Partida Rol por web

Sigo agarrando con fuerza la lanza, sin tenerlo del todo claro pero sin estar tampoco acojonado. He estado y estaré en situaciones peores. Pero joder, ¿los hombres de la montaña? ¿en serio? Me encojo de hombros, dando a entender al grupo que si hay que ir, pues se va. Todo sea por Cassandra. Pero el niño... él no tendría que arriesgarse, él debería volver y pedir ayuda.

Me acerco a Tristán y pongo una mano en su hombro, para reconfortarle. No dejaremos a nadie atrás, nadie morirá hoy.
- A p-p-p-por ellos.

Aunque la opción que nos da Tristan me parece una locura tras haber escuchado las palabras de Shade, oir a Khan, hace que asienta.

Aunque la opción de Shade parezca la más sensata, a mayor número, mayor riesgo. En terreno así es demasiado fácil ser descubierto.

- Vayamos. -Intercambio una mirada con Shade, segura de mi misma.

Los Hombres de la Montaña. Aquello eran palabras mayores. No sabía si estaba preparada, pero tampoco tenía opción, ¿verdad? Tendría que hacerlo lo mejor que pudiese, por mi, por el grupo y por Cassandra.

Dejé pasar a la niña que iba con su hermana ¿Habían arrojado a la agente Valary y a su hermana? ¿Estaba permitido tener hermanas? Yo creía que no, que si había algo prohibido era eso...

—No le debes nada, Scott— le dije. —Que no se ponga a atacar a la gente porque sí...

Luego Scott se presentó y yo hice lo mismo, a la mujer rubia y a la pequeña. —Y yo soy Finn— luego escuchó lo que decía su compañero de celda. —Espero que nos hayan dejado algo, yo les he puesto a aislar la puerta con un paracaídas... dentro podemos dormir sin congelarnos seguro. Tiene que estar aislada térmicamente para no congelarnos en el espacio—aun así siempre escaparía algo y tendría que haber calefactores, pero frente a las temperaturas de la tierra contaría como totalmente aislada. Era curioso lo que sabía Finn... o cualquier otro miembro del Arca. Sabía cosas sobre el espacio y tecnología y nada sobre hacer hogueras. 

De todas maneras nuestra supervivencia se debería en gran parte a si nos hubieran dejado útiles para ello en la cápsula de desembarco. Con cuatro cosas serviría, sobre todo algún lector y manual de supervivencia. Curiosamente eso sería lo más importante. —Vamos todos a la nave— dije a Scott, a Valary y a su hermana, y a quien quisiera seguirnos, claro. Teníamos que hacer piña. 

En el camino vi que mi amigo del alma Sean trataba de organizar a algunos chicos para buscar bayas, suponía que para comer... —Buen plan Sean... en breve tendremos más que hambre. Vamos a ver si nos han dejado algo dentro de la nave. Luego tendremos que pasar la noche dentro... Y mañana tendremos que buscar esas plantas que dices todo el día. —Joder, éramos unos cien, ¿No? Iba a se casi imposible alimentar a todos.

-No necesitamos refuerzos –sentencia vuestro intrépido líder de banda –Vamos, antes de que perdamos el rastro- y así zanja toda discusión. Shade apaña un par de antorchas para poder veros mejor en la oscuridad y os ponéis en marcha en seguida.

Estáis completamente alertas debido a que con las antorchas sois más visibles, pero está claro que son necesarias en una noche tan oscura, no podéis avanzar rápido si vais tanteando en plena oscuridad. Os adentráis en el bosque, espeso e iridiscente.

Khan consigue seguir las huellas de Cassandra a través del suelo húmedo, lleno de raíces, musgo luminoso y hojas caídas. La chamán es buena ocultando su marcha errática, pero no lo suficientemente buena, no para el experimentado rastreador.

Debido a las paradas y acelerones, al propio nerviosismo de estar solos, sin Serrucho ni Boots (que desconocéis que ha sido de ellos), las sombras que os rodean y los sonidos propios que salen de la maleza, el avance a través de la enorme arboleda se os hace muy largo y pesado.

