Partida Rol por web

Garnath sacude la cabeza algo resignado y os invita a hablar en privado en su propia casa. Cuando estais todos reunidos frente a él comienza a hablar, dirigiendose directamente a Kenvent pero haciendo clara alusión a todos vosotros.

-Kenvent hermano, comprendo que ni tu ni tus compañeros entendais el porqué de mi prisa por celebrar la boda pero no todo es tan sencillo como parece. Todo comenzó cuando yo me prometí a mi esposa; en aquellos tiempos tu no eras mas que un crio y las cosas eran muy distintas a como son ahora. Recuerdo como estando ese mismo dia en los alrededores de la aldea, un hombre extraño apareció ante nosotros y nos dijo que el fruto de nuestra unión estaría guiado por un destino grandioso; Dijo que nuestro hijo cabalgaría a lomos de la tormenta al frente de un gran ejército... Nos mostramos complacidos por tan grandioso don, pero cuando nació Ahrrya y mi esposa murió me sentí completamente desconcertado. Al principio pensé que Ahrrya sería ese gran guerrero, pero a medida que ella crecía me di cuenta de que no sería así. Hace unos años, cuando descubrí la gran unión entre los pueblos de Brloia del sur me dí cuenta de que su destino era casarse con el líder de ese pueblo para unir toda Brolia bajo un mismo nombre. Quizás el fruto de nuestra unión se refería a un nieto y no a una hija... Desde entonces he estado obsesionado con este enlace y ahora que ha llegado el momento no soy capaz de pensar en otra cosa. Pero puede que tengas razón, hermano y que deba tener algo mas de paciencia. Esta misma noche hablaré con...

De pronto la tierra sufre una ligera sacudida que hace callar a Garnath.

-¿Que ha sido eso que ha hecho temblar a la misma Ernalda?

Un segundo temblor, esta vez mayor se vuelve a sentir, esta vez acompañado por un sonido en crescendo que llega a hacerse ensordecedor a medida que todo a vuestro alrededor tiembla cada vez con mas fuerza. Garnath empuña su espada instintivamente y corre hacia el exterior.

Diosss, que nervios, que nervios, ¿con quién quiere hablar?

Con mi lanza empuñada, y sacando mi faceta mas chafardera, salgo corriendo tras en para ver lo que pasa. Medio escondido tras su gran espalda, me asomo y contemplo el suceso.

- Ya está sucediendo...

Con resignación pero sin prisa Swen avanza hacia el exterior dejando pasar al resto a su alrededor.

Con los ojos abiertos como platos, aferro el puño de mi espada y sigo a Garnath y a Kilder afuera.

Miro de reojo a Swen, parece que ve cosas que el resto no podemos, y su cara de preocupación me asusta.

Alejo mis fúnebres pensamientos y salgo, preparando mi arco y mis flechas, aunque dudo que sean de utilidad frente a algo que hace temblar la tierra...

Soy la ultima en salir. Si Swen no tiene prisa yo menos. Ver a todos preparados con sus armas me sorprende, aunque no tanto como el temblor de tierra. ¿Acaso piensan que con sus armas podran parar el temblor? Visiblemente asustada me asomo al exterior de la tienda tratando de descubrir que esta pasando, no puedo entender que ha provocado el estruendo que acabo de escuchar. 

Tomo mi espada y escudo y salgo de la tienda a buscar el motivo del ruido.

Al salir al exterior os encontrais con una aldea agitada en todos los sentidos: La tierra sigue temblando cada vez con mayor intensidad a la vez que el sonido de chillidos que parecen provenir de todas direcciones se hace mas y mas ensordecedor; Todos los que continuaban con la fiesta estan desconcertados y algunos corren a esconderse sin demasiado orden mientras otros empuñan sus armas y  esperan a que algo ocurra. Y ocurre.

Como si algo estallara en el suelo, en el centro de la aldea, un agugero del tamaño de una casa se abre con un repentino estruendo y una nube de tierra y piedra os ciega momentaneamente. Lo que ha surgido del suelo es algo mas alla de vuestra comprension y no se parece a nada nacido de este mundo: Un terrible monstruo con apariencia de gusano pero con el cuerpo plagado de tentaculos, espinas y patas afiladas como lanzas y cuya cabeza esta rematada con unas poderosas mandibulas; De su boca cuelgan enormes gotas de baba acida que al tocar el suelo se desplazan con vida propia. Al mimso tienpo, decenas de criaturas deformadas y retorcidas que quizas alguna vez fueron animales o personas, aparecen desde todas partes chillando y blasfemando en una lengua ya perdida.

-¿Por todos los cielos... Que es esto?- Pronuncia el caudillo para si mismo, para gritar con todas sus fuerzas inmediatamente: -¡¡Caos!! ¡A las armas hijos de Orlanth, expulsemos a estos malditos de este mundo!

Inmediatamente todos los guerreros y no tan guerreros del pueblo se movilizan, armas en mano, y se preparan para repeler el ataque. Los sacerdotes y señores de las runas comienzan a conjurar a los vientos en busca de ayuda divina para combatir a pleno rendimiento y los fieles de urox, el toro tempestuoso, que hace unos minutos estaban tirados por el suelo, borrachos e inconscientes se levantan de golpe, armas en mano, babeando y chillando mientras cargan contra el gusano.

