Partida Rol por web

Hago un asentimiento y me dirijo hacia el bastardo, pero parece ser que Maron no va a oponer resistencia, sin embargo, para no pararme a mitad de camino y parecer tonto, lo acompaño hasta fuera de la sala.

Una vez está escoltado por los guardias y alejándose por el pasillo, bufo y niego con la cabeza.

-Anda que...- refunfuño ante lo que no entiendo muy bien,  ya que no estaba poniendo atención.

Luego, entro de nuevo en la sala y me vuelvo a colocar junto a mi señor.

-Lord, recordad que lo necesitamos para la misión que se nos ha encargado...- le susurro.

Maron es sacado a empujones de la sala por varios guardias. El silencio retoma el mando en las estancias hasta que el Rey coge un pequeño mapa y lo extiende sobre la mesa.
Debemos actuar rápido, la comida empieza a escasear y nuestros soldados comienzan a aburrirse, lo que al final desembocará en problemas para todos. Debemos elegir un objetivo o una estrategia.
Nuestros enemigos son los Greyjoy, cuyos barcos los hacen poderosos y que están saqueando las costas, acercándose peligrosamente a nuestros dominios.
Los Stark permanecen encerrados en el Norte pero no están dispuestos a renunciar a su corona.
Los Arryn están en disputa actualmente por lo que atacarlos puede derivar en una victoria fácil o provocar que acaben uniéndose entre si.
Los Lannister permanecen neutrales, cosa que me preocupa pues ya conocemos a Tyrion.
Por último tenemos otras tres opciones o problemas, los mercenarios que están saqueando nuestras tierras y privándonos de comida, una nueva casa forjada por pequeños señores que no sabemos a quien apoya y la cercanía y prosperidad de la Tierra de los Ríos, con cuyos recursos tal vez podríamos alimentar a nuestros hombres el tiempo que dure la guerra.

Quentyn os mira a todos los presentes, tras mostraros los hechos, su mirada también se fija en Trant y, por supuesto, en Seodoc -¿que pensáis vosotros? ¿como debemos actuar?

Eres arrastrado a empujones por una pareja de guardias, a la cual se unen otros dos a los pocos metros de salir de la sala.

Los hombres, fieles a Quentyn, te miran repugnados pues has logrado enfadar a su señor, aún teniendo un rango mucho mayor que ellos. Tu falta de honor y respeto parece enfurecerles o, al menos, eso dicen los puñetazos que te propinan nada mas meterte en tu celda. Sus rostros, ocultos bajo los cascos, hacen imposible que los reconozcas.

- ¿Así es como se las gastan los hombres de mi tío? - escupió el bastardo, con una sonrisa maliciosa, al tanto que lanzaba un salivazo sanguinolento a los pies de sus agresores. Sacudió la cabeza, tratando de hacer desaparecer la sensación de aturdimiento que los diferentes puñetazos de sus carceleros habían causado en ella, y llevó sus manos a la empuñadura de su espada y el escudo que colgaba de su espalda sin desenvainar el acero. El dorniense les desafiaba a volver a intentarlo, atrevesándoles fieramente con sus oscuros ojos de víbora.- ¿Ocultando sus rostros como cobardes mientras aprovechan la inferioridad numérica del prisionero? Vaya una panda de chacales lameculos.

Los guardias te observan sin decir nada, atentos a la amenaza. Tras unos instantes de tensión otros tres guardias o carceleros se acercan -¿porque tiene este individuo sus armas? Quitádselas de inmediato-ruge uno de los carceleros.

Los guardias, tras desenvainar sus espadas, se acercan hacia ti -Maron Sand, entrega tus armas y no sufrirás daño alguno. Puedes quedarte el escudo como muestra de nuestra buena voluntad.

- Cuidad de que no os muerda mi acero.- advirtió, desenvainando a su vez, endureciendo la mirada mientras flexionaba las rodillas y se preparaba para resistir la primera acometida.- O perderéis algo más que unas pocas gotas de sangre.- la amenaza velada quedó acentuada por la malicia que brotó de sus labios, en una aviesa sonrisa que buscaba hacer recular a los carceleros.- Marchaos. Dejadme con mis pertenencias y nada saldrá de aquí.- aconsejó con tono imperativo sin dejar de observar los movimientos de aquellos que le habían golpeado.- Si no procedéis, juro que me cobraré esta afrenta antes o después. Con todo lo que ello significa. 

Por un momento pienso en no intervenir, pero en bastantes ocasiones he querido hablar a mis amos y decir algo coherente dentro de tanta estupidez. Así que traicionando mis principios normales de estar callado, beber vino y cumplir las órdenes, doy mi opinión.

- Mi rey, el pueblo es la primera defensa del reino, acabar con esos mercenarios sería una buena carta de presentación, contaremos con más ojos y oídos para saber algo sobre esa nuevas casa, y se podrá prescindir un poco más de las tierras de los ríos, comprándole la comida a los pueblos más cercanos, de nada nos serviría traer la comida desde Los Ríos si son asaltados por el camino- Subo los hombros- es mi opinión.

Unas tierras protegidas y donde la comida se compra preferencialmente, incrementaría por sí solo el interés en que la comida venga a nosotros y no al revés.

El rey Quentyn asiente ante las palabras de Ser Trant -Si, tienes razón. Sin embargo nuestro ejército es demasiado grande, deberíamos enviar el contingente principal a otro sitio. Por cierto ¿quien era ese tuerto, ese mercenario, y que ocurrió con él exáctamente?

