Partida Rol por web

Hasta el momento he permanecido atenta a la conversacion entre los hombres sin participar en ella. Es hora de que diga algo, no podemos estar debatiendo horas porque no hay tiempo, el dia sagrado se acerca y el cuerno tiene que estar con los Cuervos Rojos. 

-Creo que ambos teneis razon- miro a Kilder y a Aldar- Un acercamiento directo podria ser peligroso, podrian tomarlo como una accion hostil que nos perjudicaria, por otra parte ir de incognito seria peor bajo mi punto de vista, sera muy complicado recuperar el cuerno por nuestra cuenta, deben de tenerlo bien custodiado y no sabemos en que lugar lo tienen, eso si lo tienen ellos por supuesto, cabe la posibilidad, como dice Aldar, de que no lo tengan y entonces no serviria de nada entrar en el pueblo y buscarlo a ciegas, es mas, si nos descubren estamos muertos- hago una pausa y respiro profundamente antes de proseguir- Pienso, a pesar de que tengo claro que me juego la vida, que deberiamos intentar primero hablar con ellos, la historia que nos conto Kenvent acerca de los dos hermanos que compartieron el cuerno amistosamente, podria servirnos para empezar con buen pie, supongo que todos recuerdan aquella historia. En caso de que lo hayan perdido, o haya sido robado lo dirian, y si se niegan a entregarlo tambien nos lo diran. No creo que yo represente una amenaza para ellos y asi lo deberian ver, simplemente ire para tantear el terreno y saber porque el cuerno no ha sido devuelto, les dire que soy una emisaria nada mas y que no tenemos intencion de comenzar una guerra. Puedo ir acompañada de uno de vosotros y ver que pasa. Los demas podeis esperar, si hay problemas lo sabreis y entonces habra que actuar tal y como propuso Kilder. 

Asiento con la cabeza y sonrío. Estoy de acuerdo, un par de nosotros debería ir directamente y los otros guardarles las espaldas.

Yo propongo que Kerventh y yo vayamos adelante, Aldar, Kilder y Loranda atrás nuestro y atrás suyo Erikand por si llegaran a emboscarnos, así estaríamos protegidos,o al menos bien ubicados  dice le joven mientras continua lanzando cortes al aire y luego agrega-Ademas creo que deberiamos ir por el camino,seria lo mejor.

Miro a Crixus con tranquilidad y le explico:

- No, no. Estamos hablando de separarnos. Un par de nosotros irán con Loranda, que hará de emisaria para averiguar a qué se debe el retraso para devolver la reliquia. El resto permanecerán ocultos y en la reserva por si acaso necesitan ser rescatados o cualquier otra cosa. Con un poco de suerte el grupo que va al descubierto llamará tanto la atención que el oculto lo tendrá más fácil para pasar desapercibido.

Me rasco la cabeza, observando los guijarros del suelo. No me gusta lo que voy a proponer, pero es lo más lógico.

- Se me da bastante bien acechar y esconderme, tal vez debería ir en el segundo grupo por si hay que entrar a hurtadillas. Pienso también que Loranda y Kenvent deben ir como emisarios. Loranda es buena oradora y Kenvent es el hermano del jefe del clan, lo que le da peso a las palabras de ella. El resto... bueno, según en lo que seáis mejores ¿sabéis moveros en silencio y esconderos si es necesario?

sonrio, y les comunico:

-A mi ponedme en el grupo que mejor os vaya, mis cualidades que podemos usar esta vez son : Habla fluida, puedo convencer, pero no mucho),  Otear (tengo muy buena vista para ver de lejos) y  Buscar (encuentro como casi que la mitad de las veces que busco), igual tengo algo mas que pueda hacer, pero esto es lo mas interesante.

-Ya sabeis que no se me da muy bien ataques de cuerpo a cuerpo, pero tiro los hechizos como un campeón.

Asombrada al ver que no nos ponemos de acuerdo, miro a los hombres directamente y exclamo- Me parece increible, tan dificil es decidir quien y como lo haremos?!- con el dedo señalo al cielo- El sol no estara ahi todo el dia, si llegamos antes de que anochezca mejor, debemos ponernos de acuerdo ya. No imagino que pasaria si tuvieramos que organizarnos para una guerra- hacia mucho tiempo que mi caracter no se mostraba como hoy, pero si no los provoco llegara el dia sagrado y estaremos aun pensando que hacer- Kenvent, tu eres el unico que nacio siendo Cuervo Rojo, nos conoces mas que ninguno de ellos, estoy segura de que sabras que tenemos que hacer. Yo sigo pensando que lo mejor seria ir en son de paz, un par de nosotros, como mucho tres, los demas esperarian a que regresaramos, en caso de no volver sabrian que hemos tenido problemas y entonces habria que actuar de otro modo. 