- Vosotros, haceos cargo de Ahrrya. Esta en la cabaña de al lado. Llevaosla de aqui inmediatamente. ¡Ahora!

Garnath señala la localizacion de su hija al tiempo que su espada se ilumina con una luz azulada y se prepara para el combate.

Sin pensarlo dos veces, grito:

-¡Un engendro!, ¡a las barricadas! ¡prendedle fuego, eso siempre funciona!

Me habría encantado ar cuentas con aquel bicho, pero las ordenes de Garnath fueron muy directas:

"haceos cargo de Ahrrya"

Salgo disparado hacia la cabaña que nos habian indicado sin mirar ni si me siguen los otros o no, y entro a ella directamente y sion picar buscando a nuestra querida Ahrrya.

-¡Niña!, que nos vamos pitando, hay problemas.

Ir a por la niña, yo entretengo al monstruo!

Corro hacia el gusano para intentar herirle antes de huir y ganar tiempo.

La acción en la ladea se vuelve completamente caótica: Aqui i allá se oyen gritos, rugidos y chillidos, sonido de armas y el crepitar de la magia sobre el metal. Desde el centro de todo, el enorme gusano observa buscando un objetivo a quien atacar hasta que Crixus salta sobre su tentacular abdomen y le lanza un golpe certero... pero ineficaz; El filo de la espada rebota como si hubiera golpeado a una roca y la bestia no duda en contraatacar. Varias de las extremidades similares a lanzas se clavan en distintas partes del cuerpo de Crixus tan profundamente que sobresalen por el otro lado. El guerrero suelta un último grito antes de ser completamente despedazado por la fuerza inhumana de la bestia. Pedazos de vuestro antiguo compañero caen por todas partes mientras la mirada desesperada de Garnath os implora que salgais de allí lo antes posible.

- No me quisieron escuchar...

Tras mirar con preocupación al gigantesco gusano caótico Swen acelera el paso hacia la cabaña indicada.

He salido corriendo tras de Crixus para lanzarme valerosamente al ataque contra la abominación, haciendo caso omiso a las órdenes de mi hermano mayor para enfrentarme a la bestia que amenaza con destruir la aldea. Entonces contemplo con horror cómo Crixus muere futilmente ante mis narices y su sangre salpica mi rostro.

-¡Cr...! ¡¡¡Crixus!!! ¡NOOOOOO!

Me quedo paralizado ante la visión de su muerte. Era un guerrero fuerte y valiente. Recuerdo como despedazó a aquellos telmori... pero su gran fuerza no ha servido de nada... El poblado está perdido... perdido...

Maldigo entre dientes con rabia. Mi susurro se confunde con el conjuro que lanzo entre lágrimas mientras tenso el arco y finalmente, disparo.

Logro lanzar el conjuro pero me tiembla el brazo y las lágrimas nublan mis ojos. Fallo.

Mido el tamaño de la bestia y contemplo los trozos de Crixus. Aquí hace falta más poder del que yo tengo. Me lanzo hacia adelante y agarro a Kenvent del brazo.

- ¡No! ¡Déjalo! ¡Ahrrya es la que importa ahora! ¡Ella es el futuro de tu clan, tienes que salvarla!- le obligo a mirarme a los ojos- De nuestro clan, Kenvent. Ella es nuestro clan ¿lo entiendes?

Le lanzo una mirada furtiva a Garnath. No hay que ser muy listo para saber qué es lo que va a hacer. La niña es su legado y hay que protegerlo.

Por suerte, Aldar me hace reaccionar y mi pensamiento pasa a centrarse en Arrhya. A medio camino hacia la cabaña, me vuelvo para mirar a mi hermano.

-Pero Garnath, mi hermano... él... -dirijo una última mirada desesperada al imponente líder de los Cuervos Rojos y luego sigo a Aldar y al resto hacia la cabaña, con los ojos bañados en lágrimas de ira.

Ella es nuestro clan... Arrhya es nuestro clan...

Cuando veo que la criatura despedaza a Crixus me quedo paralizada, no puedo creer que haya acabado asi, desde que nos conocimos en la feria habiamos permanecido unidos, su muerte me llena de tristeza y dolor. Sin fuerzas para decir nada sigo a los demas hacia la cabaña, el nudo que me oprime el estomago es superior a mi, ahora la prioridad es proteger a la joven novia. 

Sin apenas deteneros a mirar atrás, al infierno en el que se ha convertido la minutos antes festiva aldea, recogeis a una asustadisima Ahrrya y correis en dirección norte a toda prisa mientras la aldea se va llenando de grotescas criaturas cornudas que aúllan y chillan empuñando armas oxidadas. El sonido de la batalla solo e sinterumpido por el crepitar eléctrico de los relampagos que los fieles de Orlanth invocan, pruebas físicas de poder divino que s emanifiestan a medida que los cielos se van cubriendo de nubes oscuras.

Sin demasiados problemas dejais atrás la aldea, y por un momento pensais que estais a salvo hasta que algo aparece ante vosotros: Surgiendo de una charca que almacena agua de lluvia aparece un ser tan extraño que solo puede ser fruto del caos puro: Su cuerpo es vagamente humanoide, aunque de gran tamaño y largas extremidades; pero donde debería estar su cabeza hay un enorme pulpo, que os mira con odio mientras agita amenazadoramente sus tentáculos. La bestia e slo único que os separa del campo abierto.