles por el momento. Por lo general los jardines facilitan transporte ante misiones oficiales. Parece ser que la alternativa sería ir a pie...

Hogar dulce hogar.

Kyros llega al jardín, algo magullado del viaje de vuelta, agradecido de no haber tenido más problemas durante el camino. Lo primero es lo primero. Tiene un paquete que entregar, así que Kyros va directo al despacho de la señorita Erin, esperando encontrarla allí o averiguar dónde se encuentra.

El jardín de Galbadia lo recibe como siempre. Gente entrenando en los pasillos, estudiantes caminando de aquí a allá. 

Afortunadamente, Erin está precisamente en au despacho.

Se trata fe una oficina pequeña con muchos libros y revistas guardados por varios lados. Al parecer, Erin era asidua a la lectura. Sobre el escritorio puede verse un ejemplar de diario que habla sobre una creciente ola de monstruos en Dollet. Cuando ve llegar a Kyros, los ojos de la instructora se iluminan. 

-¡Kyros! Ya has regresado. ¿todo bien en el viaje? ¿conseguiste mi pedido?