Partida Rol por web

La serpiente no duda en contar todo lo que sabe sobre el tema. Al fin y al cabo su misión es la de protegerle tanto como pueda. Mucho haces con jugarte la expulsión por no abandonarla.

- No vi a nadie, Kyle. Pero oí voces. Una chica y un chico si no me equivoco. Además... vi ese frasco flotar y un líquido se mezclaba dentro. Luego volvió a ponerse ahí.

- Tontería...- se pasa un rato pensativo mientras terminais por llegar al pasillo de la biblioteca y después te vuelve a hablar.- Bueno, al parecer ya lo han hecho, ¿no?- hace una pausa a ver si caes en lo que quiere decir pero no aguanta mucho- Cormac. Y al parecer le debes de haber dicho que sí.

Sonríe con simpatía y alza las cejas.

Aunque no me hace ninguna gracia.

- ¿Felicidades?

La chica observó en silencio las ramas del sauce, chasqueando como si lanzaran latigazos al aire, retándoles a intentar lo que sus dos compañeros ya habían conseguido. Lanzó un suspiro desdeñoso. De todas las maneras que hay para llegar hasta Hogsmeade teníamos que emplear esta. Era sucia, vulgar y entrañaba un peligro absurdo e innecesario.

Apenas tuvo tiempo de detenerse a admirar la velocidad de Zac, algo que de todos modos tampoco hubiera hecho, cuando el sauce decidió que ella era una presa más fácil. Ni siquiera atinó a esquivar el primer lance, golpeándola con fuerza en las costillas y tumbándola sobre el césped, con los labios entreabiertos reclamando oxígeno. El daño había sido tal que ni siquiera tuvo aire para gritar de dolor, aunque estaba segura de que su pálida y delicada piel ya debía presentar un buen cardenal, cuando no alguna costilla fisurada o rota.

El siguiente ataque, desde arriba, fue esquivado rodando por la hierba con velocidad, consciente de que no tenía tiempo que perder fuera cual fuera el diagnóstico. Se puso en pie, dispuesta a salir corriendo tras Zac, que ya se había perdido de vista cuando llegó una nueva y gruesa rama dispuesta a un tercer asalto. Carrie saltó con gracia como si se tirara de cabeza a la piscina, sólo que en vez de caer en plancha finalizó la toma de tierra con una voltereta que la dejó medio arrodillada y a apenas un metro de la entrada. El árbol no tuvo tiempo de planear un segundo ataque, puesto que cruzó sin problemas la distancia que le quedaba y pronto se encontró dentro con sus tres compañeros, donde se sentó adolorida a esperar a Oliver y Deirdre.

Deidre también se lanzó de lleno hacia el peligro sin objetar nada, sin mostrar más que determinación. Y es que si a Deidre algo le subía el ánimo era el peligro. Quizás era su forma de escapar de ciertos pensamientos del pasado. La imagen de su padre frente a ellas, cayendo porque no fue lo suficientemente rápido, o porque ella no era lo suficientemente hábil.

Pienso talarte un día de estos.

Tuvo que esquivar un par de ramas y luego incluso a Carrie que había salido volando tras recibir uno de los rametazos del árbol. La miró y quiso ir a ayudarla, pero el Sauce no parecía por la labor de dejarla moverse a sus anchas.

Por suerte observó que la chica se levantaba y dando muestras de un estilo asombroso, entró por el hueco.

Ella se lanzó directamente, reuniéndose con el resto de compañeros. Solo faltaba Oliver.

Enarqué las cejas y casi se me desencaja la mandíbula de sorpresa. ¿En serio había parecido eso? Pero... ¡Que absurdo!

Empecé a reirme sin remedio, tanto que se me escurrió la bolsa del brazo y mis cosas cubrieron el suelo del pasillo. Las vi y quise murmurar un "oh, miércoles" que no llegó a salir entre las carcajadas. Seguramente Duncan estaba flipando pepinillos y no entendería el porqué del ataque de risa, pero si estuviese en mi situación... ¡Por favor! ¡Cormac declarándoseme! ¡Con lo colado que estaba por Laura desde hacía tiempo! Y claro, si a eso le sumaba que precisamente me había pedido justo lo contrario (el ayudarle a conquistar a otra chica) toda la situación se me hacía tan absurda e inverosímil que no podía parar de reír. 

Con las manos en el estómago y cogiendo aire, pude dejar de reír y contestar mientras las lágrimas me recorrían las mejillas.

