Partida Rol por web

Cuando los primeros goterones cayeron sobre la cabeza de Aerith, ésta no se lo podía creer. Miró hacia arriba, consiguiendo que una gota se le metiera en el ojo. Acto seguido, miró al bosque. ¿Por qué su Dios les castigaba de esa manera?

No le dio tiempo a maldecir ni a pensar nada más, pues el manto de agua fría les cayó por encima a una velocidad tal que no les dio tiempo ni a ponerse las mochilas en las cabezas para que el impacto fuera menor. El fuego se apagó y todo quedó mojado.

Esperad dijo, rezando a su dios mientras alzaba una de sus armas en lo alto. Tras unos breves instantes, ésta desprendió una luz que les permitía ver algo más.

Es peligroso, pero no nos podemos mover sin ver. Y tampoco nos podemos quedar aquí. Recoged todo y busquemos refugio.

Aerith conjuró algo de luz para iluminar la zona, pero caía tanta agua que tampoco se podía ver mucho más. Afortunadamente, al igual que ellos no podían ver nada, seguramente nadie pudiera verles, así que, estando como estaban ya empapados, simplemente se limitaron a esperar a que terminase de caer aquel repentino chaparrón.

Pero la noche se les echó encima, y la lluvia seguía empapándoles. Podían sentir como el frío y la humedad se les metía en el interior de sus huesos, y como la noche les había cubierto por completo. Seguían siendo un blanco fácil, a pesar de que la lluvia les cubriera. Desgraciadamente estaban tan cansados que apenas podían moverse, pero con tanto ruido era imposible conciliar el sueño...

Finalmente en cuanto amaneció, la lluvia cesó. Habían pasado la noche sin que ningún enemigo se les acercase, el aguacero había sido tal que todos los posibles enemigos se habrían refugiado. Ahora todo estaba empapado, la tierra embarrada y todo lleno de charcos, afortunadamente entre las hojas de las plantas se podía apurar suficiente agua para abastecerse por aquel día.

El camino para ayudar a Gala estaba siendo demasiado largo, pero tarde o temprano alcanzarían su objetivo.

Aerith se levantó con grandes ojeras, mirando mal a todo el mundo. Para ella era fundamental un sueño reparador para que el mal genio no hiciese efecto en ella. Pero no había sido la noche, y ni siquiera había podido rezar a su dios para recibir de nuevo sus bendiciones.

Tenemos dos opciones. O seguir ahora mismo o intentar dormir, ahora que la lluvia ha cesado. Estamos cansados y yo estoy con pocos conjuros, porque no he podido rezar a mi Dios. Opto por intentar dormir.

Vaya noche de perros.

Odyr estaba calado hasta los huesos y lo único que podía pensar era en aquella ladrona que se había llevado su manta de invierno.

Yo mantengo mis conjuros, pero no he conseguido pegar ojo. Me duele todo el cuerpo. Yo prefiero secarme e intentar descansar un poco.

Gala no podía creer en la mala suerte que estaban teniendo durante el trayecto, aun así no perdió el buen humor e intentó ver el lado positivo de las cosas. Si no podían resguardarse al menos continuarían avanzando.

Desgraciadamente tuvieron que parar, pero al menos con el aguacero que estaba cayendo era difícil que les atacasen. La noche paso, sin apenas poder conciliar el sueño, hasta que de pronto paró.

Era imposible avanzar, estaban todos demasiado cansados -Yo también voto por descansar- dijo con aire somnoliento.

-Descansemos entonces.-Digo mirando alrededor.-Creo que podemos descansar aquí e incluso reunir, si os acomoda, una pequeña cantidad de leña para conseguir hacer un pequeño fuego y calentarnos un poco. Ahora estará todo mojado, pero con algo de tiempo se secará y podremos hacer algo... 

-Mejor descansar.- Bedric contesta apretando los dientes. Como todos, la noche ha sido dura para él, y no sería buena idea continuar el viaje así. Aunque está tan cansado como el resto, al nómada le sale de manera natural ofrecerse para el esfuerzo de aguantar despierto un rato más mientras el resto descansan

-Yo puedo hacer primera guardia.

