Partida Rol por web

Al ver a mi piloto y amigo en shock, y como sigo sujetando su brazo, iba a tirar de él para salir de allí. Pero no, no cuando veo la imagen de aquel...asqueroso...individuo intentando comerse a Kratos.

Eso me hace soltar a Dariel y alzar mi brazo con la pistola, eso me hace avanzar hacia él con rabia contenida en parte, y descontrolada al mismo tiempo. Por Kratos, por no saber si mi "familia" está bien, porque pudo haber pasado lo mismo con Ivy o...o Cassia... Maldita sea, porque esta es mi nave y la están convirtiendo en una escena que me da una mezcla de asco y miedo que me tensa por completo.

- ¡Eh! - grito - ¡Maldito hijo de puta, ven aquí! - cuando me he acercado lo suficiente, disparo a esa masa de carne llena de cicatrices.

¿Angel? Por el estado de Eileen deduzco que la ha visto, y no precisamente en buen estado...Al llegar a esa conclusión abrazo más fuerte a la niña, besándole la cabeza.
-Koboshi, ya está. Estás a salvo ahora.-le susurro.
Wladimir logra hacer reaccionar a Ivy, aunque por el ritmo al que lo hace bien podría ser el efecto retardado de mi cántico o simplemente la salida natural de su aturdimiento que llega bastante tarde.
Al menos empieza a recuperar color, y la lucidez necesaria para articular palabras y enfocar la mirada. Mantengo un brazo estrechando a la niña, y luego acaricio el rostro de Ivy sosteniéndole la mirada como apoyo. Empiezo a tener claro que no puedo quedarme aquí encerrada, esperando algo que quién sabe si va a llegar.
-Lo sé, cielo.-le sonrío muy sutil, lo máximo que puedo, y le acaricio el mentón. Yo también estoy empezando a desesperarme por los demás. ¿Debería..?-¿Cómo estaba todo fuera?-le pregunto a Wladimir, y espero que sea lo bastante discreto para ahorrarles los detalles a las chicas.

El acercamiento furibundo de Julian coge desprevenidos, en un principio, a los dos hombres de aspecto extraño y costumbres horribles, pero a pesar de su aspecto recio, son más hábiles y ágiles de lo esperado y el objetivo al que apunta el buen capitán consigue esquivar el disparo con creces. Tal vez la ira cegó al bueno de Julian o quizás aquella máquina de matar era más dura de pelar de lo previsto...

Al fondo, Stan el fed, el viejo veterano, a punto de jubilarse y con un espíritu igual de zorruno que un diablo viejo, consigue, con gran esfuerzo, realizar un disparo contra su contrincante, que le detiene por un momento en su ataque, pero queda lejos de hacerle gran cosa. El veterano fed no se amedrenta aunque no para de repetirse que sólo le quedan apenas unos días para jubilarse y vivir una larga ancianidad con su esposa y nietos y que se niega a morir en medio del Vacío a manos de semejante bestia, pero poco a poco los nervios están empezando a traicionarle.

Por otro lado, Helena, la bella mercenaria tuerta, parpadea levemente al ver todo aquel caos sangriento pero todo aquel horror no la hace titubear ni un segundo. Levanta la pistola que no había desenfundado en la Bumblebee, apunta hacia el reaver que está intentando cortar en pedazos a Kratos y dispara. Una bala cruza el tórax de la criatura humanoide y el charco de sangre salpica al cercano Julian en la cara y en la ropa.

-Nunca dejes a un hombre, el trabajo de una mujer- sonríe burlonamente, tras soplar en el cañón de su pistola, a modo chulesco.

Mientras los pocos feds presentes que quedan con vida, intentan evacuar a los civiles, especialmente de forma activa ahora que se ha iniciado un fuego cruzado importante entre el grupo recién llegado y los invasores carnívoros.

Los chicos (y chica, perdón Helena) ya se encargan de ésas bestias así que, tras comprobar que al menos Jack no se desmayará en menos de cinco minutos, corro a ayudar a los feds a evacuar a los civiles. No hay mucho que yo pueda hacer aquí y, ¡por favor!, soy un médico. Curo vidas, ¡no las quito! Por mucho que ésas cosas no sean... humanas... cosa que dudo.

Sí, sigo pensando que son drogas. Fuertes y fuera de mercado... pero drogas.

Cuando Ian se va dando gritos para ayudar a los refugiados a salir de la zona de tiro, lo miro alejarse con el rabillo del ojo, parece que ya está mejor, pienso mientras lo veo intentar dirigir a los refugiados hacia un lugar seguro.

- ¡Doc, agache la cabeza y vigila por donde andas, sal por allí! - Le grito mientras señalo la dirección opuesta a lo que tengo visto antes entre las sombras. - Cuando salgas cierra y sella las puertas.