- ¿En...en serio... en serio pensabas eso? ¡Por Merlín...! - me limpié las lágrimas con el dorso de la mano y respiré hondo - Si lo que ha hecho ha sido pedirme lo contrario... Ay Duncan, si hasta tú debes saber que está colado por... - miré alrededor para asegurarme que nadie indeseado escuchaba lo que decía, pues si yo fuese Cormac no me haría gracia que todo el colegio supiese mis sentimientos amorosos - Laura. Lo que me ha pedido es consejo, y yo le he ofrecido además ayuda. - acabé susurrando.

Miré entonces a todas mis cosas por el suelo. Menudo panorama. Me agaché y puse la bolsa abierta en medio para empezar a recoger.

- Menuda he líado... - pensé en voz alta mientras recogía, aunque seguía con una sonrisa divertida en la cara.

Observo la escena en silencio evaluando todos y cada uno de los movimientos de mis compañeros. Si he quedado el último no es por azar, me interesa ver sus capacidades y habilidades. Quiero saber qué es lo que me rodea, con lo que podré contar en el futuro... si es necesario.

Jackie y Jack llegan sin problemas. Su hazaña me saca una sonrisa. Siempre perfectos, siempre leales. Siempre allí. Entonces le toca a Zac y, como no, lo hace también sin problemas. - Era de esperar - concluyo satisfecho. Por desgracia, no se puede decir lo mismo de Lewis. Pongo los ojos en blanco contrariado y, antes de que pueda decir nada al respecto, Deidre echa a correr detrás de ella.

Cuando me doy cuenta solo falto yo. Mis compañeros están al otro lado, mirándome. La situación hace que se me hinche el pecho de orgullo. Flexiono las rodillas y, sin pensarlo dos veces, me impulso hacia delante. Las ramas del sauce boxeador bailan a mi alrededor perforando mis oídos con su agudo sonido. Una de las ramas está a punto de golpearme, pero salto en el momento oportuno. Antes de que me de cuenta estoy girando sobre mí mismo en el suelo e incorporándome al instante junto a mis compañeros. La rapidez con la que lo hago me coge por sorpresa y necesito unos segundos para recomponerme. Es entonces cuando me percato de la situación de Carrie y doy un par de pasos hacia ella. - ¿Estás bien?

La mirada glacial que le dirigió a Oliver prometía cualquier cosa poco halagüeña si daba un paso más en su dirección. Carrie no era una persona orgullosa por naturaleza ni le humillaba ser la única que había salido herida, pero eso no quitaba que para ella aquello corroborara su pensamiento inicial acerca de la estupidez del plan.

Se puso en pie, sintiendo el daño lacerante en las costillas cada vez que inspiraba con profundidad. En su rostro impasible se podían entrever pequeñas señales de enfado y dolor, como sus cejas levemente crispadas y la mandíbula tensa, pero no dijo nada, simplemente hizo una señal para que iniciaran la marcha, indicando que ella iría la última.

La respuesta no-verbal de Carrie me deja claro que no debo dar ni un solo paso más. Aun así, no hago esfuerzos por contenerme. En el fondo ha sido ella la culpable de lo ocurrido. Si no tiene la capacidad de hacer algo debería haberse dado cuenta antes de arriesgarse de esa forma.

- No me mires así, Carrie. Nadie te ha obligado a venir con nosotros. Debes atenerte a las consecuencias.

No giro mi cabeza hacia Deidre pero no me hace falta, noto su mirada clavándose sobre mi como dos cuchillas incandescentes. Sacudo la cabeza contrariado y hago un gesto en dirección a la apertura del árbol tras la reacción de Carrie. - Sí, será mejor que continuemos. Chicos - continúo, señalando a Jack y Jackie - quedaos en la parte trasera. - Se encargarán de Carrie. - Vamos - continúo, empujando levemente a Deidre con la mano. - No hay tiempo que perder.

- Tal vez si tu plan no hubiera sido absurdamente estúpido y conllevara un riesgo innecesario... - dejó caer con un tono helado que daba a entender que Oliver había cruzado la línea invisible que recomendaba la prudencia.

De nuevo, su mirada se clavó en Zac con incredulidad. Ni hablar. En ese momento hervía de una ira ciega que, acompañada por el dolor, no era su mejor aliada. Apartó la mirada para volverla a clavar en Oliver, llena de desdén.

- Tienes razón, nadie me ha obligado a venir y desde luego nada me obliga a seguir si es tu forma de agradecer un favor. Aquí te pudras, Carrow.

Con calma, Carrie se giró y se dispuso a salir de nuevo por el hueco, no sin antes barrer con la mirada a todos sus compañeros con una expresión indescifrable.

Ver a Carrie Lewis en estado de cabreo total era algo que no ocurria muy a menudo y quienes la conocían sabían que con irse en aquellos momentos no valía.

Aquello era una lucha por el orgullo y por llevar la razón y cuando los ojos de la chica se posaron en las chicas éstas sabían cuál era el siguiente camino.

