Partida Rol por web

Camináis los dos hacia la sala 11, que había estado siempre camuflada como si fuera un jardín. Mientras camináis los zapatos resuenan mientras un ligero jaleo de gente se escucha fuera. El profesor Slughorn mira su reloj de bolsillo al escuchar ese jaleo y se para de repente en mitad del pasillo antes de bajar las escaleras.

Ian se queda mirándolo dudoso, pero finalmente el profesor parece hablar...

- Ian, me temo que tengo que volver a clase. Si prometes que no te descubrirá ningún profesor por los pasillos a tu antojo dejo que sigas buscando a tu compañero solo. ¿Podré confiar en ti?.- Digo poniendo mi confianza en aquel muchacho.

No, no hemos peleado, y si fuera así no tendría porqué no haber asistido al salón dice hastaiada por la pregunta de Alexia.

Nos ayudarías a organizar una búsqueda Alexia? dice de repente Rebecca. Además creo que sería conveniente hablar con los prefectos de nuestra Casa, creo que nos podría ayudar con eso y se levanta de la silla dispuesta a resolver...

Sophia niega ante la pregunta de Alexia.Parecía que no podría ayudarles a juzgar por las dudas presentadas por la compañera.Espera a que termine de hablar su amiga para explicarle más detenidamente la situación.

-Tranquila Alexia, para nada ha ocurrido algo como eso.Lo ocurrido como ha dicho ya Rebecca, es que Stuart ha desaparecido repentinamente, sin expliación alguna, sin ninguna nota, ni aviso ni nada similar.Por ello estamos consternadas e inquietas- miraba con rostro preocupado a Alexia mientras le explicaba con mayor detalle lo ocurrido.

-Nuestra principal hipótesis es que el pobre Stuart haya sido víctima de las ya incontables y recientes bromas de los Gryffindor, altamente apoyados por Potter y la mayoría del profesorado, de ahí que den rienda suelta a su vandalismo contra nosotros, los que siempre salimos más perjudicados en todo esto- le explicaba lo que pensaban principalmente, esperando que alguna idea o recuerdo le llegara a Alexia ante tanto bombardeo de información.

-En cuanto a Ian, está con nuestro tutor Slughorn, en busca de unos documentos robados presuntamente por algun Slytherin, o eso dice el sucio y malnacido Flich, que se negó a ayudarnos justo por esto...y bueno algún trato no muy cortés por mi parte...- confesaba con una sonrisilla nerviosa.

-¿No sabrás por casulidad algo sobre estos documentos, no?- preguntaba con esperanza de conseguir alguna información.

- Vaya, la cosa es más grave de lo que yo creía.- Dije pensativa.- Los documentos son muy delicados, ahí está toda la información académica de cada uno de los alumnos de Hogwarts que han pasado y de los que estamos aquí aún.- Dije y me acerqué un poco más a las chicas.- Cualquier alumno que solicite su ficha se la podrá dar Filch para simples trámites como ayudas económicas y demás, me refiero a que pueden obtener su ficha para hacer constar al ministerio que estudian en Hogwarts y recibir ayudas económicas, etc. Pero si esa ficha es destruida, el alumno será expulsado de Hogwarts, porque es como si dimitiera... si esa ficha está en manos de Gryffindor es muy delicado el caso. Nuestro compañero podría ser expulsado...

Sophia queda pensativa ante la explicación de Alexia.

-¿Gryffindor?- su rostro confundido pasó a sorprenderse y preocuparse-.Flich dijo que fue un Slytherin, pero también es verdad que tardó en dedicirse en decir el nombre de la casa a la que pertenecía el presunto ladrón.Puede habernos mentido...Pero sea verdad o no, será mejor que Ian recupere esos documentos, por nuestro bien si ha resultado ser un Gryffindor, o en cambio si ha sido un Slytherin, para poder descubrir algo más sobre la desaparición de Stuart, o incluso hacer uso....de esos documentos- su mirada se enciende mentras que ideas altamente malévolas se curzaban en su cabeza.Sería un duro golpe para Gryffindor si su plantilla de alumnos se reducía a la mitad por contener a brujas y brujos que hayan dimitido como alumnos de Howgarts.

-¿Que nos aconsejas hacer Alexia? ¿Buscar esos documentos en primer lugar, o buscar a Stuart?- pedía algo de ayuda para aclarar sus ideas y decantarse por algún camino.