Después, vuelvo a centrar toda mi atención en el saco de cicatrices que estaba intentando comerse a Kratos y frente al que está el capitán, la cosa pinta mal para él, por lo que ya que estaba apuntando a este pedazo de mierda le vamos a dar un pequeño regalo de bienvenida a la nave. Grito para hacerme oír por encima del barullo de la cubierta:

- Eh tú, Wong Ba Duh, me acabo de follar a tu primo, el que dejaste en la otra nave, ¿quieres probar tú también?

Después de gritarle, sujeto bien la pistola con las dos manos y disparo.

[Disparo 1: 2d8 = 6]

El disparo de Helena no parece haberle afectado mucho, pero debido al impacto se ha movido lo justo para que mi disparo sea una ruina, tendría que estar muy despistado para que impacte.

[Disparo 2: 2d8 = 14]

El segundo disparo ya es mejor, ahora lo he podido centrar bien y se ha comido un buen trozo de plomo.

Ángel

No podía achacarse su muerte, él no sabía que podía pasarle, sólo quería que fuera a buscar a una persona, ni siquiera sabía que había peligro, estaba claro que no podía culparse, que la culpa era evidentemente de quien la había matado.

Pero lo hace, y lo hará.

Se restriega los ojos, está cansado, pero los ojos de su alrededor lo buscan, con expresiones que dicen demasiado al que en su día fue soldado. Nunca ha sido bueno dando consuelo, regular tirando a malo dirían los escasos con los que lo intentó, así que intenta centrarse en lo que mejor sabe hacer, salir de situaciones difíciles, aunque le cuesta recordar una con peor pinta que esta. Hace poco hubiera intentado salvar el culo a toda costa, ahora, por desgracia para él, las cosas eran diferentes, por eso siempre intentaba trabajar solo.

-No pueden tardar mucho en regresar- se dirige primero a Ivy, tiene que tenerla ocupada –intenta comunicarte con ellos de manera regular, y olvida de momento a la Bandit, ya nos ocuparemos de ella más adelante- las cosas una por una parecen más fáciles, y aunque él puede ayudarla a pilotar sin problema, era un dato que podía indicarle que lo más probable era que su hermano no volviera nunca, así que se lo calla. Se vuelve hacia Cassia, alcanzando  su leve sonrisa, sigue estando sorprendentemente hermosa a pesar de la situación, un bienvenido bálsamo, va a necesitar de su espíritu, sin duda.

-Tengo que ir a echar un vistazo de nuevo, lo primero ha sido traerla- movió ligeramente la cabeza en dirección a Eileen –El chico ha visto también a Kaplan, iremos de nuevo a ver si podemos encontrarlo y traerlo de vuelta ­– o no, pero los detalles se decidirán sobre la marcha – creo que lo mejor es que esperéis aquí de momento – frunce el ceño, pensativo, -¿Hay algún mapa de la nave? Aún me pierdo un poco en ella – dirige su mirada de nuevo a Ivy ­- tal vez puedas buscarlo mientras salgo de nuevo a echar un vistazo – camina hacia la puerta, haciendo un gesto con la cabeza hacia Thornfinn – Vamos, pero solo si quieres venir- se detiene un segundo antes de salir -¿Encontrasteis algún arma?-

Por unos minutos me siento como fuera de mi cuerpo, como si no estuviera ahí, en el hangar, a punto de ser devorados, violados y torturados por tres putos malditos reavers. Pero oír gritar a Jules y verle lanzarse de cabeza a por uno de ellos me hace salir de mi estado de ida de olla. Es un aterrrizaje forzoso mental que me hace verlo todo a cámara lenta, a Jules gritando, luego a Jack disparando una bala, que pasa rozando a mi mejor amigo para encrustrarse en uno de los feds que aún seguía vivo y que estaba ayudando a Stan. Uno menos que sufrirá en vida.

Entonces oigo el segundo disparo de Jack y levanto yo también mi arma. Aunque en un primer momento pienso en disparar al que está con mi amigo, acabo desviando el cañón de mi arma hacia el tercer reaver, el oculto, el que nadie parecía haber visto. Apreto el gatillo y la bala sale directa hacia aquel horror con forma alejadamente ya humana y le pasa por el lado de la cabeza, llevándose una parte de su oreja. No le he volado la cabeza, lastima, pero no soy pistolero, si no piloto y ahora vamos a morir todos.

El reaver levanta la cabeza y se queda mirando al piloto, sonríe torcidamente y suelta a su presa, que yace desmayada o muerta bajo su peso y se levanta. Parece que ha perdido interés en su comida y ahora se lanza hacia el grupo recién llegado: Rousseau, Dariel y Jack, que están disparando a distancia, ya que el único que se ha desplazado ha sido Julian, que ahora se dispone a recibir la "respuesta" del reaver al que han estado disparando Jack y el Capitán de forma indiscriminada.

El segundo disparo de Jack ha sido muy certero y da en una pierna del reaver, abriéndole una herida importante, que no para de brollar sangre, pero al tipo de cara rajada no parece importarle en demasia el estar muriéndose lentamente con las heridas recibidas así que carga contra el que tiene más cerca, Julian.