Lleváis caminando horas cuando veis amanecer por entre los árboles. La luz del alba inunda el cielo, haciendo brillar doradamente el musgo y las hojas de los árboles. Es un bonito amanecer, hace algo de frío y caen algunas gotas de rocío sobre vuestras cabezas. Estáis cansados, hambrientos y sedientos cuando oís como una ardilla salta de un árbol a otro, ágilmente.

Valary y su hermana asienten y entran con Scott en la lanzadera.  Mientras unos buscan a tientas frutos con escasa suerte, el grupo de las chicas consigue encontrar madera y  con grandísimo esfuerzo encienden una fogata, aún no saben muy bien cómo. El grupo del paracaídas, tras varios intentos y con muchas energías y frío en el cuerpo, consigue situar la tela como toca, cerrando la puerta de la lanzadera a modo de tienda de campaña. Finalmente, Scott,  ayudado por la guardia, la niña rubia y alguno más, consigue localizar los suministros de comida que hay en la lanzadera. Os parece que sólo hay para un par de días, en el Arca no podían prescindir de mucho más, junto con unos 200 galones de agua potable. Tras repartir una ración de comida y medio galón de agua por persona para cenar, os conseguís retirar todos dentro de la lanzadera, con algo de mejor ánimo, el fuego os ha calentado el cuerpo y la comida os ha confortado. No tardáis mucho en dormiros a pesar del frío. Sois los únicos humanos en el Paraíso Perdido, ¿qué puede ir mal?

Con los primeros rayos de Sol os despertáis, no estáis acostumbrados a esa molesta luz delante de vuestros ojos.  Los que estabais más cerca de la entrada os acabáis levantando, ansiosos de ver la Tierra bajo la luz del Sol, bajo todo su esplendor…

Tristan zanja la situacion de golpe y nos ponemos en marcha. Shade prepara dos antorchas, cuando se acercan a mi me tapo los ojos y levanto la mano para que no se acerquen mas. - Detras mio. - La luz del fuego es util y nos ayudara a encontrar el camino pero prefiero no perder del todo mi vision nocturna, solo por si acaso.

El rastro de Cassandra no es facil de seguir, la zona es practicamente virgen pues muy pocos se aventuran aqui dentro y eso dificulta mi tarea mas poco a poco trazamos nuestra ruta. En algunos momento creo haberla perdido, nuestra chaman es buena deshaciendo su rastro pero con el tiempo recupero su rastro. Las horas pasan mientras estamos en camino y pronto el amanecer despunta en el horizonte, un par de gotas me caen sobre el hombro, paso mis dedos sobre ellas y noto el frio en el ambiente, no es excesivo pero si sufcieinte como para notarlo. Es un bello amanecer unicamente empeñado por la mision y el lugar donde estamos.

Aun acostumbrado a estas caminatas, esta esta siendo mas pesada de lo habitual no es solo el hecho fisico en si, sino la amenaza que se cierne sobre nosotros a cada paso que damos... los hombres en la montaña. Alzo una mano para detener el avance... justo en ese momento un ruido atrae mi atencion a la copa de los arboles. Al levantar la mirada solo es una ardilla... aun asi... hay algo que no me gusta de todo esto. No se si es el cansancio que me juega malas pasadas o realmente algo esta ocurriendo y no soy capaz de darme cuenta.

Habían conseguido organizarse y sobrevivir la primera noche, pero viendo las provisiones y material que habían dejado en la nave estaba claro que no iba a ser fácil el comienzo en al tierra, tendrían que organizarse y trabajar juntos para salir adelante, Scott esperaba que todos se dieran cuenta especialmente Abel y que pudieran seguir adelante en aquel nuevo mundo.

Aquella primera noche en la tierra tardó un poco más en dormir que la mayoría, por un lado estaba la situación en la que se encontraban, en un planeta que no había sido pisado por el hombre desde hace años, un lugar lleno de cosas que les resultarían extrañas y maravillosas a la vez, por otro no quería dormir hasta estar seguro de que nadie intentaba nada contra la agente Valary aprovechando la oscuridad de la noche, pero finalmente el sueño le venció y durmió por primera vez en la Tierra.