-Según lo que has explicado, esos documentos pueden arruinar nuestra carrera como magos en Howgarts....- mira preocupada a Rebecca, para saber si pensaba lo mismo que ella.

Miré a ambos lados antes de sacar un trozo de papel con un trocito de verde que parecía un sello con el escudo de slytherin y lo puse encima de la mesa. Era un trocito minúsculo, pero se lo tendí Rebeca.- Es un trocito de un documento, parece la parte superior de nuestro escudo.- Dije pensativa.- Creí que no tendría importancia y cuando lo encontré se me olvidó tirarlo. Casualmente lo llevaba encima. Ahora que me habéis dicho lo de vuestro compañero, es lo primero que he pensado.- Dije mirando la sala casi vacía.- Podría ser cualquiera de nosotros lo cual dudo mucho, o también alguno de huffelpuff. Pero ¿Quién si no quiere hacer daño a slytherin a toda costa? ¡Exacto! gryffindor. No estoy segura, pero esto huele a chamusquina sangresucia.

- Pues buscad a vuestro compañero. Yo seguiré espiando un poco y recopilando información. ¡Ah por cierto, se me olvidaba!. ¡Toma!.- Digo mientras tiendo una carta sellada a Sophia.- No la abras aquí, ábrela cuando estés en nuestra sala común.

Miraba el trocito de papel entrecerrando los ojos, pensando y deduciendo de donde podría proceder y porque razón lo habían arrancado de la hoja a la que pertenecía.Todo aquello comenzaba a a tener algo de base pero aún faltaban muchas pruebas como para poder llegar a deducir quien era el culpable.

-Si....todo lleva a un Gryffindor...o a varios, pero ¿que clase de persona o personas,...quien osaría...quien se atrevería a hacer tal acto atroz hacia los de nuestra clase...?- le daba igual, lo que si tenía seguro es que aquello no quedaría en balde.Mientras intentaba imaginarse quien podría haberlo hecho, miraba atónita como Alexia sacaba una carta y se la entregaba.La mira dudosa como preguntándole mentalmente "¿seguro que es para mi?".Su mirada caía sobre la carta y después sobre los ojos de Alexía, y así constantemente durante mínimo un par de veces.

¿Como la había conseguido, que contendría en su interior?, y lo que para ella era lo más importante de todo, ¿quien se la había escrito? Asiente ante la petición de Alexia sobre la carta y se la guarda a buen recaudo.

-Rebecca, cuando estés lista partamos a seguir con la busqueda de Stuart- le propone a su amiga levantándose del banco.Se acerca a Alexia para darle un buen beso en la mejilla junto a un abarazo como acto de gratitud y amistad, sobre todo porque ella los veía a todos los de su casa como sus hermanos y hermanas, o como una gran familia, o al menos como personas dignas de poder relacionarse con ella.

-Gracias Alexia, te debemos una- le guiña un ojo mostrando la complicidad y confianza que había entre ellas, dándole ánimos en su busqueda de más información.Ahora esperaba de pie a que Rebecca resolviera las posibles dudas que tuviera y así poder seguir con la investigación.

Rebecca se sienta nuevamente para escuchar las palabras de Alexia. Le entrega ese diminituo papel que contenía el escudo de Slytherin. Oh no!...

No queda duda que el documento que han sacado es de un alumno de Slytherin. Claro está...Ahora, tendrá que ver eso con la desaparición de Stuart?...No lo sé...meditabunda.
Luego mira a las dos chicas...Si alguien solicita esos documentos, algún registro tiene que haber, verdad?...pensando en que a lo mejor, el celador contenga en su poder algún libro de actas o pergamino donde conste eso. Y si era así, porqué Filch tan solo chequeó esto???

Miré al profesor Slughorn cuando este me indicó si podría seguir solo y si eso supondría que ningún profesor me pillaría deambulando por el castillo fuera de horas. Al tener que volver a clase era obvio que no podía seguir buscando a Stuart conmigo por lo que, resignado a continuar en solitario, exclamé amablemente:

-Por supuesto profesor, puede confiar en mí.- ,al decir esto sonreí de forma condescendiente, -Le aseguro que haré todo lo necesario para que no me vea nadie, además últimamente los alumnos de Slytherin tenemos eso más fácil, ¿no cree?-

Una vez que se marchó el profesor, saqué mi varita para llevarla en la mano por si la necesitaba. Luego decidí continuar con el plan y adentrarme en el aula 11 para buscar a Stu o, quién sabía, quizá me encontrara primero con el que robó el expediente. Lo que tenía claro era que tenía que seguir buscando y el tiempo jugaba en mi contra, por lo que debía agilizar el paso.

