Partida Rol por web

A ella no se le escapó que Bastian no había respondido a su solicitud de perdón, así que entendió que el estaba molesto y quizá tuviera razón. No dijo nada y siguió el ritmo de la musica de las manos de aquel ser. Cada segundo que pasaba, odiaba mas tener que estar ahí porque a mas que diese una vuelta, tenia que ver a Ragnar bailando con la norteña. Si Bastian estaba enfadado con ella, no le quedaba mas que seguir su plan inicial en cuanto tuviese oportunidad. La estúpida prometida de su hermano se sentía la gran cosa y era una atrevida sin duda, ya se las vería con ella.

Ser Bastian estaba aturdido por las insinuaciones sobre su espada por lo que casi no pudo oir a Constance y su peticion de disculpa y aunque lo habia oido su cabeza no estaba en su lugar, se sentia alagado por la insinuación pero no podia creer que hubiera salido de tan dulce chica, cada segundo que pasaba ser Bastian estaba mas conforme con Constance.
-Su cuñada tiene una lengua afilada, la compadezco.- Dijo Bastian para entablar una conversación. -Pero no se preocupe, yo me encargare de que en este torneo sean pocas las veces que se cruce con ella.-

Ella volvió a mirarle, era sin duda alguien muy distinto a ellos, incluso le costaba mucho la idea de pensar en que podría hacerle daño con sus actitudes porque si bien, antes con cualquiera no le habría importado, con él era distinto y no estaba muy segura de por qué. Ojalá fuera más sencillo ser la Constance de siempre con él, debía intentarlo porque después de todo, aunque él fuese tan galante nada le garantizaba que fuese ser así siempre.

-Si me cruzo poco con ella, significaría que estoy con vos..-dijo ella en baja voz sólo para él.-¿Por qué pasaríais más tiempo conmigo que en otros menesteres de este torneo?

Danzaba junto a él de una manera graciosa, ella realmente sabía hacer esas cosas pues para eso había sido educada la vida entera. Luego la joven guardó silencio y cruzó su mirada con la de su gemelo durante unos segundos que parecieron una eternidad, si a él no le importaba, a ella tampoco pero él sabía lo que pasaba por su mente en esos momentos. Abrazó un poco más a Bastian y le dijo:

-Quizás yo valga demasiado pero vos os merecéis mucho más...

Ella sabía porque lo decía.

En un instante, mientras bailaba con Eleana, la mirada de Ragnar se cruzó con la de Constance. Él podía sentir el enojo, los celos... y la tristeza. Hubiera dado muchas cosas por cambiar esa situación, pero en cierta forma, él no podía hacer nada. Ni él, ni Constance, ni nadie. Era algo que tenían que pasar... y hacerse fuertes, sin caer en el conflicto. La conocía, muy bien, y sabía que su hermana no estaba pasando un buen momento. Pero ambos sabían que este momento iba a llegar algún día. Ragnar pensaba que tal vez había tardado mucho en llegar, y por eso pensaron que nunca llegaría. Pero él era el heredero de la Casa Nightwing. No podía quedarse soltero.

La mirada de Ragnar estaba teñida de tristeza y comprensión. Pero, ¿cómo decirle esas cosas que sentía sin despreciar a su prometida? No podía, ni por ella, ni por él, ni por la Casa. Simplemente, no podía. Las cosas eran así, quisieran o no. Lord Owen había hablado y Lord Manderly había aceptado a su yerno. Estaba listo. No se podía hacer nada.

Espero que algún día lo entienda... más temprano que tarde.

*-Si claro, por tomar frío.... un guerrero algo blando para mi gusto-* Tenia que indagar un poco más en el asunto pero no quería llamar la atención haciendo demasiadas preguntas por lo que decidí preguntar algo menos llamativo dada la situación.

Volví hacia la zona de los caballeros y busque algunos con pinta de buenos habladores para retomar las conversaciones acompañado por una buena cerveza pero tratando de mantenerla alejada de mis labios lo más posible. Cuando el banquete terminara sería tiempo del alcohol y las mujeres.

-¡Jajajaja si ahora tu dices que eres el mejor pero quisiera verte frente a un capa blanca!... No, ahora en serio, ¿quienes son los mejores del torneo aparte de la Guardia Real?-

-¡En el patio ayer había unos pobres diablos que ni con la ayuda del Guerrero hubieran sujetado bien sus lanzas! Jajajaja. ¿Sabes si hay muchos principiantes dando vuelta? Me vendría bien la información para las apuestas.