El tiempo apremia y finalmente la idea de mandar a dos emisarios y el resto esperar en las inmediaciones del clan Valle Sombrío parece la más aceptada por todos. Sin perder más tiempo, Kenvent y Loranda se destacan y emprenden el camino hacia la aldea rival, mientras Crixus, Kilder, Aldar y Erikand se quedan esperando entre el cobijo de la espesura.

Rapidamente dejais atrás al resto del grupo y descendeis apresuradamente por una senda que desciende hacia la parte más profunda del valle. hace ya rato que estais en terreno del clan rival pero es ahora cuando se hace más presente que el terreno hace honor a su nombre. El suelo está cubierto de hojas mojadas que amortiguan vuestros pasos y los árboles, cada vez más altos ocultan la luz del Sol.

Sentados en el suelo observais cómo Loranda y kenvent desaparecen entre la vegetación. Si todo va bien deberían estar aquí de nuevo antes de que la oscuridad sea completa. Para eso todavía quedan unas horas en las que podeis pensar cómo actuar según lo que suceda, aunque todo hace pensar que será un rato bastante aburrido.

Un buen orlanthi no pierde el tiempo dudando, es mejor tomar cualquier decisión y equivocarse, que quedarse inmóvil. Aun así, Kenvent no cree que los Valle Sombrío vayan a querer escucharlos. Esas vacas enfermizas y ese poema sobre los "Pollos Rojos" pesan todavía en su recuerdo. Con todo, se reserva su opinión para sí y confía en que Orlanth sabrá recompensar su valentía.

Durante el camino por el fondo del valle, Kenvent camina con paso decidido junto a Loranda, con la espada envainada y la vista fija en la senda, pero observando de reojo todo lo que les rodea, en busca de cualquier pequeña señal de emboscada. Si llegara a percibir el más mínimo indicio de que alguien les acecha, tratará de llamar al espíritu del viento que habita en su colgante. Al mismo tiempo, no deja de buscar posibles refugios cercanos improvisados, por si los Valle Sombrío deciden saludarles con una salva de flechas asesinas.

Me quedo con los demás, y els comento mientras me siento en el suelo.

-¿Y si no vuelven al anochecer, que hacemos?, igual los secuestran o los descuartizan con caballos, tal y como son aqui.

Me recuesto hacia atras, y me tapo los oidos, para que no me moleste ningún ruido.

Dejo a mis compañeros lamentándose o descansando y me alejo unos pasos, oteando la oscuridad. Mi primera idea era acompañar a cierta distancia a los emisarios, pero tal vez sea mejor así. Miro a mi alrededor, por si veo una altura o un árbol que me permita tener mejor perspectiva.

Y entonces... ¿oigo algo?

Finalmente acompaño a Kenvent, no estoy muy segura de que vayamos a tener exito pero sigo pensando que si la visita es amistosa les demostraremos que no pretendemos arrebatarles el cuerno sin mas, o si? Pensativa sigo a mi compañero sin decir nada. Mis sentidos estan ocupados observando lo que pasa a mi alrededor. 

tio!!!, que has de quitar a la chica y a kenvent

El camino serpentea ante vosotros a la vez que descienda más y más. No podeis estar lejos de la aldea Valle Sombrío . de pronto veis a dos personas que suben por el sendero en vuestra dirección. Kenvent no logra distinguirlos pero Loranda se da cuenta d eque llevan armaduras y armas, lo que les identifica como guerreros. No sabeis si ellos os han visto o no.

Cuando Loranda le confirma a Kenvent sus sospechas, este traga saliva e, instintivamente dirige una mano a su colgante, mientras con la otra indica a su compañera que se detenga. -Tenemos que saludarles, es hora de salir de dudas sobre sus intenciones. Asiendo el colgante con ambas manos, Kenvent cierra los ojos y mumura: Espíritu del viento interior, te ordeno que me ayudes, señala a quienes quieran hacernos daño.