Partida Rol por web

La sacerdotisa y tu mismo os dirigis a la habitación, sin decir palabra. Ambos dormís en la estancia pero no hablais ni os acercais el uno al otro. Te percatas de que la sacerdotisa parece enfadada, distante.

A primera hora de la mañana, cuando el sol comienza a alumbrar la habitación, notas que la mujer te despierta zarandeándote.

Denn Iffier, despertaos, debo haceros una pregunta ahora que estamos bajo la luz de R´hollor -te dice con dureza mientras sigue agitando tu cuerpo -¿a quién servís?

Al señor de la luz, al calor que nos guía y nos protege. Dice Den tras incorporarse. Esto es por la diferencia de la percepción de las visiones?

El poder del Señor de la Luz es ilimitado sacerdote Iffier, como bien debes saber -te contesta la sacerdotisa guerrera manteniendo fija su mirada -él siempre muestra lo que va a ocurrir con exactitud pero depende de los ojos del devoto distinguir lo que nos transmite ¿que viste sacerdote? ¿que te dijo R´hollor?

Den miró hacia el piso momentáneamente y sus azules labios se apretaron. Vi victoria en nuestra fe, a pesar de la venida de Martell, R'hllor quedará en los estandartes de Desembarco del Rey. Pero probablemente el señor Gendry no obtendrá el trono que merece por sus justas dotes. No quería revelarle tan cruel destino a nuestro Azor Ahai.

Has visto bien, las señales son óptimas para el Señor de la Luz y sus fieles. Nos alzaremos junto al nuevo rey en Desembarco del Rey. ¿Apoyaías la destrucción de La Casa de la Luz si así nuestra fé lograra obtener el lugar que le corresponde? -te pregunta de nuevo la mujer, manteniendo aún su gesto serio.

Esta es mi ciudad, que más quisiera yo que llevar el nombre de R'hllor en alto desde acá hacia los siete reinos, o lo que quede de ellos después de la guerra que está a punto de desatarse? El tono de Den mostraba una clara indignación. Dejé a mi familia, mis falsas creencias y mi ciudad por seguir al señor de la luz, he sacrificado demasiado para querer irme de este mundo con las manos vacías.

Espero que no olvides tus palabras, pronto tendremos que tomar una decisión, un bando. Tu lealtad a R´hollor debe prevalecer -te dice la mujer con fervor -no importa cuantos mueran si nuestra fé se alza.

Den había aprendido que la mejor forma de terminar una discusión entre amantes se daba sin palabras, asi que sin dudarlo, tomó a la férrea guerrera entre sus brazos y la besó apasionadamente, sus hábiles manos comenzaron a deshacer el cinturón donde tenía colgada la espada, luego como si de un guante de seda se tratase quitó con toda delicadeza el guantelete y dirigió la mano recién liberada a su hombría.

La mujer sonríe con dulzura y satisfacción ante tus actos y, tras jugar algunos momentos con tu miembro, acompaña su mano con su boca y su juguetona lengua.

Pasais el resto del día de esta manera, dandoos placer el uno al otro y rezando a R´hollor con fervor durante horas. Finalmente, cuando la noche desciende, Alisa vuelve a quitarse la ropa y una vez más calienta su espada para castigar su espalda.

Den procede a hacer lo propio.. vuelve a sus costumbres de alquimista y procede a preparar un compuesto sencillo, una bola con polvo que explota al estrellarse contra el suelo y produce un humo que cubra una posible retirada.

Te despiertas nuevamente por suave rumor que llega a tus oidos. Cuando observas a tu alrededor de percatas de que Alisa está cerca de ti, muy pegada a tu cuerpo, susurrándote algo.

Hijo de R´hollor, debemos cumplir nuestro deber, alguien quiere conocer la palabra del Señor de la Luz y tenemos que trabajar como mensajeros del único dios verdadero -te susurra la mujer.

Partamos, el señor de la Casa Baratheon espera para ser informado sobre el Señor de la Luz y su voluntad -te dice Alisa sin rodeos, acercándose a la puerta y abriendola para partir.

Den alista sus preparaciones. Adelántate en la llegada, yo debo orar en privacidad unos momentos, para que nuestro señor me de las fuerzas para enfrentar un día que promete tan oscuras noticias como una noche sin estrellas...

Asi sea, no tardes mucho pues Lord Tommen es un hombre de mucho temperamento. Dile a los guardias que vas a mostrarle la luz a Lord Tommen para que te permitan entrar -tras sus palabras Alisa te deja sólo en la estancia.

Den aprovecha su privacidad para sacar de un compartimiento secreto en uno de los baúles una botella oscura, al detaparla sale un olor a carne descompuesta y Den da un sorbo largo pero controlado mientras sus comisuras de los labios se tornan azules por el color de la noche. Porque la noche es oscura y llena de terrores, como el alma humana...

Sale a la sala del trono, con la daga en una de sus mangas y un par de bombas de humo en la otra...

Sales de la habitación y te diriges al ala de los Baratheon, no sin perderte un par de veces y viendote obligado a preguntar la dirección adecuada a varios sirvientes.

Finalmente llegas a un pasillo donde tres guardias con el emblema de la orgullosa casa Baratheon montan guardia y te impiden el paso.