Porque por delante del amor estaba la amistad y ni Deidre ni Jackie estaban dispuestas a perder relación con la chica.

Jackie dejó de sujetar la mano de Jack y le miró un instante antes de seguir a Carrie hacia la salida de vuelta afuera. Deidre soltó un suspiro y miró a Oliver de la misma manera que hacía unos instantes, aunque éste no se hubiera dado cuenta. Le recriminaba su actitud y su forma de tratar a su mejor amiga. No dudó tampoco en regresar junto a las dos chicas.

Bolton, que incluso había sentido cómo la sangre quedaba congelada con la actitud de Carrie, quien emanaba una especie de aura de peligrosidad extrema, también regresó aunque le dio un golpe en el hombro a Oliver. Aquella no era su guerra.

Solo Jack se quedó junto a su amigo con la misma cara seria de siempre y tan solo se encogió de hombros con indiferencia. Realmente no le importaba que se hubieran quedado a solas. Quizás era mejor así. Lo que tenía claro es que seguiría a Oliver hasta donde hiciera falta.

Suspiré más cansado que hastiado al ver marchar a los slytherin. La había cagado, no era necesario que nadie me lo dijera. Por suerte Jack no lo hizo. Era un verdadero amigo. No solo me lo estaba demostrando quedándose a mi lado, sino dándome el silencio y el espacio que en esos momentos necesitaba.

- Esto será difícil de arreglar. - admití al final. - Pero ahora debemos centrarnos en lo importante - proseguí, volviéndome hacia mi amigo. Entonces, justo cuando iba a volverme para seguir nuestra camino, elevé mi mano y la posé con fuerza sobre su hombro. - Gracias, Jack. - Sin esperar su respuesta eché a andar.

- Gracias, Rita. ¿Qué haría yo sin ti?- Acaricio con ternura la escamosa cabeza de la criatura, a la que tanto aprecio he llegado a cogerle. 

La descripción de los hechos que me facilita Rita encaja a grandes rasgos con la hipótesis de que Leonard y Kaitlin puedan estar intentando gastarme una broma. Un chico y una chica, una posible poción crecepelo (en posesión única y exclusivamente de Kaitlin) mezclada en mi champú, la certeza de que iba a acabar usando ese champú en algún momento del día... Sin embargo, el escenario presenta grandes lagunas. ¿Cómo habrían logrado resolver el acertijo para entrar en la torre de Ravenclaw? y, lo que es más, ¿cómo sabían cuál era mi cama y mi champú? Ha tenido que ser alguien más cercano...¿Laura y Duncan quizás?...No sé...parecen demasiado ocupado con sus asuntos como para haber organizado algo así...

Con aire disperso y los posibles sospechosos rondando por mi cabeza, me levanto y termino de recoger todo lo que me hacía falta. Meto un nuevo bote de champú, el cual tomo prestado del compañero de la cama contigua, en la bolsa y me llevo conmigo igualmente la prueba del delito, pensando en cómo revertir la broma a mi favor. Pobre del que se encuentre en el baño cuando yo llegue...- pienso divertido. Durante unas décimas de segundo, la idea de que el contenido del bote sea peligroso pasa como un relámpago por mi cabeza. Pero se queda en eso: una luz que se desvanece, pues enseguida la descarto de mi mente considerándola una posibilidad demasiado retorcida. ¿Quién querría hacerme daño? Ahora mismo, que yo sepa, nadie.

Aunque no quisiera reconocerlo, no ante Oliver, el pecho le dolía con cada movimiento que hacía, obligándola a respirar en cortas respiraciones y a andar algo encogida, puesto que al ponerse de pie y erguirse había notado como el lugar magullado le enviaba fuertes pinchazos de dolor.

Fue por eso que, de nuevo y con considerable torpeza en comparación a la vez anterior, al salir al exterior del sauce éste volvió a golpearla, esta vez en un hombro, arrancándole un leve gemido. La rama no le dio tregua y volvió de nuevo, esta vez intentando asestarle un fuerte golpe en la cabeza que esquivó por los pelos, situándose por fin fuera del alcance de aquel árbol con disposición asesina.

Se llevó el brazo dolorido sobre las costillas magulladas, protegiéndose las heridas y echó a andar hacia el castillo, si siquiera pararse a ver si la había seguido alguien.

Duncan, que ante tu ataque de risa no pudo más que alzar las cejas y mirarte entre sorprendido y extrañado, termina por sonreír cuando le comentas lo que verdaderamente ocurre.

Se agacha junto a ti y empieza a recoger los miles de materiales que llevas en la mochila, observando algunos con curiosidad.