Los guardias te miran sin saber que hacer hasta que uno de los carceleros parece al fin reflexionar y da varios pasos hacia atrás, llevándose a los soldados con él. A continuación cierran la puerta con llave y te dejan solo en una celda mohosa, armado pero sin luz ni comida.

La vida del joven caballero había cambiado en apenas unos segundos. Ahora el mismísimo rey le pedía consejo sobre las estrategias y pasos a seguir para conservar la tan recién adquirida corona. Escuchó con atención las palabras del enmascarado y asintió ante lo que propuso. Sin duda los mercenarios eran un escollo que debían eliminar cuanto antes. Pero había muchas más cosas que debían hacer, muchos más problemas y disputas que solventar.

- Si me permitís, señor, opino que el problema de los mercenarios es vital, deberíamos ser capaces de solventarlo con rapidez. Quizás.. podamos infiltrar algunos hombres de confianza y que estos acaben con sus mandos - Se quedó pensativo, pensando en el resto de retos que se presentaban - Por otra parte... creo que deberíamos fomentar alguna alianza, al menos mientras recuperamos fuerzas y afianzamos su mandato, mi Rey - el joven hablaba con prudencia a la par que era sincero, sabía que debía medir sus palabras... pero quizás su juventud y ganas de destacar le hicieran hablar de más - La nueva casa de la que habláis, seguramente, aún no se haya posicionado, sería bueno que estuviesen de su lado. Por último, deberíamos mostrar fuerza en algún otro lado, por lo que sería conveniente atacar a los Greyjoy o los Arryn, puesto que los Starks son duros y sus  tierras presentan unas condiciones siempre adversas para la guerra. - El joven se calló de repente y levantó la vista al Rey, mirándolo por unos instantes con firmeza para, acto seguido, apartar la mirada. Estaba algo avergonzado, quizás había dicho nada más que sandeces..pero ya estaban dichas.

Si, buena idea Cith. Ser Trant, llevarás a un grupo de hombres a caballo para cortar el paso de Ramiel, por si es capaz de escapar de los hombres de tu señor. Así lo envolveremos en una trampa. Obara, tu reunirás parte del ejército y os dirigiréis al dominio de los Arryn, ahora que están desorganizados sus murallas caerán y lograremos lo que nadie ha logrado antes -añade el rey mirando en primer lugar a su guardaespaldas y a continuación a Ser Gary y a su prima.

Lord Arron, vos iréis a esa nueva casa, a reforzar los antiguos pactos y tratados y, de paso, observarlos. Cith, tu lo acompañarás, debemos descubrir a posibles mercenarios en la zona y exterminarlos. Contestadme pues ahora vosotros dos, ¿quien era ese Tuerto y donde está? ¿donde se encuentran sus mercenarios? Tal vez los propios mercenarios que asolan nuestras tierras estén infiltrados en nuestro ejército. Fueron capaces de quemar la mayor parte de los almacenes de Desembarco, pueden ser capaces de cualquier cosa -continúa mirando a los otros dos hombres.

Pierdes la noción del tiempo encerrado en esa fría celda. Tu estómago al principio se quejó cuando la comida faltó cuando debía llegar y tu garganta se secó hace tiempo. No tienes ni idea del tiempo transcurrido, solo sabes que te han entregado dos pequeños platos de una comida apestosa y que apenas te han dado seis cuencos con agua.

Te sientes débil, cansado, enfermo. En definitiva te sientes morir. Fallecer en un oscuro agujero apestoso en el que tu cadaver se pudrirá sin que nadie se percate de ello.

Asiento ante la orden dada, sin más comentarios u objeciones. 

Ante la pregunta, no puedo evitar encogerme de hombros.

- Con el tuerto coincidimos durante unos días apenas, no sabemos su paradero, ni sus intenciones, es ahora cuando nos enteramos que tiene hombres a su servicio, en un primer momento nos pareció una rata cobarde- mi voz metálica resuena especulativa a través de la máscara- Fue una mujer de aspecto salvaje quien parecía ser su señora, o bien podría influir sobre él, ya que nos tanto a él, como a nosotros nos tentó con premios y recompensas por unirnos a ella.

Cith pareció meditar durante unos instantes sobre el mercenario y todo lo que había sido su compañía y el viaje. Nunca le había terminado de despertar la confianza necesaria, pero quería expresar sus impresiones de manera clara y concisa.

- Ese tuerto es todo un misterio - acertó a decir - ciertamente sabía aparecer y desaparecer a conveniencia. Nunca confié en él, en otras circunstancias, seguramente lo hubiese matado. Como bien apunta Ser Gary es un cobarte, aunque yo apostaría más a su naturaleza interesada. Sin embargo fue el quién nos puso tras la pista del secuestrado Lord Arryn, aunque esto terminó llevándonos a nada. ¿Qué más podía aportar? Había compartido viaje con Harland, pero siempre se mostró frío e imparcial, distante y precavido. Seodoc siempre pensó que escondía algo, aunque nunca se pudo demostrar - Siempre pensé que escondía algo, pero nunca pude probar nada.

Bien, bien. Lord Tommen, prepara a tus dos perros de presa y a un grupo de hombres expertos que los acompañen. Ser Trant esperará a Lord Arryn en las puertas del Nido del Águila mientras que Ser Peasbury tratará de darle caza desde aquí -dice Tommen terminando con sus órdenes -salid todos, debo hablar con mi guardaespaldas a solas.

Salgo apresuradamente con la mente puesta en algo de comer, a ser posible grasiento y grande, remojarlo con vino, y mejor antes que luego.

Así que una vez recibidas las órdenes oportunas, cuando saldré, con cuantos hombres dispongo y logística varia para el viaje, pongo rumbo a la cocina. Silbando una alegre canción, añado.