Preguntas como estas fueron las que mas volaron, pues tenía que encontrar los rivales apropiados (y los no tan apropiados) para Ser Ragnar, pero también pregunte específicamente por las habilidades de los tres enfermos... Si los tres eran relativamente buenos (o al menos los dos del banquete), la teoría de un veneno tomaría más fuerza en mi mente...

Sinceramente no entendia nada de nada de lo que pasba en esta cena,asi que como nadie notaba mi presencia o mi ausencia, me levante despacio y deje el lugar.

[ Merida Fuera De Escena ]

-Los hijos de Whent son todos principiantes.- Dijo un hombre a Álvar. Lo mejor será elegir a alguno de esos para voltearlos a la primera y luego resistir.- agregó

Otro hombre con el emblema de la casa Baratheon tomo la palabra.
-Si quieres apostar a alguien apuesta por Owen Nigthwing, ese hombre es duro, se dice que quiere desmontar a los hombres de la guardia real que aun no desmonto para mostrarle al rey que el es mejor que su guardia.-

-Yo hubiera apostado por Ser William pero cayó enfermo.- Intervino otro hombre con un cuerno de cerveza en la mano.

*-Wow, esto no me lo esperaba... al parecer debo tener cuidado de no hacer enfurecer a Lord Owen-* Sabía que era caballero veterano, pero no esperaba que recibiera tanto respeto en un lugar tan lejano a Stonecrow. Termine de beber con los muchachos y me retire a una esquina del salón con mi flauta para no molestar la música del baile. Busque con la mirada a los Nightwing entre la multitud mientras ponía en claro mis pensamientos.

Las notas salían tímidas y suaves mientras mis dedos se movían guiados por la experiencia de los años a través de sus muescas para dejar el camino libre a su dulce melodía. Esta única rutina en mi vida me ayudaba a concentrarme mejor que cualquier cosa.

*-Dos se enfermaron durante una fiesta por "comida en mal estado", pero de toda la gente que asistió a esa fiesta solo ellos dos se enfermaron... muy extraño. Encima de eso, justo cuando Lord Peckledon apuesta fuerte en favor de su hijo, el guerrero cae enfermo por un golpe de frío... que yo sepa las putas te calientan, no al revés.-*

Eran demasiadas coincidencias... y aún así nunca había creído en casualidades así que habría que tener un poco de cuidado. En especial con Lord Owen, no fuera a ser que por ser tan bueno, recibiera muchas apuestas y se convirtiera en objetivo de algún envenenador para inclinar la balanza y las monedas a su favor.

-Por favor Lady Constance usted es todo lo que quiero no se desmerezca en nada.- Dijo Ser Bastian mientras bailaba con la pelirroja.

-Ahora debo confesar que me dejo con la intriga de que es lo que pasaria en mi futuro, su guardian nos corto las predicciones y ahora no puedo dormir, aunque confieso que lo que me quita el sueño no es no saber mi futuro.- agregó el caballero mientras bailaba.

Ella sonriò, ya no estaba a gusto en la cena, quizà con èl si pero por lo demàs, lo unico que querìa era largarse de aquel sitio.

-Estoy segura que habrà una nueva oportunidad para que os diga vuestra suerte pero...

Constance se acercò a èl y le dijo en el oìdo con vos dulce.

-Pero lo cierto es que no sè mucho màs del futuro que vos, sòlo querìa haceros reir un poco.

-Si ya lo he notado, es usted igual de temperamental que su hermana.- Pregunto Lady Elaena con picardía.

La mujer se levanto de su asiento y tendió la mano a Ragnar, -entonces bailemos.- dijo con alegría mientras arrastraba al joven heredero a la pista de baile

 Ambos bailaban bien, la chica conocía danzas mas allegadas a sus tierras y algunas de la tierra del Dominio pero se manejo bastante bien con las canciones interpretadas.
-Es usted un buen Bailarín mi señor.- Dijo Elaena -¿Ha tenido mucha practica?- Pregunto con una sonrisa en los labios

-¿Ya lo ha notado, milady?- preguntó aparentando sorpresa -Sólo soy temperamental con los que se lo merecen...- aclaró el joven con otra sonrisa.

De su familia, era el más tranquilo, lejos. Pero era algo que había aprendido con el tiempo, gracias a las enseñanzas del Maestre y de su madre. Su tío también había ayudado a forjar esa personalidad más tranquila.