Veis como el profesor Slughorn pasa casi corriendo de largo sin entrar en el gran salón, y os percatáis de que tenéis clases de pociones con este profesor... Aunque quizás no os diga nada, ya que sabe de la desaparición de vuestro amigo, aunque os dijera que os mantuviérais a un lado para evitar problemas. Dentro del Gran salón queda Ron Weasley, profesor de defensa contra las artes oscuras. Éste ve que solo quedan dos alumnas de slytherin y se acerca a ellas.- Hey chicas, deberíais volver a las clases. Supongo que ahora tenéis pociones si sois de tercer curso.- Acto seguido le señala la puerta principal para que salgan.

Hermione está a su lado recogiendo sus cosas para salir por la puerta principal. Veis como os mira, pero no es una mirada de odio ni rencor como los demás profesores, es una mirada de afecto y compasión. Parecía raro en una calaña como ella.

Mientras vas caminando se escucha un ruido muy fino donde parece estar la sala... pero no sabes qué puede ser. Cuando llegas a la puerta que está ligeramente entreabierta puedes escuchar a alguien decir.- Si, ese slytherin tuvo su merecido, y tu vas a tener el tuyo como no sueltes ese papel.- Te asomas a la sala y no puedes ver a nadie debido a la vegetación de la misma, que parece una especie de selva. Escuchas a una voz más fina quizás proveniente de un alumno pequeño que grita.- Vas a recibir tu merecido escoria.- Lo dice asustado pero de forma firme.

Tienen que estar en algún lado de esa sala pero por el sonido de las voces tienen que estar detrás de unos arbustos que te tapan la vista.

Escuché aquellas voces y abrí los ojos de par en par sabiendo que aquello era precisamente lo que andaba buscando. Alguien estaba acorralando a un compañero de Slytherin y además aseguraba algo acerca de otro alumno y de un papel. Todo encajaba en mi mente y sin perder un segundo decidí adentrarme en la estancia para averiguar qué sucedía.

Intentando hacer el menor ruido posible, abrí la puerta despacio y me dispuse a entrar a hurtadillas para echar un vistazo. Tenía mi varita preparada y repasaba mentalmente los conjuros que tenía en mi arsenal para ejecutar el que creyera necesario, pero, sobre todo, necesitaba ver primero quienes estaban allí y lo antes posible para evitar perderlos.

Veamos quién anda por ahí...

A pesar de ser una persona poco habilidosa a la hora de esconderse, Ian saca la destreza de un felino y avanza hacia la zona donde se encuentran los dos alumnos, con su varita en ristre, apuntando por delante suya. Cuando llega se sitúa oculto al lado del matorral, y puede observar la escena. Un niño de slytherin de primer curso al parecer está tumbado en el suelo mientras mantiene un papel desgarrado por una de sus esquinas. Otro alumno de slytherin el cual no puedes indentificar ya que está de espaldas lo apunta con una varita.- ¡Te vas a enterar mocoso!.- El joven se pone las manos en la cabeza y suplica compasión.

Parece que ninguno de los dos se ha percatado de tu presencia.

POCIONES!!! Es cierto!!!...A rebecca no le gustaba llegar tarde a ningún lado, y Pociones era una de las clases que más le gustaba.
Se levanta de un tirón y antes que Sophia pudiera replicar algo a Weasly, la toma del brazo. Vamos Sophia...Pociones...dice haciendo un gesto con su cabeza para que salieran...

No podía ser cierto lo que estaba viendo, dos alumnos de Slytherin....Sin duda el pequeño debía ser verdaderamente de mi casa, pero tenías serias dudas de que el mayor que le apuntaba a la cabeza fuera realmente un Slytherin. Apunté al chico mayor y pensé que conjuro podría utilizar, el Sectumsempra era demasiado poderoso y, aunque conociera el conjuro para curar después sus heridas no era tan despiadado. Pensé rápido en una forma de, al menos, dificultar que se moviera con naturalidad y, entonces, caí en la cuenta.

Apuntando a sus pantalones, exclamé en voz baja:

-Reducio...-

Si, como imaginaba, sus pantalones encogían hasta la mínima expresión, aquel chico no solo sentiría un fuerte dolor en su entrepierna sino que apenas podría moverse, dándome la oportunidad para salir de mi escondite y solucionar la situación.