Si la noche en la tierra parecía sacada de un cuento de hadas el día era más maravilloso, el calor del sol, su luz, la cantidad de colores y aromas que traía la mañana eran casi abrumadores, sin duda aquello era un auténtico paraíso, un sueño hecho realidad, ahora tenían que trabajar para que no se quedara en un sueño y convertirlo en un autentico paraíso, tenían que trabajar y no poco para poder combatir el frío y el hambre.

Scott buscó a Finn, era el único en el que podía confiar completamente, al menos de momento, además caía bien a la gente y necesitarían eso para empezar a moverse.

-Ey Finn. Deberíamos ponernos manos a la obra y buscar agua y comida antes de que acabemos con lo poco que tenemos. Anoche me pareció que Sean estaba buscando algo bayas O algo para comer y también estaba la chica que organizó a algunos para la leña ¿Qué te parece si corremos la voz a ver quien se apunta a buscar agua y cualquier cosa útil?

También pensaba en la agente Valary, quería hablar con ella a ver si podía arrojar algo de luz a las lagunas que tenía aquella situación, pero lo primero era lo primero, el agua y la comida , además esperaba convencerla de que les acompañara para alejarla de la nave y a la vez poder hablar del tema .

Sigo a Khan durante nuestra caminata. No había más que pudiese hacer por el momento, aunque me mantengo todo lo alerta que puedo, preparada para echarle mano al arco.

La caminata estaba durando bastante más de lo que creía, sobretodo porque no había tenido lugar ningún altercado, y estando en el territorio de quienes estábamos aquello me chocaba bastante. Fuera como fuese, el largo paseo hace que me encuentre bastante cansada, aunque trato de ocultarlo, por supuesto.

Cuando Khan nos manda detenernos, aguanto al respiración durante un par de segundos. Estaba alivada de, por fin, parar aunque fuese un minuto, pero si nos había detenido, quizás no fuesen buenas noticias...
Miré a mi alrededor, y aunque lo único que vi fue una ardilla, mi mano se acercó disimuladamente al arco.

Empiezo a ponerme nervioso. En el fragor del combate, no tienes tiempo a pensar y cualquier movimiento te obliga a reaccionar en respuesta de un modo instintivo, casi animal. Pero mientras cazas, todo lo que tienes que hacer es usar tus sentidos y tu cerebro, cosa que definitivamente me pone de los nervios. Algunos suelen decir que es porque tengo poco cerebro... y no les falta razón, pero en realidad el problema viene del silencio, del actuar con sigilo para no alertar a los enemigos. Eso requiere sutileza. Algo de lo cual, por decirlo suavemente, carezco.

- Grrrr -Gruño, al detenernos a la señal de Khan. Sigo aferrando con fuerza mi lanza. ¿Dónde están los enemigos? ¿Dónde está Cassandra? Quiero romper cabezas. Odio esto.

A penas he pensado en la escasez de alimentos y agua, ni tampoco en la muy probable muerte por radiación, ni si quiera en lo bella que era la Tierra. No, me he centrado en mi hermana, Di... hacía tanto tiempo que no la veía dormir. Me he quedado despierto gran parte de la noche con la excusa de protegerla de cualquier peligro que pudiera traer la noche. Pero la verdad era que solo quería verla dormir, había echado tanto de menos verla dormir, y lo mejor era que ni siquiera me había dado cuenta hasta ahora.

Al despertarme he visto que seguía durmiendo y le he colocado un poco mejor mi chaqueta para asegurarme de que no pasara frío, no pensaba moverme de mi lado, pero si que he echado un vistazo alrededor viendo como la gente empezaba a levantarse.

El grupo de mi compañero de celda parecía que empezaba a movilizarse, parecían majos y sensatos, quizás estaría bien ver en que pensaba, pero más tarde. Por otro lado la agente de momento seguía sana y salva. Pero algo me dice que el grupo va a acabar por partirse, y puede que ella sea el motivo central.

