Partida Rol por web

Habiendo limpiado el salón a conciencia, con suma concentración, consigues ignorar el griterío y el olor a sangre y matanza. Todos parecen muy nerviosos, y es imposible no notar que, sin el doctor, toda esta panda de psicópatas se encuentra perdida.

Ignorándolos a todos, vas hacia la cocina. Ahí te topas con una sorpresa... Ramee ha conseguido su objetivo. La puerta de la cocina está bloqueada desde dentro. Por la ventana que comunica, como si de una puerta de quirófano se tratara, puedes ver un peasdo horno bloqueando la entrada, y a Ramee tirado a su lado, sollozando como un niño grande. A lo lejos, cerca de la mesa donde comísteis antes, ves a Saeka Mitarai, vestida sólo con un sujetador blanco y sus pantalones, que acaricia la cara de un Peter Evans que parece muy alterado. Todo esto puedes verlo pero, por más que empujes, el peso del horno y el de Ramee juntos hacen imposible la entrada.

Alphonse observa la escena atónito, ¿qué coño hace esa chica en sujetador?.

Estará todo listo para la hora de la cena... Algo le sigue perturbando... ese pequeño monólogo de Linderman "eso no es lo que yo queria" de alguna manera está relacionado con el ataque de los perros... ¿y ese olor a marihuana????.... todo se ha vuelto muy extraño en los últimos 15 minutos...

De repente Alphonse se ha dado cuenta del intenso olor a marihuana que impera en la casa... y decidido a calmar sus animos le apetece una calada de ese dulzón aroma tostado, veamos quien es el fumador de hierba.... Alphonse intenta seguir el aroma de la marihuana.

El suelo de tu habitación está alfombrado de colillas de porros. La cantidad impresiona. Sabes que podrías recolectarlas y hacer un porro para tí, pero sería algo asqueroso. Las colillas tienen una antiguedad que va desde el par de semanas hasta los seis años. Si hay algún fumador de marihuana cerca, no es ninguno de los pacientes... probablemente Wade.

Tus conocimientos de botánica te indican que, aunque el clima de la zona sea frío, bien se podría hacer una plantación de marihuana en la finca. Tantas colillas no pueden porvenir del mundo exterior, así que asumes que, en algún lugar de la finca, puede haber plantas y más plantas... Sólo tienes que encontrar dónde.

Adrian Lindermann, tras su enigmática declaración, sale de la casa.

Alphonse Roussignon, confuso y molesto, sale del salón hacia el pasillo que comunica a la cocina con los dormitorios y el baño.

José Cesar sigue atendiendo al doctor, que parece estable.

John Britber Stallion procura ayudar a José Cesar.

Kate Steel sigue mirando la escena.

Ramee, Saeka Mitarai y Peter Evans siguen en la cocina.

Chris Donovan sigue en la sala de juegos.

Max Thorwood sigue en su bungalow.

Algo sucede, un cambio, algo que nadie espera... De la nada, de las paredes, del techo, de cualquier lugar y ninguno a la vez, empieza a sonar una música... una verisón instrumental de La Chica de Ipanema...

Qué demonios es esta música???!!! ¿Quien la ha encendido?

Kate paree nerviosa y alterada, mira de un lado a otro como intentando encontrar alguna solución, ya sea a ayudar al doctor o apagar esa música. Pero sin más se dirigió a la cocina, allí había más gente

"Qué asco" Pensó Alphonse mientras observaba el desastre de colillas en el suelo de su habitación. Tal cantidad de colillas de porros le hacian pensar que cerca de la casa habría un pequeño cultivo privado.

Alphonse decidió salir a encontrar la marihuana. Sería un buen complemento para uno de sus platos.

Dio media vuelta salió de la habitación y entró en el salón de nuevo.

Alphonse accede al salón por la puerta del pasillo y se dirige a la puerta que da al jardín, la abre y sale al exterior de la casa.

Ni siquiera presta atención a la tonada que suena en el salón.

Después de calmar su conciencia ayudando al doctor en su repentino "Atác a si misme", el joven McCall o Britber Stallion, como es conocido por aquí, camina en dirección a las habitaciones mientras baila ligeramente la melodía de ascensor. Vamos a ver que encontramos, empecemos por sus efectos personales luego seguiré la pista de los nombres que grito. John procura entrar de manera discreta, es decir, sin discreción pues así parecerá que busca algo para el doctor.

Kate Steel hace ung esto negativo con la cabeza y sale sin decir palabra hacia el patio.

John Britber Stallion sale del salón hacia el pasillo que comunica con la cocina, los dormitorios, el baño y el comedor.

Entra Max Thorwood.

José Cesar ha conseguido estabilizar a Scotch, que parece encontrarse mucho mejor. Sigue inconsciente, pero ya no murmura entre dientes. El joven ha arrastrado al doctor y lo ha tumbado en un sofá, junto a la chimenea apagada.

La limpieza que hizo Roussignon ha surtido efecto y el olor a sangre se ha disipado casi completamente. La musiquita de Ipanema sigue sonando inclemente desde un lugar indeterminado.

En el salón sólo estáis José Cesar y Max Thorwood, los habitantes del bungalow número 6.

Jose, se puede saber que paso aqui? Voy a darme una ducha y cuando vuelvo todos estan desaparecidos.

Bajo la atenta mirada de José Cesar, el doctor Scotch comienza a abrir los ojos. Su vista pasea por la habitación, llenándole de mareo. Está pálido; ha perdido bastante sangre, pero parece consciente. Una extraña palabra escapa de sus labios...

- Richillian.

El doctor ha vuelto.

Una lastima no haver sabido eso antes, pero bueno ya esta.
Me preocupo por el estado del doctor... Hablo con el aver si se le ve aturdido...