- Bueno, me alegro, porque no te pegaba en absoluto.- ¿Realmente es así? La verdad es que Cormac es un chico bastante parecido a ti- ¿Y quién sabe con la declaración? A lo mejor te sorprendes. - termina de meter todas las cosas- Esto ya está.

Se levanta nuevamente y te ayuda.

- ¡Espera Carrie! No corras tanto.

Consiguieron seguir a la chica hasta zona a salvo y corrieron hasta ella, sin pararla pero a sabiendas de que había recibido un nuevo golpe.

- Menuda idea...

Bolton salió el último pero como siempre y gracias a su velocidad y reflejos salió airoso de nuevo de la situación. Corrió hasta Carrie y se colocó frente a ella, parándola.

Bolton:- Necesitas que te vean en la enfermería. Mírate, apenas puedes respirar.- e incluso antes de que nadie pudiera reaccionar cogió en bolandas a Carrie. Tanto Deidre como Jackie hicieron el amago de gritarle que no lo hicera, pues en el estado de cabreo en que estaba Carrie sabían que lo mejor era no tocarla.- Démonos prisa.

Y empezó a caminar con paso apresurado hacia el interior del castillo.

Jack no hizo comentario alguno ante el agradecimiento y siguió a Oliver por el húmedo y estrecho pasadizo sin mirar atrás. Contaba con que el chico podría solucionar la situación en que se encontraban ahora. Por suerte Jackie era una chica especial y no se enfadaría por no haber ido junto a ella. Al igual que a él no le había importado su marcha. La libertad era algo que agradecía.

Finalmente llegaron hasta el final del pasadizo, entrando por el sótano de la casa. Una mugrienta y sucia casa con muebles rotos, cortinas con doxys y rastros de sangre seca en el suelo.

Desde luego era un sitio poco agradable para estar y junto con las leyendas de que había gritos y fantasmas en el interior provocaba esa sensación de querer salir de allí cuanto antes. Incluso Jack se dignó a coger finalmente la varita y a estar más concentrado.

Por suerte no tuvieron que esperar al primo de Oliver, pues este ya les esperaba en el último piso. Tenía la ropa bastante ensuciada y parecía falto de alimento en el cuerpo. Pero al menos estaba entero.

- Siempre puntual, primo. ¿Qué tal te ha ido? No dudaba en que conseguirías venir.

Reanudando la marcha hacia el campo de quidditch, Kyle no se encontró con ningún problema. Una vez que llegó observó que Laura continuaba allí entrenando a solas con una quaffle entre las manos.

Al presentir la presencia de otra persona, Laura descendió ligeramente hasta tener claro que se trataba de Kyle.

- ¡Atrapa!

Y le lanzó la quaffle en línea recta.

Carrie siguió andando, ignorando a sus dos amigas con semblante pétreo, las cuales, como no, sabían como tratar con ella en esa situación. El que obviamente no lo sabía era Zac, que se interpuso en su camino y empezó a decirle lo que tenía que hacer, como si ella no se hubiera dado cuenta de su estado. Le dirigió una mirada furibunda que se quedó en eso y no más gracias a que el chico actuaba motivado por la preocupación y el desconocimiento.

- Maldita sea Zac, bájame ya, no voy a entrar en la enfermería como una inválida - gruñó con tono amenazador cuando el slyherin la cogió, aunque no se molestó en patalear ni moverse para dar énfasis a su orden; su voz, mucho más enérgica que de costumbre, hablaba por si sola.

- Todo bien, gracias. - aunque no lo verbalizo, el agradecimiento va más dirigido por la afirmación de su última frase que por la pregunta. Doy un par de pasos hacia él, pasando mi vista por la estampa que nos rodea. Es repugnante. 

Es entonces cuando me fijo en su aspecto. Y de repente, la escena de Carrie siendo golpeada me viene a la cabeza. No hago ningún comentario. Se trata de una chiquillada que no interesa en absoluto a mi primo. Él tiene otras cosas de las que preocuparse. Es más que palpable.

- ¿Qué ocurre Alex? - digo al fin. Mi mirada estaba fija en él, aunque no perdía de vista la sombra que proyectaba el cuerpo de Jack. En ese momento agradecía que todos los demás se hubiesen vuelto al colegio, hasta Deidre. En un momento como ese solo quería a mi fiel amigo a mi lado.

Siguió caminando con ella perseguido por las otras dos que no hacían más que negarle en rotundo cada vez que Carrie no podía verlas.

- Deberías estar agradecida. Esto no lo hago por nadie.

Continuó subiendo la ladera ante algunas miradas curiosas que iban dirigidas al suelo cuando recibían la glaciar y peligrosa mirada amenazadora de Bolton.

- Puedo dejarte en la puerta y ya entras tú. No estás para subir escaleras.