Estamos vivos, estamos en la Tierra, pero no va a ser fácil sobrevivir. Pero lo único que importa es que estoy con Di, y ambos vamos a salir de esta.

Avanzáis más lentamente, acongojados por el ambiente algo asfixiante y perturbador. Los animales se mueven a vuestro alrededor, los oís a través de los árboles y los arbustos. Sentís como cada vez se mueven más deprisa y en una sola dirección, hacia adelante. Estáis nerviosos, tensos como cuerdas y agotados mental y físicamente, y no encontrar más pistas sobre la chamán no ayuda en nada.

Sientes como los animales, incluidos los de gran tamaño, están huyendo espantados a vuestro alrededor y no sois vosotros la causa de su salida en estampida. Seguidamente notas ese crepitar en el aire, ese olor sulfurado, amargo y agreste tan inconfundible. Y entonces lo ves a lo lejos, la niebla amarilla asoma al fondo de todo, tapando el Sol recién nacido. Si os atrapa, moriréis, sólo el respirar sus vapores es una muerte segura, rápida y dolorosa, ¡debéis buscar refugio en seguida!

Al principio tus nervios te traicionan y casi estás a punto de desperdiciar una valiosa flecha con una maldita ardilla. Bueno, vale, estofadas no están tan malas como por ejemplo las ratas, pero no son precisamente un manjar por el cual valga la pena perder el tiempo o munición. Te ríes mentalmente de la tontería hasta que te das cuenta de algo y no sólo los ojos de terror del animal, ves polvareda en el cielo, moviéndose a gran velocidad hacia donde estáis vosotros.  Sólo hay algo que se mueva así. Desde niña has aprendido a reconocer esa visión apocalíptica, es la niebla amarilla, la que te quema de dentro hacia fuera y de fuera hacia dentro, no dejando más que un amasijo de carne ulcerada y muerta. Vais a morir si no buscáis donde guareceros de su contacto letal…

La caminata ha sido agotadora y ahora he hecho aprar a todo el grupo por el salto de una ardilla... mas dejo que sean mis sentidos lo que me digan mas antes de decidir que ha sido un fallo. Escucho como los animales se mueven en una sola direccion y cada vez mas deprisa... el sentimiento de no saber que pasa se acelera, hace que mi corazon de norma general tranquilo se acelere mientras intento averiguar que esta pasando. Me paso la mano por la frente, ligeramente perlada de sudor, estoy cansado tanto fisica como mentalmente y no encontrar mas pistas de nuestra chaman no ayuda para nada.

De pronto ya no son solo los animales pequeños como las ardillas, parece mas bien una estampida en toda regla... toda forma de vida intenta huir de algo, de algo terrorifico... y no somos nosotros. El aire crepita a mi alrededor y trae un olor que conozco muy bien... es el olor de la muerte alada. La niebla se alza, tapando todo en el horizonte... hasta el mismo sol recien levantado... todo queda oculto bajo el manto de muerte que se aproxima. Ni siquiera tengo tiempo de sentir miedo, eso es inutil y unicamente acelerara nuestras muertes, salto por encima de una de las raices y señalo la direccion a seguir.

- ¡Moveos! Es la muerte alada, viene hacia nosotros. - Dudo que haga falta mucho mas que decir, si quieren vivir me seguiran... solo espero encontrar un sitio antes de que nos alcance.

Valary y su hermana Lilith se apuntan a buscar comida con Scott, junto a ellas se apuntan algunas personas más, entre ellas los hipocondriacos seguidores de Sean. Otras se organizan para buscar un modo de recogida y transporte de agua por si encontráis un río cerca. Nadie ha visto uno que no sea en fotos, pero tenéis la confianza de que sabréis reconocerlo cuando lo tengáis delante.

Abel, por el contrario, se queda en el pseudo-campamento con su grupito, a modo de guardia, sólo por si acaso. O eso dicen ellos.