-Gracias Milady, vos también- le respondió mientras seguían bailando -No mucha práctica... pero son las cosas que uno aprende cuando es Heredero...- 

-Eres muy bella... creo que soy muy afortunado...- le dijo acercándole el rostro a la joven luego de un par de canciones de las Tierras de los Ríos -Quiero conocerte más... ¿qué haces en tu hogar?-

-Muchas gracias por los halagos Mi señor.- Dijo la joven de Puerto Blanco.
-Usted también es un hombre muy atractivo, además de heredero de una gran casa, yo soy la que debería sentirse afortunada.- agregó mientras seguían bailando.

-En mi hogar siempre hay cosas para hacer.- comentó mi padre y mi hermano siempre insistieron en que aprendiera mas cosas que las habituales de una dama y por eso me aficione a la cetrería.- Contó la mujer. -Además se montar a caballo y un marinero de tierras lejanas me instruyo en el manejo de armas.- Dijo  -Aunque solo se blandirlas, no estoy para un combate ni mucho menos.- Agregó rápidamente, no vaya a ser que pensaran que era una loca o algo así.

-El Norte vive en usted, milady- dijo sonriendo -Veo que no serás una esposa común y corriente... y me alegra mucho- agrego sinceramente...

Aunque espero que ese uso de armas no sea también un signo de rebeldía...

-Me encantaría que alguna vez me muestre lo aprendido con aquel marino... ¿braavosi?- preguntó para luego darle un giro acorde a la música que estaba sonando en ese momento -Es importante que una mujer sepa defenderse... aunque cuando estés conmigo no necesitarás protegerte de nada... tendrás soldados cuando necesites y yo estaré allí- le dijo galantemente.

-Es una pena, me hubiera encantado tener muchos hijos y dormir todas las nocher con una hermosa mujer.- dijo ser Bastian mientras seguia bailando con Constance.

-Aunque tal vez eso se pueda cumplir, la hermosa mujer ya la conozco, solo me falta saber si quiere tener a mis hijos.-al decir eso guiño uno de los ojos a constance mientras acompañaba sus movimientos al son de la musica.

Constance lo miró fijamente, era realmente buen mozo y podía enamorar a cualquier mujer. Se sentía cómoda entre sus brazos y casi que olvidaba todo lo que le había acontecido.

-Quizá la conozco y no este equivocada pero, qué, además de belleza ha de tener esa mujer?

Se acercó con coquetería a él.

-Pronto van a casarme... Seguro que ya sabeis eso... Seria afortunado si mi padre también lo mirara con tan buenos ojos como os veo yo...

Su delicada mano acarició el hombro de Bastian.

-Me alegra que no se espante por que se pelear.- Contesto Lady Elaena -Algunos creen que no es una buena cualidad en una mujer.- Agregó

-El marinero no era Braavosi, ellos solo pelean con unas espadas muy finas no con hachas. El sujeto era de Norvos y según el habia cortado mas de un millar de cabezas.- le contó la muchacha a ser Ragnar.

-Pero tal vez no sea una buena charla para un día como hoy propongo que cambiemos el tópico.- Dijo esperando un segundo pero sin dar tiempo a replicas.

-¿Como es el lugar en donde viviré? cuénteme sobre el nido de cuervos por favor mi señor Ragnar.

-Esa mujer debe tener una gran espíritu, también debe gustarle viajar ya que no me gusta quedarme quieto.- Contestó Ser Bastian. -En resumidas cuentas busco a alguien como usted mi señora.- El hombre siguió bailando al son de la musica mientras mantenía la mirada en los ojos de constance.

-Seguramente soy capaz de convencer a su padre, de eso no tiene que temer. haré todo lo posible por que el cambien de opinión y me busque a mi como prometido para su hija.- una sonrisa picara surgió de los labios de Ser Bastian mientras decía eso ultimo.

Constance estaba convencida de que Bastian podìa ser esa persona que la hiciera olvidar el amor imposible que sentìa pero tambièn estaba segura de que no querìa lastimarle de esa manera, primero tenìa que sacarse aquello de la cabeza.

-Pues viajar me gusta y lo del espiritu, mi lord, tendrèis que comprobarlo.

Siguiò danzando con suavidad y gracia a su lado, pronto se olvidò del resto del mundo y decidiò disfrutar bien a bien de su compañìa.

-No dudo que vos podrìais convencerlo, si es que a la vista no lo habèis hecho ya...

Ella no estaba segura de nada pero bueno, por intentarlo no debìa quedar.