Bedric era el que se encontraba en mejor estado de todos así que decidió hacer guardia mientras el resto descansaba. Y entonces volvió a llover mientras esperaba. Por suerte esta vez no fue un aguacero como el del día anterior, así que todos pudieron descansar con normalidad.

Después el resto hicieron la guardia para esperar a que Bedric pudiera dormir algo, y fue entonces cuando llegó el ocaso cuando todos habían recuperado las fuerzas y por fin podrían emprender el viaje.

Ya estaban cerca de su objetivo final, así que solo les quedaba hacer un último esfurzo, andar unas cuantas horas más y seguramente antes de que llegara la noche habrían llegado a su objetivo.

Aerith se desperezó cuando tocaba moverse.

Vamos chicos, tenemos una misión que terminar dijo, palmeando la espalda a Gala. No debemos perder más tiempo... Ni ganar más heridas sonrió. El mal humor se le había pasado, aunque no del todo.

El nómada se levanta sin rechistar y recoge su arma, que siempre deja junto a sí mismo mientras duerme, y su pesada mochila.

-Estoy preparado.

Por fin habia conseguido dormir más o menos bien aquella noche, su ya de por si buen humor mejoró al encontrarse muy cerca de su meta.

-Vamos -dijo sonriendo a Aerith- creo que ya estamos cerca.

-Adelante pues.-Digo sonriendo.-Estoy ligeramente agotado, pero si es preciso, podemos seguir adelante. Aunque... temo que llueva de nuevo. ¿No deberíamos aprovechar para descansar y reponernos del todo y salir tras la siguiente tormenta?

No había sido su mejor noche, pero al menos había descansado. Odyr se atusó los ropajes y se dispuso a seguir a sus compañeros.

Finalmente decidieron partir para alcanzar el objetivo final de su compañera. Tras andar varios kilómetros lograron llegar a lo que parecía ser un edificio construído en el interior de una montaña. Aquella cueva era el lugar al que Gala tenía que dirigirse y cuando estuvieron cerca de la puerta se encontraron con dos esfinges que la custodiaban.

Allí dentro estaba el objetivo de Gala, una vez que lograra alcanzarlo, podría convertirse de una vez por todas en un Filo del Alba y empezar a comportarse como tal.

Odyr observó desde la distancia el nuevo peligro al que se enfrentaban, desde luego eran enemigos que parecían formidables.

Recitó una palabras arcanas y una luz azulada le recubrió el cuerpo por unos instantes (Armadura de mago), después estiró los brazos y conjurando otro hechizo las manos cambiaron de color pasando a ser de color de la tierra (Puño de piedra x2) y por último trazó un símbolo en el aire mientras recitaba otras palabras arcanas (Impacto verdadero).

Bien, yo estoy listo. Yo llamaré a Ifrit para que nos ayude antes de comenzar el combate, si se nos complica alguno de vosotros debería hacer lo mismo. ¿Creeis que debemos separarnos y atacar a las dos? ¿O por el contraio ir todos a por una para acabar con ella lo antes posible e ir después a por la otra?

-Como prefiráis.-Digo asintiendo a Odyr.-Yo llamaré a Céfiro y usaré mi poder para liberar la bendición de Heironeous sobre nosotros. De este modo seremos más eficaces en combate y nuestro cansancio se paliará un poco. Además, trataré de cargar en primer lugar para aprovechar mi armadura. ¿A todos os parece bien?

¿Y quién ha dicho que nos atacarán? preguntó a sus antiguos alumnos. Las esfinges son representación de fuerza e inteligencia. ¿Sabéis que saben decir acertijos? Puede que esa sea la prueba a la que tiene que enfrentarse Gala.

Miró a la joven detenidamente. Ella tenía que tomar la decisión Está bien que tomemos precauciones, pero antes de atacar...

Gala habló claramente esta es tu decisión. Sabes que esas criaturas podrían atacarnos nada más vernos, o también que puedan querer exponernos algún tipo de enigma para permitirnos pasar. Tienes que decidir si quieres atacar directamente o esperar a ver qué es lo que quieren de nosotros.