Loki se despierta, su hermana todavía duerme a su lado, plácidamente. Se la ven tan relajada cuando está así… El joven muchacho ve como el campamento improvisado se levanta y se pone en marcha, hay muchas cosas que hacer todavía. Y por el momento todo el mundo parece querer más o menos arrimar el hombro, sin las discusiones de la noche anterior. La libertad parece estar sentando bien a más de uno y de dos…

Sean duerme pesadamente al lado de Finn y de Melany, es el primero en despertarse. No puede respirar, es como si el aire le rascase al pasar a través de su sistema respiratorio. ¿Estarán creciendo arbolitos en sus alveolos? Finn, por su lado, está babeando en sueños sobre el hombro de Melany, que ronca suavemente por la mala postura de su cabeza, se va a levantar con dolor de cuello la pobre muchacha.

Tu  grupo de exploradores recolectores se pone en marcha, siguiendo tu liderazgo. La agente Valary, con Lilith cogida de su mano, avanza a tu lado, apenas un par de pasos por detrás de ti. Valary va mirando a los alrededores, entre sorprendida y suspicaz, mientras Lilith se maravilla con cada cosa, cada brillo y cada mariposa que se cruza por su campo de visión. La sensación que tienes al caminar es que nadie ha pasado por allí jamás, no hay caminos marcados, sólo árboles, algunos insectos luminiscentes, como unas mariposas de azul neón, que revolotean a vuestro alrededor, atraídos por el ruido que hacéis al caminar y vuestras risas inocentes llenas de júbilo. Entonces oís algo moverse entre las plantas…

Me desperté, junto a Finn, algo molesto. Era como si tuviese la garganta extremadamente reseca y me costaba respirar. Los nuevos aires, tendría que acostumbrarme. Al menos estaba vivo. Parece que la radiación permite la vida. Comenté, con voz ronca, pero más animado por no haber muerto aquella noche. Además, a parte de lo de la garganta, no sentía ninguna molestia más que indicase que algo iba mal. Eran buenas noticias.

Me levanté y miré a mis dos amigos. Noté un pinchazo en el pecho y aparté la mirada, pero me obligué a sonreír. Buenos días pareja. Dije, forzándome a sonreír. Parece que podemos vivir unos días más. ¿Vais a desaprovecharlos durmiendo?

Miré alrededor, la gente empezaba a movilizarse, entre ellos la gente a la que tomé el pelo el día anterior. Parecían dispuestos a buscar alimentos. Vayas, seguro. pensé, con una sonrisa. Al ver a mi compañero de celda a salvo con su hermana me dio cierta envidia. La quería mucho. Ojalá yo tuviera alguien tan especial.

suspiré, mientras me acercaba al antiguo compañero de celda de Finn. Scott, ¿verdad? Dije, dudando. No se me daba bien hablar. No solía hacerlo salvo con mis amigos o cuando no había más remedio. Además, mis comentarios a veces enfadaban a la gente. Creo que iré con vosotros. Comprobaré que nadie vaya cogiendo nada venenoso. Solo nos faltaba un brote de diarrea.

Te unes al  grupo de exploradores recolectores liderado por Scott cuando ya se estaban marchando. Vas algo rezagado respecto al grupo. Ves como la agente Valary, con Lilith cogida de su mano, camina cerca de Scott, Valary va mirando a los alrededores, entre sorprendida y suspicaz, mientras Lilith se maravilla con cada cosa, cada brillo y cada mariposa que se cruza por su campo de visión. La sensación que tienes al caminar es que nadie ha pasado por allí jamás, no hay caminos marcados, sólo árboles, algunos insectos luminiscentes, como unas mariposas de azul neón, que revolotean a vuestro alrededor, atraídos por el ruido que hacéis al caminar y vuestras risas inocentes llenas de júbilo.  Pero tú lo disfrutarías mucho más si no fuera porque te cuesta respirar y encima empiezas a estornudar como un desesperado. Entonces oís algo moverse entre las plantas…